El
Ávila, o Parque Nacional Waraira Repano, es una montaña mágica llena de
magnetismo. Todos los caraqueños sienten pasión por este majestuoso cerro, que también
puede ser traicionero para quienes no lo conocen bien, o se aventuran por
senderos apartados.
Resulta
difícil imaginar que, en cierta época, antes de que creciera la vegetación que se
observa hoy día, gran parte de estos terrenos fueran haciendas de café. Es posible que restos
de sus esclavos yazcan sepultados en las profundidades de la montaña, así como
bajo los caseríos y posadas.
Contenido
-El
Waraira Repano
-Camino
de los Españoles
-La
ruta del Camino Real
-Castillos
y haciendas en el Camino de los Españoles
-Galipán
-Hotel
Humboldt
-Teleférico
Warairarepano
-Cueva
Alfredo Jahn
-Desaparecidos
y accidentes históricos del Ávila
El Waraira Repano
El
Parque Nacional Waraira Repano toma esta denominación a partir del año 2011,
pero toda la vida, desde el siglo XVIII, se llamó Cerro El Ávila, así como Parque Nacional El Ávila a
partir de 1958 cuando fue declarado zona protegida. Se localiza en la zona central
de la Cordillera de la Costa, al norte del Distrito Capital y el Estado
Miranda, y al sur de La Guaira.
En
El Ávila viven muchas familias consideradas autóctonas, ya que sus antepasados
llegaron antes de que el área fuera declarada parque nacional. Entre los
pueblos, el más grande e importante es Galipán. Sus actividades económicas son
conservacionistas, dedicándose sobre todo al cultivo de legumbres y flores, y
al turismo.
Se
estima que en el Waraira Repano hay un total de 50 caseríos, que antiguamente fueron
encomiendas o haciendas trabajadas por esclavos. Desde que se funda Caracas las
tierras de la montaña fueron repartidas, siendo los principales dueños de la
vertiente sur Manuel de Figueredo[1], Manuel de Urbina y Juan
Nicolás de Ponte.
Según
los registros históricos, Manuel de Figueredo fue un pulpero, propietario del
solar que luego sería la casa natal de Andrés Bello. También se menciona a un
Alférez de Infantería, llamado Juan Nicolás de Ponte (1652-1712), quien
seguramente fue heredero del primer Ponte, poseedor de las tierras.
En
cuanto a la vertiente norte, predominaron las encomiendas. La primera de ellas
se llamaba El Cojo y perteneció a uno de los primeros conquistadores, llamado
Agustín de Ancona. La misma, que posteriormente se convirtió en una hacienda, se ubicaba en la población del mismo nombre y abarcaba
una zona alta en la montaña, hasta donde hoy se encuentra San José de Galipán.
En
el año 1799, cuando Humboldt (1769-1859) llegó a La Guaira, observaba que en la
ladera norte del Ávila, por los lados de Caraballeda, los curas Mercedarios
tenían una plantación de caña de azúcar con 200 esclavos. Así mismo, mencionaba
a un tal Gallegos, dueño de una importante hacienda de café cerca de la
Quebrada Chacaíto.
En
la época en que Humboldt estuvo en Caracas existió un señor muy conocido,
llamado José María Gallegos, quien era médico cirujano y fue uno de los propietarios
del Teatro Coliseo[2].
Probablemente éste haya sido el dueño de la hacienda, donde Humboldt pernoctó
la noche antes de subir al Pico Oriental de la Silla de Caracas.
El
nombre Ávila tiene una historia un poco contradictoria. Diferentes
autores sostienen que éste se debe a un tal Gerónimo de Ávila, quien gobernó la
Provincia de Venezuela. Pues bien, nunca existió un gobernador que se llamara
así. Otra versión es referente al Alférez Mayor Gabriel de Ávila[3], quien fue alcalde de
Caracas y falleció en 1593.
Pero
en la historia no figura ninguna referencia al Ávila hasta el año 1774[4], cuando en Actas de
Cabildo aparece un tal Juan Manuel de Ávila, quien era propietario de gran parte
de los terrenos de la serranía y tenía varias haciendas de café. Este señor se
casó en segundas nupcias con una hija de Juan Francisco de León[5].
En
un Acta de Cabildo de fecha 20 de mayo de 1774 se hace mención al “cerro de
Ávila” y se especifica que el susodicho era dueño de las tierras que van “hasta
la cumbre donde se avista el mar”. Al morir Juan de Ávila a finales de 1795,
las haciendas son heredadas por sus nueve hijos, quienes en algunos casos luego
venden a terceros.
En
cuanto al nombre de Waraira Repano, dicen que en lengua caribe se traduce como
“la ola que vino de lejos”[6]. Los indígenas contaban una
leyenda acerca de una inmensa ola que se levantó del mar cuando la montaña no
existía. Estuvieron a punto de perecer, pero gracias a que invocaron a sus dioses
el agua se convirtió en piedra.
Esta
leyenda evidencia el culto a la majestuosidad del Ávila desde los tiempos remotos.
Obviamente lo narrado no se fundamenta en la memoria colectiva, ya que según
los estudios la Cordillera se formó hace cuarenta millones de años[7], cuando se hundió la Placa
del Caribe y se produjo el plegamiento de esa parte de la corteza terrestre.
La
biodiversidad del Waraira Repano es impresionante. Existen más de 100 especies
de mariposas, 120 especies de mamíferos, 30 especies de reptiles, 500 especies
de aves y 1800 especies vegetales, algunas de las cuales son endémicas de este
cerro. Entre las especies vegetales se pueden encontrar 180 tipos de orquídeas.
El
Parque Nacional El Ávila mide aproximadamente 80 kilómetros de este a oeste y tiene
una extensión total de 852 Km². Sus picos más altos son: Naiguatá (2.765 m.),
Oriental (2.640 m.), Occidental (2.478 m.)[8] y Ávila (2.159 m.). En la montaña
nacen más de 60 corrientes caudalosas de agua que desembocan en el Río Guaire o
en el Mar Caribe.
Todos
estos ríos y quebradas, especialmente las de la vertiente norte que van hacia
La Guaira, fueron muy significativas en la Tragedia de Vargas la cual tuvo su
punto culminante el 15 de diciembre de 1999. Ésta fue la peor catástrofe que
sufrió el país durante el siglo XX y la segunda de la historia después del
terremoto de 1812[9].
Camino de los Españoles
Ubicada
en el Cerro El Ávila, entre Caracas y el litoral, esta ruta era llamada Camino
de la Mar o Camino Real por los conquistadores españoles. Su
construcción fue ordenada por Diego Osorio y Villegas (1540-1600), quien
gobernó la Provincia de Venezuela entre 1589-1597 y fundó la ciudad de La
Guaira en el año 1589.
Sin
embargo, tuvieron que pasar otros tres gobernadores para que la obra se
comenzara en enero de 1603 cuando mandaba Alonso Suárez del Castillo (1570-1603).
Este capitán sólo ejerció en el período 1602-1603, ya que según cuentan fue
envenado por sus enemigos españoles cuando visitaba unas encomiendas en
Barquisimeto.
Una
parte importante del camino, que se concluyó en 1625, se realizó bajo el
mandato de Sancho de Alquiza (1567-1619), quien estuvo al frente del gobierno
en el lapso 1606-1611. De paso, este marino militar, oriundo de Guipúzcoa, se
hizo de una hacienda[10] no muy lejos de Puerta
Caracas que actualmente es el caserío Sanchórquiz.
El
Camino de los Españoles se construyó sobre un sendero indígena llamado La
Culebrilla, que era la manera más rápida de llegar al puerto. La vía, que
fue totalmente cubierta con lajas de piedra, comienza en Puerta de Caracas, la
cual está ubicada en La Pastora y tiene un recorrido aproximado de 23
kilómetros hasta Maiquetía.
Posteriormente
se levantaron varios fortines, que son conocidos como Los Castillitos y
se encuentran en ruinas. El más antiguo, denominado La Trinchera o El Salto,
fue construido en el siglo XVII, mientras que los demás son del siglo XVIII. De
todos ellos, el que mejor se conserva es el Fortín de la Cumbre.
El
Sendero de la Culebrilla se unió con el Camino de Las Dos Aguadas y de esta
forma se podía llegar hasta Maiquetía o hasta el Puerto de La Guaira. Otra
opción era el Camino de Catia, pero fue clausurado al igual que algunas picas
indígenas, para así evitar incursiones indeseables como la del pirata Amyas Preston en 1595.
Por
el Camino de los Españoles partió Simón Bolívar (1783-1830) hacia Cartagena el
5 de julio de 1827 y también por aquí pasaron sus restos procedentes de Santa Marta el 16 de diciembre de 1842, en la única carreta que circuló por esta vía.
En el puesto de guardaparques de la salida de Puerta Caracas hay una placa
conmemorativa.
El
Camino de los Españoles fue utilizado como única vía para transportar alimentos
o cualquier otro bien necesario durante más de dos siglos. Igualmente era la
ruta obligada de los viajeros, porque la primera Carretera Vieja Caracas-La
Guaira[11] fue inaugurada por el
presidente Carlos Soublette (1789-1870) en 1845.
Pero
aún después de 1845 el Camino Real era la forma más expedita para ir a Caracas
desde la costa o viceversa, ya que la carretera tenía 37 kilómetros y los
carruajes tirados por caballos demoraban doce horas en hacer el viaje. En 1883
Guzmán Blanco (1829-1899) inaugura el ferrocarril y así el recorrido se cubría
en dos horas.
Alexander
de Humboldt cruzó el Camino de los Españoles por primera vez cuando subía desde
La Guaira el 21 de noviembre de 1799. En su libro Viaje a las Regiones
Equinocciales del Nuevo Continente escribió que el trayecto tomaba no más
de tres horas utilizando buenas mulas y que a pie llevaba un máximo de cinco
horas.
Pero
Humboldt estaba muy entrenado en subir montañas y además no cargaba peso porque
las provisiones para el camino y todos sus instrumentos de medición los
transportaban los esclavos. De acuerdo a los excursionistas, un buen promedio
estimado para hacer la ruta caminando es de nueve horas, considerando las
paradas.
La ruta del Camino Real
Para
una persona entrenada no es difícil cubrir el trayecto del Camino de los
Españoles, pero es importante hacerlo con un guía, puesto que hay muchos
desvíos y es fácil perderse. Para llegar hasta Puerta Caracas se puede tomar un
autobús y desde allí también es posible contratar un jeep para hacer el viaje, o parte del mismo, hacia Maiquetía.
A
más o menos un kilómetro de Puerta Caracas se encuentra un castillo tipo medieval,
que era la casa de un español llamado Miguel de Peña quien procedía de las
Islas Canarias. Después el sitio fue un peaje donde se revisaban las mercancías
y se cobraban los impuestos. Actualmente está abandonado y al parecer fue
invadido.
A
corta distancia se observa el monumento en honor a José Félix Ribas (1775-1815)[12] y, posteriormente, a 2,5
kilómetros desde Puerta Caracas, se llega al sector denominado Campo Alegre
donde hay algunas casas. Al poco rato está el caserío Sanchórquiz y después el
sitio conocido como Merendero del Cielo donde se bifurca la ruta.
En
este punto, si se toma el camino de la derecha se llega a Boca de Tigre, que
conduce al Picacho. Hay que coger el de la izquierda, que lleva hacia los lugares
distinguidos por los nombres de Las Canobas y Los Almacenes, donde
ya se está a una distancia de 5 kilómetros desde Puerta Caracas.
Al
poco rato se llega a Los Dos Caminos, donde hay otra bifurcación. Para ir a
Maiquetía se debe agarrar el sendero de la izquierda. Luego está el Castillo de
La Cumbre o Fuerte de La Cuchilla. El camino de la derecha es conocido como Las
Dos Aguadas y llega a La Guaira pasando por el Castillo San Carlos.
En
Los Dos Caminos estamos a una distancia de 8 kilómetros desde Puerta Caracas. Se
sigue hacia Hoyo de la Cumbre y después hacia el Castillo Negro, donde la ruta
se vuelve a dividir en tres vías: la que está a mano izquierda es un retorno a
Caracas; la del centro va al Castillo Negro; y la que se ubica a la derecha sigue
el Camino Real.
Continuando
por el Camino Real, un poco más adelante el camino se bifurca de nuevo. En este
punto ya nos encontramos a 10 kilómetros de distancia de Puerta Caracas y las
dos opciones de rutas son: una a la derecha que conduce a un caserío y otra a
la izquierda por donde sigue el camino a Maiquetía pasando por La Venta.
Un
poco después de La Venta la vía se divide en dos otra vez. Si optamos por el
camino de la derecha llegaremos a la famosa hacienda Corozal. Lo indicado es ir
hacia la izquierda para continuar hacia Maiquetía. En este trayecto veremos los
restos de una posada muy famosa de la época colonial que se llamó Guayabal.
Se
sigue bajando y pronto nos toparemos con el Fortín El Salto, quedando
ya poco trecho para arribar a nuestro destino. Posteriormente de nuevo hay dos
caminos: el que se ubica a la derecha conduce a un lugar denominado Torquemada
y si continuamos a la izquierda llegaremos a Quenepe y luego a Maiquetía al
poco rato.
Castillos y haciendas en el
Camino de los Españoles
En
el Camino de los Españoles se pueden observar los vestigios de varios castillos.
Los restos de uno de ellos han desaparecido totalmente y se sólo se ve el sitio
donde estuvo. Éste era llamado “Fortín del Medio” o “La Atalaya”, estaba
ubicado a 1.450 m.s.n.m., cerca del Castillo Negro, y fue construido en 1770.
En
cuanto a las haciendas[13], existieron
aproximadamente doce importantes. La mayoría de ellas hoy son caseríos, y otras
se convirtieron en ruinas ya que fueron abandonadas y posteriormente destruidas
por los buscadores de morocotas. Hay dos haciendas que eran posadas muy
famosas, de las cuales sobreviven algunas de sus paredes.
A
lo largo de la ruta se encuentran varias ermitas y catorce cruces que marcan las
estaciones del Vía Crucis[14]. Éste se realiza por el
Camino de los Españoles cada Semana Santa desde hace más de cien años, así como
también se lleva a cabo la procesión de la Virgen de Lourdes cada 11 de
febrero.
Castillo Blanco
El
Castillo Blanco se localiza a 1.606 m.s.n.m., en una zona llamada Loma del
Viento por la brisa marina que allí se siente. Para llegar hay que tomar la
ruta de Las Dos Aguadas, lo que quiere decir el camino hacia La Guaira. De su
estructura queda muy poco: apenas dos columnas, los vestigios del patio central
y una rampa.
Fue
construido en 1770 y posee una ubicación privilegiada. Era el más importante de
la línea defensiva ya que se divisaba desde la Plaza Mayor de Caracas, actual
Plaza Bolívar, y al mismo tiempo desde esta estructura se podían ver los demás
castillos. Por tal razón, desde este punto se informaba rápidamente sobre
cualquier eventualidad.
El
Castillo Blanco en la actualidad está militarizado ya que se utiliza como
estación meteorológica, por lo cual no puede ser visitado sin un permiso
especial.
Castillo de La Cumbre
Esta
fortaleza también es conocida por los nombres de Fortín de La Cuchilla o
Castillo de San Joaquín. Se ubica a una altitud de 1.470 m.s.n.m. y
tiene una excelente vista hacia el Puerto de La Guaira, por lo que era el fuerte
encargado de disparar un cañón cuando algún barco entraba en la rada.
Dicen
que fue construido en 1770. Sin embargo, según la Real Academia de la Historia,
en tiempos del Gobernador Diego de Melo Maldonado[15], quien ejerció el cargo
en el período 1682-1688, el 7 de septiembre de 1686 desde “el sitio de La
Cumbre” se avisó que barcos enemigos se acercaban a la costa.
Es
posible que fuera una estructura anterior, ya que no se disparó ningún cañón,
sino que se emitieron señales de humo: una humareda por cada una de las cinco naves
que se divisaron. Luego sonaron todas las campanas de Caracas, convocando a los
hombres a la Plaza Mayor, donde les entregaron armas.
Desembarcaron
alrededor de 400 piratas entre Chuspa, en la actual Parroquia de Caruao, y
Arrecife en Catia La Mar. Los militares y los pobladores de Caracas lograron
rodearlos y, aunque hicieron algunos robos, se marcharon rápidamente. Este
sistema de señales de humo era utilizado por todos los fuertes.
El
Fortín de La Cumbre también servía como punto de control de los viajeros, y eran
detenidos los que no tenían documentos. Esto le sucedió a Humboldt, que no
llevaba el pasaporte, aunque al rato lo dejaron pasar. En la actualidad se
conservan sus muros y un pozo que tiene aproximadamente cinco metros de
profundidad.
Más
o menos cerca queda la Capilla de Hoyo de la Cumbre, la cual está abandonada.
En sus alrededores los buscadores de tesoros construyeron un túnel que se dice
llega hasta el aljibe del castillo. Muchos pobladores del cerro creen que hay
morocotas[16]
enterradas en distintos lugares del Ávila, según lo que les contaron sus
abuelos.
Castillo Negro
Se
dice que el Castillo Negro fue construido en 1770, al igual que los anteriores.
El gobernador para esta época era José Solano y Bote (1726-1806), Capitán
General de la Provincia de Venezuela para el período 1763-1771, quien fundó el
pueblo de Chacao.
Solano
y Bote fue considerado uno de los mejores gobernantes de la Colonia, sobre todo
por su preocupación en cuanto a los hospitales. Tenía el apodo de “terror del
Atlántico” por su actuación en la Real Armada Española contra los ingleses.
El
Castillo Negro está ubicado a 1.500 m.s.n.m. y más o menos a una distancia de nueve
kilómetros de Puerta Caracas, en la vertiente norte del Waraira Repano, mirando
hacia la costa, con una vista impactante sobre la misma.
Recibe
su nombre debido a que los muros estaban pintados con carbón, con la intención
de que no se divisara fácilmente desde lejos. Para ingresar al mismo había que
pasar un puente levadizo, ya que una quebrada lo separaba del camino.
El Salto
El
fortín El Salto, llamado también La Trinchera, es el más cercano a Maiquetía y
se encuentra a una altitud de 910 m.s.n.m. De todas las fortificaciones que
encontramos por el Camino de Los Españoles ésta es la más antigua. Se cree que fue
construida en el año 1685 por el antes mencionado gobernador Diego de Melo
Maldonado.
Otras
fuentes señalan que el fortín fue levantado antes, durante el mandato de Ruy
Fernández de Fuenmayor (1602-1651), quien gobernó la Provincia de Venezuela en
el período 1637-1644. Este mandatario es famoso por su enfrentamiento en 1642 con
el pirata inglés William Jackson, quien vivía en la isla Roatán de Honduras.
El
corsario llega a La Guaira con varios barcos y mil bucaneros. Bombardea el
puerto y logra desembarcar, pero el gobernador, junto al obispo Mauro de Tovar
(1586-1666), le destrozan varias embarcaciones y lo hacen huir. También a
Fernández de Fuenmayor le tocó encarar la terrible destrucción ocasionada por el
terremoto de 1641[17].
Antiguamente,
en el trecho de la vía donde está el fortín El Salto, había una hoya que tenía
unos 20 metros de profundidad y aproximadamente 10 metros de ancho. Esta grieta
sólo podía ser atravesada a través de un puente, que era derrumbado cuando se
quería interrumpir el paso por peligros como los piratas o en caso de epidemias.
Posteriormente
la hendidura fue rellenada, aunque es posible determinar dónde estaba ubicada. En
estas ruinas sólo se pueden observar algunos de los robustos muros de lo que
fue la fortaleza, así como el camino que conducía hasta su entrada.
Fortín San Carlos
Este
fortín se encuentra casi llegando a La Guaira, en el Cerro Las Tunas que está a
295 m.s.n.m. Fue construido en el año 1769, pero se utilizaron las bases de
otro fuerte más antiguo que se encontraba en el mismo sitio desde 1604. Ha sido
refaccionado varias veces y es una de las fortalezas mejor conservadas.
Tiene
forma cuadrangular con varias puntas simulando una estrella y posee una gran
atalaya con una impresionante vista al mar. Originalmente al Fortín San Carlos
se accedía a través de un puente levadizo que atravesaba un profundo foso. Se
pueden observar sus dos bóvedas, que servían para guardar pólvora, armas y
municiones.
Al
final de un estrecho y oscuro túnel estaba el calabozo, donde aseguran que los
presos eran cruelmente torturados. A esta cárcel enviaban a los españoles a
pagar condena y aquí estuvo Juan de Picornell (1759-1825) que inspiró la
Conspiración de Manuel Gual (1759-1800) y José María España (1761-1799), la
cual fue abortada en 1797.
También
en este recinto estuvo encerrado Francisco de Miranda (1750-1816) antes de ser
enviado al Castillo San Felipe de Puerto Cabello. Luego fue remitido a la
Fortaleza de El Morro de Puerto Rico y finalmente al Presidio de las Cuatro
Torre o Penal de La Carraca en Cádiz (España), donde al morir sus restos fueron
arrojados a una fosa común.
Hacienda Guayabal
En
la hacienda Guayabal había una famosa posada. Se encuentra a 1.000 m.s.n.m. y a
16.9 kilómetros de Puerta Caracas, cerca del Fortín El Salto. Los dueños de
esta hacienda eran la familia Morales, quienes permanecieron viviendo aquí por
mucho tiempo. Especialmente Ricardo Morales y su madre Doña Juana de Morales.
En
ella se cultivaba café y, gracias a que pudo sobrevivir a los buscadores de
morocotas, es posible observar buena parte de la casa colonial, con su pasillo,
habitaciones y patio interior. También se puede ver el sótano donde dormían los
esclavos. Si se sube desde Maiquetía, se ubica a más o menos 50 minutos de
camino a mano derecha.
Hacienda La Venta
En
este sitio existió otra posada, que fue la más conocida de todas cuantas
existieron en el Camino de Los Españoles. Cuentan que era renombrada hasta en
Europa, así como en las Colonias de América. Aquí estuvieron muchos ilustres visitantes
extranjeros, como es el caso de Alexander de Humboldt, quien hizo mediciones y escribió
sobre ella.
También
era llamada Venta Grande, para distinguirla de otras hospederías. Dicen
que tenía dos pisos y, al igual que todos los caseríos de la zona, fue una
hacienda de café con esclavos. Se ubica a 1.215 m.s.n.m. y a menos de un kilómetro
de la Hacienda Guayabal. Está destruida y sólo es posible apreciar algunos de
sus antiguos muros.
Hacienda Boca de Tigre
Actualmente
en este lugar hay un parador turístico, donde venden jugos naturales y
cachapas. Se llega tomando el desvío hacia El Picacho, a la altura del Mirador
del Cielo en el Camino de los Españoles. Sin embargo, no se recomienda hacer
esta ruta, a menos que sea con alguien que la conozca bien, porque es fácil
perderse.
Aquí
estaba la hacienda de café del canario Martín de Ascanio y Llarena (1730-1801),
quien tenía 16 esclavos -dos de los cuales se escaparon- además de ser
propietario de otros fundos. Llegó en la segunda mitad del siglo XVIII,
casándose con María Candelaria Ribas y Herrera (1761-1835), perteneciente a la
alta sociedad caraqueña.
Hacienda Sanchórquiz
Esta
hacienda, ubicada a 1.550 m.s.n.m. y no muy lejos de Puerta Caracas, fue de Sancho
de Alquiza (1567-1619), mejor conocido como Sanchórquiz. Actualmente es un
caserío, donde viven alrededor de 50 familias que producen frutas y legumbres,
además de vender helados, fresas, duraznos y flores a los visitantes.
Todos
los viajeros que recorrían el Camino de los Españoles hacían un alto en estos
predios, para beber agua pura y fresca de un manantial que se conoció como Fuente
de Sanchórquiz, así como también tomó este nombre la quebrada que allí
nace. Sancho de Alquiza, de procedencia vasca, fue gobernador durante el
período 1606-1611.
Ejerció
el poder con mano dura, especialmente en relación al pago de los impuestos,
condenando a prisión a varios mantuanos por evadirlos. Entre los privados de
libertad por no cumplir con sus obligaciones tributarias estuvo Simón Bolívar
“el Viejo” (1532-1612), también nacido en las Vascongadas.
Este
Bolívar, quien tuvo el cargo de Contador General de la Real Hacienda en Caracas
entre 1593 y 1606, fue destituido por Alquiza. Y no sólo lo metió preso, sino
que también dispuso de sus bienes. El gobernador García Girón de Loayza[18] trató de resarcir los
daños al ex Funcionario Real, pero éste murió antes de que fuera posible.
Bolívar
“el Viejo” impulsó la creación del Convento de los Dominicos (1596) en San Jacinto, frente al cual nacería el Libertador Simón Bolívar 187 años más tarde.
Además, por sus buenos oficios ante la Corona de España, consiguió el permiso
para fundar el primer seminario de Caracas[19] que luego fue la
Universidad Central de Venezuela.
Alquiza
es recordado como un mandatario que tomó medidas importantes para favorecer a
los indios encomendados. Entre ellas, la prohibición de utilizarlos como
bestias de carga o alquilarlos a terceros. Tampoco se permitía que trabajaran para
el encomendero más de tres días a la semana y si lo hicieren percibirían un
beneficio.
Según
algunos cronistas, Sanchórquiz fue el promotor de la hallaca. Cuentan que,
cuando los indígenas estaban construyendo el Camino de los Españoles, se
desmayaban por el terrible esfuerzo. Por tal motivo, el gobernador indagó
acerca de su alimentación, al suponer que allí radicaba la causa.
Le
fue informado que sólo ingerían un mazacote de maíz envuelto en hoja de
plátano. Sorprendido, ordenó que todos los mantuanos entregaran a los
funcionarios del Cabildo una parte de las sobras de sus suculentas comidas, que
reservaban para los cochinos. Entonces se comenzaron a preparar tamales,
mermando así los desvanecimientos.
Pero
en una ocasión, por haber recibido comida en mal estado, los indios fueron
afectados por una disentería que ocasionó muchas muertes, lo cual ocurrió cerca
de la Navidad. Por tal razón, el obispo Fray Antonio de Alcega decretó que,
como castigo, toda la población del Valle de Caracas comiera tamales en
diciembre.
Obviamente
los mantuanos prepararon su plato navideño de una forma más delicada y
utilizando los mejores ingredientes, lo que dio origen a la hallaca. Dicen que
el nombre de este delicioso plato proviene de la voz guaraní “ayuaca”, cuyo
significado es mezcla y era la forma en que los indígenas llamaban al
tamal.
Galipán
Galipán
es la población más grande del Waraira Repano, tanto en extensión como en población.
Se estima que tiene unos 17 kilómetros cuadrados y aproximadamente 2.500
habitantes. Está ubicado en la Parroquia Macuto del llamado Estado La Guaira a
partir del año 2019, conocido como Vargas anteriormente.
La
mejor forma de llegar a Galipán es tomando el teleférico hasta el Humboldt y
bajando luego hacia La Guaira en los vehículos rústicos disponibles para tal
fin, o se puede subir en un jeep por puesto desde Cotiza en San Bernardino.
Otra opción es contratar un vehículo 4 x 4 desde el Hotel Ávila[20] que también está en San
Bernardino.
El
pueblo de Galipán se divide en cinco sectores. La parte más alta es San Isidro, a 1.800
m.s.n.m. A este punto llegan los rústicos que vienen desde el Humboldt y aquí
hay muchos lugares donde comer. Luego, descendiendo hacia Macuto están: San
Francisco, Manzanares, San Antonio y finalmente San José.
Cuando
se sube en jeep, bien sea desde Cotiza o desde el Hotel Ávila, a través de una
pendiente muy pronunciada los vehículos atraviesan Los Venados y en más o menos
veinte minutos llegan a Boca de Tigre. Luego, para dirigirse a San Isidro hay
que ir hacia la derecha, o tomar la vía de la izquierda si se van a visitar los
otros sectores.
Se
calcula que los primeros pobladores de Galipán llegaron a esta zona entre los
años 1778 y 1780. Pero la investigadora y profesora Lourdes Denis Santana
señala que existieron dos oleadas: una que se originó en Caracas, cuando fue
fundada en 1567 por Diego de Losada quien repartió todas las tierras, y otra más
tarde desde La Guaira.
La
segunda fue en 1778, con la llegada de una gran cantidad de canarios al país, los
cuales entraron por el Camino de los Españoles. Los actuales habitantes de
Galipán, en una gran proporción, descienden de isleños españoles. Se dedican,
sobre todo, a la siembra de frutas, hortalizas y flores, que venden en Caracas
y en La Guaira.
También
hay quienes viven del turismo y para tal fin construyeron fondas en los
terrenos que antes fueron haciendas. Entre los cinco sectores de Galipán existen
alrededor de 20 posadas, todas maravillosas. Pernoctar en estos hospedajes,
aparte de constituir una experiencia única, es la mejor forma de apoyar a los
galipaneros.
Existen
íconos de Galipán, así como muchos lugares mágicos. Además, algunos narran
experiencias extrañas que han vivido cuando se han quedado a dormir.
Pacheco
Dicen
que no es una leyenda lo referente a Pacheco, quien en el imaginario colectivo seguirá
bajando cada diciembre, aunque ya no traiga claveles, calas ni lirios. Este
señor, que según cuentan era de Galipán, se llamó Antonio Pacheco y durante los
meses de noviembre a enero venía a Caracas dos o tres veces por semana.
Entraba
por Puerta Caracas, vendía flores frente a la Iglesia de La Pastora y luego
seguía para la Esquina de San Francisco y el mercado de San José. Casualmente
su primera aparición coincidía con el cambio de clima. Entonces la gente sacaba
su ropa de invierno y comenzaba a disfrutar del frío y de la neblina
Por
tal razón se dice: “Ya llegó Pacheco” o “Pacheco aún no ha bajado este año”. Sin
embargo, algunos galipaneros afirman que allí no lo conocieron y que prueba de
ello es que nadie en Galipán tiene ese apellido. A lo mejor procedía de alguno
de los caseríos del Camino de los Españoles, pero ¡Qué ganas de quitarle la
ilusión a uno!
El Picacho
Esta
elevación, que tiene una altitud de 1978 m.s.n.m., es uno de los picos más
altos del Ávila. Está muy próximo a Galipán, hacia el oeste, y se accede a él
luego de llegar a Boca de Tigre. Dicen que en este lugar se percibe un gran magnetismo,
y también que existe un cementerio indígena el cual no ha podido ser encontrado.
Muy
cerca de aquí el famoso Doctor Knoche tenía su finca, llamada Buena Vista, que
anteriormente había sido una hacienda cafetalera. En las noches traía los
cadáveres desde el Hospital San Juan de Dios, donde trabajaba, para
embalsamarlos con su fórmula única. Vale la pena visitar estas ruinas, aunque
no están muy conservadas.
Desde
El Picacho se aprecia la mejor vista de Galipán. A uno de sus costados hay una gran
cruz, que se ve desde la Guaira y recuerda a los fallecidos en la Tragedia de
Vargas. Existen muchas leyendas acerca de El Picacho, entre ellas una que
cuenta que se escuchaba al diablo hasta que el sitio fue bendecido.
Jardín de las Piedras Marinas Soñadoras
Este
lugar es un museo ecológico y también una posada. Se encuentra a 600 m.s.n.m.,
en el sector de San José, y es uno de los mejores lugares para pasar una noche
o más en Galipán. Cada habitación está decorada con un motivo particular, la
atención es de primera, el restaurante insuperable y posee una impresionante vista
al mar.
El
Jardín de las Piedras Marinas Soñadoras fue construido por Gonzalo Barrios
Pérez, conocido como Zoe -que en griego significa vida-, quien nació en el año 1948 y pasó a otra dimensión el
29 de julio de 2021. Zoe contaba que el 24 de diciembre de 1966, un día antes
de cumplir 18 años, tuvo un sueño revelador. Entonces se vino a esta montaña
mística para siempre.
Posteriormente
descubrió que la clave de sus visiones estaba en las piedras del mar. Él mismo
las acarreó desde Macuto en su jeep y diseñó su museo ecológico, donde se puede
sentir una energía dual: la del mar, mezclada con la que proviene de la
montaña. Zoe ya no está físicamente, pero sigue viviendo entre sus piedras
soñadoras.
Posada La Hacienda Vieja
Otro
de los mejores lugares para pasar uno o varios días es esta posada de la
familia Marín. A una altura aproximada de 1.350 m.s.n.m. ofrece un clima privilegiado,
además de una increíble vista al mar y al muy cercano Picacho de Galipán. Por
otra parte, la atención es excelente y la comida espectacular a toda hora.
Pero
lo más interesante del sitio es su legado histórico, ya que la fonda fue
construida sobre una antigua hacienda de café, de la cual se pueden apreciar
sus ruinas que datan de 1714. El señor Andrés Marín, padre de quienes se ocupan
de la posada en la actualidad, llegó a esta montaña siendo casi niño y permaneció
en ella toda su vida.
Trabajando
fuerte pudo abrir el restaurante, que ahora se llama “El Tesoro de la Hacienda”,
y posteriormente construyó la posada. Además de las bondades que ya se han
mencionado, vale la pena hospedarse aquí sólo para escuchar todas las historias
que cuentan, incluyendo una sobre el desenterramiento de un tesoro.
Orbes en Galipán
Varias
personas dicen haber visto orbes en Galipán, lo cual no es exclusivo del lugar,
pero por alguna razón sucede aquí con más frecuencia. Éste es un fenómeno
físico no negado por muchos científicos, aunque no tiene una explicación clara hasta
el momento. Sí parece haber acuerdo en que ocurre cuando hay mucha energía
acumulada.
Un
orbe es una esfera de luz que flota en un determinado lugar, la cual puede ser
de color blanco, azul o verde. En Galipán se asocia con la leyenda de los
enterramientos de morocotas. Dicen que son los espíritus avisando que hay un
tesoro, porque así pueden descansar en paz una vez que las personas que lo
encuentran les rezan.
Otros
comentan que el tema está relacionado con cementerios que existen y no se han
descubierto. Se cree que en las haciendas enterraban a los esclavos en sitios
que pueden estar ocultos. No se tiene mucha idea de lo que hacían con los
cuerpos de los esclavos, pero con seguridad no los sepultaban en el mismo lugar
que a los blancos.
Hay
una hacienda en Caruao, llamada San Faustino, donde están haciendo una
investigación antropológica a raíz de haber encontrado un cementerio de
esclavos. Pero lo más asombroso del caso es que comenzaron el estudio porque,
según dicen, había cierta actividad paranormal en el sitio y no se explicaban
la razón.
Los
que analizan el fenómeno desde otra perspectiva señalan que en El Ávila existe
un magnetismo especial, con lugares donde esto se acentúa como por ejemplo en
El Picacho. Afirman que por la acumulación de energía se abren portales, lo que
quiere decir la comunicación entre dos lugares separados en cuanto a
espacio-tiempo.
A
los que no han visto esas luces, el tema les puede parecer una locura
delirante, o creer que son alucinaciones, o lo que es peor, pensar que son
mentiras para crear expectativa. No es seguro que todo el mundo las pueda ver,
pero probar no cuesta nada. Eso sí, duerman acompañados porque da miedito.
Hotel Humboldt
El
Hotel Humboldt, ubicado en el Pico Ávila a 2.159 metros de altitud, fue un ambicioso
proyecto de Marcos Pérez Jiménez (1914-2001), en conjunto con el teleférico que
uniría a Caracas con el litoral central. Es un ícono del Waraira Repano y le ha
dado su nombre al sitio donde fue construido, así como a sus alrededores.
El
diseño del hotel es del arquitecto venezolano Tomás José Sanabria (1922-2008)[21], graduado en la
Universidad Central de Venezuela y Magíster por la Universidad de Harvard
(USA). En Estados Unidos fue alumno de Walter Gropius, fundador de la Escuela
de la Bauhaus, de quien adoptó su estilo.
Aunque
ha sido remodelado, el hotel conserva su estructura y diseño original. Es una
torre de sesenta metros de altura, con catorce pisos y setenta habitaciones. Tiene
forma cilíndrica, lo que le otorga una vista de 360º sobre Caracas y La Guaira,
y la fachada es de cristal y aluminio, lo cual hace que se conserve el calor.
Fue
edificado en tan sólo 199 días entre mayo y noviembre de 1956 por 600 obreros
que trabajaron en la construcción. Se inauguró el 29 de diciembre del mismo
año, aunque comenzó a funcionar en abril de 1957. Posteriormente, en 1966
empieza a ser operado por la Cadena Sheraton, pero el negoció no funcionó y el
hotel cerró en 1970.
Luego,
en el período 1971-1978, se convierte en un hotel escuela a cargo del Instituto
Nacional de Capacitación y Educación (INCE), tiempo durante el cual sufrió un
marcado deterioro. Seguidamente estuvo abandonado hasta 2001, cuando es
otorgado en concesión, junto al teleférico, al consorcio Ávila Mágica que era
del Banco Federal.
En
2007 se revoca el acuerdo, pasando nuevamente al Estado, y a partir de 2012
comienza a ser refaccionado para ser reinaugurado en mayo de 2018. Actualmente
es un hotel Cinco Estrellas con habitaciones de lujo. Cuenta con una piscina
temperada y un famoso restaurante, además de todos los servicios y muchas
atracciones.
En
este lugar existe una leyenda, basada en un hecho que al parecer aconteció en
la vida real. Se refiere a una mujer que aparece asomada a uno de los balcones del
piso 8, aun estando la habitación desocupada. Acostumbra a deambular por todos
los pasillos y en las noches se escucha su llanto y a veces también su risa.
Se
trata de la amante de Pérez Jiménez, quien se desplomó desde las alturas al ser
acosada por la esposa de éste. El susodicho estaba en una de las habitaciones con
la joven, que era una bailarina, cuando se presentó de Doña Flor. La muchacha
se escondió en la terraza, pero fue descubierta por la señora, lo que provocó
su caída al vacío.
Teleférico Warairarepano
El
primer sistema del teleférico fue construido por la empresa alemana Heckel y recorría
una distancia de once kilómetros desde Caracas hasta Macuto. Entre los dos
tramos existían cinco estaciones: Maripérez, Ávila, Galipán o El Lirón, San
José o Loma de Caballo y El Cojo en Macuto. Se abrió al público en abril de
1956.
Adicionalmente,
había otro trayecto que iba desde la Estación Ávila hasta el Humboldt, de forma
tal que los huéspedes transportaran sus equipajes cómodamente y llegaran
directamente hasta el hotel en teleférico. Esta línea era llamada “el
teleférico de la cresta” y tenía 600 metros de largo.
Hasta
el año 1977, cuando se cerró el sistema, las cabinas eran más grandes. En la
última etapa cabían 25 pasajeros[22] incluyendo un operador
que se encargaba de las puertas y de la seguridad. Igualmente, fueron cambiando
de color: primero verdes, luego anaranjadas y finalmente rojas.
Por
otra parte, existían tres tipos de cabinas: uno para los pasajeros comunes;
otro para los VIP, que eran los que iban al hotel; y luego había cabinas
presidencias que tenían teléfono y bar, las cuales sólo podían ser usadas por
personalidades importantes y conllevaba un protocolo especial.
El
teleférico se clausuró a partir del 8 de agosto de 1977 a causa del deterioro
general y a un accidente. Se produjo una falla eléctrica y se dañó un cable,
por lo que cuatro cabinas quedaron colgando en el precipicio. Los bomberos
tuvieron que sacar a la gente en sacos y muchos pasaron la noche en las cabinas
expuestos al viento y al frío[23].
El
sistema reabre con el nombre de Ávila Mágica en el año 2001. Este grupo financiero
hizo una importante inversión, cambiando el cableado y sustituyendo las
cabinas. Posteriormente, en el año 2007, cuando le retiran la concesión, el teleférico
comienza a llamarse Warairarepano que es el nombre actual.
En
aquel momento el gobierno anunció que en un plazo de 18 meses estaría operativo
nuevamente el tramo hasta Macuto, cosa que aún no se ha llevado a la práctica.
Se habla del proyecto, pero intentan hacer una nueva ruta, a la cual los
vecinos de Galipán se oponen insistiendo en que se reactive la anterior.
Cueva Alfredo Jahn
Otra
maravilla del Parque Nacional Waraira Repano es esta cueva, la cual es la más
grande del centro de Venezuela y la sexta del país. Está ubicada en el extremo
oriental de la Serranía de la Costa, a dos horas de Caracas y a cuatro
kilómetros al oeste de la población mirandina llamada Birongo.
Este
pueblo escondido, que poca gente conoce, tiene una historia muy peculiar. Sus
primeros pobladores fueron esclavos que se escaparon de las plantaciones de
cacao para esconderse en las montañas. Luego comenzaron a desarrollar sus
propios cultivos y comerciaban con los piratas holandeses desde la Bahía de
Higuerote.
La
mejor forma de llegar es vía Guatire, cogiendo luego hacia Tacarigua de
Mamporal desde Caucagua. Aunque lo más práctico es tomar un tour y viajar en
los autobuses que salen de la Plaza Altamira, en un “full day” que incluye
traslado, almuerzo y visita guiada dentro de la cueva, además de conocer
Birongo.
Los
primeros exploradores que entraron a la gruta fueron los espeleólogos
venezolanos Juan Antonio Tronchoni, Eugenio de Bellard y Roberto Contreras en
el año 1952, pero los pobladores de la zona la conocían desde mucho tiempo atrás por
el nombre de Tapa de Cambural, ya que la cueva se encuentra en el curso de la
Quebrada Cambural.
Los
mencionados espeleólogos decidieron bautizarla como Cueva Alfredo Jahn, en
honor al ilustre ingeniero, investigador y científico venezolano llamado así,
quien nació en 1867 y falleció en 1940 dejando un importante legado de
conocimientos sobre la Cordillera de la Costa, los Andes y la Amazonía
venezolana.
Esta
cueva es espectacular en cuanto a sus formaciones de estalactitas y estalagmitas,
que crecen desde el techo y el suelo por el efecto del agua al filtrarse
durante cientos o miles de años. Tiene quince entradas y 4,29 kilómetros hasta
ahora descubiertos, que quizás podrían ser más, a lo mejor atravesando una
parte importante del cerro.
Para
visitar este sitio hay que ir preparado con algunos implementos y contar con un
guía. Por tal motivo, si se quiere ir a la cueva, es recomendable ponerse en
contacto con cualquiera de las empresas turísticas o personas que ofrecen el
servicio, quienes dan los detalles y las recomendaciones.
Desaparecidos y accidentes históricos
del Ávila
El
cerro El Ávila es tan deslumbrante como peligroso, aún para las personas que
creen conocerlo bien. Perderse por uno de sus senderos y no saber cómo regresar
es muy fácil si te apartas del camino principal sin darte cuenta. Extraviarse
en el Waraira Repano puede significar no volver nunca más.
Existe
el riesgo de deshidratarse, y la hipotermia es otro de las grandes amenazas ya
que la temperatura baja considerablemente en las noches. Aunque tengas celular
hay muchas zonas donde no hay señal, y abundan cunaguaros y serpientes
venenosas, además de malhechores que acechan a los visitantes.
Casualmente
hoy, 13 de enero de 2024, tristemente ha sido hallado sin vida el ingeniero
chino de 43 años, llamado Zhanbin Wang, que estaba desaparecido desde el día 6
de los corrientes. Luego de varios días de intensa búsqueda, fue encontrado en el
barranco de una zona boscosa cercana a la Quebrada Chacaíto.
Por
otro lado, avionetas y aviones se han estrellado contra el cerro, siendo los
accidentes más famosos los dos ocurridos en 1956 y 1978. Además, en la historia
de la aviación venezolana han desaparecido varias aeronaves, de las cuales hay
especialmente una[24] que posiblemente haya
sido sepultada por la maleza del Waraira Repano.
Entre
las personas que desaparecieron en El Ávila hay tres casos muy sonados, que
ocurrieron en la década pasada, así como también es histórico lo sucedido con
el Vuelo 253 de Aeropostal y con el Vuelo del Cessna 310 matrícula YV-1019-P,
en el cual iba el candidato presidencial Renny Ottolina.
Paula Imbriano
Paula
es el nombre de una joven que decidió subir caminando hasta el Pico El Ávila,
mejor conocido como el Humboldt. Iba con un amigo, pero se adelantó y cuando se
dio cuenta estaba en un sendero intrincado. Intentó volver, sin hallar la ruta.
El compañero llegó hasta el Humboldt y la buscó, pero no la encontró. Paula
estaba perdida.
Habían
subido por Altamira el domingo 14 de mayo de 2017. Bomberos, Protección Civil y
rescatistas voluntarios comenzaron a movilizarse. Sin embargo, pasaban los días
y nada. Cada vez que anochecía se alejaba la esperanza de encontrarla con vida.
Se recorrieron todos los caminos posibles, pero la joven no estaba en ninguna
parte.
Cuenta
Paula que escuchó los gritos, pero ya se encontraba muy débil y no podía
contestar. Se había deslizado por un barranco[25] lastimándose un pie y
pasó varios días sin beber ni comer. Por suerte no perdió la esperanza de que
iba a ser hallada, como en efecto sucedió luego de transcurridas más de seis
interminables jornadas.
El
sábado 20 de mayo los grupos de rescate decidieron regresar al punto donde nace
la Quebrada Quintero y comenzaron a bajar hacia el fondo, encontrando una suela
de los zapatos que llevaba Paula el día que desapareció. Volvieron a llamarla y
milagrosamente la joven pudo responder. No haberlo hecho hubiera significado
una muerte segura.
Los
bomberos tardaron hora y media en llegar hasta el sitio donde estaba Paula.
Pudieron prestarle primeros auxilios, pero era imposible subirla por la pared a
través de la que habían descendido. Entonces llegó otro equipo que se dedicó a
abrir una pica, en lo cual tardaron cinco horas. Habían pasado seis horas y
media desde que la oyeron.
Finalmente,
a la una de la mañana, luego de transcurridas ocho horas, pudo montarse en la
ambulancia que la esperaba en la Cota Mil. Aunque siempre estuvo consciente, lo
cual la salvó, se encontraba en un avanzado estado de deshidratación y tuvo que
permanecer varios días hospitalizada.
Juan Luis Rodríguez
El
profesor Rodríguez, de 40 años, salió de su casa rumbo al Waraira Repano el
sábado 13 de septiembre de 2008. Estaba entrenando para un maratón que se
llevaría a cabo en diciembre y en el cual participaría. A las 3:35 p.m. se
comunica con su familia. Dice que está perdido cerca de Sabas Nieves y que le
queda poca batería en el celular.
El
miércoles 17, es decir cuatro días después, se encuentra el bolso del profesor
en la base del Pico Oriental, que está un poco lejos de Sabas Nieves en
comparación a lo que Rodríguez había informado en su conversación. En el bolso
estaba el recipiente con la comida, que no había sido consumida totalmente, y
el celular descargado.
Pero
el misterio va más allá, ya que las autoridades hicieron una geolocalización de
la llamada de Rodríguez y se abrió una celda en el área de Caraballeda. Aunque
esto podría deberse a un cálculo incorrecto, debido al margen de error que
supone este tipo de medición, igualmente resulta extraño ya que Caraballeda
está en La Guaira.
El
viernes 19 de septiembre se informa que seguiría la búsqueda de Rodríguez con
la misma intensidad. Desde el domingo 14 habían realizado caminatas y
sobrevuelos en la zona de Quebrada Quintero, donde se presumía que podía estar,
y habían bajado en rapel hasta el fondo por paredes de hasta 100 m. de
profundidad.
El
sábado 25 de octubre, transcurrido más de un mes de la desaparición,
continuaban buscándolo por la vertiente norte de El Ávila, específicamente
siguiendo el curso de la Quebrada San Julián, que desemboca en el sector de Los
Corales del litoral central, cerca de Caraballeda.
La
última noticia sobre este sonado y extraño caso es del año 2009, donde se hace
un recuento de los acontecimientos y se menciona que hasta ese momento el
profesor no había aparecido, ni vivo ni muerto. No se conoce qué sucedió
después. Las conjeturas siempre fueron muchas, pero nunca se supo lo que pasó.
Antolín Álvarez
El
señor Álvarez era conocido como “el Poeta del Ávila”, ya que había editado un
libro llamado “Espejo Mágico” que dicen vendía en la estación del teleférico.
Tenía ochenta años, pero estaba en forma y conocía muy bien el cerro ya que
acostumbraba a subir frecuentemente. Vivía solo en El Marqués porque sus hijas
estaban en el exterior.
Sobre
lo sucedido existen dos versiones, siendo más confiable la que cuenta un grupo
de montañistas donde Álvarez era muy conocido. De acuerdo con esta narración,
el Poeta no se perdió, al menos no el primer día, sino que no pudo regresar
debido a la lluvia. Por este motivo bordeó la montaña y se fue hacia los lados
de La Guaira.
Los
vecinos lo vieron salir del edificio el lunes 21 de octubre de 2013 como a las
nueve de la mañana. Iba con su atuendo típico: short, franela, zapatos
deportivos y garrocha de madera. Ese día no volvió y al siguiente llamó a una
vecina a la una de la tarde para decirle que se encontraba bien, pero que no
había podido bajar por el mal tiempo.
Le
comentó a la señora Gorea que estaba a más o menos un kilómetro del Pico
Naiguatá, del lado del mar, por lo cual trataría de descender por esa
vertiente. La ubicación que reportó luego fue corroborada por la
geolocalización de la llamada. Como a las 7:20 p.m. su hija lo contactó desde
España y ya casi no tenía batería en el celular.
El
Poeta no volvió a comunicarse ni regresó, por lo cual la Policía Nacional
Bolivariana, los guardaparques, los bomberos, los rescatistas y los montañistas
comenzaron a buscarlo con helicóptero y caminando. Recorrieron palmo a palmo
toda la vertiente norte y sur del Ávila durante meses, pero no apareció vivo y
tampoco se encontró su cuerpo.
Había
subido por La Julia, como lo hacía usualmente, pero quizás no conocía los
caminos del otro lado. Los amigos y vecinos piensan que probablemente se haya
resbalado y caído por algún precipicio, bien sea extraviado, o simplemente
bajando por un terreno resbaladizo a consecuencia de las lluvias.
Para
2019 todavía no se sabía nada de lo sucedido al señor Álvarez. El 21 de octubre
de ese año aparece una nota conmemorativa del Grupo Rescate Caracas,
recordando que en esa fecha, pero del año 2013, el Poeta había sido visto con
vida por última vez, y que no había sido posible ubicar sus restos en el
Waraira Repano.
Vuelo 253 de Aeropostal
El
Lookheed L-749 Constellation de Aeropostal había salido del aeropuerto Idlewild
de Nueva York la noche del 26 de noviembre de 1956, para realizar un vuelo
hasta Caracas que duraría 9 horas y 48 minutos. A bordo iban veinticinco
personas: siete tripulantes y dieciocho pasajeros, de los cuales diez eran
ciudadanos estadounidenses.
Cerca
de las ocho de la mañana del martes 27 de noviembre, el avión se aproximaba al
aeropuerto de Maiquetía. A las 7:51 a.m. el piloto Marcel Combalbert, de
nacionalidad francesa, se comunica con la torre de control. En ese momento había
mal tiempo y la nave se ubicaba a 75 millas (120,7 Km.) al noroeste de la
pista.
Posteriormente
se vuelve a reportar cuando estaba a una distancia de 35 millas (56,3 Km.) y
volaba a una altura de 7.000 pies (2.134 metros). A los pocos minutos,
encontrándose a unos 18 kilómetros de Maiquetía, se estrelló en el Pico
Occidental de la Silla de Caracas, en la ladera sur del Cerro El Ávila, en una
zona cercana a Galipán.
Murieron
todos los ocupantes del avión y para las labores de rescate fueron utilizadas
las cabinas del funicular. El informe sobre la causa del accidente indica que
el piloto no cumplió con los protocolos. Estimó mal la velocidad y, cuando
enfiló para aterrizar, la altitud no era la adecuada. Estuvo a punto de caer en
la estación del teleférico.
Vuelo Cessna 310 matrícula YV-1019-P
El
accidente de esta aeronave privada ocurrió el jueves 16 de marzo de 1978, se
estima que sobre las 5:23 de la tarde. Despegó de Maiquetía con destino a
Porlamar a las 5:17 y el capitán se comunicó con la torre de control dos
minutos después, para informar que, debido a las excelentes condiciones meteorológicas,
su vuelo sería visual.
En
la avioneta viajaban seis personas, incluyendo el piloto caraqueño Carlos
Domingo Olavarría, propietario del avión. Se dirigían al Estado Nueva Esparta,
con motivo de reuniones políticas y de empresarios. Renny Ottolina (1928-1978),
conocido como “El Número 1”, pocos meses antes había lanzado su candidatura
presidencial.
Renny
es considerado el presentador más destacado de la televisión venezolana y
siempre será recordado por su programa “El Show de Renny”, que se transmitía
por Radio Caracas Televisión a mediodía con récord de audiencia nacional. Hijo
de un inmigrante italiano, nació en Valencia y llegó a Caracas con seis años.
La
nave despareció del radar a los seis minutos del despegue. Inmediatamente se
activó el protocolo SAR (Search and Rescue) y se comenzó el rastreo en el mar,
donde se creía que habían caído. Luego se pensó que podrían haber chocado
contra la montaña y tras algunos días de búsqueda se pudo visualizar la avioneta
cerca del Pico Naiguatá.
Las
labores de rescate de los cuerpos se llevaron a cabo el 21 de marzo, para lo
cual construyeron un helipuerto cerca de la zona. Se determinó que todos los
viajeros habían muerto de inmediato debido al impacto. Una versión del
siniestro fue que, por alguna razón, el piloto trató de volver a Maiquetía arrimándose
demasiado al cerro.
Los
informes de los organismos nacionales e internacionales que revisaron los
restos de la avioneta concluyeron que fue un accidente, quizás ocasionado por
el hecho de volar de forma visual y debido a que probablemente alguna nube los
había envuelto. Pero siempre se ha pensado que lo ocurrido fue producto de un
atentado[26].
Referencias:
-Altez,
Y. (2017). La antigua y desconocida hacienda de San Faustino. Disponible en https://www.redalyc.org/journal/712/71256133009/html/
-Aso,
P. y Pereira J. (1984). Guaraira Ripano. Sierra Grande. Cuadernos
Lagovén.
-De
Humboldt, A. (1985). Viaje a las Regiones Equinocciales del Nuevo Continente.
Tomo 2. Caracas: Monte Ávila Editores.
-Hernández,
M. (2008). Los canarios en la Venezuela Colonial (1670-1810). Disponible
en https://www.academia.edu/10174205/Los_canarios_en_la_Venezuela_colonial_1670_1810_
-Lizandro
S. (Enero 26, 2018). Y así Paula volvió a nacer. Disponible en https://www.lavidadenos.com/y-asi-paula-vuelve-a-nacer/
-Lucas G. y Salazar S. (S/F). Macuto. De aldea indígena a resort de moda. Disponible en https://www.academia.edu/50749673/Historiadel_pueblo_de_Macuto_Estado_Vargas_Venezuela
-Morales,
G. y Rodríguez, G. (2015). Tierra de libertad: semblanza de Galipán. Disponible
en http://biblioteca2.ucab.edu.ve/anexos/biblioteca/marc/texto/AAT0889.pdf
-Núñez,
E. (2004). La Ciudad de los techos rojos. Caracas: Monte Ávila Editores
Latinoamericana.
-Santana,
L. (S/F). Galipán y El Ávila…Siempre a tu altura. Disponible en https://galipanero.wordpress.com/fundacion-galipan/
[1] La
historia dice que pagó quince pesos de oro por las tierras.
[2] El
viejo Teatro Coliseo fue inaugurado en 1784 y estaba entre las esquinas El
Conde y Carmelitas.
[3]
Fue un destacado conquistador español que llegó a Venezuela en el año 1563.
[4]
En los primeros tiempos de la Colonia el cerro era llamado “Sierra del Norte” o
“Montaña del Mar”.
[5]
Canario de la Candelaria que se sublevó contra la Compañía Guipuzcoana y cuya
casa fue sembrada con sal.
[6]
También dicen que significa “Sierra Grande” o “Montaña Grande”. Algunos
investigadores afirman que el nombre correcto es Wariarepano, que se traduce
como “Lugar de las Dantas”, debido a la abundancia de estos mamíferos en la
época de los Caribes.
[7]
Todas las investigaciones apuntan a que los primeros pobladores de Venezuela
llegaron hace 15.000 años. De acuerdo a las excavaciones arqueológicas, se estima
que los Caribes arribaron hace unos 2.000 años.
[8]
Los picos Oriental y Occidental se conocen como Pico Oriental de la Silla de
Caracas y Pico Occidental de la Silla de Caracas.
[9]
Ocurrido el Jueves Santo 26 de marzo a las 4:05 de la tarde.
[10]
Algunos dicen que era una encomienda.
[11]
La segunda Carretera Vieja Caracas-La Guaira se finalizó en 1924 bajo la
dictadura de Juan Vicente Gómez.
[12] Prócer
de la Independencia. En este lugar fue expuesta su cabeza frita dentro de una
jaula.
[13]Existe
muy poca información sobre las mismas.
[14]
Sale de la Iglesia de La Pastora y llega a Maiquetía. El recorrido se hace en
doce horas aproximadamente.
[15]
Se desconoce año de nacimiento. Murió en 1688.
[16]
La morocota es una moneda de oro cuyo valor equivalía a 20 dólares americanos.
[17]
Terremoto de San Bernabé, ocurrido el 11 de junio de 1641 entre 8:30 y 9:00
a.m.
[18]
No se tienen datos sobre su nacimiento, se cree que murió en 1617.
[19]
La construcción del Seminario Santa Rosa se demora y el Terremoto de San
Bernabé, ocurrido el 11 de junio de 1641, destruye lo que se había edificado a
la fecha. Finalmente se inaugura en 1673.
[20]
Sólo para hospedaje.
[21]Entre
otras importantes obras, también es el creador del actual edificio del Banco
Central de Venezuela ubicado en la Esquina de Carmelitas.
[22]
Actualmente la capacidad es de ocho personas.
[23]
Para colmo, ese día llovió torrencialmente.
[24]
La aeronave piloteada por el empresario Gustavo Ramella Vegas desapareció el
Jueves Santo 15 de abril de 1954. Iban cuatro personas a bordo y cubría la ruta
Maiquetía-Caicara del Orinoco. A pesar de una intensa y larga búsqueda nunca se
hallaron los restos.
[25]
La recomendación de los organismos oficiales es que, si alguien se llega a
perder, permanezca en el sitio y no trate de buscar vías para regresar, porque
puede ser más peligroso aún.
[26]
La causa del suceso nunca quedó suficientemente clara.
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