-El presidente al que le robaron las camisas
-Un médico misterioso
-El palacio embrujado
-Un castillo con pasadizos secretos
Izquierdo había encontrado en un
rincón la base de un cráneo con señales de haber sido autopsiado y aseguraba
que el Libertador era el único miembro de la familia que había pasado por este
proceso. Proponía entonces exhumar nuevamente los restos de Simón Bolívar, pero el presidente
Rómulo Betancourt (1908-1981) no quiso proceder.
A pesar de que el Dr. Izquierdo, brillante catedrático, era un profesional muy respetado,
sus recomendaciones no fueron tomadas en cuenta. En consecuencia hizo una
denuncia, que se publicó en todos los diarios, y posteriormente escribió un
libro titulado “El cráneo del Libertador Simón Bolívar” (1947).
El cráneo que Izquierdo había
observado con evidencias de ser autopsiado cuadraba, según su apreciación, con
las características de Bolívar. Suponía que el nicho podría haber sido
violentado entre los años de 1843 y 1876, antes de que los restos fueran llevados
al Panteón Nacional.
Los restos del Libertador
llegaron a Venezuela procedentes de Santa Marta el 13 de diciembre
de 1842. Después de lavados, reconstruidos algunos huesos con cera y barnizado
el esqueleto, fueron depositados en la Capilla de la Santísima Trinidad de la
Catedral de Caracas el 23 de diciembre del mismo año.
Algo que poca gente conoce es que el corazón de Bolívar nunca vino a Venezuela. Cuando murió en Colombia se le practicó una autopsia y embalsamaron su cuerpo, pero el corazón fue colocado en otra urna que enterraron en la Catedral de Santa Marta, la cual se perdió. Al repatriar los restos no pudieron traer el corazón.
En Venezuela, todo el proceso de exhumación estuvo
cuidadosamente supervisado por el ilustrísimo Dr. José María Vargas
(1786-1854), quien también era especialista en Anatomía. Para esa época estaban
en la cripta de los Bolívar sus padres, su hermana María Antonia que acababa de
morir en octubre, y su esposa María Teresa del Toro.
Además descansaban allí los restos
de las esclavas Hipólita (su nodriza) y Matea (su aya), así como los de su edecán Diego
Ibarra. Su otra hermana, Juana Nepomucena, aún no había fallecido y asistió a
la ceremonia. Nunca estuvo su único hermano varón, Juan Vicente, quien pereció en un naufragio en el año 1811.
Posteriormente, los restos de Simón Bolívar
fueron exhumados durante los gobiernos de Isaías Medina Angarita (1897-1953) y
de Rafael Caldera (1916-2009), en los años de 1942 y 1972 respectivamente,
encontrándose que todo estaba en orden y que el esqueleto estaba completo.
En julio de 2010, sorpresivamente, se anunció que se haría otra exhumación del cadáver de Simón Bolívar, la cual estuvo a cargo de un equipo de 50 especialistas, liderados por un experto en genética español. Se pretendía confirmar que los restos pertenecían al Libertador, así como la causa real de su muerte.
Se sospechaba que podría haber
sido envenado con arsénico, debido a ciertos datos que aparecían en el informe de
su médico de cabecera en Colombia. En el reporte oficial de la exhumación del año 2010 se anunció que, efectivamente,
había rastros de arsénico en los huesos. Adicionalmente, se
comprobó la filiación genética con su hermana María Antonia.
Curiosamente, no se encontró
coincidencia del ADN materno con su otra hermana, Juana Nepomucena, quien murió
en 1847. Existe entonces una alta probabilidad de que ella no fuera hija de la madre del Libertador. Pero,
lo más sorprendente, fue el resultado de la tomografía del cráneo de Simón Bolívar con
un software especial, para determinar cómo era su rostro.
En la nueva imagen del Bolívar que se presentó, éste muestra las características de un hombre mestizo, que no tendría nada de particular porque así somos mayoritariamente los venezolanos. Pero muchos pintores retrataron al Libertador a lo largo de su vida y en ninguno de los cuadros aparece con estas facciones.
El pintor que Bolívar consideraba como el que había hecho su mejor reproducción era el peruano José Gil de Castro, que lo retrata con los típicos rasgos de los peninsulares o blancos criollos. Por otra parte, el padre de Simón descendía de vascos y la madre de castellanos. Y, por otra parte, nunca se ha justificado de dónde podría provenir la mezcla racial.
Asumiendo que no haya existido manipulación de la tomografía, ni de la reconstrucción del rostro del Libertador, y considerando que la computadora haya funcionado bien, cabe preguntarse si realmente el cráneo que está en la urna es el de Simón Bolívar, ya que hay poco parecido entre la nueva imagen y la de todos sus retratistas.
El presidente al que le robaron
las camisas
Diógenes Escalante (1879-1964) no
llegó a ser presidente, pero iba a serlo debido a que había consenso de todos
los partidos para las elecciones de 1946. Era seguro que el Congreso lo
elegiría como mandatario. En esa época, siendo presidente Isaías Medina
Angarita (1897-1953), las elecciones directas todavía no existían.
Escalante, al igual que su
familia, era gomecista. Su tío, Calixto Escalante, fue gobernador del Distrito
Federal en los años 1902-1903 y Diógenes fundó y dirigió el periódico El Nuevo
Diario, vocero del régimen de Juan Vicente Gómez (1857-1935). Posteriormente se
fue a París, donde estudió Ciencias Políticas.
Luego ocupó importantes cargos
diplomáticos durante la dictadura de Gómez, así como en las presidencias de
López Contreras (1883-1973) y Medina Angarita. En el gobierno de López
Contreras fue Ministro de Relaciones Interiores y Secretario personal de éste,
ya que se conocían desde la niñez puesto que ambos nacieron en Queniquea
(Táchira).
En el año 1945, cuando fue
convocado para que se presentara como candidato a la presidencia de los Estados
Unidos de Venezuela, Escalante tenía nueve años viviendo en los Estados Unidos de América
y era embajador. Llegó el 17 de agosto y subió desde Maiquetía acompañado por
más de tres mil autos de personas que lo aclamaban.
A continuación se aloja en la
suite presidencial del Hotel Ávila de San Bernardino, que para aquel entonces
era muy lujoso y moderno ya que había sido inaugurado en 1942. A raíz de una
entrevista que le hiciera Ramón J. Velásquez (1916-2014), quien en
ese entonces era periodista de Últimas Noticias, lo contrata como asesor.
Cuenta Velásquez que cuando
llegaba al hotel en las mañanas ya Diógenes estaba de punta en blanco. Escalante
era un individuo sumamente organizado y muy preocupado acerca de su apariencia
personal. Luego, durante todo el día era permanentemente asediado por políticos
y periodistas, lo cual le causaba bastante angustia.
El 2 de septiembre se produce
el primer episodio de desvarío, cuando Escalante acompaña a un visitante muy conocido hasta la
puerta. Luego, el futuro presidente le pregunta a Velásquez que quién era el que se había ido. Al día
siguiente llama el edecán del Presidente de la República, ya que estaban
esperando a Diógenes para un desayuno y no había llegado.
Velásquez se lo comunica a Escalante y éste asevera que no puede asistir porque le habían robado todas las camisas.
Cuando el periodista le dice que allí estaban sus camisas afirma que esas no
eran y que se las habían cambiado. Velásquez transmite el mensaje a Miraflores y luego llama muy preocupado Isaías Medina Angarita.
Medina Angarita pregunta que
quiénes estaban en la suite. Cuando Velásquez le informa que únicamente Diógenes
y él, pide que no deje entrar a más nadie. Al poco rato llega la Casa Militar y
traslada a Velásquez a Miraflores. Lo atiende el propio Presidente, le solicita que no comente nada
y le dice que enviará a un doctor.
También hay otro capítulo narrado
por Arturo Uslar Pietri, secretario personal de Medina Angarita. Diógenes Escalante lo llama y le ruega que vaya urgentemente al hotel porque le han robado tres mil pañuelos
que tenía en un cajón. Pronto el tema sobre los extraños comportamientos
de Diógenes trasciende y se decide hacerle un chequeo médico.
Es llevado a la casa de la
familia de su esposa, los Álamo Ibarra, en Campo Alegre. Allí una junta de
doctores lo evalúa y llegan a la conclusión de que Diógenes sufre de
esquizofrenia, lo cual seguramente era una condición preexistente pero se
desencadena a raíz del excesivo estrés. Algunos allegados sospechaban que hubiera sido envenenado.
A los pocos días el presidente de
los Estados Unidos de América, Harry Truman (1884-1953), quien era amigo
personal de Escalante, envía un avión para llevarlo a Washington y hacer un
diagnóstico de la situación. Dicen que Diógenes nunca se recuperó y estuvo
internado en un hospital psiquiátrico de EE.UU. hasta su muerte.
Mucho se ha escrito sobre este
sonado caso. El periodista Óscar Yanes (1927-2013) hizo una interesante reseña.
En 2008 Francisco Suniaga (1954) publicó su famosa novela titulada “El pasajero de Truman” y en 2011 el
dramaturgo Javier Vidal (1953) estrenó una obra de teatro llamada “Diógenes y las camisas voladoras”.
El político Gumersindo Rodríguez
(1933-2015) dijo estas recordadas palabras: “En Venezuela los que nacen para
presidente se vuelven locos y los locos llegan a ser presidentes”. La “locura”
de Escalante cambió la historia, ya que el 18 de octubre de 1945 se produce el
golpe de Estado a Isaías Medina Angarita.
Un médico misterioso
Muchas leyendas se han tejido
alrededor del médico alemán Gottfried August Knoche (1813-1901), popularmente
conocido como Dr. Knoche y también por el apodo de “Vampiro de Galipán”. Los
vecinos de la montaña sentían mucho temor de acercarse a sus predios, los
cuales estaban custodiados por la momia de un soldado.
Para muchos, el Dr. Knoche era
una especie de Frankenstein. Y ciertamente fue un personaje misterioso, con una
afición un poco rara. Quienes visitaron su laboratorio cuando él vivía quedaron
aterrados. La Sra. Gross, esposa de un representante de la Casa Blohm, escribió
que adornaban la sala momias casi vivientes de todas las edades.
Se dice que el Dr. Knoche llegó
al país en mayo o junio de 1845[1].
Estaba recién graduado y aparentemente decidió emigrar a Venezuela atraído por
las descripciones del geógrafo y naturalista Alexander von Humboldt (1769-1859)
o quizás por la demanda de médicos que hablarán el idioma por parte de la
colonia alemana.
En La Guaira, donde Knoche fija
su residencia, vivía un grupo importante de alemanes relacionados con la Casa
Blohm. La Colonia Tovar se había fundado en 1843 y, en el mismo año que llegó
el médico, el presidente Carlos Soublette había inaugurado la primera Carretera Caracas-La Guaira en el mes de enero.
A esta vía se accedía por
Maiquetía y la entrada a Caracas se hacía por el Camino de Catia, que luego se
convirtió en la Avenida Sucre. Sólo era transitada por carruajes tirados por
cinco caballos. Partían del Barrio Muchinga en Maiquetía y llegaban a la Esquina
de la Bolsa, cerca de la Plaza Bolívar, después de doce horas de viaje.
Posteriormente Knoch trae a su esposa.
Según algunas fuentes viene acompañada de las jóvenes Josephine y Amalie, que
luego se convirtieron en las enfermeras y asistentes del médico. Pero, según
otras, ellas habían llegado con su padre, Damian Weimann, en 1843. Luego el progenitor
se fue del país y las habría dejado al cuidado de la familia Knoche.
El Dr. Knoche sólo tuvo dos hijos:
Anna, que según su lápida nació en 1840, de donde se deduce que llegó con la
madre siendo muy pequeña, y un hijo llamado Oswaldo, también médico, que se fue
a vivir a Puerto Cabello. Éste no se encuentra en el panteón familiar y se
desconoce la fecha de su nacimiento.
Knoche comienza a ejercer como
médico privado, así como también trabajaba en el Hospital San Juan de Dios, que
aparentemente era el único que existía para entonces. El nosocomio había quedado en un estado
lamentable a consecuencia del terremoto de 1812 y según dicen fue refundado
entre los años 1854 y 1856.
Actualmente, sobre parte del
terreno que ocupaba el hospital se encuentra la Unidad Educativa La Guaira, en
pleno casco central entre las esquinas de San Juan de Dios y Punto Fijo, al
lado de la Catedral San Pedro Apóstol. La escuela fue inaugurada en 1955 y
ex alumnos comentan que había un salón embrujado.
El Dr. Knoche fue un médico
destacado. Especialmente tuvo un excelente desempeño en la lucha contra la
epidemia del cólera. Era muy apreciado por las personas de bajos recursos, ya que en su consulta privada nunca les cobraba. También se sabe que, de noche, sacaba los cadáveres no reclamados de la
morgue del hospital y a lomo de mula se los llevaba para su laboratorio de
Galipán.
Había comprado la Hacienda Buena
Vista, también conocida como Bella Vista o Caricari, la cual queda en el Cerro
el Palmar, justo debajo de El Picacho. Se hizo una hermosa casa estilo
Selva Negra, como las que se pueden ver en la Colonia Tovar, y aparte construyó un laboratorio y un mausoleo.
Luego de morir la enfermera Amalie en 1926, el
lugar fue saqueado y se perdieron los cuerpos momificados de la familia. Aunque
el sitio no está demasiado conservado y las momias son de mentira, vale la pena
ver cómo era el panteón familiar. Éste tiene seis tumbas y su escalera lateral conduce a una terraza desde donde se aprecia una vista espectacular.
Antes de fallecer, Knoche preparó
la dosis para él mismo así como para Amalie. Nunca reveló el secreto, por lo
que se desconoce la fórmula, aunque se sabe que la base era cloruro de aluminio,
que el Doctor inyectaba en la arteria carótida. Este método evitaba la tradicional extracción
de vísceras y el efecto resultaba en una calidad impresionante.
Se comenta que en Caracas fue
famosa la momificación del periodista Tomás Lander (1787-1845) quien fuera
fundador del periódico El Venezolano junto con Antonio Leocadio Guzmán
(1801-1884), padre de Antonio Guzmán Blanco (1829-1899). Lander fue momificado
por el Dr. Knoche y luego pasó 38 años cuidando la puerta de su casa.
Cuando muere Tomás Lander y es
sometido al tratamiento del Dr. Knoche, lo sientan en un escritorio cerca del portal
de su residencia, con anteojos, vestido elegantemente de negro y pluma en mano.
Vivían en la Esquina de la Pedrera, hoy Avenida Baralt. Los vecinos evitaban
pasar por allí, aunque algunos curiosos no resistían la tentación de asomarse.
Sucedió que un día llegó una
visita que no sabía del caso y salió muy molesta porque aquel señor maleducado no le
había devuelto el saludo. Lander murió a finales de 1845 y estuvo en la sala
de su vivienda hasta abril de 1884, cuando es trasladado al Panteón
Nacional.
El palacio embrujado
El Palacio de Miraflores,
construido entre los años 1884-1897 según el diseño del arquitecto Giuseppe Orsi
de Mombello, es una verdadera joya. Tiene estilo neoclásico y cuenta con
espectaculares salones, fuentes y jardines. Pero no se puede visitar ni tomar
fotografías ya que es zona militar.
Frente al Palacio de Miraflores, por la Avenida Urdaneta, hay otro edificio histórico. Es el Palacio
Blanco, donde se ubican las oficinas militares. Éste fue diseñado por el
arquitecto Luis Malaussena (1900-1962) e inaugurado el 2 de diciembre de 1956 por Marcos
Pérez Jiménez (1914-2001).
Dicen que Miraflores es uno de
los sitios más misteriosos de Caracas, no sólo por los secretos que encierra, sino por
todos los episodios que allí han transcurrido y lo que se oye, comenzando por
los pasos de Misia Jacinta, la esposa de Joaquín Crespo, el
presidente que hizo esta casona para destinarla a su vivienda familiar.
Miraflores tiene varios pasadizos
ocultos. Se conoce que Crespo hizo uno hasta Caño Amarillo, donde estaba su otra residencia, y cuando el golpe de Estado a Carlos Andrés Pérez, el 4 de febrero
de 1992, se sabe que éste escapó por un túnel que da hacia la parte de atrás y así
pudo llegar a Venevisión.
Por otro lado, un militar
retirado de la Guardia Nacional Bolivariana relevó no hace tanto que existen
tres túneles que comunican a Miraflores con el Palacio Blanco, los cuales al
mismo tiempo se interconectan entre sí. Seguramente existen otros cuantos más, sobre
los que no se tiene información.
Uno de los casos más macabros de
la historia de Miraflores es el asesinato de Juancho Gómez, hermano del dictador Juan Vicente,
la noche del 30 de junio de 1923, así como las terribles
torturas que después se llevaron a cabo en los sótanos. Dicen que hasta los años de 1950 existieron
cadenas e instrumentos de suplicio en estos subterráneos.
Cuentan que por las noches se
escuchan lamentos que provienen de los bajos del Palacio y risas por los
pasillos. Igualmente, algunos afirman haber visto fantasmas rondando por los
jardines. Quizás por esta razón muchos mandatarios no fueron partidarios de dormir
en Miraflores.
Juan Vicente Gómez, cuando estaba
en Caracas, generalmente pernoctaba en la casa de su hermana que estaba
cerca. A Pérez Jiménez no le agradaba Miraflores, le hizo muchos cambios y
hasta estuvo a punto de derrumbar la edificación. Igualmente, hay muchos otros presidentes que siempre evitaron quedarse de noche en este lugar marcado por la tragedia.
El primer mandatario que habitó y despachó desde el Palacio de Miraflores fue Cipriano Castro (1858-1924), luego de que en el terremoto de 1900 se tirara desde un balcón de la Casa Amarilla, con un paraguas a modo de paracaídas, fracturándose un pie. Existe la creencia de que los presidentes que han vivido en Miraflores no han terminado bien.
Un castillo con pasadizos secretos
Pocos conocen sobre de esta construcción misteriosa, ubicada en la Parroquia de San José de Caracas. Se localiza en la parte de atrás de la Escuela de Medicina José María Vargas, entre las esquinas Ánima Sola y León, cerca del Barrio Cotiza. La edificación fue erigida en 1930 por Jesús Güédexz del Castillo.
El señor Güédexz, un sociólogo venezolano que estudió en Alemania, en el año 1947 funda en Venezuela la logia conocida
como Asociación Nacional Kristios Orcónicos Atlantes (AKOA), que todavía tiene
por sede el castillo, siendo el guía espiritual actual Igtagmalk Güédexz del
Castillo, uno de sus hijos.
Esta logia masónica cree que los
atlantes llegaron a la Tierra hace miles de años, procedentes de Las
Pléyades de Orión, para iniciar una civilización que luego sucumbió al ser castigada
por los dioses debido a la soberbia. Ellos habitaban la Atlántida, el
continente desaparecido.
Cuentan que el viejo Güédexz era
un personaje místico, con una larga barba blanca en sus últimos años de vida.
Tuvo dieciséis hijos de cinco esposas y los bautizó con nombres de dioses atlantes. Escribió numerosos manuscritos, los cuales se encuentran resguardados
en cofres ubicados en los sótanos de la edificación.
Luego de fallecer el Sr. Jesús Güédexz,
el castillo fue dividido en apartamentos, que habitan algunos de sus herederos, y
la parte de abajo fue alquilada a una herrería. La planta alta se destinó a un
consultorio popular regido por la Dra. Elba de Güédexz, esposa del Sr. Jesús,
donde desde que ella murió funciona un grupo de rescate.
Lo misterioso del lugar es que
tiene una gran cantidad de pisos subterráneos y, de acuerdo al testimonio de un
visitante, al final se llega a un sótano con una reja que impide el paso hacia
un recinto. Es la entrada a un túnel que según dice alguien que vive allí conduce
hasta muy lejos, desconociéndose hasta dónde y la finalidad de esta vía de escape.
Un reportaje de la revista Exceso
de agosto de 1990 denominó al castillo “Zigurat de San José” por su
arquitectura y la cantidad de niveles con que cuenta. Esta casona, que tiene un
pozo manantial en su planta baja, siempre ha sido un enigma para los vecinos
del lugar y se le atribuye la presencia de brujos y fantasmas.
Referencias:
-Bruni Celli, B. (2011). La verdad
sobre el cráneo del Libertador. Disponible en https://venelib-antao.blogspot.com/2011/01/la-verdad-sobre-el-craneo-del.html
-Criminalística (2011). Resultado
de la exhumación de Simón Bolívar:”Son los restos del Libertador”.
Disponible en https://www.criminalistica.net/forense/index.php?option=com_content&view=article&id=1408:resultados-de-la-exhumacion-de-simon-bolivar-qson-los-restos-del-libertadorq&catid=37&Itemid=129
-Jiménez, R (S/F). El drama de
Diógenes Escalante. Disponible en https://revista.eneltapete.com/eneltapete/notas/3582/el-drama-de-diogenes-escalante
-Lapanterarosa (2017). Dr. Knoche.
Leyenda venezolana. Disponible en https://steemit.com/spanish/@lapanterarosa/dr-knoche-leyenda-venezolana
-Las maravillas de San José y sus
alrededores (2007). El Castillo de San
José. Disponible en https://sanjose7wonders.blogspot.com/2007/10/el-castillo-de-san-jos.html
-Revista de la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina (2016). La figura de Gottfried Knoche (1813-1901) en
su verdadera dimensión histórica. Disponible en https://revista.svhm.org.ve/ediciones/2016/2/art-13/
-Urbipedia (S/F). Palacio de
Miraflores. Disponible en https://www.urbipedia.org/hoja/Palacio_de_Miraflores