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miércoles, 27 de diciembre de 2023

Santa Rosalía: la parroquia de las leyendas y de la gente ilustre


Rosalía es una parroquia llena de leyendas, aunque se podría decir que más bien es una leyenda. Sobre esta rivera un poco olvidada de Caracas hay cantidad de historias para contar y mucha gente ilustre que destacar. Quizás ninguna otra parroquia ha dado tantos talentos. 

En Santa Rosalía nacieron genios de diversos ámbitos tales como Francisco de Miranda (1750-1816), Antonio Pérez-Bonalde (1846-1892), Rómulo Gallegos (1884-1969), Armando Reverón (1889-1954) y César Rengifo (1915-1980), por mencionar sólo a unos cuantos.

Sirva este breve recuento histórico para rescatar algo de la memoria de Santa Rosalía.

Contenido

  • Breve historia de la parroquia
  • Iglesia Santa Rosalía
  • Algunas esquinas
  • Puentes
  • Casa del Santo Oficio y Palacio de Justicia
  • Cementerio General del Sur                                                   
  • Lincheros de Santa Rosalía
  • Santa Rosalía en tiempos de Gómez  

Breve historia de la parroquia



Esta parroquia se funda oficialmente el 5 de abril de 1795, con parte de lo que fue la Parroquia San Pablo que 81 años más tarde se convertiría en la Parroquia Santa Teresa. Pero los orígenes de Santa Rosalía datan de 1697, cuando el obispo Don Diego de Baños y Sotomayor promueve la creación de una ermita.

La capilla se erige luego de que en 1696 se desatara una terrible epidemia de fiebre amarilla, o vómito negro como también se le llamaba. Los muertos no cabían en los cementerios y se enterraban en los campos. Debido a que Santa Rosalía es la patrona de las enfermedades infecto-contagiosas, fue invocada por la población.

La ermita estaba ubicada en un lugar despoblado y lleno de arbustos, denominado la Sabana del Viento por la fuerte brisa del noreste que allí soplaba. Este sitio se localizaba en los alrededores de lo que actualmente es la Esquina del Viento, una cuadra al oeste de la Av. Fuerzas Armadas y una cuadra al sur de la Av. Lecuna.

La zona cobra mayor auge cuando del 5 de julio de 1876 Guzmán Blanco inaugura el Puente Regeneración, mejor conocido como Puente Hierro, el cual va a comunicar a Santa Rosalía con lo que hoy es El Paraíso, al otro lado del Guaire. Este puente también unió el casco de Santa Rosalía con el sector llamado Las Flores de Puente Hierro.

Hasta la década de 1950 Santa Rosalía era una zona de casas coloniales, con portón, zaguán, recibidor, amplio patio central lleno de árboles frutales, habitaciones en los pasillos de los costados, y un par de grandes ventanas enrejadas, con postigos de madera, donde a veces se asomaban las muchachas.

A partir de los años de 1960 se comenzaron a construir edificios modernos, que se mezclaron con las viejas casonas. Actualmente aún persiste este tipo de arquitectura, donde se observa una combinación de casas coloniales con edificaciones que datan de la última mitad del siglo XX y algunas más recientes.

Santa Rosalía fue una parroquia muy extensa. Hasta 1936 comprendía todo el territorio de la actual Parroquia San Agustín y hasta el año 1994 la totalidad de lo que hoy es la Parroquia San Pedro, que abarca la Ciudad Universitaria, el Paseo de Los Ilustres, la Plaza de Las Tres Gracias y la Roca Tarpeya, entre otras zonas.

Actualmente Santa Rosalía posee una extensión de 6,68 Km², figurando en el décimo lugar de las 22 parroquias del Distrito Capital comenzando por la más pequeña, pero el 37% de su territorio está ocupado por el Cementerio General del Sur. Según el censo del año 2011 tiene 101.103 habitantes. Sus límites son:

  • Norte: Parroquias Catedral y Candelaria
  • Sur: Parroquia El Valle
  • Este: Parroquias San Agustín y San Pedro
  • Oeste: Parroquias Santa Teresa, El Paraíso y La Vega

Iglesia Santa Rosalía



La Iglesia Santa Rosalía, ubicada entre las esquinas Santa Rosalía y Candilito[1], fue inaugurada en el año 1730, treinta y tres años después de construida la capilla de la Sabana del Viento. La Esquina Santa Rosalía está a una cuadra de la Avenida Lecuna bajando por la Esquina Velásquez, a tres cuadras al oeste de la Av. Fuerzas Armadas.

La ermita original, erigida en 1697 para agradecer a Santa Rosalía los favores ante la epidemia de la peste, fue la primera obra religiosa importante de la zona. Según Requena, en 1708 esta capilla era de tapias, estaba techada con tejas y no era tan pequeña. Tenía dos puertas, dos ventanas, cinco altares y un campanario.

De acuerdo a Arístides Rojas, el viejo templo se había deteriorado con el paso del tiempo, quizás por la humedad. Por otra parte, estaba construido sobre el campo donde enterraron a los fallecidos víctimas de la fiebre amarilla, lo que ponía una nota de acentuada lugubridad en el sitio.

Por estos motivos o por otros, se levanta una nueva iglesia y también se decide hacer un pequeño convento para que fuera ocupado por las Hermanas Carmelitas, quienes vienen procedentes de México instalándose en 1732. Alrededor de este claustro existen curiosas leyendas que hablan de apariciones y de sucesos extraños.

No se sabe por qué razón las monjas comenzaron a sufrir alucinaciones y veían a hombres con barbas largas que trataban de abrir sus celdas en la noche. Finalmente las hermanas deciden regresar a su país y sólo una de ellas permaneció en Caracas. Vivió en una casa cercana a la Catedral y luego se fue a la Esquina de Carmelitas[2].

Una posible causa de que el diablo se apoderara del convento es que la piedra fundacional se colocó el 29 de septiembre de 1727, día de San Miguel. Como es sabido, el Arcángel San Miguel peleó contra el demonio, y quizás entonces este último se refugió entre aquellos cimientos.

En 1751 llega el gobernador Don Felipe de Ricardos (1689-1761) y dispone que los regimientos que vienen con él, más los que ya residían en Caracas, ocupen los espacios del convento que estaba abandonado. En 1756 se desata otra vez la fiebre amarilla y ataca con furia a las tropas españolas, mientras que no afecta a los nacidos en el país.

Más de uno vio a Santa Rosalía volar por los aires envuelta en fuego. Los soldados clamaban misericordia, mientras que los vecinos, que no podían dormir escuchando los gemidos de los moribundos, oraban para que la Santa se apiadara de ellos. Sólo cuando Ricardos sacó a las milicias y se las llevó para Catia cesó la enfermedad.

Al igual que el resto de las iglesias de Caracas, el templo de Santa Rosalía fue refaccionado en varias oportunidades a consecuencia de los movimientos telúricos. El Terremoto de Santa Úrsula, acontecido el 21 de octubre de 1766, lo afectó levemente, pero quedó casi destruido el 26 de marzo de 1812.

Luego del fatídico Jueves Santo de 1812, la iglesia se terminó de reparar en 1818. Posteriormente, en el año 1900, cuando sobreviene el  Terremoto de San Narciso el 29 de octubre, el templo se vuelve a dañar y se reinaugura en 1908. En cada refacción la iglesia ha sufrido algunos cambios significativos.

Actualmente el templo de Santa Rosalía es de estilo neoclásico. Tiene tres entradas de igual tamaño que dan acceso a tres naves, con tres capillas en cada uno de sus laterales. El campanario es de cuatro niveles y está ubicado en el costado derecho de la iglesia. También luce una gran cúpula ovalada localizada en el mismo lado.    

Algunas esquinas



Santa Rosalía tiene infinidad de esquinas con cautivadoras historias relativas a su  nombre, de acuerdo a las personas que vivieron en ellas o debido a las actividades que allí se realizaron. Existen muchas acerca de las cuales no se sabe mucho y de entre todas hay seis que son o fueron especialmente conocidas.

Esquina El Tejar

El nombre de esta esquina proviene de una fábrica de tejas que tenían los Frailes Dominicos en el sitio. En mayo de 1926 se inaugura, en una vieja casona que había en dicha esquina, la primera emisora radial de Caracas denominada AYRE. El día de su lanzamiento se instalaron potentes cornetas en cada una de sus seis ventanas.

Entre los principales fundadores de la estación estuvieron el hijo mayor de Juan Vicente Gómez y su edecán, el Coronel Arturo Santana (1884-1928). Posteriormente, en 1928, el dictador cierra la emisora y Santana muere al poco tiempo. Por iniciativa de un ex empleado de AYRE, en 1930 aparece la Broadcasting Caracas, que luego pasaría a llamarse Radio Caracas.

En los años de 1950 también funcionó en la Esquina de El Tejar la emisora Radio Cultura, antecesora de YVKE Mundial. Esta esquina, que estaba a una cuadra hacia el norte de la Esquina El Rosario, entre las actuales avenidas Este 8 y Fuerzas Armadas, desapareció. Sobre ella actualmente se encuentra el terminal del Nuevo Circo.

Esquina El Muerto

La historia de esta esquina tiene dos versiones un poco distintas. Cuentan que, una mañana, un grupo de camilleros fue a recoger a varios cadáveres que yacían tirados en la calle. Cuando los cuerpos estaban apilados para llevarlos a enterrar, uno de ellos se incorporó asegurando que estaba vivo, lo cual aterró a los socorristas.

Algunos dicen que esto ocurrió durante la Guerra Federal (1859-1863) y otros afirman que la leyenda es anterior y que los hechos acontecieron durante algunas de las epidemias o terremotos que azotaron a Caracas, debido a que en el plano de la ciudad correspondiente a 1843 ya aparece la esquina con este nombre.

La Esquina El Muerto fue muy famosa a mediados del siglo XX por el restaurant Gallegos, fundado en 1947, que tenía fama de preparar las paellas más deliciosas de la capital. El sitio sigue existiendo aunque ha perdido relevancia. La esquina se localiza a una cuadra hacia el oeste de la Av. Fuerzas Armadas y a dos cuadras al sur de la Av. Lecuna.

Esquina Gobernador

Se llama así porque en ella vivió, en una casona amarilla, el General Brigadier Don Pedro Carbonell Pinto Vigo y Correa (1720-1805), quien era natural de Málaga (España) y fue Gobernador de la Capitanía General de Venezuela en el período 1792-1799. La Esquina Gobernador se ubica a una cuadra hacia el oeste de El Muerto. 

En la cuadra comprendida entre las esquinas Gobernador y Candilito tuvo su casa el General Francisco de Miranda Rodríguez (1750-1816), la cual por cierto fue invadida en octubre del año 2012 por un grupo de familias “sin techo”. Seguramente estas personas desconocían el valor histórico de la propiedad.

Miranda nació en la Esquina del Hoyo #4, que era el antiguo límite entre las parroquias San Pablo y Santa Rosalía. Al lado de esta casa Don Sebastián de Miranda Ravelo (1721-1791), padre de Francisco de Miranda, tuvo su primer negocio de telas. Además, fue la primera vivienda de la familia Miranda Rodríguez en Caracas.

Esquina Velázquez

Aún sigue estando aquí la Botica de Velázquez, fundada en 1877. Fue una de las primeras farmacias del país, donde además se recetaba y se preparaban fórmulas. Ilustres médicos, tales como Luis Razetti (1862-1932), José Gregorio Hernández (1864-1919) y Domingo Luciani (1886-1979) mandaban a elaborar sus recetas magistrales en este local.

Cuando el Dr. Carlos Punceles puso la primera botica, ya la esquina tenía el nombre de Velázquez. En el sitio donde originalmente estaba la farmacia[3] vivió un tal Domingo Velázquez, quien era muy conocido por ser profesor de Latinidad en el Colegio Santa Rosa de Lima, cuya primera sede estuvo entre las esquinas de Camejo y Colón.

Luego la botica pasó por diferentes propietarios, entre ellos el famoso Salvador Álvarez Michaud, quien le vendió al padre del dueño actual. El Jarabe Lamedor para la tos es uno de sus más recordados productos, ya que todo el mundo iba a comprarlo. La esquina está sobre la Av. Lecuna, tres cuadras al oeste de la Av. Fuerzas Armadas.

Carlos Delgado Chalbaud (1909-1950), hijo de Román Delgado Chalbaud (1882-1929) y ahijado del dictador Juan Vicente Gómez (1857-1935), nació en una de las casas ubicadas entre las esquinas de Velázquez y Santa Rosalía.

Esquina El Zamuro

El nombre de esta esquina proviene de un matadero, al que los zamuros acudían atraídos por el olor. Dicen que el dueño del negocio tenía la costumbre de lanzar cohetes desde temprano en la mañana, para anunciar que había carne fresca. El lugar se conocía como la Carnicería del Zamuro.

Entre las esquinas de El Zamuro y Cruz Verde vivió María Josefa Tinoco[4], concubina  del hermano de Simón Bolívar[5]. Muchos años más tarde en la Esquina El Zamuro nació Rómulo Gallegos (1884-1969), en una humilde casa ubicada sobre la Av. Este 8, cruzando la Av. Bolívar en dirección sur a la altura del Tribunal Supremo de Justicia.

Esquina del Cristo

Dice la leyenda que aquí vivía un bodeguero mal encarado y ladrón, al que los vecinos apodaban “el diablo”. Al morir, su alma en pena merodeaba el lugar tomando la forma de un demonio, por lo cual los pobladores de los alrededores decidieron colocar un Cristo en toda la esquina para ahuyentar a la espantosa aparición.

Esta esquina se ubica sobre la Av. Fuerzas Armadas, a una cuadra hacia el sur de la Av. Lecuna. Luego de inaugurado el Cementerio General del Sur, por aquí pasaban los cortejos fúnebres en coches negros tirados por caballos que venían del norte, los cuales al llegar a la actual Av. Principal del Cementerio giraban hacia el oeste.

Puentes


Puente Curamichate

Santa Rosalía era el límite sur de Caracas. Colindando con el Guaire, la única forma de que la ciudad se expandiera era levantando puentes que permitieran el paso de carruajes hacia el otro lado del río.

Entre 1873 y 1881 Guzmán Blanco (1829-1899) construyó los puentes más importantes de Santa Rosalía. Uno en la Quebrada Cienfuegos y dos sobre el Río Guaire, que fueron arrasados pocos años más tarde.    

Según cuentan los cronistas, el peor desbordamiento en la historia del Guaire ocurrió en octubre de 1892 y se destruyeron todos los puentes de sur de la ciudad. Luego de llover durante una semana seguida, el agua del río llegó prácticamente hasta el centro de Caracas.  

Puente Curamichate

Este puente, que con el tiempo desapareció, fue construido sobre la Quebrada Cienfuegos. Se inauguró el 14 de agosto de 1873, durante el primer período de gobierno de Guzmán Blanco conocido como Septenio[6]. El nombre del puente rememora el Desembarco de Curamichate (Estado Falcón) y el triunfo de la Revolución de Abril[7].

Dicho puente le dio nombre a la esquina, que anteriormente se llamaba La Hoyada[8], por la cual pasaba la quebrada. Era una hondonada que no se podía atravesar entre el agua que corría y la basura que tiraban los vecinos. Luego el lugar se convirtió en un sitio de paseo, con bancos para sentarse a tomar el fresco.

El puente estaba decorado con hermosas columnas cuadrangulares que se denominan pilastras y son típicas de la arquitectura gótica, a las cuales coronaban jarrones de tipo etrusco. La Esquina Curamichate se sitúa en el cruce de la Av. Lecuna con la Av. Sur 5 (antiguamente Calle Ustáriz) a una cuadra hacia el oeste de la Av. Fuerzas Armadas.

Puente Hierro

El primer puente de hierro se inauguró el 5 de julio de 1875. Según la Memoria del Ministerio de Obras Públicas (MOP), que fue creado por Antonio Guzmán Blanco el 6 de julio de 1874, este puente medía un poco más de cien metros de largo y tenía una altura de aproximadamente cinco metros.

El nombre original del puente era Regeneración, debido a la esquina sobre la cual fue construido. Ésta se ubica sobre la Av. Oeste 18, muy cerca de la Autopista Francisco Fajardo, a una cuadra hacia el oeste de la Av. Fuerzas Armadas. La estructura era toda de hierro y se importó de Europa, ya que en aquella época en el país no se manejaba esta tecnología.

El Puente Regeneración fue el primero que permitió pasar el Río Guaire en carruajes tirados por caballos. Representó un gran avance, puesto que posibilitó la expansión hacia el sur, incluyendo la zona conocida como Las Flores de Puente Hierro y también San Agustín. 

Pero a pesar de su fortaleza, la obra fue destruida por la crecida de octubre del año 1892 y se tuvo que construir un nuevo puente, el cual fue inaugurado en 1898 por el entonces presidente de la República Joaquín Crespo. Posteriormente, en los años de 1950, se hace una nueva obra de acuerdo al trazado de la Autopista Francisco Fajardo.

Puente Constitución

Fue llamado inicialmente Puente Sur 7, por su ubicación. La obra se realiza durante el segundo período de Guzmán Blanco denominado Quinquenio[9]. El decreto para la construcción de “un puente de hierro y madera sobre el Río Guaire en la Calle Sur 7” se emite en enero de 1880 y la obra se abre al público en abril del año siguiente.

Este puente se situaba al final de la Avenida Sur 7, que era el nombre de la actual Avenida Fuerzas Armadas. Con la crecida del Guaire en 1892 la estructura se vino abajo y se hizo necesario levantarla otra vez. Entonces tomó el nombre de Puente Sucre y se inauguró en 1895 durante la presidencia de Joaquín Crespo.

En 1956, al construirse la Avenida Fuerzas Armadas, el Puente Sucre se fabricó de nuevo. El 13 de noviembre, cuando faltaban pocos días para la inauguración, un tramo se derrumbó causando una tragedia. Varios obreros perdieron la vida y hubo muchos heridos. Sin embargo, Pérez Jiménez no permitió retrasos.

Casa del Santo Oficio y Palacio de Justicia



El Santo Oficio comienza a funcionar en Caracas el 14 de septiembre de 1611[10], en tiempos de Felipe III (1578-1621) y al poco tiempo de llegar el Capitán General García Girón de Loayza, que gobernó en el período 1611-1616. Esta institución estuvo ubicada en la Esquina Cruz Verde de Santa Rosalía.

De este organismo toma su nombre la mencionada esquina, ya que la cruz verde era el símbolo de la Santa Inquisición española. Cuando se iba a realizar un auto de fe, los familiares del reo estaban obligados a realizar una procesión con una cruz verde que les era cedida por alguna iglesia cercana.

Llegaban hasta el sitio donde se iba a celebrar la ceremonia y depositaban la cruz en el estrado o cadalso. Una vez finalizado el acto, continuaban con la procesión y la devolvían al templo. Pero en Venezuela no existió ningún Tribunal de la Santa Inquisición y los funcionarios únicamente se encargaban de vigilar.

También levantaban expedientes y los acusados eran enviados a Cartagena de Indias a ser juzgados. Existe poca información al respecto, aunque está documentado que algunos terminaron en la hoguera. Tal es el caso del inglés Adán Edón, capturado en Cumaná en 1619 y acusado de herejía.

Edón era un marinero anglicano que se negaba a rezar y cuando fue sometido a juicio no aceptó convertirse a la religión católica. Se conocen otros casos que pasaron muchos años en mazmorras, como el mulato Juan de Frías, que fue arrestado en 1669 y condenado a muerte, pero luego fue perdonado y estuvo preso durante catorce años. 

Famoso es el médico canario Juan Perdomo, acusado de leer libros prohibidos. Además era muy hablador y sus conversaciones delataban lo que leía, por lo cual fue considerado hereje y enviado a Cartagena en 1781. Logró escapar pero fue atrapado en España, donde murió en 1800 luego de permanecer muchos años en la cárcel.  

En Venezuela, la mayoría de las acusaciones se originaron por poseer textos no permitidos, que eran casi todos los no católicos. Francisco de Miranda (1750-1816) fue uno de los más perseguidos. Se salvó porque huyó a Estados Unidos y después a Francia en los tiempos de la Revolución Francesa.

El grupo de funcionarios del Santo Oficio en Caracas constaba de un comisario, un notario, un cuerpo que practicaba las detenciones, y muchos espías que pertenecían a todos los estratos sociales. Existieron funcionarios muy conocidos[11], dicen que uno de ellos, de apellido Rodríguez, se casó con una hermana de Francisco de Miranda.  

La siniestra casona de la Santa Inquisición tenía dos entradas, por las actuales avenidas Este 8 y Sur 1. Una era para los numerarios, entre cuyas funciones también estaba investigar la limpieza de sangre, y la otra para el ganado y la servidumbre. La casa ostentaba una gran cruz verde en su fachada, ya que este símbolo era su emblema.

De acuerdo al blog del arquitecto y artista plástico Napoleón Pisani (1940-2013), esta cruz verde de bronce fundido, que mide 110 x 90 centímetros, pertenece actualmente a la Fundación John Boulton, cuya sede se encuentra al lado del Panteón Nacional, Foro Libertador, casa número 3.

Contaba el mencionado artista plástico, quien trabajaba como voluntario para la citada fundación cuando fue asesinado[12], que la cruz estaba sepultada bajo los escombros de la Casa del Santo Oficio. Algunas informaciones apuntan a que la estructura fue demolida en el año 1943 durante el gobierno de Isaías Medina Angarita (1897-1953).

En la cuadra del frente hacia el norte, sobre la Avenida Bolívar, actualmente se encuentra el Palacio de Justicia, el cual se comenzó a construir en 1986 durante el período presidencial  de Jaime Lusinchi (1924-2014), de acuerdo al proyecto del arquitecto Carlos Gómez de Llarena (1939).

El complejo consta de dos edificios de cinco pisos, separados por una plaza cubierta que mide 5.000 m². Las torres, que se terminaron entre los años 1992 y 1993, se denominan Sur o Cruz Verde y Norte o Camejo. Ésta es la sede de los tribunales mayores de Caracas y se localiza entre las parroquias de Santa Rosalía y Santa Teresa.

Cementerio General del Sur



Este camposanto se localiza en el suroeste de la Parroquia Santa Rosalía, cerca de la barriada de El Cementerio, al final de la avenida principal del mismo nombre. Fue inaugurado por el entonces presidente de Venezuela Antonio Guzmán Blanco (1829-1899) el 5 de julio de 1876. La mayor parte del terreno se compró en 1875 siendo luego ampliado en 1889.

Los predios pertenecían a una hacienda llamada Tierra del Jugo –quizás en alusión al cultivo de caña dulce- la cual se ubicaba en un caserío denominado Rincón del Valle. La intención de abrir un nuevo cementerio obedeció a una medida de profilaxis, ya que algunos de los existentes estaban en pésimas condiciones de salubridad.

Según información proveniente del recuento que hace el historiador Manuel Landaeta Rosales (1847-1920) en su libro “Los cementerios de Caracas: desde 1567 a 1906”, para el año 1876 sólo había seis camposantos oficialmente operativos, en los que se prohibió seguir enterrando difuntos.

Cementerio del Este

Estaba ubicado en la Parroquia La Candelaria, específicamente donde actualmente se encuentra el Liceo Andrés Bello, pero también abarcaba sus inmediaciones. A partir de 1876 gran parte de su extensión pasó a formar parte de la Hacienda El Conde.

Cementerio de los Canónigos

También era llamado Cementerio de los Hermanos de la Cofradía de San Pedro. En este lugar eran enterrados los religiosos. Se encontraba en la cuadra donde está la esquina de este nombre, en la Parroquia Altagracia.

Cementerio de los Ingleses

Estaba destinado a los súbditos de la Corona Británica. No se sabe mucho acerca de este camposanto. Al parecer se ubicaba en lo que actualmente es Quinta Crespo, en la actual Parroquia Santa Teresa, y estaba en muy mal estado.

Cementerio de los Alemanes

Aquí enterraban a los difuntos de origen alemán. Estaba al frente del Cementerio de los Ingleses y se conservaba mejor. Ambos camposantos, el Inglés y el Alemán, fueron construidos debido a que no se aceptaban a los no católicos en otros.

Cementerio de los Hijos de Dios

Se localizaba frente a lo que hoy es la Universidad Católica Santa Rosa en La Pastora. Se inaugura en 1856 por iniciativa privada, ya que el Cementerio del Este estaba saturado y el Cementerio San Simón (actual Hospital Vargas) era inseguro.

Cementerio de Catia

Este camposanto quedaba contiguo al Hospital Militar de Catia, ubicado en la Planicie desde el año 1867. Fue creado en los tiempos del Mariscal Crisóstomo Falcón y estaba destinado únicamente a las Fuerzas Armadas.

Estos eran los camposantos conocidos que existían y se clausuraron al ser inaugurado el Cementerio General del Sur, primero llamado Rincón del Valle y posteriormente Prado de María. Pero Caracas, entre las epidemias, las guerras y los terremotos, tenía cementerios por todas partes.

Hay pruebas de que posteriormente se reabrieron y se repararon algunos cementerios. Prueba de ello es que, en las Memorias del MOP de 1882, aparece la construcción de la “Calle del Medio” en el Cementerio del Este: “con rellenos, dos aceras de laja, empedrado total y cañerías de desagüe” (p.31).

El nuevo camposanto del sur fue una obra de arte. A su entrada había una hermosa capilla de estilo neoclásico y se ubicaron 118 esculturas a lo largo de todo el cementerio. Decorativas baldosas adornaban sus caminerías, además de bellas jardineras y muchas áreas verdes, en conjunto con la espectacularidad de los panteones familiares.  

Mediante un trazado de avenidas y calles, el Cementerio General del Sur se dividió en seis áreas que tenían diferentes precios, donde la más costosa era la parte central. Adicionalmente se consideró el aspecto religioso para los entierros y, por otra parte, existía una zona donde se ubicaba a los difuntos ilustres.

Aquí fueron enterrados personajes de la talla de Juan Antonio Pérez Bonalde (1846-1892) y Armando Reverón (1889-1954), quienes actualmente están en el Panteón Nacional; así como José Gregorio Hernández (1864-1919), cuyos restos fueron trasladados en 1975 a la Iglesia N.S. de la Candelaria.

También está la tumba de Aquiles Nazoa (1920-1976) y los mausoleos de Carlos Delgado Chalbaud (1909-1950), Joaquín Crespo (1841-1898), Isaías Medina Angarita (1897-1953) y Rómulo Gallegos (1884-1969). Pero los tres últimos están vacíos, ya que fueron profanados y sus huesos desaparecieron al igual que muchos otros.

El Cementerio General del Sur está lleno de leyendas. Existen dos tumbas particularmente interesantes, que son las de María Francia y la de Ismael Sánchez. En la primera los estudiantes colocan sus libros y medallas como ofrendas, mientras que a la segunda acuden los padres para pedir que sus hijos se alejen del mal camino[13].

Acerca de la historia de María Francia (1905-1920) existen varias versiones. La que prevalece es que era una joven muy inteligente y estudiosa, a la que los padres obligaron a casarse. Dicen que fue mordida por una serpiente el día de su boda, mientras que armaba un ramo con flores de su jardín.

En cuanto a Ismaelito, a veces se confunde con otro. Se sabe que vivía en el Guarataro y que murió en 1963 acuchillado durante una pelea en el 23 de enero. Algunos afirman que nació en 1941. Preside la Corte Malandra y protege a las personas que le imploran, ya que nunca fue un mal muchacho a pesar de su conducta delictiva. 

Lincheros de Santa Rosalía


José Ruperto Monagas

Los Lincheros conformaban un cuerpo paramilitar armado con palos y piedras, que aterrorizaba a los opositores de José Ruperto Monagas (1831-1880) quien era el cabecilla. Empezaron como un grupo de filiación partidista denominado Sociedad Política y Religiosa de Santa Rosalía, pero terminaron siendo sumamente violentos.

El principal enemigo era Antonio Guzmán Blanco, que tenía mucha influencia y manejaba con arte los hilos del poder. Al poco tiempo de triunfar la Revolución Azul, que hizo aparecer de nuevo a los Monagas, el que se convertiría en Ilustre Americano había regresado de Europa, lo cual representaba un serio peligro.

Una de las más recordadas actuaciones de los Lincheros de Santa Rosalía ocurrió la noche del 29 junio de 1869, cuando colocaron carteles por toda la ciudad convocando a los pobladores para que ahorcaran a los partidarios de Guzmán Blanco. También fueron hasta la casa de Antonio Leocadio Guzmán y lo amenazaron.

Los Monagas procedían de una familia ganadera pudiente del oriente del país. Luego de que José Antonio Páez catapultara para la Presidencia a José Tadeo, padre de José Ruperto, se había instaurado una política nepótica centrada en la familia Monagas, en la que José Tadeo y su hermano José Gregorio Monagas (1795-1858) se turnaron en el gobierno durante diez años[14].

El último período, que era de José Tadeo, no pudo ser concluido porque conservadores y liberales se aliaron para acabar con el nepotismo, lo cual sucedió en 1858[15]. Pero la Revolución Azul también fue un acuerdo de ambos bandos, para terminar con el mandato de Crisóstomo Falcón (1820-1870) que pretendía perpetuarse en el poder.

La Revolución Azul fue comandada por José Tadeo Monagas, ya con 84 años, con su hijo José Ruperto y su sobrino Domingo[16] a la cabeza. El movimiento triunfa en junio de 1868 y José Tadeo muere en noviembre del mismo año, siendo entonces su hijo José Ruperto elegido como Presidente de Venezuela por el congreso.

Lo más apoteósico de los Lincheros sucedió el 14 de agosto de 1869. Guzmán Blanco organizó una gran fiesta en su casa, que en aquella época estaba en Carmelitas, a la cual invitó a la alta sociedad de Caracas. A las nueve de la noche, él y su esposa Ana Teresa Ibarra (1847-1913) ya estaban listos para el recibimiento de los agasajados.

Entonces aparecieron las hordas tirando piedras, e impidiendo a palo limpio que los invitados entraran en la casa. Los músicos huyeron despavoridos y la gente se tuvo que refugiar en las viviendas vecinas presas del terror. Llamaron a la policía, pero ésta se demoró en llegar y finalmente no detuvieron a nadie.

La fiesta se suspendió y además, debido a las amenazas que recibieron Guzmán Blanco y su padre, tuvieron que abandonar el país a la mañana siguiente. A los pocos días los Lincheros asaltaron la residencia de Wenceslao Urrutia[17], quien escapando por el patio para pasar a la casa de al lado sufrió un infarto.

Pero los desmanes de los Monagas y sus secuaces duraron poco. Guzmán Blanco, que se había refugiado en Curazao, dirigió una invasión que tuvo un importante respaldo. Desembarca en Curamichate[18] (Coro) y el 27 de abril de 1870 las tropas entran a Caracas haciendo que José Ruperto renuncie. Ésta fue la Revolución de Abril.

Santa Rosalía en tiempos de Gómez


Eustoquio Gómez

En Santa Rosalía residieron muchos altos personeros del régimen gomecista. Entre ellos el Dr. Victorino Márquez Bustillo, presidente títere provisional puesto por Gómez para el período 1914-1922. Victorino tenía una casona entre las esquinas de Pinto y Miseria.

También vivía en Santa Rosalía Rubén González, Ministro de Gómez, entre las esquinas de Pinto y Viento, así como Isaías Medina Angarita entre las esquinas de Cristo e Isleños. Y de Sordo a Peláez tenía su residencia el General Uslar, padre de Arturo Uslar Pietri.

Una persona que vivió en este vecindario toda su vida, y que por cierto trabajó en la Botica de Velázquez, aseguraba que el mismo Juan Vicente Gómez tenía una mansión en Santa Rosalía, donde a veces se quedaba cuando estaba en Caracas.

Ya nos hemos referido a la vivienda de Román Delgado Chalbaud, quien fue Comandante de la Armada y compadre de Gómez, aunque luego estuvo catorce años preso en la Rotunda con pesados grillos y sometido a crueles vejámenes.

Entre las esquinas de Díaz y Peinero estaba el Teatro Pimentel, cuyo dueño era el General Antonio Pimentel. A partir de 1936 este teatro abrió con el nombre de Coliseo y posteriormente fue demolido en 1954.

El Teatro Pimentel fue saqueado cuando murió Gómez, al igual que varias de las casas de los afectos al régimen. Y los mencionados son sólo una pequeña muestra, porque hubo muchos más destacados personajes partidarios del Benemérito que vivieron en Santa Rosalía.

Famosa es la historia sobre el asesinato del Gobernador Matas Illas a manos de Eustoquio Gómez, primo de Juan Vicente, en el bar Bois de Boulogne de Puente Hierro, lugar favorito de los borrachos con dinero de Caracas.

Eustoquio era sumamente violento y odiaba a Cipriano Castro. Apenas se pasaba de tragos comenzaba a disparar al aire gritando vivas a favor de su primo Juan Vicente. Eso fue lo que hizo al llegar al bar de Puente Hierro, por lo que alguien avisó a la policía.

El Prefecto se dirige al sitio con doce patrullas, cuando se entera el Gobernador Matas Illas, quien acude personalmente al bar y muy educadamente le pide a Eustoquio que se retire. Este último ofrece una botella de champaña al gobernador, quien acepta.

Cuando están bebiendo, alguien grita desde la puerta que es una trampa y que los policías están afuera, por lo que Eustoquio saca la pistola y le propina cinco tiros en el pecho a Matas Illas, quien muere al instante. Esto sucedió el 27 de enero de 1907.

Aunque intenta huir, atrapan al primo del dictador y se lo llevan para la Rotunda. Posteriormente lo condenan a quince años de prisión, pero Juan Vicente Gómez le da un golpe de Estado a su compadre Cipriano Castro en el año 1908 y entonces cambia la vida de Eustoquio. 

Gómez libera a su primo y con un nombre falso lo envía como alcaide de presos al Castillo de San Carlos[19]. Cuando fallece el Benemérito en 1935 y asume el poder López Contreras, al poco tiempo Eustoquio Gómez es asesinado en el Palacio de la Gobernación de Caracas, ubicado en la Esquina Principal, lo cual ocurre en muy extrañas circunstancias.   

Referencias:

-Alcalde, J. (2012). Primos y Tiranos. Ediciones Palibrio.

-BBC News Mundo (2013). Historiador venezolano muere en un intento de robo.Disponible en https://www.bbc.com/mundo/ultimas_noticias/2013/02/130215_ultnot_historiador_vinezuela_dp

-Cámara de Caracas (S/F). Calles de Caracas en 1821. Disponible en https://camaradecaracas.com/la-camara-caracas-y-sus-historias/por-aqui-pasaron/calles-de-caracas-en-1821/

-De la Cruz, L. (2011). Calle de la Cruz Verde: recuerdo de la Inquisición. Disponible en https://www.eldiario.es/madrid/somos/malasana/calle-de-la-cruz-verde-recuerdo-de-la-inquisicion_1_6414918.html

-Elschning, H. (2003).  Santiago de León de Caracas. Una Guía Práctica Histórica-Cultural para caraqueños y visitantes. Disponible en https://bibliodor.files.wordpress.com/2012/03/parroquia-santa-teresa.pdf

-Landaeta, M. “Los cementerios de Caracas: desde 1567 a 1906”. Disponible enhttps://hectorucsar.files.wordpress.com/2013/10/cementerios-de-caracas-1567-1906.pdf

-Moya, F. (2011). La Caracas que conocí. Fundación Editorial El perro y La rana.

-Pisani, N. (2012). Cruz de la esquina “Cruz Verde”. Disponible en https://escritosdeunsalvaje.blogspot.com/p/cruz-de-la-esquina-cruz-verde.html

-Requena, N. (2007). Estudio histórico sobre el patrimonio pictórico y escultórico colonial conservado en la iglesia de Santa Rosalía de Palermo en Caracas. Disponible en http://saber.ucv.ve/bitstream/10872/1893/1/Santa%20Rosal%C3%ADa.pdf

-Rojas A. (1999). Crónica de Caracas. Ediciones El Nacional.  

-SantaRosaliaCCS (S/F). Casco Central de la Parroquia Santa Rosalía. Disponible en https://santarosalia.es.tl/Esquinas.htm

-Sosa, P. (2008). Persecución inquisitorial de los libros prohibidos en la Venezuela Colonial. Disponible en https://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1316-00872008000100006

-Stratthaus, C. (2000). Recopilación y análisis de información de la cuenca del Río Guaire. Disponible en http://biblioteca2.ucab.edu.ve/anexos/biblioteca/marc/texto/AAN8406.pdf

 



[1] No confundir con la Esquina Candilito de La Candelaria.

[2] El Convento de las Carmelitas Descalzas en Altagracia (Esquina de Carmelitas) es ocupado en 1736 estando aún en construcción y se inaugura en 1740.

[3] Originalmente estaba en el ángulo sureste de la esquina.

[4] Nació en 1788 y murió en 1853. Tuvo tres hijos que llevaron el apellido Bolívar.

[5] Se llamó Juan Vicente Bolívar Palacios. Nació en 1781 y murió en el año 1811 en un naufragio cerca de las Islas Bermudas.

[6] 1870 a 1877

[7] Guzmán Blanco desembarca en Falcón y saca del poder a los Monagas.

[8] No confundir con La Hoyada de la Av. Universidad.

[9] 1879 a 1884

[10] Fue abolida en Venezuela por decreto del 22 de febrero de 1813.

[11] Al parecer Simón Bolívar El Mozo (1569-1629) fue uno de los primeros comisarios de la Inquisición en Caracas.

[12] Cuatro sujetos pretendían robar una colección de monedas antiguas.

[13] También la visitan los malandros.

[14] De 1848 a 1858.

[15] Revolución de Marzo.

[16] Domingo Monagas (1840-1902) era hijo de José Gregorio Monagas.

[17] Abogado y político, protagonista de un suceso altamente polémico. 

[18] De aquí proviene el nombre de un puente y una esquina en Santa Rosalía. 

[19] Lago de Maracaibo.

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