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sábado, 8 de mayo de 2021

Antiguos hospitales de Caracas: San Pablo y La Caridad

 

Plaza de San Pablo en la segunda mitad del siglo XIX


Los hospitales son lugares muy inquietantes por todo el sufrimiento que encierran sus paredes. En ellos persiste una energía muy poderosa y frecuentemente los médicos, enfermeras y pacientes declaran haber visto espectros deambulando.

En Caracas hay muchas esquinas, sitios públicos y edificaciones, donde en otras épocas hubo nosocomios, y donde todavía se siente cierto magnetismo extraño, aunque mucha gente ignora que allí estuvieron.

Los hospitales de San Pablo y La Caridad, ubicados al lado de la Iglesia de San Pablo, en el sitio que hoy ocupa el Teatro Municipal,  fueron los primeros hospitales de Caracas. Y este lugar, aparte de haber albergado valiosas reliquias arquitectónicas, fue sede de importantes eventos. 

La Iglesia de San Pablo El Ermitaño

Iglesia San Pablo El Ermitaño


La Iglesia de San Pablo El Ermitaño fue una de las primeras que se construyeron en Caracas. Según Oviedo y Baños esta obra se remonta al año de 1581 y obedece a una epidemia de viruela que se desató en 1580, por un barco portugués infectado que venía de Guinea y atracó en la Guaira. 

La población se encomendó a San Pablo El Ermitaño y la virulencia amainó, por lo cual se le construyó un templo y, a partir de entonces, todos los 15 de enero, día de su santo, se congregaba para darle las gracias. 

De acuerdo a los únicos planos disponibles, que son del año 1757, se observa que era una ermita más bien pequeña, con una sola nave y varias capillas, y según cuentan su techo era de madera y tejas por los peligros de los sismos, que en tres ocasiones afectaron al templo. 

Especialmente el temblor del 11 de junio de 1641, conocido como el Terremoto de San Bernabé, y el del  26 de marzo de 1812. En ambas ocasiones la iglesia sufrió graves daños y tuvo que ser reconstruida. 

La puerta principal del templo miraba hacia el norte y en la parte de atrás había un cementerio, donde a partir de 1614 se enterraban a todos los que morían de viruela, ya que la enfermedad, aunque en menor escala, siguió haciendo estragos en los habitantes de Caracas. Adicionalmente, en 1696, aparece una nueva epidemia de fiebre amarilla, que también causó terribles efectos en la ya diezmada población. 

Muy conocida es la leyenda sobre el Nazareno de San Pablo relacionada con la fiebre amarilla o vómito negro como también se le llamaba. Dice la historia que éste fue sacado en procesión y, al pasar por la esquina de Miracielos, se enredó en un limonero y comenzaron a caer los limones al suelo, interpretando la gente que era una señal para que tomaran agua de limón. Efectivamente así lo hicieron, curándose una gran parte de los enfermos. 

La Plaza San Pablo

La Sampablera 


La Plaza de San Pablo era un inmenso espacio, frente a la iglesia, muy frecuentado por los habitantes de Caracas en aquella época. A partir del año 1771 tuvo una pintoresca fuente central de piedra labrada, con cuatro mascarones que arrojaban agua, la cual antes había estado en la Plaza Mayor y posteriormente se trasladó a la Plaza de San Jacinto. 

En 1844, un vecino muy rico donó una nueva fuente de mármol que adornó la Plaza San Pablo; tenía forma de india y de sus plumas, ubicadas en la cabeza, salían muchos chorros de agua.  

Varios acontecimientos históricos marcaron la historia de esta plaza, de los cuales los más importantes fueron: la toma de Caracas por parte José Tomás Boves en 1814; el hecho conocido como la Sampablera en 1859, que dio origen al famoso dicho venezolano: “se formó la sampablera” para hacer alusión a cualquier desorden; y la entrada triunfal de Antonio Guzmán Blanco a Caracas en 1872.

A partir del 6 de julio del año 1814, gran parte de la población de Caracas sale para oriente junto con las tropas de Bolívar, ya que José Tomás Boves venía avanzando con su gran ejército de salvajes y despiadados llaneros. Había noticias del saqueo de Valencia, que culminó con la matanza de todos los patriotas, en medio de los hechos más inimaginablemente crueles, y la violación de las mujeres. A Caracas llega el 16 de julio y en la Plaza de San Pablo se producen los primeros fusilamientos a los fieles a la república que permanecieron en la capital. 

La Sampablera ocurre el 2 de agosto de 1859 cuando se enfrentan en la Plaza San Pablo, a punta de tiros, bayonetas y machetes, los conservadores y los liberales. El antecedente de esta situación es el golpe de Estado del año anterior a José Tadeo Monagas, cuyo protagonista fue  Julián Castro, en una coalición entre ambos bandos. Pero sucedió que este último, al ser nombrado presidente provisional, comenzó a inclinarse notoriamente hacia los liberales, lo que hace que los conservadores lo apresen y le pidan la renuncia, por lo cual los liberales toman las armas. 

El recibimiento apoteósico a Antonio Guzmán Blanco sucedió el 25 de febrero de 1872, quien siendo Presidente encargado, luego de que triunfara con la Revolución de Abril en 1870, tuvo que salir en campaña ya que un grupo enemigo se había alzado. Regresa victorioso y es festejado con campanadas, flores y banderas amarillas. En la Plaza de San Pablo se construye un arco del triunfo, adornado con coronas de laureles, ya que Guzmán Blanco vivía en el extremo norte de la antigua Calle del Comercio, muy cerca de allí. 
 

Real Hospital San Pablo El Ermitaño y Nuestra Señora de la Caridad

Hospitales San Pablo y La Caridad 



A pesar de que el rey Carlos I de España, dispuso por Decreto Real de 1541 que en todas las ciudades de América se fundasen hospitales, en Caracas el primero comenzó a funcionar en el año 1602 y no existió ningún doctor hasta 1614, por lo que más bien fue un lugar de caridad y aislamiento de los enfermos que un sitio de tratamientos médicos. Este hospital estaba contiguo a la Iglesia de San Pablo El Ermitaño, era exclusivo para hombres y se inauguró con cuatro camas. 

Según un estudio publicado en la Revista de la Sociedad Venezolana de la Historia de la Medicina, para el año 1614 existían 16 camas, en 1770 el total era de 50, y en el año 1791 se contaban con 130 camas que se distribuían de la siguiente forma: sala mayor para enfermos pobres con 44 camas; cinco salas para militares con 75 camas; sala de tuberculosos y sala de variolosos con el resto de las camas. 

Igualmente, la mencionada publicación refiere que en un principio el hospital sólo disponía de una enfermería para la atención de los pacientes, y luego se fueron agregando otros servicios como una sala para unciones, otra para vaporizaciones y una más para tratamientos de sífilis, además de un recinto especial para los presos. Y, de acuerdo con otra investigación que indagó sobre los registros del hospital, se asegura que los tratamientos que se aplicaban regularmente eran las sangrías, sudores, purgas y ungüentos mercuriales.
 
A partir de 1763, con la creación de la Facultad de Medicina en la Real y Pontificia Universidad de Caracas, el Hospital San Pablo se convierte en un centro de prácticas docentes, pero aún carente de todo rigor científico. Por otra parte, para el año 1789 existía un gran hacinamiento y todos los pacientes estaban mezclados, por lo que algunos huían para evitar contagiarse de viruela o adquirir alguna otra enfermedad. Adicionalmente, la humedad, la falta de ventilación y los olores que emanaban del cementerio, hacían el lugar intolerable. 

Según algunas fuentes, el terremoto de 1812 destruyó el hospital y los pacientes fueron transferidos por un tiempo para algunos conventos como el de San Francisco, o atendidos en la casona del Conde Martín de Tovar, que era la lujosa edificación que hoy se conoce como el Correos de Carmelitas, en la esquina del mismo nombre. 

Contiguo al hospital de hombres, en el año 1691 se inauguró un espacio similar pero destinado a mujeres, cuyos tratamientos y régimen eran iguales. Cuando se inició, contaba con 8 camas, pero según estimaciones puede haber llegado a 40 antes de que fuera destruido por el terremoto de 1812.

Aunque no está muy claro, al parecer, tanto el hospital de hombres como el de mujeres siguieron funcionando hasta su demolición en el año 1876 y, para esa época, ya existían algunas instituciones de beneficencia, así como también los hospitales religiosos y otros llamados de “Obras Pías”. Pero no fue sino hasta el año 1891, casi comenzando el siglo XX, que con la inauguración del Hospital Vargas de Caracas, empezó a cambiar la situación hospitalaria del país.  

Algunas fuentes indican que el Hospital de la Caridad para mujeres permaneció abierto hasta el año 1891, cuando las enfermas fueron trasladadas al recién inaugurado Hospital Vargas, mientras que el de hombres había sido trasladado a la Esquina del Hoyo, cerca de donde luego se construyó La Rotunda

El nosocomio de mujeres tenía una sala para enfermas, un cuarto para “pecadoras públicas”, una sala de unciones, otra para detenidas tipo cárcel, un cuarto para convalecientes, y dependencias de servicios entre las que se incluían habitaciones para las esclavas, la rectora, y el capellán. Adicionalmente, a la entrada había una capilla dedicada a Nuestra Señora de la Caridad.
 
Cabe destacar que, en la categoría de “pecadoras públicas”, también entraban las acusadas de adulterio o de vivir en concubinato. Según narra Oviedo y Baños, aquel lugar además sirvió “para las que por escandalosas necesitan castigo a su liviandad” y “para las mujeres en pleitos con sus maridos”. 

El Teatro Municipal 


El Teatro Municipal se comenzó a construir en el año 1876, cuando por orden de Antonio Guzmán Blanco se demuelen la Iglesia de San Pablo El Ermitaño y los hospitales San Pablo y Nuestra Señora de la Caridad. Cinco años después, el 1 de enero de 1881, fue inaugurado como Teatro Guzmán Blanco y siguió llamándose así hasta que el nuevo Presidente, Juan Pablo Rojas Paul, le puso el nombre actual en 1888.  

Teatro Municipal



Este teatro no es el mismo que construyó el Ilustre Americano, ya que ha sufrido muchas remodelaciones a lo largo de todos sus años; sin embargo, sigue conservando su estilo neoclásico, mezclado con otras tendencias. Está ubicado entre las esquinas de Reducto y Municipal, sobre la Avenida Baralt, en el Silencio; se estima que tiene cerca de 3.400 m² y una capacidad para aproximadamente 1.200 personas. 

Debajo de sus cimientos se esconde una antiquísima historia. No sólo porque aquí estuvieron una de las más antiguas iglesias de Caracas y los dos primeros hospitales, sino porque también se descubrió, como parte de un proyecto antropológico, diversos estratos que evidenciaron una aldea indígena, el paso del primer acueducto de la capital y la existencia de un cuartel, anteriores a las construcciones conocidas. En las excavaciones se encontraron cerámicas y monedas de muchos años atrás, además de implementos médicos de épocas ya más recientes. 

Como todos los teatros, el Municipal también tiene sus fantasmas. Pero uno de ellos parece provenir de la época en que aquí estaban los hospitales. Se trata de una enfermera vestida y peinada de acuerdo a la época en que vivió, que ha sido vista como perdida caminando entre los asientos. Un tramoyista incluso aseguró que, en una oportunidad, ella le preguntó que dónde quedaba la sala de emergencias. 

También se afirma que, cuando el teatro queda en silencio, se escuchan murmullos de voces y conversaciones. Por otra parte, han visto a un hombre elegantemente vestido que acostumbra a sentarse en el palco presidencial a ver las funciones, y también a una niña extraña, toda vestida de blanco, que al oscurecer ronda los alrededores del Municipal.  

Referencias:

CARACAS CUÉNTAME CARACAS. (s. f.). ¿Qué se encontró en el subsuelo del Teatro Municipal? https://caracascuentame.wordpress.com/2016/10/20/que-se-encontro-en-el-subsuelo-del-teatro-municipal/comment-page-1/

Escudero, M. (2008, 13 junio). Alimentación, salud y enfermedad en el Hospital San Pablo de Caracas (siglo XVIII)1. http://www.fundacionlasalle.org.ve/userfiles/1-Alimentacion%20salud%20y%20p%207-26.pdf

ISSUU. (2019, 16 octubre). Cuentos, casos y cosas de Caracas. https://issuu.com/fundapatrimonioccs/docs/boletinn1_cuentos_casos_cocas

Tarim, S. (2007). Aproximación histórica al patrimonio pictórico y escultórico colonial de la Iglesia San Pablo. Caracas, Venezuela: U.C.V. Escuela de Artes.



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