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viernes, 17 de noviembre de 2023

Altagracia: la parroquia más cautivadora de Caracas


La Parroquia Altagracia nace en 1750, veintisiete años antes de que se creara la Capitanía General de Venezuela. Es la segunda que se funda en Caracas, junto con San Pablo y Candelaria, después de la Parroquia Catedral en el año 1636. 

Varios ilustres venezolanos han nacido en Altagracia. Sin duda el más distinguido es el Maestro de las Letras Don Andrés Bello (1781-1865), quien murió en Santiago de Chile[1] luego de una destacada trayectoria en ese país. 

Altagracia es una de las parroquias que concentran la mayor cantidad de lugares históricos de Caracas.

Contenido

  • Algunos datos de la Parroquia Altagracia  
  • Iglesia Nuestra Señora de Altagracia y Convento de las Carmelitas Descalzas
  • Panteón Nacional
  • Iglesia Nuestra Señora de Las Mercedes
  • Ministerio de Educación y Casa de Las Letras Andrés Bello
  • Templo Masónico de Caracas
  • Casa de Estudio de la Historia Lorenzo A. Mendoza Quintero
  • Casa de las Primeras Letras y Casa Nuestra América José Martí


Algunos datos de la Parroquia Altagracia


Hospital Vargas

Esta parroquia, que es una de las veintidós con que cuenta el Distrito Capital, se ubica en el centro-norte de Caracas. Sus límites son: 
  • Norte: Parque Nacional El Ávila o Waraira Repano[2]
  • Sur: Parroquia Catedral
  • Este: Parroquias San José y La Candelaria
  • Oeste: Parroquia La Pastora
Posee una superficie de 4,47 kilómetros cuadrados, igual a La Pastora, de la cual está separada por la Avenida Baralt. Pero según el censo del año 2011 Altagracia tiene 47.922 habitantes, cifra que representa un 40% menos de población que aquella.
Altagracia  fue mucho más extensa de lo que es ahora. En 1889, bajo la presidencia de Juan Pablo Rojas Paúl (1826-1905), cedió gran parte de su territorio cuando fue decretada la fundación de la parroquia vecina anteriormente mencionada.  
Por cierto que la obra magna de Rojas Paúl se encuentra en Altagracia. Es el Hospital Vargas, el primer hospital de atención médica moderno del país, que se comenzó a construir durante su mandato aunque fue terminado en el gobierno siguiente.
Otra edificación icónica de la Parroquia Altagracia es el Cuartel San Carlos,  inaugurado en 1791 para defensa de la ciudad ante posibles incursiones piratas. Desde este lugar retumbó el cañonazo de Año Nuevo durante muchos 31 de diciembre. 
A pesar de que Altagracia fue oficialmente creada en el año 1750, eclesiásticamente existe desde 1676.

 

Iglesia Nuestra Señora de Altagracia y Convento de las Carmelitas Descalzas


Iglesia de Altagracia


Esta iglesia fue construida por los Hermanos de la Cofradía de Nuestra Señora de Altagracia, quienes eran pardos. Dicha cofradía se fundó en el año 1614 y tenia sede en el convento de los Dominicos de San Jacinto, hasta que se mudó para Altagracia.

La iglesia se erigió con los aportes de los cófrades, ya que para pertenecer a la congregación debían aportar una cuota. A cambio tenían el respaldo de los hermanos, quienes en caso de enfermedad tenían la obligación de cuidar al afectado.

Igualmente, colaboraban con los gastos de los medicamentos y en caso de muerte se hacían cargo del velorio, del sepelio y de las misas. Los difuntos se enterraban en el cementerio de la iglesia, que estaba en la parte de atrás de la casa parroquial.

Esta casa parroquial, que también tenía un huerto, quedaba en el lado sur de la iglesia, entre ésta y el Convento de las Carmelitas Descalzas. El cementerio fue clausurado en el año 1825 y parte del espacio se destinó a un mercado de flores.

El templo fue el quinto que se levantaba en Caracas. Se comenzó a construir en el año 1654 y estuvo terminado catorce años más tarde. Posteriormente, con el terremoto de Santa Úrsula del año 1766[3], se cayeron dos arcos y hubo que hacer reparaciones.  

El obispo ordenó tapiar las ventanas del campanario. Las religiosas del convento se quejaban de que desde allí las miraban cuando hacían labores en su huerta, lo cual no estaba permitido ya que ellas eran monjas de clausura.

La iglesia nuevamente sufrió severos daños con el sismo de 1812[4], ya que se derrumbó la fachada, por lo que fue reinaugurada en 1857. Afortunadamente el movimiento telúrico del año 1900, conocido como Terremoto de San Narciso[5], sólo la afectó levemente.

En la actualidad el santuario es de estilo neoclásico con detalles renacentistas y está dedicado a la Virgen de los Remedios. Tiene tres entradas, tres naves separadas por columnas estilo toscano y su techo está bellamente decorado con arcos dorados.

El claustro de Las Carmelitas estaba en el espacio que hoy ocupa el edificio del Banco Central de Venezuela (BCV). Tenía una iglesia, a la que se accedía por lo que actualmente es la Avenida Urdaneta, y dos pisos con las celdas en la parte superior.


Convento de Las Carmelitas Descalzas

Cuando en 1874 Antonio Guzmán Blanco (1829-1899) decretó el cese de todas las congregaciones religiosas del país, vivían allí diecisiete hermanas que tuvieron que emigrar. El edificio del convento  fue destinado al Ministerio de Hacienda, pero en 1907 éste fue demolido.

Posteriormente se construyó el Palacio de Hacienda, a cargo del arquitecto Alejandro Chataing (1873-1928). Luego esta edificación también fue derrumbada y el terreno estuvo dedicado a estacionamiento, hasta 1957 que se autorizó su traspaso al BCV.

La torre actual, de 108 metros de altura, fue inaugurada en 1973 por Rafael Caldera (1916-2009). El diseño es creación del famoso arquitecto Tomás Sanabria (1922-2008), con el cual ganó el Premio Nacional de Arquitectura en 1967.  


Panteón Nacional


Panteón Nacional

El Panteón Nacional fue inaugurado por Antonio Guzmán Blanco el 28 de octubre de 1876, cuando trasladan los restos de Simón Bolívar (1783-1830) desde la Catedral de Caracas. Ya se encontraban allí otros personajes importantes, que habían sido enterrados cuando el lugar todavía era llamado Iglesia de la Santísima Trinidad.

Los primeros restos que ingresaron en el templo fueron los de Francisco Rodríguez del Toro e Ibarra (1761-1851), vecino de la parroquia. Era el cuarto Marqués del Toro, aunque había renunciado a su título nobiliario español para unirse a la causa independentista. Aparece como firmante del acta del 5 de julio de 1811.

El nuevo santuario se erigió sobre los escombros del antiguo, que fue destruido por el terremoto de 1812. La primera iglesia había sido construida por el pardo maestro de obras Juan Domingo del Sacramento Infante (1710-1780), que también hizo el Puente de La Trinidad (1771) en Altagracia y gran parte del Puente Carlos III[6] en La Pastora.

Juan Domingo levantó el templo entre los años 1744 y 1780 con sus propios recursos, además de los aportes de feligreses y de acaudalados contribuyentes. Entre estos últimos Juan Vicente Bolívar, padre del Libertador, y los marqueses del Toro, quienes vivían cerca de la casa de Infante, la cual estaba en la orilla izquierda del río Catuche.

La primera Iglesia de la Santísima Trinidad fue inaugurada en julio de 1781, cuando ya Infante había muerto. Allí fue bautizado Bolívar[7] y también hizo su primera comunión. Además, cuando sus restos llegaron de Santa Marta en el año 1842, estuvieron en el Templo de la Santísima Trinidad hasta el 17 de diciembre.

La arquitectura actual del Panteón Nacional presenta elementos del neogótico y del neobarroco. Sus ventanas puertas y pórtico poseen forma ojival y sus tres torres terminan en cúpulas con pináculos de tres puntas. Cuenta con tres naves separadas por columnas y su techo está bellamente decorado con pinturas de Tito Salas.

Además de los numerosos restos mortales que guarda, en su recinto existen muchos monumentos con restos simbólicos. Entre ellos los de Hipólita, que amamantó a Bolívar; los de Matea, que lo acompañó en su crianza; y los de Pedro Camejo o Negro Primero, quien murió en la Batalla de Carabobo y no se sabe dónde lo enterraron.

También el Panteón tiene tres cenotafios o tumbas vacías hechas de mármol. Éstas son: la de Francisco de Miranda (1750-1816), cuyos restos fueron arrojados a una fosa común en La Carraca (Cádiz-España); la de Andrés Bello (1781-1865) fallecido en Chile; y la de Antonio José de Sucre (1795-1830) quien reposa en Ecuador.

Desde que fue inaugurado al Panteón Nacional se le han hecho tres refacciones, dos de la cuales fueron durante la dictadura de Juan Vicente Gómez en los años 1911 y 1929, y la otra en el gobierno de Hugo Chávez[8] (1954-2013). Está última incluyó un nuevo mausoleo para Bolívar, el cual está a un costado de la antigua edificación.

La nueva estructura es de estilo moderno. Tiene forma de rampa, está recubierta de cerámica blanca y mide 54 metros de altura, lo cual son 8 metros más que la torre más alta del Panteón. Ha sido muy cuestionada por romper la armonía arquitectónica y paisajista, además de opacar la construcción original.


Iglesia Nuestra Señora de Las Mercedes


Iglesia Nuestra Señora de Las Mercedes

De este templo toma su nombre la Esquina de Las Mercedes, donde los Padres Mercedarios se establecieron en 1681. Pero este no fue el primer lugar que ocuparon, ya que antes existió un convento mercedario en la Esquina de Amadores de La Pastora, donde casualmente falleció el Dr. JoséGregorio Hernández (1864-1919).

Anteriormente habían estado en la Parroquia San Juan, donde fundaron una hospicio y una capilla. Los mismos se encontraba en la vía que conducía a los Valles de Aragua, conocida como Camino de Antímano, que hoy es la Av. San Martín. En aquella época la zona estaba despoblada y sólo existían unos cuantos agricultores.

Según Arístides Rojas (1826-1894), estos sacerdotes llegaron en los primeros años del siglo XVII y estuvieron en San Martín hasta el año 1638. Luego, cuando ya se ubicaban en La Pastora y el sismo de 1641 conocido como terremoto de San Bernabé[9] destruye lo que habían construido, permanecen en el deteriorado lugar hasta el año 1681. 

Los mercedarios visten hábito blanco y son devotos de la Virgen de Las Mercedes o de la Virgen de La Misericordia que es la misma. La orden fue fundada en España y su misión es socorrer a los cautivos, por lo cual hacen votos comprometiéndose a ayudar a los prisioneros aún a costa de su propia vida.  

Una vez en Altagracia solicitan permiso para erigir un convento y una iglesia, con su respectivo cementerio como era lo usual. Según dicen, el templo era el más hermoso y mejor construido de Caracas. De estilo barroco, contaba con tres amplias naves y diez altares, por lo que fue apodado “Casa Grande”. 

Además, el convento poseía una biblioteca espectacular. Andrés Bello, que vivía en la casa de enfrente, aprendió a leer los clásicos y comenzó sus estudios humanísticos en este recinto de la mano de Fray Cristóbal de Quesada.  Según dicen, su tío materno era mercedario.    

En 1766 sobreviene el temblor conocido como Terremoto de Santa Úrsula. Aunque fue un movimiento sísmico de magnitud notoria, sus efectos no fueron tan importantes. No hubo víctimas que lamentar y las casas sufrieron pocas consecuencias. En algunas iglesias sí se produjeron daños,  pero fueron reparadas en relativamente corto tiempo.

Para esa fecha, el Obispo de Venezuela Don Diego Antonio Díez Madroñero (1714-1769), había nombrado Patrona de Caracas a la Virgen de las Mercedes. Casualmente ese día su imagen estaba de visita en la Catedral y a ella se le atribuyó que no pasara nada grave. Por eso también recibió el título de Patrona de los Terremotos[10]

Pero en el año de 1812 ocurre el sismo más terrible de la historia. Era Jueves Santo y el movimiento telúrico fue interpretado como un castigo divino. La ciudad quedó en ruinas y miles de personas fueron sepultadas por los escombros. Casi todos los frailes mercedarios fallecieron, así como también los de otros templos.

Posteriormente se procedió a demoler lo que quedó en pie y en 1842 comienza la reconstrucción. La nueva iglesia estuvo lista en el año 1857[11], cuando se vuelve a abrir, aunque las torres se terminaron en 1886. Pero en el año 1874 Guzmán Blanco ordena el cierre de los monasterios y las congregaciones religiosas son expulsadas del país.

Posteriormente, en 1892, bajo la presidencia de Joaquín Crespo (1841-1898), les entregan el templo y el convento[12] a los Frailes Capuchinos[13]. Según lo describe el Padre Cayetano de la Carrocera (1892-1971), gran parte del claustro estaba donde hoy se encuentra la Plaza de Las Mercedes[14], al costado derecho de la iglesia.

Los Capuchinos hicieron varias reformas y en 1898 construyeron la Gruta de la Virgen de Lourdes, que posteriormente fue ampliada cuando el Concejo Municipal donó un terreno. Esta capilla es una hermosa estructura de piedra que está al lado del templo, donde la feligresía se reúne a rezar el rosario.

Actualmente la Iglesia Nuestra Señora de Las Mercedes es de estilo neoclásico. Posee tres ventanales, tres puertas y tres naves. La fachada está adornada con columnas dóricas y sus dos torres campanario terminan en cúpulas ovaladas. Internamente llama la atención la hermosa escultura de mármol de su altar y las escaleras de caracol.


Ministerio de Educación y Casa de Las Letras Andrés Bello


Antigua Casa Natal de Andrés Bello

La sede actual del actual Ministerio del Poder Popular para la Educación se ubica en la Esquina de Salas, a una cuadra de la Iglesia Nuestra Señora de Las Mercedes. Es un edificio moderno de 18 pisos, con doble planta baja, mezzanina y penthouse. Fue inaugurado en 1980 por el Presidente Luis Herrera Campíns (1925-2007).

Pero su construcción se inicia en 1971, cuando gobernaba Rafael Caldera (1916-2009), cuyo período presidencial abarcó desde 1969 hasta 1974. Estas fechas son importantes porque la obra le cambió la fisonomía a la zona, ya que fueron derribadas edificaciones antiguas.

La Esquinas de Salas fue muy conocida a causa del denominado popularmente Puesto de Socorro de Salas, que en realidad se llamaba Hospital Médico Quirúrgico de Emergencias. Todavía viven muchos que lo recuerdan y que fueron atendidos en esta institución especializada en casos de traumatología.

Según la mejor fuente que hemos encontrado, proveniente de una persona muy cercana y familiarizada con el lugar, el hospital antes se ubicaba en la Esquina de Santa Teresa. En 1947 fue trasladado a la Esquina de Salas, a la que era la Casa de Beneficencia Nacional, que anteriormente había sido el Convento de las Dominicas[15].

Este convento databa del siglo XVIII, aunque había sido afectado por el terremoto de 1812 y se refaccionó en 1817. Cuando comienzan a construir el Ministerio de Educación en 1971, derriban este histórico lugar y trasladan el puesto de socorro a las dependencias del Hospital General de Lídice Doctor Jesús Yerena en La Pastora.

También le dio mucha fama al hospital la fuga de un reconocido preso político, Alberto Carnevali (1914-1953)[16], que logró algo casi imposible como era evadirse de la Seguridad Nacional de Pérez Jiménez (1914-2001). La forma como escapó es muy graciosa, aunque las consecuencias fueron nefastas por la represión que se desató.

Había sido descubierto y estaba preso en la Cárcel Modelo. En julio de 1951 lo llevan al puesto de socorro por una caída y el médico avisa a los compañeros que allí estaba Carnevali. Uno de ellos llega al hospital de madrugada disfrazado de doctor y saludando a los guardias apostados en la puerta de la habitación entra como si nada.

Un poco más tarde regresa con dos “enfermeros”, que neutralizan a los policías y se los llevan como rehenes. Los esbirros suponían que los iban a matar, pero en San Bernardino los bajan del carro y les dan dinero para un taxi. Este hecho le costó el cargo al Director de la Seguridad Nacional[17] y entonces nombraron a Pedro Estrada (1906-1989).

La sede anterior del Ministerio de Educación quedaba en la Esquina El Conde de la Parroquia Catedral. Es un majestuoso edificio de mármol blanco con cuatro pisos y decorado con vitrales, donde actualmente funciona la Biblioteca Central Simón Rodríguez y sobre el que existe más de una leyenda.

La fuente anteriormente mencionada afirma que, cuando derribaron el convento, también demolieron la casa natal de Andrés Bello, la cual actualmente se encuentra frente a la Iglesia N.S. de Las Mercedes a mano izquierda. Dicha edificación fue construida nuevamente por Caldera en 1973 para fundar la Casa de Las Letras Andrés Bello.

Actualmente la institución lleva el nombre de Casa Nacional de Las Letras Andrés Bello y está adscrita al Ministerio de Educación, con el que se comunica por la parte de atrás. Es un gran esfuerzo el que se ha hecho para recuperar la memoria acerca de este ilustre venezolano, del que poco se sabía hasta mediados del siglo pasado.

La Casa de Las Letras Andrés Bello ha editado muchos libros de este célebre escritor y en su sede se dictan numerosos talleres a las comunidades sobre su vida y obra. Sin embargo, el organismo ha recibido críticas en los últimos veinte y pico de años, por considerarse que se ha convertido en un ente parcializado ideológicamente.  

En la antigua Casa de Bello funcionó el Ateneo de Caracas desde 1943 hasta 1958, cuando se mudó para la sede de la Plaza de los Museos a una casa que fue mágica, la cual inicialmente iba a ser asignada al Opus Dei. Luego tuvo un edificio en la Plaza Morelos y hoy día se encuentra en las Colinas de los Caobos. 

Al parecer, el silencio que se produjo acerca de Bello en el siglo XIX y buena parte del siglo XX tiene que ver con su pasado monárquico, ya que trabajó para la Corona de España asumiendo varios cargos. Entre ellos el de redactor de la Gazeta de Caracas, primer periódico de la Capitanía General de Venezuela fundado en 1808.

En 1810 se unió a la causa republicana y fue enviado a Londres como delegado diplomático del nuevo gobierno, ya que hablaba perfecto inglés. Desde allí viajó a Chile en 1829 y nunca más volvió. Bolívar se había alejado de él a pesar de que fue su maestro, quizás porque Bello había sido acusado de develar una conspiración patriota.

Andrés Bello estudió Medicina y Derecho en la Real y Pontificia Universidad de Caracas. En Londres se inició como masón, llegando a ser Venerable Maestro[18]. En Chile, país donde se nacionalizó, fundó la universidad y se desempeñó en el cargo de Rector, además de ser Senador y creador del Código Civil chileno.

Su primera esposa murió de tuberculosis, por lo que se volvió a casar. Tuvo quince hijos, tres del primer matrimonio y doce del segundo. Falleció el 15 de octubre de 1865 a la edad de 84 años. En la casa actual de Altagracia se pueden apreciar fotos, algunas pertenencias personales y las portadas de sus libros.


Templo Masónico de Caracas


Templo Masónico de Caracas


El Gran Templo Masónico está ubicado a tres cuadras al norte de la Plaza Bolívar, entre las esquinas de Jesuitas y Maturín. Esta última también fue conocida como Esquina de Arguinzones, porque en ella vivió el capitán Pedro Ruíz de Arguinzones en el año 1677. Maturín es una denominación posterior, por una pulpería que tenía ese nombre.

Según E. Núñez (1895-1964), en la misma esquina fijó su residencia con anterioridad Diego de Losada (1511-1569) a quien se le atribuye la fundación de la ciudad. Éste era un lugar estratégico, debido a que desde aquí se dominaba la entrada a Caracas por la montaña y además por la cercanía de la Quebrada Catuche con agua pura y fresca.

La calle sobre la que están las esquinas de Jesuitas y Maturín es la Oeste 3 a partir de 1876, pero en 1821 se conocía como “Calle La Protección”. Las obras del Templo Masónico comienzan en 1864 y es inaugurado por Guzmán Blanco el 27 de abril de 1876, aunque desde esa fecha hasta 1904, cuando ya gobernaba Cipriano Castro, se siguió construyendo.

El diseño del Gran Templo, de estilo neobarroco, es del arquitecto Juan Hurtado Manrique (1837-1896)[19], quien realizó importantes obras durante los gobiernos de Guzmán Blanco y Joaquín Crespo. Entre ellas las iglesias de Santa Teresa y Santa Ana (1881), la Basílica Menor Santa Capilla (1883) y el Arco de la Federación (1895).

La idea de construir un templo masónico en Caracas se materializa cuando un grupo de francmasones de la logia “Esperanza” N°7, de la que Guzmán Blanco fue fundador en 1854, crean la Sociedad del Templo Masónico en 1863 y comienzan a reunir dinero para la compra de un espacio que fuera adecuado a los propósitos.

Por esos años Guzmán Blanco aún no era Presidente de Venezuela, ya que su primer período, llamado Septenio, cubre el lapso comprendido entre 1870-1877. Es a partir del año 1873 cuando Guzmán Blanco impulsa la terminación del templo a través del Ministerio de Fomento, siendo ya Masón Grado 33° que es el más avanzado de los niveles en el Rito Escocés[20].

El Gran Templo Masónico se levanta sobre dos solares contiguos. Primero se compra una parcela que estaba en remate y al año siguiente la que estaba al lado. Ambos terrenos habían pertenecido antiguamente a la familia del General José Félix Ribas[21], cuya vivienda, al parecer, fue destruida por el terremoto de 1812.

Pero éste no es el primer templo masón de Venezuela, de hecho es el quinto. El primero de ellos fue inaugurado en La Guaira por la logia “Unanimidad” N° 3, en 1853, frente al antiguo Mercado Municipal. Este edificio fue derrumbado para construir la Avenida Soublette y luego en 1960 se erigió el nuevo frente al puerto.

Justamente en La Guaira comienza la francmasonería en Venezuela, cuando llegan los presidiarios españoles a pagar condena en las bóvedas. Entre ellos el maestro Juan Picornell (1759-1825), inspirador del movimiento emancipador de Manuel Gual (1759-1800)[22] y José María España (1761-1799)[23], descubierto por las autoridades el 12 de julio de 1797. 

El Gran Templo Masónico de Caracas pasó por varias etapas en su construcción y ornamentación. Para 1876 sólo existía la Cámara Principal y es en los años 1887-1888 que se finalizan las otras. Luego, en 1893, se invierte en mobiliario para: Cámaras 18 y 33, Cámara del Aprendiz, Salón de los Pasos Perdidos y Salón de Banquetes.

El terremoto de 1900 ocasiona daños a la estructura del Templo. Cipriano Castro no era masón pero les tenía gran respeto, por lo cual ordena cubrir todas las reparaciones que fueran necesarias, las cuales concluyen en 1904. Adicionalmente, se inaugura la Cámara del Medio, de fundamental importancia para la masonería.

El Templo Masónico es una obra admirable, con su fachada de columnas salomónicas y su puerta de seis metros de altura. El frente mide 30 metros de largo y el edificio tiene 14 metros de alto. Adentro está lleno de símbolos, así como de espectaculares vitrales y lámparas. Además tiene un patio interno con una majestuosa cúpula y una hermosa fuente.

Hacia los finales del siglo XVIII y todo el siglo XIX la masonería tuvo gran auge. La mayoría de los que lucharon por la independencia, incluyendo a Francisco de Miranda, Simón Bolívar y José Antonio Páez, fueron masones. Posteriormente, en la etapa republicana antes de Cipriano Castro, 13 presidentes de Venezuela pertenecieron a alguna logia.

En cuanto a los intelectuales, además del ya mencionado Andrés Bello, fueron masones, entre muchos otros: los educadores Simón Rodríguez (1769-1854) y Juan Vicente González (1810-1866), el músico Juan José Landaeta (1780-1814), el pintor Juan Lovera (1776-1841) y el poeta Juan Antonio Pérez-Bonalde (1846-1892).

También en el siglo XX existen numerosos representantes masones que impactaron la historia en algún ámbito. Entre éstos podemos resaltar: los educadores Agustín Aveledo (1837-1926) y Luis Beltrán Prieto Figueroa (1902-1993), el poeta Andrés Eloy Blanco (1896-1955) y el presidente de la República Raúl Leoni (1905-1972).


Casa de Estudio de la Historia Lorenzo A. Mendoza Quintero


Casa de Estudio de la Historia Lorenzo A. Mendoza Quintero

Éste es uno de los lugares más fascinantes de los que se pueden conocer en Altagracia. La mayoría de sus visitantes afirman que aquí se percibe una energía particular. La casa está muy relacionada con la presencia de los sacerdotes jesuitas en Caracas, quienes le dieron el nombre a la esquina norte de la cuadra.

La Casa de Estudio de la Historia Lorenzo A. Mendoza se ubica en el Bulevar Panteón, entre las esquinas de Veroes y Jesuitas N° 22 y 24, a más o menos dos cuadras hacia el norte desde la Catedral. Entre estas dos esquinas hay muchísimas historias, las cuales a veces difieren según las fuentes que se consulten.

Los jesuitas fundan un colegio en Caracas en el año 1731, pero el mismo estaba destinado únicamente a la formación eclesiástica y no se encontraba en la cuadra limitada por las esquinas de Veroes y Jesuitas. Todas las fuentes coinciden en que se instalaron en lo que hoy es la Casa de Estudio de la Historia en el año 1760.

En 1759 el rey Carlos III da permiso para que “se funde colegio en el sitio que con este fin se ha comprado”. Según algunas fuentes, posteriormente el hermano Miguel de Schlesinger construye la casa-colegio, donde vivirán varios sacerdotes y sus esclavos.  Este centro de educación se llamará Colegio de la Compañía de Jesús.

Todas las casas del Centro Histórico de Caracas en un principio fueron solares repartidos por Diego de Losada en 1568 cuando se funda la ciudad. En los mismos se construyeron viviendas de bahareque con techo de palma, que eran más bien bohíos. Después, con el correr del tiempo, fueron cambiando.

Según las actas del Cabildo, buena parte de los terrenos de la manzana donde está la Casa de Estudio de la Historia Lorenzo A. Mendoza Quintero fueron otorgados al señor Justo Desque, que también tuvo encomiendas en Chuao. Todas las propiedades luego fueron heredadas por su hijo Juan Desque, que murió en 1589. 

Este último se casó con Isabel de Rojas (1561-1608) quien al enviudar de Desque contrajo nuevas nupcias con un soldado español llamado Cristóbal Mejía de Ávila (1559-1633). El dato es relevante porque en un acta del Cabildo, de fecha 14 de julio de 1603, se establece que Mejía de Ávila será el encargado de empedrar las calles.

Entre los tramos sujetos a remodelación estaba el que se describe como “la calle que va desde la Esquina Cristóbal Mejía de Ávila hasta la Esquina de Rebolledo y Tomás de Aponte”. La primera es la actual Esquina de Jesuitas, donde vivía el soldado, y la segunda es la que más tarde se conoció como Esquina de Camejo[24].

Posteriormente Mejía de Ávila se separa de Isabel de Rojas y tiene una hija con otra señora llamada Luisa Suárez del Castillo. El nombre de la descendiente es Catalina Mejía de Ávila y Suárez del Castillo (1608-1671), quien heredó la casa de su padre y se casó con un señor vasco llamado Pedro de Liendo (1610-1658).

Los Liendo terminaron siendo dueños de gran parte de los solares de la cuadra. Por tal razón, los jesuitas les compraron la parcela a los herederos de un tal José Manuel de Liendo. Pero el colegio duró poco, ya que los sacerdotes de la Compañía de Jesús fueron expulsados de España y sus Colonias en 1767.

Según la investigación del profesor Marín (2011): “José Manuel de Liendo dejará a sus herederos en 1736 una singular casa en la cuadra de Veroes a Jesuitas, con el solar que le pertenece y sus rejas de hierro”[25]. Esto indicaría que los sacerdotes no construyeron la vivienda, aunque seguramente le hicieron modificaciones.

Al irse, los curas vendieron la casa a la Real Hacienda y allí funcionaron distintas instituciones, de la cuales se observan sus huellas en la actual Casa de Estudio de la Historia Lorenzo A. Mendoza Quintero. La historia de las mismas se ha ido desdibujando con el tiempo y en ciertos casos existen informaciones contradictorias.

Antes de que la propiedad fuera adquirida por la familia Mendoza, funcionaron en esta casa: el Batallón de Lombardía, la Real Casa de Moneda de Caracas y la Escuela Jesús, María y José. Mucho más tarde también estuvieron aquí el Colegio El Salvador del Mundo y el Colegio Santa María. La Tercena o Real Administración del Tabaco nunca tuvo esta sede. 


El Batallón de Lombardía

El Batallón de Lombardía fueron tropas de élite que envió Carlos III a la Capitanía General de Venezuela, cuando ésta se crea en 1777. Con ellas se pretendía contrarrestar cualquier ataque por parte del imperio inglés. Lo particular de este ejército era el uso de tambores y clarinetes para dirigir los clásicos movimientos militares.

Varios cronistas concuerdan en que el Batallón estuvo en la casa de los jesuitas, y se han encontrado algunos vestigios. Pero, en los planos de catastro que muestra Marín, se observa que en 1782 ya existía la Escuela de Las Primeras Letras en la parcela de los jesuitas, por lo cual las tropas deben de haberse mudado antes.


Real Casa de Moneda de Caracas

La Real Casa de Moneda de Caracas se fundó en el año 1802, con la finalidad de acuñar las monedas de cobre que se usaron en la época para el comercio. Al parecer, este taller primero estuvo localizado en la Esquina de Veroes hasta el año 1806, y luego fue mudado para la casa que fue de los jesuitas.

La institución fue clausurada y reinaugurada varias veces. En el plano de catastro de 1815 aparece la parcela con el nombre de esta entidad, indicando que está cerrada. Éste fue uno de los años en que desapareció, aunque se reabrió al siguiente. En el catastro del año 1830, que es el próximo que muestra el estudio de Marín, ya no se encuentra.


Colegio Jesús, María y José 

Arístides Rojas hablaba de que esta institución existió a principios de siglo XIX. Carmen Clemente Travieso lo ratifica, e incluso confirma el Real Decreto de fecha 30 de junio de 1786 mediante el cual se le concedió el permiso al Licenciado Simón Marciano de Malpica, quien era tesorero de la Catedral de Caracas y promotor del proyecto. 

La periodista habla de la escuela, que llevaba el nombre de Jesús, María y José. Estaba destinada a la educación de niñas pobres y algunos la confunden con el colegio Santa María de Agustín Aveledo. La creación del colegio para niñas desamparadas también se reseña en la Cronología de la Educación en Venezuela.

Según Arístides Rojas, este colegio estuvo en la antigua residencia de la Compañía de Jesús. Aunque no existen registros, puede haber ocurrido después de que la Escuela de Las Primeras Letras se mudara para la casa de enfrente. Pero no duraría mucho, ya que a partir de 1806 la casa de los jesuitas fue sede de la Casa de la Moneda


La Tercena

La Tercena era un estanco, sitio donde se recaudaban impuestos provenientes del comercio de tabaco, por tal motivo también se le denominaba “Real Administración del Tabaco”. Algunos dicen que estaba en lo que ahora es la Casa de Estudio de la Historia, pero está comprobado que no fue así.

El estanco se localizaba en la acera de enfrente, en la parte oeste de la Esquina de Jesuitas, en una casa alquilada que inicialmente fue de Juan Liendo y después pasó a la familia de Valentín Rivas Herrera. El terremoto del año 1812 destruyó la propiedad y entonces se construyó un parque que denominaban “Jardín Casino” porque también había juegos.

Con respecto a este lugar hay una anécdota. Existió un malhechor llamado Pedro Veitía, que acostumbraba a enviar tarjetas perfumadas a sus víctimas, anunciándoles cuando iban a ser atracadas. Era tan hábil, que aún tomando todas las previsiones la gente no se salvaba. Veitía fue descubierto escondido entre las ruinas de la casa.


Colegio El Salvador del Mundo y Colegio Santa María

Además de la Escuela de Las Primeras Letras de la etapa colonial, ya en la era republicana, en la antigua casa de los jesuitas funcionaron dos renombrados colegios privados, de gran prestigio en la sociedad caraqueña. Estuvieron dirigidos por dos reconocidos intelectuales que fueron masones.

En 1849, el destacado escritor y político Juan Vicente González funda un colegio llamado El Salvador del Mundo, que sólo permanecerá abierto hasta 1859. Su única dirección estuvo en lo que después será la casa de la familia Mendoza y su cierre sucedió doce años antes de que el abogado Ascanio Negretti comprara la parcela en 1871.

González fue diputado y fundador del periódico El Heraldo. Era un personaje sumamente polémico, que criticaba tanto a conservadores como a liberales, por lo cual estuvo preso en más de una ocasión. Su institución se inclinaba hacia la formación humanística y por sus aulas pasaron destacados talentos.

Agustín Aveledo, que había sido alumno de Juan Vicente González, abre el Colegio Santa María en 1859. Tuvo dos sedes antes de instalarse en la antigua Casa de la Compañía de Jesús. En este último lugar permanece hasta 1872 y luego se muda para la casa de enfrente, coincidiendo con la fecha de aparición de Ascanio Negretti.

Aveledo era ingeniero, además de pedagogo y humanista. Su propuesta educativa consideraba dos alternativas. Aparte de la formación básica o primaria, ofrecía estudios mercantiles donde se aprendían idiomas y otra opción eran los estudios científicos. En esta escuela estudió Lorenzo Alejandro Mendoza Fleury.

La casa de la familia Mendoza

El sitio de los jesuitas comienza a ser de los Mendoza a partir del año 1893, cuando Lorenzo Mendoza Buróz (1819-1896) compra la primera casa señalada con el N° 22. El abogado Ascanio Negretti, quien le vende a Mendoza, había adquirido la propiedad en 1871 y posteriormente dividió la casona en dos partes.

Negretti, al parecer se dedicaba a la compra y venta de inmuebles. En el mes de enero del mismo año 1871 había negociado también la casa que fue de la familia Bolívar en la Esquina de San Jacinto, que en esa época pertenecía a Juan Bautista Madrid. Posteriormente, en octubre de 1872, se la vende a Guillermo Baimbrige.

Se desconoce a quien le compra Ascanio Negretti la casa de los jesuitas, pero se podría suponer que fue al Estado. En el catastro de 1830 la parcela aparece como perteneciente al Estado, pero curiosamente alquilada por Don Vicente Buróz Tovar, quien era un coronel hermano de la madre de Lorenzo Mendoza Buróz.

Lorenzo Mendoza Buróz había nacido en Trinidad, ya que su progenitor se refugió en esta isla cuando en 1814 Caracas fue tomada por José Tomás Boves (1782-1814). El nombre del padre de Lorenzo Mendoza Buróz es Cristóbal Mendoza (1772-1829), quien fue el primer presidente de Venezuela cuando se declaró la independencia en 1811. 

La madre de Lorenzo Mendoza Buróz se llamaba Gertrudis Buróz Tovar. Los Tovar fueron otra de las familias que destacaron, por los solares que ocuparon entre las esquinas de Veroes y Jesuitas. Lorenzo Mendoza Buróz se casó con Isabel María Martínez en terceras nupcias, ya que enviudó dos veces. Tuvo ocho hijos: cinco hembras y tres varones.

La casa N° 24 fue comprada en 1903 por la familia, cuando Lorenzo ya había fallecido. Posteriormente las dos viviendas se refaccionaron y se unieron, sirviendo de residencia de los Mendoza hasta los años de 1960. A finales del siglo XX los espacios fueron acondicionados, para abrirlos al público a partir de año 2001 como biblioteca, museo y sitio de esparcimiento.

La Casa de Estudio de la Historia lleva el nombre del progenitor del actual presidente de Empresas Polar, Lorenzo Alejandro Mendoza Giménez (1965). Lorenzo Alejandro Mendoza Quintero (1931-1987), el padre, era psiquiatra y trabajaba en el Hospital Vargas cuando circunstancias familiares lo obligaron a integrarse a la empresa. 

Lorenzo A. Mendoza Quintero fue hijo de Lorenzo Alejandro Mendoza Fleury (1897-1969), quien era bisnieto del primer presidente de Venezuela. Su madre se llamaba Cristina Quintero Muro. Se casó con Leonor Giménez Pocaterra y tuvo seis hijos, de los cuales el actual presidente de Empresas Polar es el cuarto. Murió de forma inesperada a los 56 años de edad.

Visitar la Casa de Estudio de la Historia es una experiencia fascinante. Especialmente por lo interesante que resultan los descubrimientos arqueológicos que se hicieron durante de las remodelaciones. Entre ellos, un pozo de aproximadamente siete metros de profundidad, que todavía no se sabe si servía para guardar agua o como mazmorra.

La casa tiene un patio central lleno de flores, varias salas de exposiciones donde se pueden apreciar las piezas de armería y las monedas encontradas, una gran biblioteca con alrededor de 17.000 libros, hermosos muebles y lámparas de estilo de la época. También hay un café donde se puede comer y sirven desayunos fuera de serie.


Casa de Las Primeras Letras y Casa Nuestra América José Martí


Casa de Las Primeras Letras

Frente a la Casa de Estudio de la Historia Lorenzo A. Mendoza Quintero, un poco más hacia el sur, hay otras dos casas gemelas marcadas con los números 29 y 31 que, están muy relacionadas con la primera. Además, se podría decir que en ellas vivió lo más rancio de la sociedad de Altagracia.  

Los anales de estas construcciones se remontan a los primeros tiempos de Caracas, cuando en 1568 Diego de Losada reparte los solares entre los conquistadores que lo acompañan en la fundación de la ciudad. Según consta en las actas originales, la casa  N° 29 le correspondió a Lope de Benavides y la N° 31 a Alonso Andrea Ledesma.

Este último valiente español es muy conocido en la historia, porque con 72 años se enfrentó, él solo, a los piratas comandados por el corsario inglés Amyas Preston. En 1595 incursionaron en la ciudad, la saquearon y la quemaron, matando a Ledesma el 29 de mayo. La guardia los esperaba por otra entrada y Caracas quedó desprotegida. 

Desde el año 1774 estas dos casas se convirtieron en una sola, ya que por un tema hereditario las viviendas pasaron a ser de Martín José de Tovar y de su esposa María de Las Mercedes Liendo. Mucho más tarde se vuelven a separar debido también a causas de herencia. Inclusive, en cierto momento llegaron a ser tres parcelas. 

En esta casa estuvo la Escuela de Las Primeras Letras y la Escuela de Latinidad desde 1791. Las dos escuelas estaban dirigidas por un maestro principal, que además era quien se ocupaba de los estudios clásicos. Esta enseñanza antes se impartía en lo que actualmente es la Casa de Estudio de la Historia Lorenzo A. Mendoza Quintero.

Cuando fueron expulsados los jesuitas, Carlos III ordenó que en cada municipio se estableciera una Escuela de Primeras Letras. En Caracas existía al menos desde 1782, ya que se puede observar en la parcela que antes fue de la Compañía de Jesús, según el plano elaborado por el profesor Marín basado en la matricula parroquial.

Corría mayo de 1791 cuando el Cabildo de Caracas le otorga el título de Maestro a Simón Rodríguez[26], que aún no había cumplido los 22 años[27]. Aquella escuela, que dirigía el maestro Guillermo Pelgrón, era la única pública de la ciudad. Contaba con 114 alumnos, entre los que estaba Simón Bolívar que para entonces tenía 8 años.

Decía Rodríguez que el ambiente en la Casa de los Jesuitas era deprimente. Logra que el Cabildo supervise el local para que compruebe el hacinamiento y las deplorables condiciones. Poco después alquilan la casa de enfrente y la escuela mejora, aunque igualmente la carga de estudiantes era excesiva y los recursos muy limitados.

A partir de 1797, cuando Rodríguez sale del país, se pierde un poco la pista acerca de lo acontecido en este lugar. Sin embargo, revisando la cronología histórica, se verifican hechos importantes sobre la Escuela de Las Primeras Letras.

  • 25 de junio de 1800: La Real Audiencia solicita al Licenciado Miguel Sanz un informe completo y minucioso sobre lo relacionado con la educación pública de Caracas.
  • 14 de noviembre de 1803: Don Hilario Mora se dirige al Cabildo señalando que la instrucción que se imparte en la Escuela de Las Primeras Letras es muy deficiente y sugiere que la Universidad la gestione.
  • 27 de enero de 1804: Escribe al Cabildo el Regidor Don Pedro Ramírez, diciendo que ha examinado a los niños y que no se observa avance en el aprendizaje, por lo que propone la suspensión de la Escuela.
  • 1809 (sin fecha exacta): Doña Josefa Lovera[28] pide la desocupación de la casa alquilada por estar sumamente deteriorada. El comisionado informa que ya tiene un nuevo local “al costado de la casa concejil”.
  • 20 de diciembre de 1809: Se nombra un nuevo maestro[29]. Su nombre es Don Ramón de la Peña y va a ser el último de la Escuela de Las Primeras Letras en la Colonia.

A partir de aquí hasta 1830 no se observan informaciones relevantes relacionadas con la Escuela de Las Primeras Letras, salvo una que es muy particular y merece ser destacada.

  • 3 de octubre de 1826: Se eliminan los azotes en las Escuelas de Primeras Letras, así como las palmetas, sustituyéndose por penas más suaves y moderadas para corregir la falta en los niños.

En el año 1872 Agustín Aveledo muda su colegio para la casa donde antes había estado la Escuela de Las Primeras Letras y ésta es la etapa de mayor esplendor de la institución. Llegó a tener hasta 300 alumnos, aunque aproximadamente la tercera parte no pagaba. En esta época dio clases José Martí (1853-1895)[30].

Adicionalmente, Aveledo instaló una clínica donde en las tardes los mejores médicos de Caracas atendían a los niños sin cobrar. También fundó un orfanato en La Pastora, en el cual se alimentaba, vestía y educaba a todos los desamparados, con las contribuciones que el educador lograba recaudar.

En 1917, debido a un derrame cerebral, Aveledo cerró el colegio por no poder ocuparse y toda su obra se vino abajo en poco tiempo. Hoy día en las instalaciones del orfelinato está el Colegio Madre Rafols de las Hermanas de la Caridad, que funciona únicamente como instituto educativo.

En cuanto a las casas 29 y 31, a mediados del siglo pasado ya habían entrado en franco deterioro. Incluso una de ellas, la N° 29, era un famoso restaurante llamado “Álvarez”. Tanto el interior como las fachadas lucían muy estropeadas, por lo cual en el año 2006 la Alcaldía las toma como bien patrimonial y las restaura.  

Actualmente visitar estas casas es un gran placer, por la bella arquitectura colonial y por la paz que en ellas se respira. En la Casa de Las Primeras Letras se pueden ver interesantes exhibiciones de vestuario colonial, así como de objetos de la época, y la Casa de José Martí es una galería de arte urbano. Además hay un acogedor café donde venden deliciosos postres. 

Referencias:

-Canalejas, J. (2023). Historia de la Iglesia de Altagracia. Disponible en https://camaradecaracas.com/la-camara-caracas-y-sus-historias/cronicas-de-la-ciudad/historia-de-la-iglesia-de-altagracia/

-Castillo, J. (2022). La Iglesia de Las Mercedes. Disponible en https://camaradecaracas.com/la-camara-caracas-y-sus-historias/cronicas-de-la-ciudad/la-iglesia-de-las-mercedes/

-Lautaro.org.ve (S/F). Andrés Bello. Disponible en https://lautaro.org.ve/2023/04/10/andres-bello/

-Leal, A. (2022). Terremotos e historia: el sismo de 1766 en Caracas. Disponible en https://www.linkedin.com/pulse/terremotos-e-historia-el-sismo-de-1766-en-caracas-leal-guzm%C3%A1n/?originalSubdomain=es

-Marín, O. (2011). Valoración histórica del patrimonio arquitectónico. Estudio de casos en el Centro Histórico de Caracas. Disponible en https://www.academia.edu/12565798/VALORACI%C3%93N_HIST%C3%93RICA_DEL_PATRIMONIO_ARQUITECT%C3%93NICO_Estudio_de_Casos_en_el_Centro_Hist%C3%B3rico_de_Caracas

-Moya, A. (2011). La Caracas que conocí. Fundación Editorial El Perro y La Rana.

-Núñez E. (2004). La ciudad de los techos rojos. Monte Ávila, Ediciones Latinoamericana.

-Polanco, T. (2012). Simón Bolívar: ensayo de una interpretación biográfica a través de sus documentos. Disponible en https://oscurvelibertador.blogspot.com/2012/09/simon-bolivar-ensayo-de-una_26.html

-Quintero, I. (2019). Andrés Bello. Entre la omisión y el olvido. Disponible en https://elucabista.com/wp-content/uploads/2019/11/Andr%C3%A9s-Bello-entre-la-omision-y-el-olvido-In%C3%A9s-Quintero-UCAB.pdf

-Rojas, A. (1946). Crónicas de Caracas. Dirección de Cultura del Ministerio de Educación Nacional de Venezuela.

-Romero, C. (1957). Raíz histórica de la masonería en Venezuela. Ediciones El Cojo, S.A.

-Travieso, C. (2007). Las esquinas de Caracas. Los Libros de El Nacional.

-Ugalde, L. (2022). La expulsión de los jesuitas. Disponible en https://elucabista.com/2022/05/13/expulsion-de-los-jesuitas-por-luis-ugalde/

-Uzcátegui, R. (2019). Cronología de la Educación en Venezuela. Siglo XVI-2018 Disponible en http://saber.ucv.ve/bitstream/10872/19550/1/cronologia_historica_MEV_2018.pdf

-Yerena, G. (2010). La esquina y el Hospital Médico Quirúrgico de Emergencia de Salas. Disponible en http://venelib-antao.blogspot.com/2010/07/poesias-de-rafael-cadenas.html



[1] Sus restos se encuentran en el Cementerio General de Santiago, aunque en el Panteón Nacional de Caracas hay un cenotafio (tumba vacía) en su honor.

[2] Es su nombre oficial. En lengua caribe significa “La ola que vino de lejos”.

[3] Este terremoto ocurrió el 21 de octubre de 1766 a las 4:30 a.m.

[4] El movimiento telúrico fue el 26 de marzo de 1812 a las 4:05 p.m.

[5] Sucedió el 29 de octubre de 1900 a las 4:42 a.m.

[6] Se inicia en 1772 y se termina en 1784

[7] Algunas fuentes indican que fue bautizado en la Catedral de Caracas.

[8] La obra se comenzó en el año 2010 y estaba lista para ser inaugurada el 17 de diciembre de 2012. Debido a la enfermedad del presidente la inauguración se pospuso y finalmente se hizo el 14 de mayo de 2013, cuando ya Chávez había fallecido.

[9] Es uno de los movimientos telúricos más importantes en la historia de Venezuela. Sucedió el día 11 de junio de 1641 entre  8:30 y 9:00 a.m.

[10] Además era patrona de las arboledas de cacao, ya que una plaga del parásito llamado “candelilla” había azotado los cultivos y se había invocado a la Virgen de Las Mercedes para que desapareciera.

[11] Casualmente es el mismo año en que se termina la Iglesia de Altagracia.

[12] Desde el año 1825 el cementerio no existía. En parte del mismo se habían construido algunas dependencias del Hospital Vargas, inaugurado en 1891.

[13] Los Capuchinos son parte de la familia Franciscana.

[14] Inicialmente llamada Plaza Ezequiel Zamora.

[15] Las Monjas Dominicas salen con el decreto de Antonio Guzmán Blanco cuando se prohíben las congregaciones religiosas.

[16] Abogado, periodista y político, fundador de Acción Democrática, quien estaba en la clandestinidad. Posteriormente falleció en la cárcel luego de una cruel agonía durante la cual no recibió asistencia médica.

[17] Se llamaba Jorge Maldonado Parilli.

[18] Esta información no es muy conocida, pero hay documentos evidenciando que perteneció a una logia denominada “Los Caballeros Racionales”.

[19] También masón.

[20] Existen dos tipos de escuelas en masonería: el Rito de York o Masonería Inglesa y el Rito Escocés que es el más usado en Venezuela. 

[21] Fusilado por los realistas y expuesta su cabeza frita dentro de una jaula en la Puerta de Caracas.

[22] Envenenado en Trinidad.

[23] Torturado, arrastrado por un caballo y luego ahorcado y descuartizado en la Plaza Mayor (hoy Plaza Bolívar) frente a la Cárcel Real (actual Casa Amarilla).

[24] Dos cuadras al sur de la Catedral, la cual ya no existe.

[25] Información proveniente del Archivo General de la Nación.

[26] Es conocido también como Samuel Robinson, el cual fue su seudónimo cuando tuvo que huir de Venezuela en 1797. Una teoría es que estuvo implicado en la conspiración de Gual y España.

[27] La fecha de nacimiento de Simón Rodríguez no está muy clara. Algunos historiadores la ubican en 1771 y otros en 1769.

[28] En la investigación de Orlando José Marín  (2011) no se observa a nadie con ese apellido.

[29] No hay ningún otro nombramiento anterior.

[30] José Martí estuvo en Venezuela entre los meses de enero y agosto de 1881. 


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