miércoles, 23 de septiembre de 2020

Totalitarismo: cuatro famosos que cambiaron al mundo

 


 

 


En la Europa de la primera mitad del siglo XX se manifestaron movimientos políticos que desembocaron en gobiernos totalitarios, los cuales cambiaron el devenir histórico, tanto del continente europeo como del mundo.

 ¿Cómo hombres de carne y hueso pudieron imponerse, dominar a las masas e instaurar regímenes que inspiraron terror? ¿Existe alguna predisposición  humana que lo haya permitido? Es un interesante fenómeno que  ha sido analizado. 

Muchos años después de haber desaparecido los líderes políticos que protagonizaron los acontecimientos iniciados  con el triunfo de la Revolución de Octubre de 1917 en Rusia, seguidos de célebres dictaduras y la Segunda Guerra Mundial, aún existen múltiples heridas abiertas por los terribles sucesos acaecidos en este período.

Igualmente, todavía hay personas que se declaran  fieles partidarias de las ideas de los hombres claves de esta parte de la historia, que minimizan o tratan de obviar ciertos episodios de la misma. 

Mucho se ha escrito sobre los penosos capítulos vividos por millones de seres humanos, víctimas de la represión generada por los regímenes que se impusieron; menos sobre cuáles fueron las ideas y los móviles que impulsaron a los protagonistas de  los eventos.  

 

 

INDICE DE CONTENIDO

1.     Ideas y paradigmas.

1.1.      Johann Gottfried Herder.

1.2.      Georg Wilhelm Friedrich Hegel.

1.3.      Charles Robert Darwin.

1.4.      Karl Heinrich Marx.

1.5.      Giovanni Gentile.

 2.     Conceptos y símbolos de los principales partidos.

2.1.      Comunismo.

2.2.      Fascismo.

2.3.      Nazismo. 

3.     Psicología del dictador.

3.1      Psicoanalistas: Sigmund Freud.

3.2      Neurólogos:     Seth David Norrholm.

3.3      El arquetipo:    Carl Jung. 

4.     Vidas y perfiles de los dictadores famosos.

4.1.      Vladimir Ilich Uliánov (Lenin).

4.2.      Iósif Vissariónovich Dzhugashvili (Stalin).

4.3.      Benito Amilcare Andrea Mussolini.

4.4.      Adolf Hitler. 

5.     Control de Masas:     Gustave Le Bon.

 6.     Miedo a la libertad:   Erich Fromm. 

 

 

1.    Ideas y paradigmas.

          “Las ideas no son responsables de lo que los

              hombres hacen con ellas”.  

                     Werner Karl Heinsenberg (1901-1976)

Uno de los pensadores que mayormente constituyó la base  para el fundamento teórico de los movimientos políticos, que a partir del año 1917 desembocaron en regímenes totalitarios,  fue Hegel. Los postulados de este filósofo sirvieron de sustento, tanto para la teoría de Karl Marx, como para el fascismo de Benito Mussolini.

Por otra parte, Giovanni Gentile es un filósofo neo-hegeliano poco conocido; sin embargo fue de gran relevancia para la concepción del fascismo ya que,  junto a Benito Mussolini, concibió la doctrina de este movimiento. 

Igualmente, los conceptos de Herder, así como las investigaciones llevadas a cabo por Charles Darwin, que originaron su teoría de la evolución, fueron importantes insumos para que el nazismo tuviera un respaldo filosófico y científico en cuanto a su pensamiento de que existía una raza superior.

1.1.      Johann Gottfried Herder (1744-1803)


Herder fue el filósofo, teólogo y crítico literario de origen polaco que se interesó por primera vez en estudiar la relación de la especie humana con su medio natural, por lo cual se le considera el padre de la antropología.

Postuló que el desarrollo dependía del medio ambiente pero, una vez que la etnia había adquirido sus particularidades, éstas permanecían fijas e inmutables. En base a ello, llegó a la conclusión de que existían diferentes razas y que cada una de ellas tenía su propio ideal de vida.

Para Herder, el centro privilegiado de progreso era Europa, por sus condiciones climáticas y geográficas, y sólo en este continente el hombre era un ser verdaderamente histórico, mientras que del resto del mundo provenían culturas estáticas que nunca contribuirían con el avance de la civilización.

1.2.      Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831)       


   

Hegel fue un filósofo idealista alemán que desarrolló una original teoría acerca del progreso de la Historia,  considerando que la evolución de la especie humana no dependía de la naturaleza, sino de la voluntad del hombre y de sus pensamientos.

Por lo tanto,  según Hegel, el estudio de la Historia no era tanto conocer los acontecimientos que sucedieron a causa de la acción de los hombres, sino comprender lo que ellos pensaban y por qué lo hicieron, lo que se constituyó en una nueva disciplina denominada Filosofía de la Historia.

Pero lo más relevante de sus ideas, utilizado igualmente  por el marxismo y por el fascismo, fue su concepto de la dialéctica: relación que se establece entre las mentes pensantes y los eventos de la realidad, donde cada etapa depende de la solución a las contradicciones de las circunstancias anteriores.

 1.3.      Charles Robert Darwin (1809-1882)

 


Darwin, biólogo naturalista y geólogo inglés,  es el autor de la obra: “El origen de las especies por medio de la selección natural, o la preservación de las razas preferidas en la lucha por la vida” (1859), cuyo título completo ya se explica por sí mismo. Esta obra  es conocida como “El origen de la especies”.

Charles Darwin viajó durante cinco años consecutivos a bordo del Beagle y llegó a muchas conclusiones importantes para la época, siendo una de ellas que cada especie reproduce a más individuos de los que pueden subsistir, lo que ocasiona una lucha por los recursos donde sólo sobreviven los más fuertes. 

Los postulados de Darwin fueron adaptados por varios teóricos al campo de lo social, concluyendo que existían razas superiores que eran las que debían perdurar.

1.4.   Karl Heinrich Marx (1818-1883)



Marx  nació en un reino alemán conocido como Prusia. Pertenecía a una familia judía pudiente y  su abuelo paterno era rabino. Fue filósofo y sociólogo. Sus teorías más importantes fueron desarrolladas en Inglaterra, donde conoció a Friedrich Engels (1820-1895) quien le aportó los conocimientos de economía.

Marx criticó fuertemente a Hegel, que era idealista, pero adaptó el concepto de la dialéctica al materialismo, considerando que todo lo que mueve al hombre son las contradicciones de índole económica. Lo espiritual es secundario y las ideas van a surgir a consecuencia del orden social, no al contrario.  

Otras de las fuentes con las que Marx nutre su filosofía son los preceptos revolucionarios franceses, así como el modo de producción de las sociedades primitivas y  los movimientos comunales que se habían originado en Inglaterra en el año 1649 con la irrupción de los “diggers”.

Estos últimos, conocidos también como “cavadores”, habían proclamado un estilo de subsistencia donde todos trabajaban y luego el producto del esfuerzo mancomunado era repartido según la necesidad de cada quien.

Se dice que esta visión de los “diggers” inspiró a todas las corrientes de vida comunal durante los siglos posteriores, incluyendo al movimiento Hippie de la década de 1960.

1.5.   Giovanni Gentile (1875-1944)



Gentile fue un filósofo, educador y político italiano, que concibió, junto a Benito Mussolini, la doctrina del fascismo, basada en gran parte  en la dialéctica de Hegel. En este caso, la contradicción a ser resuelta era la referente a la individualidad versus el rol del Estado.

 Para Gentile, el hombre no es nada fuera de la sociedad, ya que la naturaleza representa un aislamiento que lo amenaza y contra la que en soledad no tiene defensa, por lo tanto en ella el individuo no es libre ni tiene derechos.

 La Nación es lo que engrandece al ser humano, pero ésta requiere de disciplina, por lo que hay que someterse a su autoridad y obedecer las leyes, lo cual constituye la verdadera liberación y conducción al concepto de humanidad.

 2.    Conceptos y símbolos de los principales partidos

 El símbolo  es  un  signo  que  establece una relación

  de identidad con una realidad, generalmente abstracta,

  a la que evoca o representa, y que trasciende al objeto

  simbolizado”.

                       Spanish Oxford Living Dictionaries

 2.1. Comunismo


La hoz y el martillo. Símbolo del comunismo

 

Comunismo proviene de comuna, comunal, lo que es común a todos, y su concepción, según la teoría marxista, se remonta a los tiempos  primitivos, en los cuales no existía la propiedad privada.

Así mismo, el comunismo está relacionado con los movimientos comunales que se sucedieron en Inglaterra en el siglo XVII y con algunas utopías posteriores que visualizaban a la sociedad como una gran comunidad donde todos los bienes se distribuían equitativamente.

El concepto de comunismo existe mucho antes de que apareciera Marx como ideólogo, pero más tarde fue sinónimo de marxismo ya que todos los partidos comunistas adoptaron la línea de pensamiento de Marx y Engels.

A partir de la revolución rusa de 1917, el símbolo más importante del comunismo es una hoz y un martillo que se sobreponen para indicar la unión de los trabajadores del campo con los obreros. Siempre se utiliza un fondo rojo, que es indicativo de rebelión y proviene de los radicales –jacobinos- de la Revolución Francesa (1789-1799).  

Por otra parte, existe un saludo que identifica a los comunistas, el cual consiste en alzar el puño y que se remonta a tiempos muy antiguos; se asume que el mismo se origina en la región de Mesopotamia donde significaba resistencia.

Contrariamente a lo que mucha gente piensa, los comunistas levantan el puño de la mano derecha, no el de la izquierda que es alzado por los socialistas, trotskistas e independentistas.

2.2. Fascismo

 


Fasces romano. Símbolo del fascismo

 

El fascismo es el movimiento social y político que se origina en Italia a partir de la fundación, en el año 1921, del Partido Nacional Fascista por parte de Benito Mussolini. Su nombre deriva de la palabra fascio y ésta de fascis, que significa haz o manojo y que al mismo tiempo es el símbolo del fascismo.

 El fascio proviene del tiempo de los romanos y era un racimo de veinte varas de olmo o abedul unidas con un lazo de cuero rojo, que representaban a los  veinte pueblos que conformaban el Imperio.

 Mussolini se propone “asegurar la grandeza moral y material del pueblo italiano”; niega la lucha de clases e implementa una política paternalista destinada a proteger a toda la Nación, conciliando las necesidades  de los trabajadores con el interés de los empresarios.

 La idea era que los dueños de las empresas pudieran generar mayores ingresos y que los asalariados ganaran lo necesario para llevar una vida digna, lo que se lograba mediante  una fuerte disciplina y obediencia absoluta al Estado, ya que éste garantizaba la justicia social.

El saludo fascista también está inspirado en la antigua Roma, cuando se usaba, a modo de reverencia, extender el brazo derecho con la palma de la mano hacia abajo. Posteriormente se populariza en Italia, en el año 1919, a través de un grupo nacionalista, y luego Mussolini lo adopta como forma oficial de saludar y demostrar la adhesión a su partido.

 2.3. Nazismo


 

Esvástica. Símbolo del nazismo

 

Nazismo significa nacionalsocialismo en forma resumida. Es un movimiento fundado en el año 1920 con el nombre de Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, del que Hitler fue líder a partir de 1921, y cuyo programa, que constaba de veinticinco puntos, resultaba atractivo para un importante porcentaje de las clases populares y medias alemanas.

Entre los aspectos más relevantes que se proponía el nazismo estaban los siguientes: a) unificación de la “Gran Alemania”; b) el Estado garantizaría el bienestar de todos; c) educación y salud gratuita; c) pensiones dignas para los jubilados; d) reforma agraria con la expropiación de terrenos de utilidad pública; e) sólo los miembros de la raza aria podían considerarse ciudadanos y los no-ciudadanos debían ser expulsados.

La esvástica es el símbolo nazi más importante, siendo adoptado por Hitler desde los inicios de su partido, aunque ya estaba en uso por parte de algunos grupos nacionalistas que tenían peculiaridades místicas: la esvástica posee significado religioso para ciertas culturas antiguas.

En la región de Mesopotamia fueron halladas piezas del período neolítico  con la figura de la esvástica. Igualmente, este símbolo, conocido también como cruz gamada,  se encuentra en las iglesias románicas y góticas. 

Por otra parte, la palabra esvástica en sánscrito significa “bienestar”, “buen auspicio” o “prosperidad”.

Respecto al saludo nazi, también se popularizó el brazo extendido con la palma de la mano hacia abajo a la usanza romana y fascista, pero en este caso se acompañaba de la frase “Heil Hitler” (salve Hitler) pronunciada de forma enfática y en tono alto de voz. 

3.    Psicología del dictador

 

Pintura de John William Waterhouse sobre el mito de Narciso

 

Estudiar la personalidad de los dictadores  ha sido de gran interés, especialmente para la psiquiatría, ya que aunque cada uno de ellos tiene sus  particularidades en cuanto a carácter y cultura, reflejan muchas características comunes.

El rasgo más importante que todos los estudiosos destacan es un exacerbado narcisismo: los dictadores consideran que son personas muy importantes, con cualidades especiales, que necesariamente deben inspirar en los demás la misma admiración que ellos sienten hacia sí mismos.

Los psiquiatras  coinciden en que el narcisismo es un trastorno de la personalidad, que implica conductas típicas tales como el odio irracional hacia quienes no concuerdan con las ideas de quienes lo padecen, lo que los convierte en seres vengativos.

Así mismo, los narcisistas evidencian falta de empatía para poder entender los sentimientos de otros y un miedo irracional hacia posibles traiciones por parte de elementos de su entorno.

No está muy claro de donde proviene el trastorno narcisista y se alegan posibles causas que van, desde conflictos emocionales no superados, hasta deficiencias en el funcionamiento del cerebro. En general, se considera que la conducta de los dictadores oscila entre la neurosis y la psicosis.

A consecuencia del narcisismo, en todas las dictaduras se practica el culto a la personalidad, para lo cual son necesarias estructuras que incluyen la contratación de “influencers”, un fuerte aparato propagandístico, múltiples eventos masivos, y repetición continua del mismo discurso por parte de todos los que conforman el gobierno, alabando siempre al jefe.

Se trata de reforzar el mesianismo del líder, que aparece como el salvador de la patria, y sin cuya presencia todo se iría a pique. Siendo importante resaltar que estos “héroes” generalmente aparecen cuando existen condiciones difíciles o inestables en un país, las cuales aprovechan.

Según los estudiosos, otros indicativos comunes de las dictaduras son la definición de algún enemigo importante al que hay que combatir en unidad, así como un pronunciado culto hacia los valores tradicionales y/o nacionalistas, y una importante dosis de represión.

Esta represión,  aunque dependiendo del tipo de proceso, se manifiesta con mayor fuerza al principio, para eliminar a los enemigos. Luego amaina, en relación al control logrado,  y posteriormente se vuelve a incrementar en la medida que los  dictadores van perdiendo popularidad.

Algo interesante que también aducen ciertos psiquiatras es que no todos los dictadores pretenden serlo desde un principio, sino que poseen cierta tendencia en la estructura de su personalidad  y,  cuando se dan cuenta del poder que han logrado, el cerebro reptil se apodera de su mente. 

3.1.      Psicoanalistas:

 

Sigmund Freud (1856-1939)


Para Freud, todas las neurosis y psicopatías que se desarrollan en los hombres son producto de problemas no resueltos durante la niñez. En este sentido agrega que, aunque los elementos que causaron la perturbación ya no existan, el adulto los conserva en el inconsciente. 

Suele suceder que el individuo mantiene reprimido por largo tiempo su trauma, pero por alguna circunstancia imprevista el mismo se desborda, se apodera de la personalidad  y el sujeto pasa a ejercer una especie de venganza contra la vida.

Indica Freud que los dictadores presentan frecuentemente esta condición, desarrollando patrones paranoides de conducta, que los hace violentos e impulsivos. Así mismo,  pueden mentir con gran facilidad pero es porque en realidad se mienten a sí mismos.

Otra característica resaltante en los individuos paranoides es que son proclives a inventarse historias de complot, en las que creen firmemente, por lo que no tienen reparos en asesinar a los que consideran enemigos.

3.2.      Neurólogos:  


 Seth D. Norrholm (1973)


El  Dr. Norrholm es un médico psiquiatra y neurólogo de la universidad Emory en Atlanta (EE.UU), que ha estudiado el cerebro de pacientes psicópatas, llegando a la conclusión de que los mismos presentan daños en la región del lóbulo frontal: la zona encargada de dominar los impulsos agresivos.

En estos casos, la amígdala del lóbulo temporal, que es el lugar donde se producen emociones como el miedo y la rabia, se apodera de los patrones de comportamiento del sujeto, haciendo que éste pierda su capacidad de tener bajo control aspectos de tipo moral.

No existe certeza acerca de por qué sucede este fenómeno, pudiendo deberse a problemas genéticos o también a conflictos emocionales importantes, pero es definitivo que alguien con baja actividad en el lóbulo frontal del cerebro está predispuesto a comportamientos psicopáticos.

Según las observaciones de Norrholm, estos individuos son personas que proyectan  mucha energía y que reflejan una gran confianza en sí mismos, al tiempo que poseen una gran ambición de poder y son mentirosos profesionales, los cuales son  rasgos típicos de los dictadores.

3.3.       El arquetipo:  

 

Carl Jung (1875-1961)

 

Jung, de origen psicoanalista y que fue alumno de Freud, divide la mente humana en tres niveles: a) el área consciente, donde procesamos los conocimientos; b) el inconsciente personal donde se  registran las impresiones; c) el inconsciente colectivo que contiene nuestra memoria como especie humana y se remonta a millones de años.

Este famoso psiquiatra  nos habla de los arquetipos como aquel modelo que está grabado en el inconsciente colectivo y que, a través del viaje de la vida, se le va revelando a cada individuo. Uno de los arquetipos es el del héroe, equivalente al líder.

El líder, como el héroe, es un salvador que en algún momento de su existencia recibe una especie de llamada sobrenatural, la cual lo hace arrojarse a la hazaña para la que se siente predestinado. El inconsciente del héroe lo arrastra a una batalla donde debe derrotar, a costa de lo que sea, las fuerzas que según su razonamiento representan al mal.

Cada héroe nace según las circunstancias específicas de la época y el lugar, y siempre cambia el destino. A esta categoría de hombres pertenecen los líderes históricos.

En el caso de los dictadores que se analizan, el arquetipo de héroe  estaría mayormente  presente en los “creadores”: Lenin, Mussolini y Hitler; no tanto en Stalin que simplemente aprovechó el legado del primero.


4.  Vidas y perfiles de los dictadores famosos.

              “El totalitarismo no puede renunciar a la violencia.

                Si lo hiciera, perecería. La eterna ininterrumpida

               violencia, directa o enmascarada, es  la  base  del

               totalitarismo”

                              Vasili Grossman (1905-1964)

4.1.      Vladimir Ilich Uliánov (Lenin 1870-1924)

 



Vladimir Ilich, apodado Lenin que quiere decir: “el que pertenece al río Lena”, fue un abogado y político ruso que descendía de una familia de clase alta, ya que su padre era integrante de la pequeña nobleza y ejercía un cargo burocrático en la época zarista.

Lenin fue un joven común y corriente, religioso y amante de la literatura clásica, hasta que, cuando contaba con dieciséis años, un hecho terrible marcó su vida: su hermano mayor fue condenado a muerte por el régimen del zar, ya que se implicó en un grupo revolucionario.

Es obvio que este evento definió el futuro de Lenin, así como el de Rusia, e hizo nacer la semilla que treinta y dos años más tarde provocó la ejecución de la familia Romanov.

A partir de la muerte de su hermano, Lenin también se une a los grupos revoltosos y se involucra con el pensamiento de de Karl Marx, especialmente a través de “El Capital”, para en el año 1917 ser el líder de la Revolución Bolchevique.  

Los bolcheviques, que quiere decir “miembros de la mayoría”, eran los partidarios del ala radical del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, tal cual los jacobinos franceses.  Los lemas de la Revolución de Octubre fueron: “paz, pan y tierra” y “todo el poder para los soviets”.

Los soviets eran las asambleas de obreros, campesinos y soldados que dieron el nombre a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas –URSS por sus siglas- fundada por Lenin a finales de 1922 y  de la que fue el primer jefe, pero por poco tiempo ya que muere de un accidente cardiovascular dos años más tarde.

Lenin inició un activo plan hacia la industrialización de Rusia. De las personas que estuvieron cerca de él, y que dejaron sus testimonios, se recoge que era un individuo muy educado y de mente brillante; pero también que  tenía  episodios  de furia y era fanático e intransigente con sus ideas.  

Así mismo, estos allegados dejaron constancia de que, aunque apenas ganada la revolución fueron eliminados físicamente muchos adversarios, Lenin no tenía instintos sádicos, sino que ejecutar a los contrarios al régimen fue más bien una medida profiláctica y ejemplarizante: “un mal necesario justificado por un fin superior”. Al respecto se habló del “terror rojo”.

Lenin consideraba que había llegado al poder para cambiar el mundo, ya que la lucha de clases y la concepción marxista se debían extender por todo el planeta, mediante la difusión de estas ideas con el apoyo de la URSS a los movimientos obreros de todos los países.

 

4.2.      Iósif Vissariónovich Dzugashvili (Stalin 1878-1953)

 



Stalin significa “hecho de acero” y es el sobrenombre con que se conoce al sucesor de Lenin. Fue Secretario General del Partido Comunista de la URSS desde el año 1922 hasta poco antes de su muerte.

Se sabe que este líder tuvo una desafortunada niñez, ya que su familia era de muy escasos recursos y adicionalmente su padre, borracho y de carácter violento, acostumbraba a maltratar tanto a la madre como a él: único hijo, ya que dos hermanos habían muerto a corta edad.

Según sus biógrafos, Stalin fue delicado de salud desde pequeño. A los doce años es atropellado por un carruaje que lo deja ligeramente cojo para toda la vida  y los traumas familiares le hacen desarrollar la personalidad áspera y huraña por la que siempre fue distinguido.

Después de cumplir con sus estudios básicos ingresa a un seminario de religión católica ortodoxa, ya que no tenía recursos económicos para aspirar a otra carrera, pero  se vincula a movimientos revolucionarios por lo que es expulsado al poco tiempo.

A partir de este momento se dedica de lleno a la militancia política y su vida transcurre entre la cárcel, el destierro y la clandestinidad, hasta que estalla la revolución.  De aquella época de lucha  proviene su apodo,  que le fue dado por su personalidad implacable y su carácter rígido y frío.

Según se cuenta, Stalin, a pesar de no ser una persona estudiada, fue un tipo muy inteligente, gran estratega y especialmente hábil manipulador; cualidades que supo utilizar al máximo para obtener el poder rápidamente, lo que incluso sorprendió a Lenin.

Parece ser que la gran maniobra de Stalin consistió en aprovechar los dos últimos años de la vida de Lenin, durante los que éste último estuvo debilitado de salud, para obtener ventajas del cargo que ostentaba: se rodeó de individuos que le eran fieles de forma personal, generalmente debido a favores que habían recibido. 

Dicen que Lenin, antes de morir, recomendó apartar del Partido a  aquel  personaje “brusco” y de no muy buen proceder, que se había hecho del poder a través de métodos no muy ortodoxos. 

El estalinismo es famoso por los gulag o campos de trabajo forzado, donde se enviaron a muchos disidentes para ser “re-educados”, lo que en la práctica significó una condena a muerte porque pocos lograron sobrevivir.  

Stalin fue el creador de la KGB, que se convirtió en el cuerpo secreto de espionaje más poderoso del mundo, absolutamente fiel a Stalin hasta el accidente cardiovascular que ocasionó su muerte.

Este líder promovió el culto al trabajo, lo que propició un rápido crecimiento económico y desarrollo industrial, pero a costa de exigencias desmedidas hacia los trabajadores y pago de sueldos muy bajos, lo que también trajo mucha pobreza.

Trotski, quien lo conoció bastante, escribió que Stalin tenía tendencias al sadismo, y que para él era igual de enemigo el que adversara al régimen como a su persona, a los que sistemáticamente eliminaba con rigor. 

 4.3.      Benito Amilcare Andrea Mussolini (1883-1945)

 



Mussolini, periodista, conocido político y militar, nació en el seno de una familia trabajadora italiana. Su padre, que era socialista, le dio el nombre de Benito en honor a Benito Juárez, líder de procedencia indígena que se considera el padre de la Nación mexicana.

Al parecer, Benito Mussolini tenía una personalidad problemática, ya que lo expulsaron dos veces de sus centros de estudio por motivos de fuertes peleas con los compañeros de clase. También fue militante del Partido Socialista Italiano desde los diecisiete años hasta que, por discrepancias ideológicas, fue separado del mismo en 1914.

Supo capitalizar el miedo hacia el régimen que se había implementado  en  Rusia, así como el descontento reinante en Italia debido a los problemas económicos derivados de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), que se manifestaban mediante muchas huelgas de trabajadores y campesinos.

En  1919  crea un grupo revoltoso denominado “camisas negras”, que se encarga de agredir a los enemigos -principalmente comunistas y socialistas- con el que da un golpe de Estado al parlamento en 1922.  

El rey apoya a Mussolini y más bien lo invita a tomar el mando, asignándole luego el cargo de Jefe de Gobierno y cambiando las leyes para que sólo el monarca lo pudiera suspender de sus funciones.

Sin embargo, el propio soberano,  cuando en el año 1943 se percata de los problemas que Mussolini le ha traído a Italia y el peligro inminente de  mantenerlo en el poder, lo destituye y lo  manda a la cárcel. 

Lo primero que hace Mussolini al asumir su cargo de gobierno, en el año 1922, es abolir  todos los  partidos políticos, instaurar la censura de prensa y decretar la pena de muerte para quienes atentaran contra la estabilidad del Estado.

Mussolini se hacía llamar “el Duce” –el guía- y se veía a sí mismo como heredero del Imperio Romano, al que debía restablecer, en principio mediante el dominio absoluto del mar Mediterráneo.

El fascismo de Benito Mussolini fue combatido por las potencias aliadas durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), especialmente porque Italia era un país amigo de Alemania, con la que había firmado el “Pacto de Acero” en 1939.

Luego de que el rey de Italia lo encarcela en 1943, Mussolini es liberado por los paracaidistas alemanes. Después de la derrota del nazismo huye hacia el norte disfrazado, pero es descubierto y fusilado. Posteriormente su cadáver es exhibido en una plaza con la cabeza para abajo.

4.4.      Adolf Hitler (1889-1945)

 



Hitler nació en Austria, en un hogar de clase media. Su padre,  que según coinciden diversos investigadores  tenía ascendencia judía,  era asiduo al alcohol y acostumbraba a maltratar físicamente a la familia; especialmente mediante despiadadas sesiones de azotes.

Adolf quería ser pintor, lo que contrariaba a su progenitor que pretendía que fuera agente de aduanas como él. Pero no tuvo mucho éxito en sus aspiraciones, ya que fue rechazado al intentar ingresar en dos ocasiones a escuelas de arte, lo que hizo que se sintiera un fracasado durante bastantes años.

Es en 1914, año en que comienza la Primera Guerra Mundial y se enrola en el ejército, cuando su vida da un giro radical; comienza a ganar prestigio y a ascender en posiciones, pero esto sólo le va a durar hasta el año 1818 en que Alemania termina derrotada.

Alemania no solamente es vencida, sino que las potencias aliadas la hacen asumir la responsabilidad de la contienda, lo que a través de la firma del Tratado de Versalles en 1919 la obliga a pagar tributos, ceder territorios y eliminar su ejército, constituyendo una humillación para los alemanes.

En este momento se potencia el odio de Hitler hacia los judíos, que a decir de los psicoanalistas  es la expresión de una venganza personal hacia la memoria de su padre, de origen judío, del que su madre y él recibieron tantos maltratos: Alemania era la madre mancillada y los judíos el verdugo.

Ciertamente en Alemania existía aversión hacia aquellos que no pertenecieran a la raza aria, pero no en la magnitud que Hitler la proyectó hacia los judíos, llegando a culparlos de la pérdida de la guerra. Inventa la frase: “puñalada por la espalda”, mediante lo que significaba que judíos y comunistas se habían aliado con los ejércitos enemigos.

En 1920 Hitler se une al Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, del cual se convierte en líder absoluto al año siguiente, al tiempo que crea sus escuadrones llamados “camisas pardas”, en los que participa personalmente para atacar a sus principales enemigos: judíos y marxistas.

Con estas “camisas pardas” promueve un golpe de Estado en 1923, pero no tiene éxito; es arrestado y posteriormente condenado a cumplir cinco años de cárcel, aunque antes del año es amnistiado. Durante este tiempo de prisión concibe su famosa obra “Mi Lucha”.

En esta obra, Hitler dice que la creación del idioma esperanto es un complot judío para dominar al mundo y acabar con la raza aria, así como expresa sus ambiciones de ganar territorios de Europa para Alemania.

Igualmente, se visualiza a sí mismo como el “súper hombre” descrito por Nietzsche en “Así hablaba Zaratustra” y se considera predestinado para liberar al mundo de los dos principales males: el judaísmo y el comunismo.

Cuando Hitler sale de la cárcel se dedica a impulsar  su partido, presentándosele en 1930 una extraordinaria oportunidad: Alemania atravesaba una terrible crisis, producto de las cargas que le imponían el Tratado de Versalles, aunado esto a la “Gran Depresión” de 1929; entonces Hitler aprovecha para predicar con fuerza sus ideas políticas y económicas que prometían la solución.

Luego, a través de hábiles artimañas, logra que lo nombren canciller en 1933 y posteriormente, al morir el presidente en 1934, se autoproclama “Fuhrer” o Jefe.

Comienza entonces un exitoso plan de recuperación económica, así como una cruenta persecución a los judíos, gitanos, comunistas y homosexuales. Con ellos, especialmente con los judíos, comienzan a llenarse los campos de concentración, colmados de terrores y millones de muertos. De paso, Hitler aprovecha para también  eliminar a los oponentes de su propio partido.

En el año 1939  al “Fuhrer” se le ocurre invadir Polonia, para así dar inicio a sus  planes de expansión, que se prolongan con notoriedad durante los siguientes seis años.

A consecuencia de ello, también en 1939, comienza el conflicto que representa la mayor cantidad de muertes en la historia: la Segunda Guerra Mundial, que termina en 1945 con la toma de Alemania por parte de las potencias aliadas.

El desenlace es por todos conocidos: Hitler se suicida, junto a su esposa Eva Braun, para evitar ser capturado; pero antes de hacerlo ordena que los cadáveres sean incinerados, para no sufrir el final de Mussolini, cuyo cuerpo sin vida había sido exhibido en una plaza pública con la cabeza para abajo.  

5.  Control de masas



 Gustave Le Bon (1841-1931)

 

Le Bon fue un médico francés que se dedicó al estudio de la sociología, especialmente en lo referente al comportamiento de las masas. Publicó un reconocido texto titulado: “Psicología de las masas” (1895), del que se dice que Hitler tomó muchas ideas, y seguramente también muchos otros.

Este investigador escribió que una masa no es una multitud, ya que el concepto de masa, en cuanto a conglomerado humano, reúne ciertas condiciones que se logran a través de algunos mecanismos y presenta características particulares.

Dice el autor de esta teoría, que las masas se sienten invencibles y se van contagiando de forma inconsciente con las ideas colectivas, de una forma casi hipnótica, lo que permite su manipulación y anula su individualidad. De hecho, sucede que una persona posiblemente nunca haría “motu propio” lo que impulsa en masa.

La ideología de una masa se construye sobre las emociones y es necesario aglutinar a los individuos a partir de un evento lo suficientemente significativo, que generalmente es una crisis o una amenaza y que incluso puede ser “fabricado”.  El producto es la creación de una mente colectiva, una especie de rebaño que necesita de un amo.

Pero no son los hechos objetivos los que finalmente compactan a la masa, sino la forma como son comunicados para que sea posible la internalización de la ideología: discurso, palabras, reforzamiento acerca de quién es el  enemigo, gestos, consignas, uso de símbolos y efectos especiales, que deben producir fuertes emociones en la audiencia.

Las masas se inclinan hacia el poder, no hacia la debilidad; por lo tanto es importante que el líder refleje una personalidad fuerte y carismática. Es necesario que logre un estado de fascinación general, cual encantador de serpientes, para que los individuos pierdan su capacidad de razonamiento individual.

Una vez que se ha conseguido el objetivo de anular la reflexión personal, en la masa se desarrolla un tipo de sentimiento religioso que no tolera discusiones acerca de la doctrina inculcada: “de esta forma la simpatía hacia el líder se convierte en adoración y las antipatías en odio”.

6.  Miedo a la libertad

Erich Fromm (1900-1980)

 

Erich Fromm es un psicoanalista, psicólogo social y filósofo de origen alemán. A través de una de sus principales obras: “El miedo a la libertad”,  sustenta que todos los individuos están condicionados por la crianza, la religión y la sociedad, para ser obedientes y no pensar por sí mismos.

Históricamente, desde el comienzo de las civilizaciones e incluso antes,  el hombre ha estado sujeto a normas sociales que se imponen desde afuera y que deben ser cumplidas sin cuestionamientos.

Por otra parte, el ser humano tiene temor a afrontar la vida desde su propia perspectiva,  porque  pensar diferente implica siempre un riesgo y es más seguro seguir la corriente, evadiendo así responsabilidades.

Este último aspecto fue especialmente resaltado por  los filósofos de la Ilustración, con su famosa frase: “sapere aude” o “atrévete a usar tu propia razón”,  como exhortación a que los hombres ejercieran su autonomía.

Otra  faceta importante del problema,  es que  una de las grandes necesidades del individuo de la especie humana es ser reconocido socialmente y sentir que pertenece  al grupo: el miedo a la exclusión hace que no esté dispuesto a pagar el precio de ser un “perro azul” y tiende a plegarse a lo que piensa la mayoría. 

Se podría concluir entonces que el miedo a la libertad no depende de una época, nacionalidad o circunstancia específica, sino que es inherente a la humanidad; nace con la especie  y se propaga con cada persona. Sería, siguiendo a Jung, parte de la memoria colectiva.

Por lo tanto, cualquier sociedad, sin importar el grado de desarrollo que haya logrado,  está  en peligro de que llegue un “iluminado” y se apodere de las masas.   

Referencias:

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