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martes, 16 de enero de 2024

Historia, caminos y misterios del Waraira Repano

 


El Ávila, o Parque Nacional Waraira Repano, es una montaña mágica llena de magnetismo. Todos los caraqueños sienten pasión por este majestuoso cerro, que también puede ser traicionero para quienes no lo conocen bien, o se aventuran por senderos apartados.

Resulta difícil imaginar que, en cierta época, antes de que creciera la vegetación que se observa hoy día, gran parte de estos terrenos fueran haciendas de café. Es posible que restos de sus esclavos yazcan sepultados en las profundidades de la montaña, así como bajo los caseríos y posadas.  

Contenido

-El Waraira Repano

-Camino de los Españoles

-La ruta del Camino Real

-Castillos y haciendas en el Camino de los Españoles

-Galipán

-Hotel Humboldt

-Teleférico Warairarepano

-Cueva Alfredo Jahn

-Desaparecidos y accidentes históricos del Ávila

El Waraira Repano



El Parque Nacional Waraira Repano toma esta denominación a partir del año 2011, pero toda la vida, desde el siglo XVIII, se llamó Cerro El Ávila, así como Parque Nacional El Ávila a partir de 1958 cuando fue declarado zona protegida. Se localiza en la zona central de la Cordillera de la Costa, al norte del Distrito Capital y el Estado Miranda, y al sur de La Guaira.

En El Ávila viven muchas familias consideradas autóctonas, ya que sus antepasados llegaron antes de que el área fuera declarada parque nacional. Entre los pueblos, el más grande e importante es Galipán. Sus actividades económicas son conservacionistas, dedicándose sobre todo al cultivo de legumbres y flores, y al turismo.

Se estima que en el Waraira Repano hay un total de 50 caseríos, que antiguamente fueron encomiendas o haciendas trabajadas por esclavos. Desde que se funda Caracas las tierras de la montaña fueron repartidas, siendo los principales dueños de la vertiente sur Manuel de Figueredo[1], Manuel de Urbina y Juan Nicolás de Ponte.

Según los registros históricos, Manuel de Figueredo fue un pulpero, propietario del solar que luego sería la casa natal de Andrés Bello. También se menciona a un Alférez de Infantería, llamado Juan Nicolás de Ponte (1652-1712), quien seguramente fue heredero del primer Ponte, poseedor de las tierras.

En cuanto a la vertiente norte, predominaron las encomiendas. La primera de ellas se llamaba El Cojo y perteneció a uno de los primeros conquistadores, llamado Agustín de Ancona. La misma, que posteriormente se convirtió en una hacienda, se ubicaba en la población del mismo nombre y abarcaba una zona alta en la montaña, hasta donde hoy se encuentra San José de Galipán.

En el año 1799, cuando Humboldt (1769-1859) llegó a La Guaira, observaba que en la ladera norte del Ávila, por los lados de Caraballeda, los curas Mercedarios tenían una plantación de caña de azúcar con 200 esclavos. Así mismo, mencionaba a un tal Gallegos, dueño de una importante hacienda de café cerca de la Quebrada Chacaíto.

En la época en que Humboldt estuvo en Caracas existió un señor muy conocido, llamado José María Gallegos, quien era médico cirujano y fue uno de los propietarios del Teatro Coliseo[2]. Probablemente éste haya sido el dueño de la hacienda, donde Humboldt pernoctó la noche antes de subir al Pico Oriental de la Silla de Caracas.

El nombre Ávila tiene una historia un poco contradictoria. Diferentes autores sostienen que éste se debe a un tal Gerónimo de Ávila, quien gobernó la Provincia de Venezuela. Pues bien, nunca existió un gobernador que se llamara así. Otra versión es referente al Alférez Mayor Gabriel de Ávila[3], quien fue alcalde de Caracas y falleció en 1593.

Pero en la historia no figura ninguna referencia al Ávila hasta el año 1774[4], cuando en Actas de Cabildo aparece un tal Juan Manuel de Ávila, quien era propietario de gran parte de los terrenos de la serranía y tenía varias haciendas de café. Este señor se casó en segundas nupcias con una hija de Juan Francisco de León[5].

En un Acta de Cabildo de fecha 20 de mayo de 1774 se hace mención al “cerro de Ávila” y se especifica que el susodicho era dueño de las tierras que van “hasta la cumbre donde se avista el mar”. Al morir Juan de Ávila a finales de 1795, las haciendas son heredadas por sus nueve hijos, quienes en algunos casos luego venden a terceros.

En cuanto al nombre de Waraira Repano, dicen que en lengua caribe se traduce como “la ola que vino de lejos”[6]. Los indígenas contaban una leyenda acerca de una inmensa ola que se levantó del mar cuando la montaña no existía. Estuvieron a punto de perecer, pero gracias a que invocaron a sus dioses el agua se convirtió en piedra.

Esta leyenda evidencia el culto a la majestuosidad del Ávila desde los tiempos remotos. Obviamente lo narrado no se fundamenta en la memoria colectiva, ya que según los estudios la Cordillera se formó hace cuarenta millones de años[7], cuando se hundió la Placa del Caribe y se produjo el plegamiento de esa parte de la corteza terrestre.

La biodiversidad del Waraira Repano es impresionante. Existen más de 100 especies de mariposas, 120 especies de mamíferos, 30 especies de reptiles, 500 especies de aves y 1800 especies vegetales, algunas de las cuales son endémicas de este cerro. Entre las especies vegetales se pueden encontrar 180 tipos de orquídeas.

El Parque Nacional El Ávila mide aproximadamente 80 kilómetros de este a oeste y tiene una extensión total de 852 Km². Sus picos más altos son: Naiguatá (2.765 m.), Oriental (2.640 m.), Occidental (2.478 m.)[8] y Ávila (2.159 m.). En la montaña nacen más de 60 corrientes caudalosas de agua que desembocan en el Río Guaire o en el Mar Caribe.

Todos estos ríos y quebradas, especialmente las de la vertiente norte que van hacia La Guaira, fueron muy significativas en la Tragedia de Vargas la cual tuvo su punto culminante el 15 de diciembre de 1999. Ésta fue la peor catástrofe que sufrió el país durante el siglo XX y la segunda de la historia después del terremoto de 1812[9]

Camino de los Españoles



Ubicada en el Cerro El Ávila, entre Caracas y el litoral, esta ruta era llamada Camino de la Mar o Camino Real por los conquistadores españoles. Su construcción fue ordenada por Diego Osorio y Villegas (1540-1600), quien gobernó la Provincia de Venezuela entre 1589-1597 y fundó la ciudad de La Guaira en el año 1589.

Sin embargo, tuvieron que pasar otros tres gobernadores para que la obra se comenzara en enero de 1603 cuando mandaba Alonso Suárez del Castillo (1570-1603). Este capitán sólo ejerció en el período 1602-1603, ya que según cuentan fue envenado por sus enemigos españoles cuando visitaba unas encomiendas en Barquisimeto.

Una parte importante del camino, que se concluyó en 1625, se realizó bajo el mandato de Sancho de Alquiza (1567-1619), quien estuvo al frente del gobierno en el lapso 1606-1611. De paso, este marino militar, oriundo de Guipúzcoa, se hizo de una hacienda[10] no muy lejos de Puerta Caracas que actualmente es el caserío Sanchórquiz. 

El Camino de los Españoles se construyó sobre un sendero indígena llamado La Culebrilla, que era la manera más rápida de llegar al puerto. La vía, que fue totalmente cubierta con lajas de piedra, comienza en Puerta de Caracas, la cual está ubicada en La Pastora y tiene un recorrido aproximado de 23 kilómetros hasta Maiquetía.

Posteriormente se levantaron varios fortines, que son conocidos como Los Castillitos y se encuentran en ruinas. El más antiguo, denominado La Trinchera o El Salto, fue construido en el siglo XVII, mientras que los demás son del siglo XVIII. De todos ellos, el que mejor se conserva es el Fortín de la Cumbre.

El Sendero de la Culebrilla se unió con el Camino de Las Dos Aguadas y de esta forma se podía llegar hasta Maiquetía o hasta el Puerto de La Guaira. Otra opción era el Camino de Catia, pero fue clausurado al igual que algunas picas indígenas, para así evitar incursiones indeseables como la del pirata Amyas Preston en 1595.

Por el Camino de los Españoles partió Simón Bolívar (1783-1830) hacia Cartagena el 5 de julio de 1827 y también por aquí pasaron sus restos procedentes de Santa Marta el 16 de diciembre de 1842, en la única carreta que circuló por esta vía. En el puesto de guardaparques de la salida de Puerta Caracas hay una placa conmemorativa.

El Camino de los Españoles fue utilizado como única vía para transportar alimentos o cualquier otro bien necesario durante más de dos siglos. Igualmente era la ruta obligada de los viajeros, porque la primera Carretera Vieja Caracas-La Guaira[11] fue inaugurada por el presidente Carlos Soublette (1789-1870) en 1845.

Pero aún después de 1845 el Camino Real era la forma más expedita para ir a Caracas desde la costa o viceversa, ya que la carretera tenía 37 kilómetros y los carruajes tirados por caballos demoraban doce horas en hacer el viaje. En 1883 Guzmán Blanco (1829-1899) inaugura el ferrocarril y así el recorrido se cubría en dos horas.

Alexander de Humboldt cruzó el Camino de los Españoles por primera vez cuando subía desde La Guaira el 21 de noviembre de 1799. En su libro Viaje a las Regiones Equinocciales del Nuevo Continente escribió que el trayecto tomaba no más de tres horas utilizando buenas mulas y que a pie llevaba un máximo de cinco horas.

Pero Humboldt estaba muy entrenado en subir montañas y además no cargaba peso porque las provisiones para el camino y todos sus instrumentos de medición los transportaban los esclavos. De acuerdo a los excursionistas, un buen promedio estimado para hacer la ruta caminando es de nueve horas, considerando las paradas.

La ruta del Camino Real



Para una persona entrenada no es difícil cubrir el trayecto del Camino de los Españoles, pero es importante hacerlo con un guía, puesto que hay muchos desvíos y es fácil perderse. Para llegar hasta Puerta Caracas se puede tomar un autobús y desde allí también es posible contratar un jeep para hacer el viaje, o parte del mismo, hacia Maiquetía. 

A más o menos un kilómetro de Puerta Caracas se encuentra un castillo tipo medieval, que era la casa de un español llamado Miguel de Peña quien procedía de las Islas Canarias. Después el sitio fue un peaje donde se revisaban las mercancías y se cobraban los impuestos. Actualmente está abandonado y al parecer fue invadido.

A corta distancia se observa el monumento en honor a José Félix Ribas (1775-1815)[12] y, posteriormente, a 2,5 kilómetros desde Puerta Caracas, se llega al sector denominado Campo Alegre donde hay algunas casas. Al poco rato está el caserío Sanchórquiz y después el sitio conocido como Merendero del Cielo donde se bifurca la ruta.

En este punto, si se toma el camino de la derecha se llega a Boca de Tigre, que conduce al Picacho. Hay que coger el de la izquierda, que lleva hacia los lugares distinguidos por los nombres de Las Canobas y Los Almacenes, donde ya se está a una distancia de 5 kilómetros desde Puerta Caracas.

Al poco rato se llega a Los Dos Caminos, donde hay otra bifurcación. Para ir a Maiquetía se debe agarrar el sendero de la izquierda. Luego está el Castillo de La Cumbre o Fuerte de La Cuchilla. El camino de la derecha es conocido como Las Dos Aguadas y llega a La Guaira pasando por el Castillo San Carlos.

En Los Dos Caminos estamos a una distancia de 8 kilómetros desde Puerta Caracas. Se sigue hacia Hoyo de la Cumbre y después hacia el Castillo Negro, donde la ruta se vuelve a dividir en tres vías: la que está a mano izquierda es un retorno a Caracas; la del centro va al Castillo Negro; y la que se ubica a la derecha sigue el Camino Real. 

Continuando por el Camino Real, un poco más adelante el camino se bifurca de nuevo. En este punto ya nos encontramos a 10 kilómetros de distancia de Puerta Caracas y las dos opciones de rutas son: una a la derecha que conduce a un caserío y otra a la izquierda por donde sigue el camino a Maiquetía pasando por La Venta.

Un poco después de La Venta la vía se divide en dos otra vez. Si optamos por el camino de la derecha llegaremos a la famosa hacienda Corozal. Lo indicado es ir hacia la izquierda para continuar hacia Maiquetía. En este trayecto veremos los restos de una posada muy famosa de la época colonial que se llamó Guayabal.

Se sigue bajando y pronto nos toparemos con el Fortín El Salto, quedando ya poco trecho para arribar a nuestro destino. Posteriormente de nuevo hay dos caminos: el que se ubica a la derecha conduce a un lugar denominado Torquemada y si continuamos a la izquierda llegaremos a Quenepe y luego a Maiquetía al poco rato.

Castillos y haciendas en el Camino de los Españoles



En el Camino de los Españoles se pueden observar los vestigios de varios castillos. Los restos de uno de ellos han desaparecido totalmente y se sólo se ve el sitio donde estuvo. Éste era llamado “Fortín del Medio” o “La Atalaya”, estaba ubicado a 1.450 m.s.n.m., cerca del Castillo Negro, y fue construido en 1770.

En cuanto a las haciendas[13], existieron aproximadamente doce importantes. La mayoría de ellas hoy son caseríos, y otras se convirtieron en ruinas ya que fueron abandonadas y posteriormente destruidas por los buscadores de morocotas. Hay dos haciendas que eran posadas muy famosas, de las cuales sobreviven algunas de sus paredes.  

A lo largo de la ruta se encuentran varias ermitas y catorce cruces que marcan las estaciones del Vía Crucis[14]. Éste se realiza por el Camino de los Españoles cada Semana Santa desde hace más de cien años, así como también se lleva a cabo la procesión de la Virgen de Lourdes cada 11 de febrero.

Castillo Blanco

El Castillo Blanco se localiza a 1.606 m.s.n.m., en una zona llamada Loma del Viento por la brisa marina que allí se siente. Para llegar hay que tomar la ruta de Las Dos Aguadas, lo que quiere decir el camino hacia La Guaira. De su estructura queda muy poco: apenas dos columnas, los vestigios del patio central y una rampa.

Fue construido en 1770 y posee una ubicación privilegiada. Era el más importante de la línea defensiva ya que se divisaba desde la Plaza Mayor de Caracas, actual Plaza Bolívar, y al mismo tiempo desde esta estructura se podían ver los demás castillos. Por tal razón, desde este punto se informaba rápidamente sobre cualquier eventualidad.

El Castillo Blanco en la actualidad está militarizado ya que se utiliza como estación meteorológica, por lo cual no puede ser visitado sin un permiso especial.

Castillo de La Cumbre

Esta fortaleza también es conocida por los nombres de Fortín de La Cuchilla o Castillo de San Joaquín. Se ubica a una altitud de 1.470 m.s.n.m. y tiene una excelente vista hacia el Puerto de La Guaira, por lo que era el fuerte encargado de disparar un cañón cuando algún barco entraba en la rada.

Dicen que fue construido en 1770. Sin embargo, según la Real Academia de la Historia, en tiempos del Gobernador Diego de Melo Maldonado[15], quien ejerció el cargo en el período 1682-1688, el 7 de septiembre de 1686 desde “el sitio de La Cumbre” se avisó que barcos enemigos se acercaban a la costa.

Es posible que fuera una estructura anterior, ya que no se disparó ningún cañón, sino que se emitieron señales de humo: una humareda por cada una de las cinco naves que se divisaron. Luego sonaron todas las campanas de Caracas, convocando a los hombres a la Plaza Mayor, donde les entregaron armas.

Desembarcaron alrededor de 400 piratas entre Chuspa, en la actual Parroquia de Caruao, y Arrecife en Catia La Mar. Los militares y los pobladores de Caracas lograron rodearlos y, aunque hicieron algunos robos, se marcharon rápidamente. Este sistema de señales de humo era utilizado por todos los fuertes.

El Fortín de La Cumbre también servía como punto de control de los viajeros, y eran detenidos los que no tenían documentos. Esto le sucedió a Humboldt, que no llevaba el pasaporte, aunque al rato lo dejaron pasar. En la actualidad se conservan sus muros y un pozo que tiene aproximadamente cinco metros de profundidad.

Más o menos cerca queda la Capilla de Hoyo de la Cumbre, la cual está abandonada. En sus alrededores los buscadores de tesoros construyeron un túnel que se dice llega hasta el aljibe del castillo. Muchos pobladores del cerro creen que hay morocotas[16] enterradas en distintos lugares del Ávila, según lo que les contaron sus abuelos. 

Castillo Negro

Se dice que el Castillo Negro fue construido en 1770, al igual que los anteriores. El gobernador para esta época era José Solano y Bote (1726-1806), Capitán General de la Provincia de Venezuela para el período 1763-1771, quien fundó el pueblo de Chacao.

Solano y Bote fue considerado uno de los mejores gobernantes de la Colonia, sobre todo por su preocupación en cuanto a los hospitales. Tenía el apodo de “terror del Atlántico” por su actuación en la Real Armada Española contra los ingleses.  

El Castillo Negro está ubicado a 1.500 m.s.n.m. y más o menos a una distancia de nueve kilómetros de Puerta Caracas, en la vertiente norte del Waraira Repano, mirando hacia la costa, con una vista impactante sobre la misma.

Recibe su nombre debido a que los muros estaban pintados con carbón, con la intención de que no se divisara fácilmente desde lejos. Para ingresar al mismo había que pasar un puente levadizo, ya que una quebrada lo separaba del camino.

El Salto

El fortín El Salto, llamado también La Trinchera, es el más cercano a Maiquetía y se encuentra a una altitud de 910 m.s.n.m. De todas las fortificaciones que encontramos por el Camino de Los Españoles ésta es la más antigua. Se cree que fue construida en el año 1685 por el antes mencionado gobernador Diego de Melo Maldonado.

Otras fuentes señalan que el fortín fue levantado antes, durante el mandato de Ruy Fernández de Fuenmayor (1602-1651), quien gobernó la Provincia de Venezuela en el período 1637-1644. Este mandatario es famoso por su enfrentamiento en 1642 con el pirata inglés William Jackson, quien vivía en la isla Roatán de Honduras.   

El corsario llega a La Guaira con varios barcos y mil bucaneros. Bombardea el puerto y logra desembarcar, pero el gobernador, junto al obispo Mauro de Tovar (1586-1666), le destrozan varias embarcaciones y lo hacen huir. También a Fernández de Fuenmayor le tocó encarar la terrible destrucción ocasionada por el terremoto de 1641[17].

Antiguamente, en el trecho de la vía donde está el fortín El Salto, había una hoya que tenía unos 20 metros de profundidad y aproximadamente 10 metros de ancho. Esta grieta sólo podía ser atravesada a través de un puente, que era derrumbado cuando se quería interrumpir el paso por peligros como los piratas o en caso de epidemias.

Posteriormente la hendidura fue rellenada, aunque es posible determinar dónde estaba ubicada. En estas ruinas sólo se pueden observar algunos de los robustos muros de lo que fue la fortaleza, así como el camino que conducía hasta su entrada.

Fortín San Carlos

Este fortín se encuentra casi llegando a La Guaira, en el Cerro Las Tunas que está a 295 m.s.n.m. Fue construido en el año 1769, pero se utilizaron las bases de otro fuerte más antiguo que se encontraba en el mismo sitio desde 1604. Ha sido refaccionado varias veces y es una de las fortalezas mejor conservadas.

Tiene forma cuadrangular con varias puntas simulando una estrella y posee una gran atalaya con una impresionante vista al mar. Originalmente al Fortín San Carlos se accedía a través de un puente levadizo que atravesaba un profundo foso. Se pueden observar sus dos bóvedas, que servían para guardar pólvora, armas y municiones.

Al final de un estrecho y oscuro túnel estaba el calabozo, donde aseguran que los presos eran cruelmente torturados. A esta cárcel enviaban a los españoles a pagar condena y aquí estuvo Juan de Picornell (1759-1825) que inspiró la Conspiración de Manuel Gual (1759-1800) y José María España (1761-1799), la cual fue abortada en 1797.

También en este recinto estuvo encerrado Francisco de Miranda (1750-1816) antes de ser enviado al Castillo San Felipe de Puerto Cabello. Luego fue remitido a la Fortaleza de El Morro de Puerto Rico y finalmente al Presidio de las Cuatro Torre o Penal de La Carraca en Cádiz (España), donde al morir sus restos fueron arrojados a una fosa común.

Hacienda Guayabal

En la hacienda Guayabal había una famosa posada. Se encuentra a 1.000 m.s.n.m. y a 16.9 kilómetros de Puerta Caracas, cerca del Fortín El Salto. Los dueños de esta hacienda eran la familia Morales, quienes permanecieron viviendo aquí por mucho tiempo. Especialmente Ricardo Morales y su madre Doña Juana de Morales.

En ella se cultivaba café y, gracias a que pudo sobrevivir a los buscadores de morocotas, es posible observar buena parte de la casa colonial, con su pasillo, habitaciones y patio interior. También se puede ver el sótano donde dormían los esclavos. Si se sube desde Maiquetía, se ubica a más o menos 50 minutos de camino a mano derecha.

Hacienda La Venta 

En este sitio existió otra posada, que fue la más conocida de todas cuantas existieron en el Camino de Los Españoles. Cuentan que era renombrada hasta en Europa, así como en las Colonias de América. Aquí estuvieron muchos ilustres visitantes extranjeros, como es el caso de Alexander de Humboldt, quien hizo mediciones y escribió sobre ella.

También era llamada Venta Grande, para distinguirla de otras hospederías. Dicen que tenía dos pisos y, al igual que todos los caseríos de la zona, fue una hacienda de café con esclavos. Se ubica a 1.215 m.s.n.m. y a menos de un kilómetro de la Hacienda Guayabal. Está destruida y sólo es posible apreciar algunos de sus antiguos muros.

Hacienda Boca de Tigre 

Actualmente en este lugar hay un parador turístico, donde venden jugos naturales y cachapas. Se llega tomando el desvío hacia El Picacho, a la altura del Mirador del Cielo en el Camino de los Españoles. Sin embargo, no se recomienda hacer esta ruta, a menos que sea con alguien que la conozca bien, porque es fácil perderse.

Aquí estaba la hacienda de café del canario Martín de Ascanio y Llarena (1730-1801), quien tenía 16 esclavos -dos de los cuales se escaparon- además de ser propietario de otros fundos. Llegó en la segunda mitad del siglo XVIII, casándose con María Candelaria Ribas y Herrera (1761-1835), perteneciente a la alta sociedad caraqueña.

Hacienda Sanchórquiz

Esta hacienda, ubicada a 1.550 m.s.n.m. y no muy lejos de Puerta Caracas, fue de Sancho de Alquiza (1567-1619), mejor conocido como Sanchórquiz. Actualmente es un caserío, donde viven alrededor de 50 familias que producen frutas y legumbres, además de vender helados, fresas, duraznos y flores a los visitantes.

Todos los viajeros que recorrían el Camino de los Españoles hacían un alto en estos predios, para beber agua pura y fresca de un manantial que se conoció como Fuente de Sanchórquiz, así como también tomó este nombre la quebrada que allí nace. Sancho de Alquiza, de procedencia vasca, fue gobernador durante el período 1606-1611.

Ejerció el poder con mano dura, especialmente en relación al pago de los impuestos, condenando a prisión a varios mantuanos por evadirlos. Entre los privados de libertad por no cumplir con sus obligaciones tributarias estuvo Simón Bolívar “el Viejo” (1532-1612), también nacido en las Vascongadas.

Este Bolívar, quien tuvo el cargo de Contador General de la Real Hacienda en Caracas entre 1593 y 1606, fue destituido por Alquiza. Y no sólo lo metió preso, sino que también dispuso de sus bienes. El gobernador García Girón de Loayza[18] trató de resarcir los daños al ex Funcionario Real, pero éste murió antes de que fuera posible.

Bolívar “el Viejo” impulsó la creación del Convento de los Dominicos (1596) en San Jacinto, frente al cual nacería el Libertador Simón Bolívar 187 años más tarde. Además, por sus buenos oficios ante la Corona de España, consiguió el permiso para fundar el primer seminario de Caracas[19] que luego fue la Universidad Central de Venezuela.

Alquiza es recordado como un mandatario que tomó medidas importantes para favorecer a los indios encomendados. Entre ellas, la prohibición de utilizarlos como bestias de carga o alquilarlos a terceros. Tampoco se permitía que trabajaran para el encomendero más de tres días a la semana y si lo hicieren percibirían un beneficio.

Según algunos cronistas, Sanchórquiz fue el promotor de la hallaca. Cuentan que, cuando los indígenas estaban construyendo el Camino de los Españoles, se desmayaban por el terrible esfuerzo. Por tal motivo, el gobernador indagó acerca de su alimentación, al suponer que allí radicaba la causa. 

Le fue informado que sólo ingerían un mazacote de maíz envuelto en hoja de plátano. Sorprendido, ordenó que todos los mantuanos entregaran a los funcionarios del Cabildo una parte de las sobras de sus suculentas comidas, que reservaban para los cochinos. Entonces se comenzaron a preparar tamales, mermando así los desvanecimientos. 

Pero en una ocasión, por haber recibido comida en mal estado, los indios fueron afectados por una disentería que ocasionó muchas muertes, lo cual ocurrió cerca de la Navidad. Por tal razón, el obispo Fray Antonio de Alcega decretó que, como castigo, toda la población del Valle de Caracas comiera tamales en diciembre.

Obviamente los mantuanos prepararon su plato navideño de una forma más delicada y utilizando los mejores ingredientes, lo que dio origen a la hallaca. Dicen que el nombre de este delicioso plato proviene de la voz guaraní “ayuaca”, cuyo significado es mezcla y era la forma en que los indígenas llamaban al tamal.

Galipán



Galipán es la población más grande del Waraira Repano, tanto en extensión como en población. Se estima que tiene unos 17 kilómetros cuadrados y aproximadamente 2.500 habitantes. Está ubicado en la Parroquia Macuto del llamado Estado La Guaira a partir del año 2019, conocido como Vargas anteriormente.

La mejor forma de llegar a Galipán es tomando el teleférico hasta el Humboldt y bajando luego hacia La Guaira en los vehículos rústicos disponibles para tal fin, o se puede subir en un jeep por puesto desde Cotiza en San Bernardino. Otra opción es contratar un vehículo 4 x 4 desde el Hotel Ávila[20] que también está en San Bernardino.

El pueblo de Galipán se divide en cinco sectores.  La parte más alta es San Isidro, a 1.800 m.s.n.m. A este punto llegan los rústicos que vienen desde el Humboldt y aquí hay muchos lugares donde comer. Luego, descendiendo hacia Macuto están: San Francisco, Manzanares, San Antonio y finalmente San José.

Cuando se sube en jeep, bien sea desde Cotiza o desde el Hotel Ávila, a través de una pendiente muy pronunciada los vehículos atraviesan Los Venados y en más o menos veinte minutos llegan a Boca de Tigre. Luego, para dirigirse a San Isidro hay que ir hacia la derecha, o tomar la vía de la izquierda si se van a visitar los otros sectores.

Se calcula que los primeros pobladores de Galipán llegaron a esta zona entre los años 1778 y 1780. Pero la investigadora y profesora Lourdes Denis Santana señala que existieron dos oleadas: una que se originó en Caracas, cuando fue fundada en 1567 por Diego de Losada quien repartió todas las tierras, y otra más tarde desde La Guaira.

La segunda fue en 1778, con la llegada de una gran cantidad de canarios al país, los cuales entraron por el Camino de los Españoles. Los actuales habitantes de Galipán, en una gran proporción, descienden de isleños españoles. Se dedican, sobre todo, a la siembra de frutas, hortalizas y flores, que venden en Caracas y en La Guaira.

También hay quienes viven del turismo y para tal fin construyeron fondas en los terrenos que antes fueron haciendas. Entre los cinco sectores de Galipán existen alrededor de 20 posadas, todas maravillosas. Pernoctar en estos hospedajes, aparte de constituir una experiencia única, es la mejor forma de apoyar a los galipaneros.

Existen íconos de Galipán, así como muchos lugares mágicos. Además, algunos narran experiencias extrañas que han vivido cuando se han quedado a dormir.

Pacheco

Dicen que no es una leyenda lo referente a Pacheco, quien en el imaginario colectivo seguirá bajando cada diciembre, aunque ya no traiga claveles, calas ni lirios. Este señor, que según cuentan era de Galipán, se llamó Antonio Pacheco y durante los meses de noviembre a enero venía a Caracas dos o tres veces por semana.

Entraba por Puerta Caracas, vendía flores frente a la Iglesia de La Pastora y luego seguía para la Esquina de San Francisco y el mercado de San José. Casualmente su primera aparición coincidía con el cambio de clima. Entonces la gente sacaba su ropa de invierno y comenzaba a disfrutar del frío y de la neblina

Por tal razón se dice: “Ya llegó Pacheco” o “Pacheco aún no ha bajado este año”. Sin embargo, algunos galipaneros afirman que allí no lo conocieron y que prueba de ello es que nadie en Galipán tiene ese apellido. A lo mejor procedía de alguno de los caseríos del Camino de los Españoles, pero ¡Qué ganas de quitarle la ilusión a uno!

El Picacho

Esta elevación, que tiene una altitud de 1978 m.s.n.m., es uno de los picos más altos del Ávila. Está muy próximo a Galipán, hacia el oeste, y se accede a él luego de llegar a Boca de Tigre. Dicen que en este lugar se percibe un gran magnetismo, y también que existe un cementerio indígena el cual no ha podido ser encontrado.

Muy cerca de aquí el famoso Doctor Knoche tenía su finca, llamada Buena Vista, que anteriormente había sido una hacienda cafetalera. En las noches traía los cadáveres desde el Hospital San Juan de Dios, donde trabajaba, para embalsamarlos con su fórmula única. Vale la pena visitar estas ruinas, aunque no están muy conservadas.

Desde El Picacho se aprecia la mejor vista de Galipán. A uno de sus costados hay una gran cruz, que se ve desde la Guaira y recuerda a los fallecidos en la Tragedia de Vargas. Existen muchas leyendas acerca de El Picacho, entre ellas una que cuenta que se escuchaba al diablo hasta que el sitio fue bendecido.

Jardín de las Piedras Marinas Soñadoras

Este lugar es un museo ecológico y también una posada. Se encuentra a 600 m.s.n.m., en el sector de San José, y es uno de los mejores lugares para pasar una noche o más en Galipán. Cada habitación está decorada con un motivo particular, la atención es de primera, el restaurante insuperable y posee una impresionante vista al mar.

El Jardín de las Piedras Marinas Soñadoras fue construido por Gonzalo Barrios Pérez, conocido como Zoe -que en griego significa vida-, quien nació en el año 1948 y pasó a otra dimensión el 29 de julio de 2021. Zoe contaba que el 24 de diciembre de 1966, un día antes de cumplir 18 años, tuvo un sueño revelador. Entonces se vino a esta montaña mística para siempre.

Posteriormente descubrió que la clave de sus visiones estaba en las piedras del mar. Él mismo las acarreó desde Macuto en su jeep y diseñó su museo ecológico, donde se puede sentir una energía dual: la del mar, mezclada con la que proviene de la montaña. Zoe ya no está físicamente, pero sigue viviendo entre sus piedras soñadoras.

Posada La Hacienda Vieja

Otro de los mejores lugares para pasar uno o varios días es esta posada de la familia Marín. A una altura aproximada de 1.350 m.s.n.m. ofrece un clima privilegiado, además de una increíble vista al mar y al muy cercano Picacho de Galipán. Por otra parte, la atención es excelente y la comida espectacular a toda hora.

Pero lo más interesante del sitio es su legado histórico, ya que la fonda fue construida sobre una antigua hacienda de café, de la cual se pueden apreciar sus ruinas que datan de 1714. El señor Andrés Marín, padre de quienes se ocupan de la posada en la actualidad, llegó a esta montaña siendo casi niño y permaneció en ella toda su vida. 

Trabajando fuerte pudo abrir el restaurante, que ahora se llama “El Tesoro de la Hacienda”, y posteriormente construyó la posada. Además de las bondades que ya se han mencionado, vale la pena hospedarse aquí sólo para escuchar todas las historias que cuentan, incluyendo una sobre el desenterramiento de un tesoro.

Orbes en Galipán

Varias personas dicen haber visto orbes en Galipán, lo cual no es exclusivo del lugar, pero por alguna razón sucede aquí con más frecuencia. Éste es un fenómeno físico no negado por muchos científicos, aunque no tiene una explicación clara hasta el momento. Sí parece haber acuerdo en que ocurre cuando hay mucha energía acumulada.

Un orbe es una esfera de luz que flota en un determinado lugar, la cual puede ser de color blanco, azul o verde. En Galipán se asocia con la leyenda de los enterramientos de morocotas. Dicen que son los espíritus avisando que hay un tesoro, porque así pueden descansar en paz una vez que las personas que lo encuentran les rezan.  

Otros comentan que el tema está relacionado con cementerios que existen y no se han descubierto. Se cree que en las haciendas enterraban a los esclavos en sitios que pueden estar ocultos. No se tiene mucha idea de lo que hacían con los cuerpos de los esclavos, pero con seguridad no los sepultaban en el mismo lugar que a los blancos.

Hay una hacienda en Caruao, llamada San Faustino, donde están haciendo una investigación antropológica a raíz de haber encontrado un cementerio de esclavos. Pero lo más asombroso del caso es que comenzaron el estudio porque, según dicen, había cierta actividad paranormal en el sitio y no se explicaban la razón. 

Los que analizan el fenómeno desde otra perspectiva señalan que en El Ávila existe un magnetismo especial, con lugares donde esto se acentúa como por ejemplo en El Picacho. Afirman que por la acumulación de energía se abren portales, lo que quiere decir la comunicación entre dos lugares separados en cuanto a espacio-tiempo.

A los que no han visto esas luces, el tema les puede parecer una locura delirante, o creer que son alucinaciones, o lo que es peor, pensar que son mentiras para crear expectativa. No es seguro que todo el mundo las pueda ver, pero probar no cuesta nada. Eso sí, duerman acompañados porque da miedito.

Hotel Humboldt 



El Hotel Humboldt, ubicado en el Pico Ávila a 2.159 metros de altitud, fue un ambicioso proyecto de Marcos Pérez Jiménez (1914-2001), en conjunto con el teleférico que uniría a Caracas con el litoral central. Es un ícono del Waraira Repano y le ha dado su nombre al sitio donde fue construido, así como a sus alrededores.   

El diseño del hotel es del arquitecto venezolano Tomás José Sanabria (1922-2008)[21], graduado en la Universidad Central de Venezuela y Magíster por la Universidad de Harvard (USA). En Estados Unidos fue alumno de Walter Gropius, fundador de la Escuela de la Bauhaus, de quien adoptó su estilo.

Aunque ha sido remodelado, el hotel conserva su estructura y diseño original. Es una torre de sesenta metros de altura, con catorce pisos y setenta habitaciones. Tiene forma cilíndrica, lo que le otorga una vista de 360º sobre Caracas y La Guaira, y la fachada es de cristal y aluminio, lo cual hace que se conserve el calor.

Fue edificado en tan sólo 199 días entre mayo y noviembre de 1956 por 600 obreros que trabajaron en la construcción. Se inauguró el 29 de diciembre del mismo año, aunque comenzó a funcionar en abril de 1957. Posteriormente, en 1966 empieza a ser operado por la Cadena Sheraton, pero el negoció no funcionó y el hotel cerró en 1970.

Luego, en el período 1971-1978, se convierte en un hotel escuela a cargo del Instituto Nacional de Capacitación y Educación (INCE), tiempo durante el cual sufrió un marcado deterioro. Seguidamente estuvo abandonado hasta 2001, cuando es otorgado en concesión, junto al teleférico, al consorcio Ávila Mágica que era del Banco Federal.

En 2007 se revoca el acuerdo, pasando nuevamente al Estado, y a partir de 2012 comienza a ser refaccionado para ser reinaugurado en mayo de 2018. Actualmente es un hotel Cinco Estrellas con habitaciones de lujo. Cuenta con una piscina temperada y un famoso restaurante, además de todos los servicios y muchas atracciones.

En este lugar existe una leyenda, basada en un hecho que al parecer aconteció en la vida real. Se refiere a una mujer que aparece asomada a uno de los balcones del piso 8, aun estando la habitación desocupada. Acostumbra a deambular por todos los pasillos y en las noches se escucha su llanto y a veces también su risa.  

Se trata de la amante de Pérez Jiménez, quien se desplomó desde las alturas al ser acosada por la esposa de éste. El susodicho estaba en una de las habitaciones con la joven, que era una bailarina, cuando se presentó de Doña Flor. La muchacha se escondió en la terraza, pero fue descubierta por la señora, lo que provocó su caída al vacío.   

Teleférico Warairarepano



El primer sistema del teleférico fue construido por la empresa alemana Heckel y recorría una distancia de once kilómetros desde Caracas hasta Macuto. Entre los dos tramos existían cinco estaciones: Maripérez, Ávila, Galipán o El Lirón, San José o Loma de Caballo y El Cojo en Macuto. Se abrió al público en abril de 1956.

Adicionalmente, había otro trayecto que iba desde la Estación Ávila hasta el Humboldt, de forma tal que los huéspedes transportaran sus equipajes cómodamente y llegaran directamente hasta el hotel en teleférico. Esta línea era llamada “el teleférico de la cresta” y tenía 600 metros de largo.  

Hasta el año 1977, cuando se cerró el sistema, las cabinas eran más grandes. En la última etapa cabían 25 pasajeros[22] incluyendo un operador que se encargaba de las puertas y de la seguridad. Igualmente, fueron cambiando de color: primero verdes, luego anaranjadas y finalmente rojas.  

Por otra parte, existían tres tipos de cabinas: uno para los pasajeros comunes; otro para los VIP, que eran los que iban al hotel; y luego había cabinas presidencias que tenían teléfono y bar, las cuales sólo podían ser usadas por personalidades importantes y conllevaba un protocolo especial.

El teleférico se clausuró a partir del 8 de agosto de 1977 a causa del deterioro general y a un accidente. Se produjo una falla eléctrica y se dañó un cable, por lo que cuatro cabinas quedaron colgando en el precipicio. Los bomberos tuvieron que sacar a la gente en sacos y muchos pasaron la noche en las cabinas expuestos al viento y al frío[23].

El sistema reabre con el nombre de Ávila Mágica en el año 2001. Este grupo financiero hizo una importante inversión, cambiando el cableado y sustituyendo las cabinas. Posteriormente, en el año 2007, cuando le retiran la concesión, el teleférico comienza a llamarse Warairarepano que es el nombre actual.

En aquel momento el gobierno anunció que en un plazo de 18 meses estaría operativo nuevamente el tramo hasta Macuto, cosa que aún no se ha llevado a la práctica. Se habla del proyecto, pero intentan hacer una nueva ruta, a la cual los vecinos de Galipán se oponen insistiendo en que se reactive la anterior.

Cueva Alfredo Jahn



Otra maravilla del Parque Nacional Waraira Repano es esta cueva, la cual es la más grande del centro de Venezuela y la sexta del país. Está ubicada en el extremo oriental de la Serranía de la Costa, a dos horas de Caracas y a cuatro kilómetros al oeste de la población mirandina llamada Birongo.

Este pueblo escondido, que poca gente conoce, tiene una historia muy peculiar. Sus primeros pobladores fueron esclavos que se escaparon de las plantaciones de cacao para esconderse en las montañas. Luego comenzaron a desarrollar sus propios cultivos y comerciaban con los piratas holandeses desde la Bahía de Higuerote.

La mejor forma de llegar es vía Guatire, cogiendo luego hacia Tacarigua de Mamporal desde Caucagua. Aunque lo más práctico es tomar un tour y viajar en los autobuses que salen de la Plaza Altamira, en un “full day” que incluye traslado, almuerzo y visita guiada dentro de la cueva, además de conocer Birongo.

Los primeros exploradores que entraron a la gruta fueron los espeleólogos venezolanos Juan Antonio Tronchoni, Eugenio de Bellard y Roberto Contreras en el año 1952, pero los pobladores de la zona la conocían desde mucho tiempo atrás por el nombre de Tapa de Cambural, ya que la cueva se encuentra en el curso de la Quebrada Cambural.

Los mencionados espeleólogos decidieron bautizarla como Cueva Alfredo Jahn, en honor al ilustre ingeniero, investigador y científico venezolano llamado así, quien nació en 1867 y falleció en 1940 dejando un importante legado de conocimientos sobre la Cordillera de la Costa, los Andes y la Amazonía venezolana.

Esta cueva es espectacular en cuanto a sus formaciones de estalactitas y estalagmitas, que crecen desde el techo y el suelo por el efecto del agua al filtrarse durante cientos o miles de años. Tiene quince entradas y 4,29 kilómetros hasta ahora descubiertos, que quizás podrían ser más, a lo mejor atravesando una parte importante del cerro.  

Para visitar este sitio hay que ir preparado con algunos implementos y contar con un guía. Por tal motivo, si se quiere ir a la cueva, es recomendable ponerse en contacto con cualquiera de las empresas turísticas o personas que ofrecen el servicio, quienes dan los detalles y las recomendaciones.

Desaparecidos y accidentes históricos del Ávila



El cerro El Ávila es tan deslumbrante como peligroso, aún para las personas que creen conocerlo bien. Perderse por uno de sus senderos y no saber cómo regresar es muy fácil si te apartas del camino principal sin darte cuenta. Extraviarse en el Waraira Repano puede significar no volver nunca más.

Existe el riesgo de deshidratarse, y la hipotermia es otro de las grandes amenazas ya que la temperatura baja considerablemente en las noches. Aunque tengas celular hay muchas zonas donde no hay señal, y abundan cunaguaros y serpientes venenosas, además de malhechores que acechan a los visitantes.

Casualmente hoy, 13 de enero de 2024, tristemente ha sido hallado sin vida el ingeniero chino de 43 años, llamado Zhanbin Wang, que estaba desaparecido desde el día 6 de los corrientes. Luego de varios días de intensa búsqueda, fue encontrado en el barranco de una zona boscosa cercana a la Quebrada Chacaíto.

Por otro lado, avionetas y aviones se han estrellado contra el cerro, siendo los accidentes más famosos los dos ocurridos en 1956 y 1978. Además, en la historia de la aviación venezolana han desaparecido varias aeronaves, de las cuales hay especialmente una[24] que posiblemente haya sido sepultada por la maleza del Waraira Repano.

Entre las personas que desaparecieron en El Ávila hay tres casos muy sonados, que ocurrieron en la década pasada, así como también es histórico lo sucedido con el Vuelo 253 de Aeropostal y con el Vuelo del Cessna 310 matrícula YV-1019-P, en el cual iba el candidato presidencial Renny Ottolina.

Paula Imbriano

Paula es el nombre de una joven que decidió subir caminando hasta el Pico El Ávila, mejor conocido como el Humboldt. Iba con un amigo, pero se adelantó y cuando se dio cuenta estaba en un sendero intrincado. Intentó volver, sin hallar la ruta. El compañero llegó hasta el Humboldt y la buscó, pero no la encontró. Paula estaba perdida.

Habían subido por Altamira el domingo 14 de mayo de 2017. Bomberos, Protección Civil y rescatistas voluntarios comenzaron a movilizarse. Sin embargo, pasaban los días y nada. Cada vez que anochecía se alejaba la esperanza de encontrarla con vida. Se recorrieron todos los caminos posibles, pero la joven no estaba en ninguna parte.

Cuenta Paula que escuchó los gritos, pero ya se encontraba muy débil y no podía contestar. Se había deslizado por un barranco[25] lastimándose un pie y pasó varios días sin beber ni comer. Por suerte no perdió la esperanza de que iba a ser hallada, como en efecto sucedió luego de transcurridas más de seis interminables jornadas.

El sábado 20 de mayo los grupos de rescate decidieron regresar al punto donde nace la Quebrada Quintero y comenzaron a bajar hacia el fondo, encontrando una suela de los zapatos que llevaba Paula el día que desapareció. Volvieron a llamarla y milagrosamente la joven pudo responder. No haberlo hecho hubiera significado una muerte segura.

Los bomberos tardaron hora y media en llegar hasta el sitio donde estaba Paula. Pudieron prestarle primeros auxilios, pero era imposible subirla por la pared a través de la que habían descendido. Entonces llegó otro equipo que se dedicó a abrir una pica, en lo cual tardaron cinco horas. Habían pasado seis horas y media desde que la oyeron.

Finalmente, a la una de la mañana, luego de transcurridas ocho horas, pudo montarse en la ambulancia que la esperaba en la Cota Mil. Aunque siempre estuvo consciente, lo cual la salvó, se encontraba en un avanzado estado de deshidratación y tuvo que permanecer varios días hospitalizada.

Juan Luis Rodríguez

El profesor Rodríguez, de 40 años, salió de su casa rumbo al Waraira Repano el sábado 13 de septiembre de 2008. Estaba entrenando para un maratón que se llevaría a cabo en diciembre y en el cual participaría. A las 3:35 p.m. se comunica con su familia. Dice que está perdido cerca de Sabas Nieves y que le queda poca batería en el celular.

El miércoles 17, es decir cuatro días después, se encuentra el bolso del profesor en la base del Pico Oriental, que está un poco lejos de Sabas Nieves en comparación a lo que Rodríguez había informado en su conversación. En el bolso estaba el recipiente con la comida, que no había sido consumida totalmente, y el celular descargado.

Pero el misterio va más allá, ya que las autoridades hicieron una geolocalización de la llamada de Rodríguez y se abrió una celda en el área de Caraballeda. Aunque esto podría deberse a un cálculo incorrecto, debido al margen de error que supone este tipo de medición, igualmente resulta extraño ya que Caraballeda está en La Guaira. 

El viernes 19 de septiembre se informa que seguiría la búsqueda de Rodríguez con la misma intensidad. Desde el domingo 14 habían realizado caminatas y sobrevuelos en la zona de Quebrada Quintero, donde se presumía que podía estar, y habían bajado en rapel hasta el fondo por paredes de hasta 100 m. de profundidad.

El sábado 25 de octubre, transcurrido más de un mes de la desaparición, continuaban buscándolo por la vertiente norte de El Ávila, específicamente siguiendo el curso de la Quebrada San Julián, que desemboca en el sector de Los Corales del litoral central, cerca de Caraballeda.

La última noticia sobre este sonado y extraño caso es del año 2009, donde se hace un recuento de los acontecimientos y se menciona que hasta ese momento el profesor no había aparecido, ni vivo ni muerto. No se conoce qué sucedió después. Las conjeturas siempre fueron muchas, pero nunca se supo lo que pasó.

Antolín Álvarez

El señor Álvarez era conocido como “el Poeta del Ávila”, ya que había editado un libro llamado “Espejo Mágico” que dicen vendía en la estación del teleférico. Tenía ochenta años, pero estaba en forma y conocía muy bien el cerro ya que acostumbraba a subir frecuentemente. Vivía solo en El Marqués porque sus hijas estaban en el exterior. 

Sobre lo sucedido existen dos versiones, siendo más confiable la que cuenta un grupo de montañistas donde Álvarez era muy conocido. De acuerdo con esta narración, el Poeta no se perdió, al menos no el primer día, sino que no pudo regresar debido a la lluvia. Por este motivo bordeó la montaña y se fue hacia los lados de La Guaira.

Los vecinos lo vieron salir del edificio el lunes 21 de octubre de 2013 como a las nueve de la mañana. Iba con su atuendo típico: short, franela, zapatos deportivos y garrocha de madera. Ese día no volvió y al siguiente llamó a una vecina a la una de la tarde para decirle que se encontraba bien, pero que no había podido bajar por el mal tiempo. 

Le comentó a la señora Gorea que estaba a más o menos un kilómetro del Pico Naiguatá, del lado del mar, por lo cual trataría de descender por esa vertiente. La ubicación que reportó luego fue corroborada por la geolocalización de la llamada. Como a las 7:20 p.m. su hija lo contactó desde España y ya casi no tenía batería en el celular. 

El Poeta no volvió a comunicarse ni regresó, por lo cual la Policía Nacional Bolivariana, los guardaparques, los bomberos, los rescatistas y los montañistas comenzaron a buscarlo con helicóptero y caminando. Recorrieron palmo a palmo toda la vertiente norte y sur del Ávila durante meses, pero no apareció vivo y tampoco se encontró su cuerpo.

Había subido por La Julia, como lo hacía usualmente, pero quizás no conocía los caminos del otro lado. Los amigos y vecinos piensan que probablemente se haya resbalado y caído por algún precipicio, bien sea extraviado, o simplemente bajando por un terreno resbaladizo a consecuencia de las lluvias.

Para 2019 todavía no se sabía nada de lo sucedido al señor Álvarez. El 21 de octubre de ese año aparece una nota conmemorativa del Grupo Rescate Caracas, recordando que en esa fecha, pero del año 2013, el Poeta había sido visto con vida por última vez, y que no había sido posible ubicar sus restos en el Waraira Repano.  

Vuelo 253 de Aeropostal

El Lookheed L-749 Constellation de Aeropostal había salido del aeropuerto Idlewild de Nueva York la noche del 26 de noviembre de 1956, para realizar un vuelo hasta Caracas que duraría 9 horas y 48 minutos. A bordo iban veinticinco personas: siete tripulantes y dieciocho pasajeros, de los cuales diez eran ciudadanos estadounidenses.

Cerca de las ocho de la mañana del martes 27 de noviembre, el avión se aproximaba al aeropuerto de Maiquetía. A las 7:51 a.m. el piloto Marcel Combalbert, de nacionalidad francesa, se comunica con la torre de control. En ese momento había mal tiempo y la nave se ubicaba a 75 millas (120,7 Km.) al noroeste de la pista. 

Posteriormente se vuelve a reportar cuando estaba a una distancia de 35 millas (56,3 Km.) y volaba a una altura de 7.000 pies (2.134 metros). A los pocos minutos, encontrándose a unos 18 kilómetros de Maiquetía, se estrelló en el Pico Occidental de la Silla de Caracas, en la ladera sur del Cerro El Ávila, en una zona cercana a Galipán.

Murieron todos los ocupantes del avión y para las labores de rescate fueron utilizadas las cabinas del funicular. El informe sobre la causa del accidente indica que el piloto no cumplió con los protocolos. Estimó mal la velocidad y, cuando enfiló para aterrizar, la altitud no era la adecuada. Estuvo a punto de caer en la estación del teleférico.

Vuelo Cessna 310 matrícula YV-1019-P

El accidente de esta aeronave privada ocurrió el jueves 16 de marzo de 1978, se estima que sobre las 5:23 de la tarde. Despegó de Maiquetía con destino a Porlamar a las 5:17 y el capitán se comunicó con la torre de control dos minutos después, para informar que, debido a las excelentes condiciones meteorológicas, su vuelo sería visual.

En la avioneta viajaban seis personas, incluyendo el piloto caraqueño Carlos Domingo Olavarría, propietario del avión. Se dirigían al Estado Nueva Esparta, con motivo de reuniones políticas y de empresarios. Renny Ottolina (1928-1978), conocido como “El Número 1”, pocos meses antes había lanzado su candidatura presidencial.

Renny es considerado el presentador más destacado de la televisión venezolana y siempre será recordado por su programa “El Show de Renny”, que se transmitía por Radio Caracas Televisión a mediodía con récord de audiencia nacional. Hijo de un inmigrante italiano, nació en Valencia y llegó a Caracas con seis años.

La nave despareció del radar a los seis minutos del despegue. Inmediatamente se activó el protocolo SAR (Search and Rescue) y se comenzó el rastreo en el mar, donde se creía que habían caído. Luego se pensó que podrían haber chocado contra la montaña y tras algunos días de búsqueda se pudo visualizar la avioneta cerca del Pico Naiguatá.

Las labores de rescate de los cuerpos se llevaron a cabo el 21 de marzo, para lo cual construyeron un helipuerto cerca de la zona. Se determinó que todos los viajeros habían muerto de inmediato debido al impacto. Una versión del siniestro fue que, por alguna razón, el piloto trató de volver a Maiquetía arrimándose demasiado al cerro.

Los informes de los organismos nacionales e internacionales que revisaron los restos de la avioneta concluyeron que fue un accidente, quizás ocasionado por el hecho de volar de forma visual y debido a que probablemente alguna nube los había envuelto. Pero siempre se ha pensado que lo ocurrido fue producto de un atentado[26].

Referencias:

-Altez, Y. (2017). La antigua y desconocida hacienda de San Faustino. Disponible en https://www.redalyc.org/journal/712/71256133009/html/

-Aso, P. y Pereira J. (1984). Guaraira Ripano. Sierra Grande. Cuadernos Lagovén.

-De Humboldt, A. (1985). Viaje a las Regiones Equinocciales del Nuevo Continente. Tomo 2. Caracas: Monte Ávila Editores.

-Hernández, M. (2008). Los canarios en la Venezuela Colonial (1670-1810). Disponible en https://www.academia.edu/10174205/Los_canarios_en_la_Venezuela_colonial_1670_1810_

-Lizandro S. (Enero 26, 2018). Y así Paula volvió a nacer. Disponible en https://www.lavidadenos.com/y-asi-paula-vuelve-a-nacer/

-Lucas G. y Salazar S. (S/F). Macuto. De aldea indígena a resort de moda. Disponible en https://www.academia.edu/50749673/Historiadel_pueblo_de_Macuto_Estado_Vargas_Venezuela

-Morales, G. y Rodríguez, G. (2015). Tierra de libertad: semblanza de Galipán. Disponible en http://biblioteca2.ucab.edu.ve/anexos/biblioteca/marc/texto/AAT0889.pdf

-Núñez, E. (2004). La Ciudad de los techos rojos. Caracas: Monte Ávila Editores Latinoamericana.

-Santana, L. (S/F). Galipán y El Ávila…Siempre a tu altura. Disponible en https://galipanero.wordpress.com/fundacion-galipan/



[1] La historia dice que pagó quince pesos de oro por las tierras.

[2] El viejo Teatro Coliseo fue inaugurado en 1784 y estaba entre las esquinas El Conde y Carmelitas.

[3] Fue un destacado conquistador español que llegó a Venezuela en el año 1563.

[4] En los primeros tiempos de la Colonia el cerro era llamado “Sierra del Norte” o “Montaña del Mar”.

[5] Canario de la Candelaria que se sublevó contra la Compañía Guipuzcoana y cuya casa fue sembrada con sal.

[6] También dicen que significa “Sierra Grande” o “Montaña Grande”. Algunos investigadores afirman que el nombre correcto es Wariarepano, que se traduce como “Lugar de las Dantas”, debido a la abundancia de estos mamíferos en la época de los Caribes.  

[7] Todas las investigaciones apuntan a que los primeros pobladores de Venezuela llegaron hace 15.000 años. De acuerdo a las excavaciones arqueológicas, se estima que los Caribes arribaron hace unos 2.000 años.

[8] Los picos Oriental y Occidental se conocen como Pico Oriental de la Silla de Caracas y Pico Occidental de la Silla de Caracas.

[9] Ocurrido el Jueves Santo 26 de marzo a las 4:05 de la tarde.

[10] Algunos dicen que era una encomienda.

[11] La segunda Carretera Vieja Caracas-La Guaira se finalizó en 1924 bajo la dictadura de Juan Vicente Gómez.

[12] Prócer de la Independencia. En este lugar fue expuesta su cabeza frita dentro de una jaula.

[13]Existe muy poca información sobre las mismas.

[14] Sale de la Iglesia de La Pastora y llega a Maiquetía. El recorrido se hace en doce horas aproximadamente.  

[15] Se desconoce año de nacimiento. Murió en 1688.

[16] La morocota es una moneda de oro cuyo valor equivalía a 20 dólares americanos.

[17] Terremoto de San Bernabé, ocurrido el 11 de junio de 1641 entre 8:30 y 9:00 a.m.  

[18] No se tienen datos sobre su nacimiento, se cree que murió en 1617.

[19] La construcción del Seminario Santa Rosa se demora y el Terremoto de San Bernabé, ocurrido el 11 de junio de 1641, destruye lo que se había edificado a la fecha. Finalmente se inaugura en 1673.

[20] Sólo para hospedaje.

[21]Entre otras importantes obras, también es el creador del actual edificio del Banco Central de Venezuela ubicado en la Esquina de Carmelitas.

[22] Actualmente la capacidad es de ocho personas.

[23] Para colmo, ese día llovió torrencialmente.

[24] La aeronave piloteada por el empresario Gustavo Ramella Vegas desapareció el Jueves Santo 15 de abril de 1954. Iban cuatro personas a bordo y cubría la ruta Maiquetía-Caicara del Orinoco. A pesar de una intensa y larga búsqueda nunca se hallaron los restos.

[25] La recomendación de los organismos oficiales es que, si alguien se llega a perder, permanezca en el sitio y no trate de buscar vías para regresar, porque puede ser más peligroso aún.

[26] La causa del suceso nunca quedó suficientemente clara.  

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