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domingo, 13 de agosto de 2023

La Caracas de Gómez y algunos personajes famosos

 

                       Roof Garden Caracas - Hotel Madrid - Esquina de La Torre - Plaza Bolívar

A pesar de la dictadura de Gómez, también conocido como el Benemérito entre sus admiradores y como el Bagre por parte de sus detractores, en la Caracas de aquellos tiempos se vivió una especie de Belle Époque. Muchos eran los sitios donde la gente chic de la capital se congregaba, aunque el mayor polo de atracción estaba en el centro de la ciudad. Fue una época de grandes contrastes, durante la cual existió mucha pobreza y las cárceles se llenaron de presos, mientras que otros disfrutaban de la vida loca. Varios personajes famosos y sus anécdotas marcaron estos tiempos.

La Rotunda

A seis cuadras de la Plaza Bolívar, hacia el sur, en la Parroquia Santa Teresa, se encontraba la tristemente célebre cárcel La Rotunda. Este presidio también vivió su macabro esplendor en la época de Gómez, en los mismos tiempos en que gente se divertía asistiendo a las retretas de la Plaza Bolívar y bailando o alternando socialmente en los bares y salones del centro de la ciudad.

                                                      Calabozos de La Rotunda

En La Rotunda los presos morían envenenados, o a consecuencia de las espantosas torturas. Muchos estaban encarcelados simplemente por venganzas personales de los que ostentaban el poder. Las chinches y las cucarachas, amén de algunos escorpiones, eran sus habituales compañeros de celdas, y los horrorosos gritos nocturnos de los presos sometidos a los suplicios constituían una perenne pesadilla.

La Rotunda estaba situada entre las esquinas de Hospital y Cárcel. La primera tomó su nombre del Hospital de Caridad para hombres que quedaba al norte, mientras que la segunda –al sur- se comenzó a llamar así por el penal. Pero antiguamente también era conocida como Esquina de la Cárcel la que está al norte de la Casa Amarilla en la Plaza Bolívar, hoy Esquina Principal.

El Hospital de Caridad para hombres se ubicó en lo que antes era un edificio municipal, anexo al Cuartel de las Milicias, entre las actuales esquinas de Hospital a Hoyo. Este nosocomio comenzó a funcionar en el año 1841. Para esa fecha contaba con 30 camas y aún faltaba por construir el área de los locos. Posteriormente, en 1891, todos los pacientes fueron trasladados al Hospital Vargas de Caracas.

También en el año 1841 se decretó la construcción de un penal moderno para la ciudad, que inicialmente iba a ser erigido en los terrenos contiguos al Cuartel San Carlos, el cual se ubica frente el Panteón Nacional, hacia el oeste. Pero en 1843 se decide edificar el presidio entre las actuales esquinas de Hospital y Cárcel. En 1854 La Rotunda recibe los primeros 150 presos, provenientes de la vieja cárcel de San Jacinto, que se localizaba al sur de la plaza del mismo nombre, donde antes estuvo el convento de los hermanos dominicos.

La construcción de la Cárcel Pública, que fue su nombre inicial antes de tomar la denominación de La Rotunda, se llevó a cabo entre los años 1844 y 1854. Comienza con Carlos Soublette y finaliza con José Gregorio Monagas. Posteriormente, en 1881, bajo la primera presidencia de Antonio Guzmán Blanco, se levanta una segunda Rotunda, denominada Rotunda Nueva o Rotunda Norte, que se comunicaba con la primera a través de angostos pasadizos.

La Rotunda ocupaba 1.100 m² en total. Fue derrumbada en el año 1936, una vez que Juan Vicente Gómez muere en 1935 y Eleazar López Contreras asume la presidencia. Entonces se construye la Plaza de La Concordia. Pero esta plaza que diseñó el arquitecto Carlos Villanueva (1900-1975) no es la misma que vemos hoy día, ya que cuando Diego Arria (1938) fue gobernador del Distrito Federal en el período 1974-1977 la demolió totalmente.


Antigua Plaza La Concordia 

El espacio original era mucho más grande. De estilo neoclásico, limitaba con las esquinas Hospital al noroeste, Hoyo al noreste, Cárcel al suroeste y Castán al sureste. Pero el Gobernador tomó toda el área del este y construyó un centro comercial y un edificio de viviendas, además de un estacionamiento subterráneo. También eliminó todas las áreas verdes y el pabellón circular con columnas dóricas que estaba ubicado en el centro de la plaza.

Nereo Pacheco

A pesar de que sólo fue cabo de prisiones durante el período 1913-1920, Nereo Pacheco (1866-1941), nacido en Guarenas, es el represor más famoso de La Rotunda. Peluquero de profesión, este personaje era un reo común que esperaba por el veredicto de un juicio, el cual se le seguía por haber asesinado a su concubina. Lo nombraron alcalde de la cárcel a cambio de que torturara a los reclusos y los fuera liquidando de a poco, poniéndoles arsénico y vidrio molido en las comidas.


Nereo Pacheco

Le habían prometido que, si la sentencia no le era favorable, le darían dinero y lo enviarían con otro nombre a Trinidad o Curazao, por lo cual Nereo se preocupaba de que su trabajo fuera impecable, además de que lo disfrutaba. Sabía tocar el arpa y acostumbraba a dar conciertos de joropo cuando un preso salía de La Rotunda enrollado en la cortina de su celda. Lo llevaban al Hospital Vargas y allí los médicos afectos al régimen certificaban que había fallecido mientras era atendido.

Pero sucedió que uno de los presos, llamado Rafael Ricardo Revenga, al que Nereo había maltratado como a los demás, se emparentó con los Gómez y quedó libre. Una dama de su entorno familiar contrajo matrimonio con uno de los hijos de Juan Vicente Gómez. Un buen día de finales de marzo de 1920, vinieron a buscar a Nereo y se lo llevaron para el Castillo Libertador de Puerto Cabello, donde se le acabó el joropo y pagó condena hasta 1926.

Posteriormente regresó a Caracas y al parecer vivió tranquilo hasta la muerte del Benemérito, cuando se le acusó por los crímenes cometidos y, después de un juicio, fue enviado a la Cárcel del Obispo en diciembre de 1936. Cuentan que al ser detenido lloró, pataleó y hasta se orinó en los pantalones, lo cual certifica que los torturadores son los máximos cobardes cuando les llega su hora.

Nereo murió en el Hospital Vargas el 15 de septiembre de 1942, a causa de diabetes. Al día siguiente se inauguraba el diario Últimas Noticias, fundado por Francisco José (Kotepa) Delgado (1907-1998). Kotepa fue un destacado político, escritor y humorista, representante de la Generación del 28, quien estuvo preso en La Rotunda y en el Castillo Libertador de Puerto Cabello. El periódico se inició en una casa alquilada, que se ubicaba entre las esquinas Ibarra y Pelota.

El 16 de septiembre se supo que Nereo Pacheco había fallecido. Últimas Noticias envió a sus reporteros, pero no los dejaron pasar para fotografiar al torturador. Entonces a Kotepa se le ocurrió la idea de que el ilustrador del diario se hiciera pasar por familiar del difunto y lo dibujara disimuladamente, por lo cual en el periódico apareció la noticia con el respectivo retrato. 

Eloy Tarazona

Otro de los personajes conocidos de la época fue Eloy Tarazona (1880-1953), apodado el Indio por su tez morena y ojos achinados. La anécdota más increíble que se puede contar sobre Tarazona es acerca de su muerte, que sucedió en la Cárcel del Obispo, ya en tiempos de Pérez Jiménez. La historia de este penal, que estuvo ubicado en  la parte alta del barrio El Guarataro, aunque no es muy conocida está llena de cuentos muy curiosos.


Juan Vicente Gómez y Eloy Tarazona 

Tarazona nació en Colombia y desde los tiempos en los que Gómez vivía en La Mulera se convirtió en su guardaespaldas. Cuentan que fue el hombre que recibió la mayor confianza del Benemérito durante toda la vida, que dormía en la puerta del cuarto del dictador y que probaba su comida para prevenir un envenenamiento. Otra parte de la historia del Indio es su participación en las torturas de La Rotunda, según contaban los presos.

Al fallecer  Gómez y ser elegido Eleazar López Contreras como sustituto, éste se entera de que uno de los primos del Benemérito, llamado Eustoquio Gómez, y Eloy Tarazona, estaban en un complot para eliminarlo y tomar el poder. Apresa al Indio y Eustoquio muere al poco tiempo en extrañas circunstancias. Posteriormente Tarazona es expulsado a Colombia y se le expropian todos sus bienes, que eran cuantiosos.

Cuando Pérez Jiménez se convierte en mandatario, el Indio vuelve al país convencido de que puede recuperar sus propiedades, lo cual es alentado por el gobierno de Venezuela. Pero al llegar lo detienen y lo someten a terribles torturas en la Cárcel El Obispo. Desde la muerte de Gómez circulaba el rumor de que existía un tesoro con esmeraldas, oro y morocotas, que Tarazona había enterrado por órdenes del dictador.

En las sesiones de tortura Eloy había dado diferentes direcciones y se había excavado sin suerte en diversos lugares del Parque Nacional Henry Pittier, que para aquellos tiempos se llamaba Rancho Grande. Sucedió que en esta época vino a Venezuela el mentalista, clarividente y experto en hipnosis español Fassman, quien se presentó en el Teatro Nacional de Caracas. Las crónicas dicen que fue en el otoño de 1953, por lo que debe haber sucedido entre los meses de septiembre y octubre.

Fassman fue contratado por el gobierno de Pérez Jiménez para someter al Indio a hipnosis y que así confesara dónde estaban los baúles con las morocotas. Pero Eloy decía que el espíritu de Gómez le impedía develar el secreto. A finales de 1953 Tarazona enloqueció y murió ese mismo año de inanición. No se sabe si porque se negó a alimentarse o porque le suspendieron la comida. El tesoro nunca apareció, por lo que es posible que siga escondido en algún lugar de la geografía venezolana. 

Juan Crisóstomo Gómez

Mejor conocido como Don Juancho o Juanchito, Juan Crisóstomo Gómez (1860-1923) hermano del Benemérito, era el gobernador del Distrito Federal desde 1915. En 1922 además fue designado Primer Vicepresidente, mientras que la segunda Vicepresidencia estaba ocupada por José Vicente Gómez Bello, también llamado Vicentico, hijo de Juan Vicente Gómez con Dionisia, su primera pareja.


Juan Crisóstomo Gómez 


De acuerdo al censo de 1920, el Distrito Federal contaba con 107.236 habitantes. Esta entidad estaba conformada por los municipios Libertador y Vargas. El Municipio Libertador comprendía las parroquias: Catedral, Altagracia, La Candelaria, La Pastora, San José, San Juan, Santa Rosalía y Santa Teresa, además de las foráneas: El Recreo, El Valle, Macarao y Antímano. Por su parte, el Municipio Vargas estaba dividido en tres parroquias: La Guaira, Maiquetía y Macuto.

Cuentan que el Gobernador era diferente al resto de los Gómez, ya que estaba interesado en otros asuntos, aunque dicen que en muchos casos indicaba a quien debían a torturar, según la rabia que le tuviera. Ciertamente Juanchito estaba más pendiente de ir a la moda, con trajes finos europeos y perfume francés. Le gustaba acudir a las mesas de las familias aristocráticas que lo adulaban, así como asistir a las tertulias, óperas y obras de teatro con sus amigos.

Don Juancho amaneció el 1 de julio de 1923 asesinado de múltiples puñaladas en su habitación del Palacio de Miraflores, que como es de imaginar estaba fuertemente custodiado.  Sin lugar a dudas, el homicida debía ser una persona muy cercana, que tuviera acceso y confianza. Este crimen se convirtió en un gran misterio y nunca se supo la causa, ni qué fue exactamente lo sucedido.  Extrañamente nadie vio ni escuchó nada.  

Dicen las fuentes que el hecho se detectó cuando los empleados de servicio echaron de menos que Juancho no se levantara, como siempre de madrugada, y acudiera a la cocina a tomarse su café. Al ir a su habitación encontraron que la puerta estaba cerrada, cosa que tampoco era habitual. Entonces le avisaron a Tarazona que abrió la puerta y se encontró con la dantesca escena. Al Indio le tocó informar de la noticia a Juan Vicente Gómez.

El dictador, apenas se enteró de lo ocurrido, ordenó enterrar a Juancho sin permitir una autopsia. Se hizo una ceremonia en el Salón Sol del Perú de Miraflores, que está muy cerca de la habitación donde dormía Juancho, y luego se pasó a la inhumación en el Cementerio General del Sur. Acto seguido comenzaron las torturas más atroces. Muchos militares que esa noche tenían guardia, y civiles que estaban de servicio, fueron asesinados para que no hablaran.

Históricamente se han manejado varias hipótesis acerca de este magnicidio: causas pasionales, motivos políticos, venganza, o una mezcla de las anteriores lo que parece ser más cierto. Desde el año 1921, cuando Gómez se enfermó de la próstata, había muchas discusiones acerca de quién sería el sucesor, lo cual dividió a la familia. Unos apoyaban a Juancho y otros a José Vicente.

Por otra parte, Juanchito había impedido el casamiento de una hija de Dionisia -la primera pareja de Gómez- concebida en un matrimonio anterior. La novia, que ya contaba con algunos años, se iba a desposar con un primo de los Gómez. Cuando el prometido rompió la relación a consecuencia de la cizaña que le sembró Juancho, la mujer se suicidó, ante lo cual la madre juró venganza.

Cuentan que esa noche el Gobernador había asistido a una función en el teatro Olimpia, acompañado de su amigo y supuestamente amante Vito Modesto Franklin, quien al parecer pasaba bastante tiempo en su habitación de Miraflores. Algunos afirman que a Juanchito le atraía Vito por lo extravagante e irreverente y le encantaba aparecer en todos los lugares públicos con él. No se sabe si Juancho estaba al tanto de lo que la gente murmuraba.

Según se supo, el autor material del homicidio fue un joven oficial llamado Isidro Barrientos, quien ocupaba el cargo de Capitán de la Guardia de Miraflores. Se piensa que Isidro había sido amante de Juancho y fue desplazado. También están los que afirman que Isidro y Juancho no fueron amantes sino rivales, y que el segundo le había quitado el marido al primero, aunque se desconoce quién puede haber sido la manzana de la discordia.

A Isidro lo torturaron salvajemente, hasta que declaró que él había matado al Gobernador, por lo cual existen dudas sobre si realmente cometió el delito. Luego lo enviaron a La Rotunda y más tarde lo sacaron para ajusticiarlo. Poco tiempo después el Benemérito destituyó a su hijo mayor, quien era el segundo Vicepresidente, y a Dionisia la expulsó del país enviándola a Francia. Dicen que Barrientos en sus confesiones aseguró que había sido incitado al crimen por estas dos personas.

Vito Modesto Franklin Montes

Vito Modesto Franklin, mejor conocido como Duque de Rocanegras, fue un famosísimo personaje de la década de 1920. Era habitué de la Plaza Bolívar, donde todos los días acudía después de las diez de la mañana, cuando salía de su casa ubicada en la Esquina de Glorieta. Vito era la elegancia personificada. Vestía traje de levita de diversos colores, guantes, corbata de seda, sombrero de copa y en las noches de gala llevaba una rosa en el ojal.

Vito Modesto Franklin - Duque de Rocanegras


Además usaba peluca y se maquillaba el rostro con polvo de arroz. Por esta época ya rondaba los sesenta años aunque aparentaba cuarenta. Su parecido con Oscar Wilde era notorio. De este dandy caraqueño proviene  el vocablo vitoquear, que quiere decir presumir o arreglarse en demasía. Mucho se hablaba sobre Vito, quien tenía una historia algo turbia y además, según se murmuraba, era el amante del Gobernador del Distrito Federal, hermano de Juan Vicente Gómez.  

Ciertamente Juancho y Vito eran vistos juntos con frecuencia. El Duque ostentaba joyas costosas, tenía un carro último modelo y se compró el teatro Olimpia, el cual quedaba de Reducto a Glorieta muy cerca de su residencia. Este hecho llamaba especialmente la atención, porque Vito procedía de una familia muy humilde y sólo se había desempeñado como caletero del Puerto de La Guaira, ciudad donde nació en el año 1860.

Desde muy joven solía frecuentar los bajos fondos, sobre todo los lupanares y sitios de juego de un barrio cercano al puerto. Debido a un grave incidente en uno de estos locales de mala muerte, estuvo preso por tres años en la cárcel de Maiquetía. Posteriormente logró viajar a Europa y regresó ya sobre los años de 1920 haciendo gala de un refinado vocabulario, al que había incorporado palabras en inglés, francés e italiano.    

Según cuentan, el título nobiliario le fue otorgado en unos carnavales, cuando el humorista satírico Leoncio Martínez (Leo) del periódico Fantoche, tuvo la idea de darle el nombramiento. Por su teatro pasaron reconocidas estrellas femeninas del cuplé a las que solía cortejar, ya que al parecer Vito no era gay, sino que aprovechaba sus encantos como fuente de ingresos. El teatro Olimpia además recibió a ilustres visitantes, entre ellos Enrique de Borbón, primo del rey Alfonso XIII de España.

Este último retó a Vito a un duelo, debido a un impasse relacionado con la cantante Carmen Flores. Se citaron en El Calvario pero al final Enrique no apareció. Al evento acudió media Caracas y, ante la inasistencia del Borbón, el Duque de Rocanegras fue cargado en hombros hasta la Plaza Bolívar. En 1930 Vito sufrió un terrible percance y perdió una pierna, para morir ocho años después  

El tren Caracas-La Guaira

El ferrocarril partía de la estación Caño Amarillo y llegaba a la que estaba muy cerca del puerto de La Guaira. El sistema fue inaugurado el 25 de julio de 1883 por Antonio Guzmán Blanco (1829-1899) para celebrar el centenario del natalicio de Simón Bolívar. Al año siguiente Joaquín Crespo (1841-1898) se compró buena parte de los terrenos aledaños y construyó su casa, la cual se llama Villa Santa Inés y actualmente es Patrimonio Cultural de Caracas.


Ferrocarril Caracas-La Guaira 

El tren era a vapor y recorría 37 kilómetros en aproximadamente dos horas. Posteriormente, cuando en 1927 se inaugura el nuevo ferrocarril que funcionaba con electricidad, el viaje se reduce a 75 minutos. Este medio de transporte estuvo funcionando hasta 1951, ya que un fenómeno meteorológico parecido a la Tragedia de Vargas del año 1999 destruyó el tendido eléctrico.

El evento tuvo lugar entre los días 15 y 17 de febrero de 1951. En esa oportunidad el río Naiguatá se desbordó llevándose al mar numerosas casas y vidas. El gobierno de Germán Suárez Flamerich, que era un simulacro y estaba realmente dirigido por Marcos Pérez Jiménez, no tuvo interés en recuperarlo. Para esa época ya estaban construyendo la Autopista Caracas-La Guaira que fue inaugurada el 2 de diciembre de 1953.

Antes de 1883, el trayecto desde La Guaira a Caracas se cubría en doce horas. Se usaban carros tirados por caballos, los cuales eran conocidos como Coches Delfino por el nombre de su dueño. La entrada a Caracas se hacía por el Camino de Catia, que luego se convirtió en la Avenida Sucre. Los  pasajeros salían del Hotel Neptuno, ubicado en la subida del barrio Muchinga, diagonal a la Casa Guipuzcoana de La  Guaira, y llegaban al Hotel La France, en la Esquina de La Bolsa, muy cerca de la Plaza Bolívar de Caracas.

El barrio Muchinga era la típica zona portuaria llena de casas de juegos y burdeles, que se alimentaban de los marineros y caleteros buscando diversión. Los habitantes de Muchinga permanecieron por generaciones y generaciones en estas calles estrechas y empinadas, al pie del Ávila y frente al mar, hasta que el barrio fue clausurado en 1949. Subiendo el cerro se accede al Camino de los Españoles, que comienza a partir del Castillo San Carlos y llega hasta Puerta Caracas en La Pastora.  

En Muchinga se ambientó el film La Balandra Isabel llegó esta tarde, inspirada en la novela de Guillermo Meneses (1911-1978), quien fuera esposo de Sofía Imber. La película se estrenó en 1950 y al año siguiente ganó un premio Cannes a la mejor fotografía. En el barrio Muchinga también se filmaron otros largometrajes, aunque menos reconocidos. Recientemente en este lugar se han descubierto antiguas bóvedas enterradas, cuando se estaba excavando para construir una plaza.

Balneario Macuto

El Balneario Macuto se inaugura el 10 de febrero de 1877, algunos años antes de que existiera el tren. Antonio Guzmán Blanco, impresionado con las modas europeas, quiso tener su Biarritz venezolano, que es como muchos empezaron a llamar a los baños de Macuto. Posteriormente lo reinaugura el 25 de enero de 1885. Como medida de decoro, se hicieron dos playas que estaban divididas por un muro de piedra: una para mujeres y otra para hombres.

Cerca de Macuto, Guzmán Blanco se compró un gran lote de terreno y construyó La Guzmania como casa de vacaciones, la cual le dio nombre a la urbanización. Mucha gente importante no se quiso quedar atrás y también levantó su mansión en la zona. Entre ellos Joaquín Crespo, que erigió La Crespera como regalo para su esposa Jacinta. Esta lujosa mansión actualmente es una escuela de música pero está sumamente deteriorada, aunque corrió con mejor suerte que La Guzmania, casi destruida por la crecida del río Macuto en 1999.

La Crespera - Macuto

En la época de Gómez, Macuto fue un exclusivo lugar de veraneo donde acudía la crema y nata de la sociedad caraqueña. El Benemérito se compró la Crespera y La Guzmania, además de que se hizo otras dos casas, llamadas La Azuleja y Quinta 13, una contigua a la otra. Estas últimas se ubican en el sector de Las Quince Letras y dicen que fueron saqueadas al caer la dictadura. A partir de 1951 ambas funcionaron como sede de la Escuela Náutica y posteriormente del Instituto Universitario de la Marina Mercante.

Pero la gran obra de Juan Vicente Gómez fue el Hotel Miramar, una joya histórica hoy totalmente abandonada.  Este hotel fue diseñado por el arquitecto Alejandro Chataing, quien ganó la licitación con el seudónimo de Miramar. Inaugurado en 1928, fue el primer hotel de lujo del litoral. Tenía piscinas, canchas, un ascensor que fue toda una novedad para la época, parques, terrazas con mesas y vista al mar, casino y hasta un grupo musical privado llamado The Famous Billys Orchestra.  


Hotel Miramar - Macuto 

Gómez adoraba Macuto y cuando no estaba en Maracay o en la capital pasaba temporadas en algunas de sus casas o en el Hotel Miramar. Se comentaba que la brisa del litoral le cambiaba el carácter y muchas mujeres acudían a pedir clemencia para sus hijos o maridos presos. Entre ellas la esposa de Román Delgado Chalbaud, que de paso era su comadre. Pero Gómez no perdonaba una traición y dijo que Chalbaud sería el último en salir de La Rotunda.   

Todo el mundo viajaba en tren, ya que el primer carro llegó a Venezuela en 1904 y para el año 1919 apenas había seiscientos vehículos en toda Caracas. Las familias generalmente se alojaban en las pensiones de primera categoría atendidas por sus propios dueños. Eran construcciones coloniales que se ubicaban a lo largo del Paseo Macuto, el cual estaba lleno de mesas y permanecía amenizado con música y gente consumiendo hasta altas horas de la noche.

A principios de agosto de 1948, un torrencial aguacero que duró varios días, y la crecida del río Macuto, destruyeron el balneario y las casas, arrastrando también a la gente hacia el mar. Posteriormente, a partir de los años cincuenta, comenzaron a aparecer clubes privados de playas y hoteles de lujo hacia los lados de Caraballeda, lo que hizo perder el interés en rescatar el Balneario Macuto.   

Hipódromo El Paraíso

Otro de los distinguidos lugares de la época fue el Hipódromo El Paraíso, donde no sólo se iba a ver las carreras de caballos o apostar, sino que además contaba con un lujoso local, llamado el Pabellón de El Paraíso. En este gran salón se hacían grandes bailes y se presentaban los artistas internacionales más renombrados, además de tener fama por sus exquisitos platos y contar con dos reconocidos grupos musicales cuyos nombres eran Las Estrellas Melódicas y Ralph and His Orchestra.


Pabellón del Hipódromo El Paraíso

Juan Vicente Gómez era asiduo visitante y entusiasta de las carreras de caballos, así como también en el mencionado local se realizaban los grandes eventos oficiales. El Pabellón del Hipódromo fue construido a instancias del Benemérito a principios de la década de 1930. Desde el año 1910 el dictador se había apropiado del negocio de las carreras, donde además participaban los caballos criados en su hacienda de Maracay.

El famoso salón de fiestas estaba donde hoy se encuentra el liceo Edoardo Crema, que anteriormente fue el Liceo Aplicación, muy cerca del Instituto Pedagógico de la Avenida Páez de El Paraíso. En cuanto al hipódromo, ocupaba el espacio que actualmente corresponde al Parque Naciones Unidas. Este estadio de carreras fue construido sobre los terrenos de una hacienda llamada El Paraíso e inaugurado el 8 de febrero de 1908, cuando Cipriano Castro aún gobernaba el país.  

La urbanización de El Paraíso comienza a desarrollarse con Castro, que en 1903 construye la mansión Villa Zoila en honor a su esposa, la cual en la actualidad es un museo militar. El hipódromo de El Paraíso dejó de funcionar en 1959, al inaugurarse La Rinconada. Anteriormente, desde 1896 hasta 1900, había existido el Hipódromo de Sabana Grande en la urbanización Las Delicias, estrenado en la presidencia de Joaquín Crespo quien era un apasionado de la hípica.

El Hipódromo de Sabana Grande abarcaba una gran extensión. Sólo la pista tenía 1.250 metros de largo que iban de norte a sur, por lo que gran parte de las casas y edificios que fueron construidos posteriormente están sobre este terreno. Dicen que las caballerizas se ubicaban frente a la Iglesia El Recreo.  En aquellos tiempos Sabana Grande era un lugar bastante alejado de Caracas, al que se llegaba en el tren que salía de la Estación Quebrada Honda, ubicada donde está la actual Mezquita.

Es ferrocarril finalizaba su recorrido en los Valles del Tuy, pasando por Petare. En el tramo de Sabana Grande circulaba por la Calle de La Línea, que actualmente es la Avenida Libertador. Paraba en muchas estaciones. Una donde mucha gente se bajaba era en Los Dos Caminos, porque allí estaba la Panadería Sucre, fundada en 1912, famosa por sus golfeados. Gómez la visitó personalmente para comprobar si de verdad eran tan deliciosos, quedando gratamente sorprendido.

El centro de Caracas

Aunque las clases privilegiadas tenían muchas opciones para divertirse, la vida social se concentraba en el centro de Caracas. Tanto mujeres como hombres iban siempre elegantemente vestidos, ya fuera para asistir a las retretas de los jueves y los domingos o acudir a los bailes. Ir al teatro exigía una etiqueta especial: los caballeros usaban smoking de color oscuro, mientras que las damas seguían la moda europea y se engalanaban con plumas y largos collares de perlas.    

La Plaza Bolívar y sus contornos eran muy concurridos. En los alrededores existieron famosos hoteles tales como el Klindt, situado en la acera norte frente a la plaza y para cuyos huéspedes se reservaba el último vagón del tren Caracas-La Guaira. Este hotel ocupaba buena parte de la cuadra. Tenía un patio central lleno de plantas y tres pisos con hermosas escaleras. Fue demolido en 1967 y el terreno se convirtió en un estacionamiento para funcionarios del gobierno, lo cual se mantiene hasta el sol de hoy.


Hotel Klindt - Plaza Bolívar - Caracas 

También el Majestic es inolvidable. Estaba ubicado frente al Teatro Municipal y fue donde se alojó Gardel cuando vino a Caracas en 1935. En el Majestic trabajó Aquiles Nazoa como botones y Aldemaro Romero tocó el piano. El hotel poseía cinco pisos y cuando se inauguró en 1930 era uno de los edificios más altos de Caracas. Fue demolido en el año 1949 para permitir las construcciones del Centro Simón Bolívar.


Hotel Majestic Caracas 

Otro de los lugares favoritos del público era La Atarraya, que quedaba en la plaza San Jacinto y existió como restaurante hasta el año 2018 cuando fue expropiado por la Alcaldía de Caracas. También estaba el Bar Iberia, que se situaba en la esquina de La Torre, diagonal a la Catedral, donde tocaba un reconocido conjunto musical, llamado Los Cañoneros de Caracas, que amenizaba el local desde que abría. Este grupo, además, llevaba serenatas a los vecinos cuando alguno estaba de cumpleaños o tenía cualquier otra celebración en su casa. 


Restaurante La Atarraya - Plaza San Jacinto - Caracas 

En esta misma esquina de La Torre, frente a la Catedral hacia el norte, se puede apreciar un edificio que se ha mantenido intacto. Aquí existió un hotel, llamado Madrid, donde estaba la famosísima sala de baile Roof Garden, la cual abría a las 9:00 p.m. y cerraba a las 4:00 a.m. En este local estuvo tocando la banda Mingo And His Wopee Kids hasta el año 1937 y posteriormente Luis Frómeta con el grupo Billo´s Happy Boys.

Otro lugar muy visitado era la Cervecería Strich, que se localizaba en la planta baja del Hotel Klindt, frente a la Plaza Bolívar. En este bar vendían una deliciosa cerveza artesanal que era envasada en barriles de madera. Además estaba La India, una reconocida heladería ubicada entre las esquinas de Las Gradillas y Sociedad que también servía bebidas alcohólicas, al igual que la heladería La Francia en la Esquina de Las Monjas. 

Durante muchísimos años fue una tradición reunirse en la Plaza Bolívar el 31 de diciembre a esperar el cañonazo. Éste provenía del Cuartel San Carlos y era emitido a través de una pieza de artillería pesada que llamaban La Cochina. A partir del siglo XX se produjo un cambio y el cañonazo pasó a ser responsabilidad de la Academia Militar de Venezuela en La Planicie, hoy mejor conocida como Cuartel de la Montaña.

Juan Vicente Gómez muere en diciembre de 1935 marcando el final de un largo período de dictadura. La dinámica del país cambia y comienzan a desarrollarse las urbanizaciones. Surgen los clubes privados y más tarde los centros comerciales, lo cual hace que el centro de Caracas pierda relevancia. El desarrollo destruye obras importantes y la Plaza Bolívar queda, en gran medida, únicamente para las celebraciones patrias.

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