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martes, 17 de agosto de 2021

Esquina Principal: el pasado de Caracas visto desde una esquina


La Esquina Principal, ubicada en el extremo noroeste de la Plaza Bolívar, es una de las más interesantes de Caracas. Tanto por estar rodeada de edificaciones icónicas en cuanto a su valor histórico, arquitectónico y cultural, como por los personajes que hicieron vida alrededor de ella en todas las épocas. 

La Esquina Principal en sus tiempos más remotos

El nombre de Principal proviene de un fortín, sede del Cuerpo Principal de Guardia para la defensa de la ciudad, que se ubicaba justamente donde hoy está el Teatro Principal. Según diferentes cronistas, éste era de dos pisos, alojándose en uno la oficialidad y en el otro los soldados. Pero siempre esta esquina fue conocida como la Esquina de la Cárcel, porque desde que nació Santiago de León de Caracas estuvo relacionada con prisiones.

En el primer plano de la ciudad, elaborado durante el mandato del gobernador Juan de Pimentel en 1578, aparecen claramente señalados la iglesia y el cabildo, no así el mencionado fuerte, por lo que es probable que el mismo se haya construido luego de que el pirata Amyas Preston incendiara la ciudad, lo cual sucedió en el año 1595. Por otra parte, es importante recordar que las Casas Capitulares, llamadas también Cabildos, servían de residencia a los gobernadores y además como lugar de reclusión para los que cometían delitos.


Estos presidios eran especialmente rudos, sobre todo si el penado no era de raza blanca. Señalan los cronistas que en los calabozos siempre solía haber un potro de castigo, grillos y un cepo, y la penalización, aparte de la ejecución, podía consistir en 500 latigazos o incluso la mutilación. Igualmente, narran que en el Terremoto de San Bernabé, ocurrido el 11 de junio de 1641, la casa del Cabildo se vino abajo y los que transitaban por la calle pudieron observar los cadáveres atados con cadenas sujetas de las paredes.

Pero los peores tiempos de esta prisión, según cuenta la historia, fue entre los años de 1606 y 1611, cuando el vasco Sancho de Alquiza, apodado Sanchórquiz, fue la autoridad máxima de la Villa de Caracas y habitaba la Casa de los Gobernadores. De él se dice que convirtió a Caracas en una cárcel, y que en poco tiempo solamente quedó la tercera parte de los pobladores de la ciudad ya que la mayoría se marchó.

Sanchórquiz perseguía a muerte a los que debían impuestos o comerciaban con piratas, razón esta última por la que ahorcó a un hombre apenas asumió su mandato. Además, si alguna persona no le caía bien, ejercía todo su poder contra ella. Simón Bolívar “el viejo”, vasco también y quien trajo el apellido a Venezuela, fue destituido de su cargo de Contador General de la Real Hacienda, le fueron confiscados todos sus bienes y estuvo preso en la famosa cárcel del cabildo. Luego llegó otro gobernador que intentó revertir todas las medidas contra el acusado, pero este último murió al poco tiempo.

En el Camino de los Españoles, el cual se construyó siguiendo un sendero para cruzar el Ávila que era llamado “la culebrilla” por los indios, existe un caserío con el nombre de Sanchórquiz que recuerda a este gobernador, ya que durante su gestión este camino fue empedrado en su mayor parte. Y por cierto hay una historia  que atribuye a Sancho de Alquiza la invención de la hallaca.

Cuentan que los indios obligados a construir el Camino de los Españoles fallecían por el esfuerzo y el hambre, por lo que el gobernador ordenó recoger las sobras de todas las mesas del Valle de Caracas y se comenzó a elaborar un mezclote con maíz envuelto en hojas de plátano para alimentarlos. 

Una Navidad los indígenas murieron en masa víctimas de la disentería, porque los vecinos enviaron comida podrida, por lo que el obispo castigó a los mantuanos a que comieran lo mismo aquel diciembre. Pero éstos prepararon su platillo navideño con los mejores ingredientes y de forma más delicada, lo cual se convirtió en una tradición.

La Cárcel Real de Caracas

Alrededor del año 1680 ya la población había crecido significativamente y, por otra parte, la cárcel existente estaba muy deteriorada, sobre todo debido al terremoto de 1641. Por tal motivo, previa autorización del Rey, se adquiere un solar donde está la actual Casa Amarilla, también sobre la Esquina Principal. Posteriormente, en 1704, se compra la casa contigua hacia el sur con el objeto de instalar en ella el Ayuntamiento, que fue inaugurado en 1750.

La vivienda donde se levantó la cárcel era propiedad de los herederos de Antonio Tovar, cuyo apellido es muy famoso en Caracas por pertenecer a un linaje que ostentó el título de Conde, el cual le fue concedido por la Corona de España. Incluso, la Colonia Tovar toma su nombre por esta familia, ya que en los años de 1840 donará los terrenos para que los alemanes se establezcan.

La nueva prisión se estrena en 1696, el día de Santiago Apóstol y cumpliéndose 120 años de la fundación de Caracas. Hay diversas opiniones respecto al funcionamiento de esta cárcel, ya que algunos dicen que era sólo para blancos y que ocasionalmente hubo pardos pero sólo mientras que esperaban a ser juzgados.


Casa de los Gobernadores al frente y cárcel a mano izquierda

Ciertos autores opinan que, para cualquier estamento social, siempre fue un lugar de paso, es decir, no para pagar condena sino para aguardar el juicio correspondiente, y que luego, si no eran ejecutados, pasaban a las casas de corrección. Por su parte, Hernando Villamizar, en un excelente trabajo de investigación realizado para fines de su tesis de grado, indica que hasta 1787 éste fue el único recinto penitenciario de Caracas.

También hablan de que los presos podían pedir limosna a través de las ventanas, lo que refleja cierto beneficio, mientras que Carmen Clemente menciona que un día de 1927 hubo un hundimiento en los corredores de la cancillería, y todos los presentes pudieron observar esqueletos colgando de la pared y del techo con cadenas, en una especie de subsuelo que quedó al descubierto. Es posible que las condiciones hayan ido cambiando según las épocas y también que existiera una clasificación de los reos.

En cuanto al diseño y distribución del espacio, según los estudios disponibles respecto el recinto carcelario, tenía dos pisos alrededor de un gran patio, en los que había pasillos con calabozos que albergaban a más de diez reos cada uno, de los cuales una celda se destinaba a las mujeres. Todos las calabozos tenían un torno o una ventanilla por donde se les pasaba el agua y la comida a los presos.

Además estaban las habitaciones del alcalde de prisión y de los carceleros, y en la parte de abajo el penal había una capilla con altar de madera, una cocina, una bodega, y una enfermería construida en el año 1797. Justamente este mismo año se  hizo una refacción de la cárcel y se le anexó otra casa hacia el oeste, es decir hacia la Esquina del Conde.

El número de reos que acogió este recinto carcelario tuvo variaciones a través del tiempo, pero se estima que en total había entre 85 y 120 durante el lapso 1791-1805, exceptuando ciertos momentos, como en los días que fue descubierta la conspiración de Gual y España en julio de 1797. Cuando esto sucedió, los prisioneros no cabían en la cárcel y se tuvo que enviar a una gran cantidad de ellos a los calabozos del Batallón Veterano del Cuartel San Carlos, además de habilitar celdas provisionales en el Ayuntamiento y en la casa del gobernador.  

Sin duda, el preso más famoso de la Cárcel Real es José María España, aunque estuvo aquí por poco tiempo, ya que fue capturado en abril de 1799 y ejecutado el 8 de mayo del mismo año. Había huido en 1797 a Las Antillas, pero regresó en enero de 1799 disfrazado de marino y permaneció varios meses escondido. 

Su esposa, Josefa Joaquina Sánchez, que seguía viviendo en La Guaira, quedó embarazada y se levantaron sospechas, siendo posteriormente delatado. José María España fue ahorcado y descuartizado en la Esquina Principal, luego de ser arrastrado por un caballo a lo largo y ancho de la Plaza Mayor.

A raíz del terremoto de 1812 la cárcel quedó destruida. Según el criminólogo Elio Gómez Grillo siguió en uso la casa de atrás, y de acuerdo a Hernando Villamizar fue trasladada al Cuartel San Carlos. El inmueble permaneció en ruinas hasta que fue recuperado en 1830 durante el gobierno de José Antonio Páez, pero en esa fecha la totalidad de las edificaciones fueron destinadas a Cuartel de Milicias.

La Casa Amarilla

Actualmente en la Casa Amarilla, cuyo nombre completo desde el año 2008 es Casa Amarilla Antonio José de Sucre, está la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, ocupando todo el espacio donde estuvo la Cárcel Real y el Ayuntamiento. El edificio refleja un estilo neoclásico francés que proviene de la modificación que le hizo Antonio Guzmán Blanco en 1874, al igual que el color amarillo de la fachada por representar al Partido Liberal, tolda política a la que pertenecía y que gobernaba para la época luego del triunfo de la Revolución de Abril.


Casa Amarilla

Internamente también sigue el mismo estilo neoclásico y se observan majestuosos arcos soportados por columnas jónicas. La distribución del espacio es muy semejante a lo que era la prisión, con dos pisos alrededor de un patio central, y pasillos en cada uno de ellos donde se ubican los salones protocolares.  Por el gran valor patrimonial que tiene esta construcción, fue declarada Monumento Histórico Nacional en el año 1979.


Interior de la Casa Amarilla

Una reforma interna importante de la Casa Amarilla fue necesaria hace relativamente poco tiempo, luego de que un fuerte incendio ocurrido el 21 de abril de 1989, que se originó en el segundo piso, arrasó con algunos salones. Este evento dejó un saldo de 181 piezas perdidas, entre obras de arte  y mobiliario patrimonial. Por suerte fue salvada la mayor parte de los retratos, pinturas, esculturas, mapas antiguos y otras joyas que allí se guardan.

Esta edificación, por muchísimas razones, representa parte importante de la Historia de Venezuela, especialmente lo sucedido el Jueves Santo de 1810. Desde uno de los balcones ubicados en la parte sur de la edificación, que corresponde a lo que era el Ayuntamiento, Emparan le preguntó al pueblo congregado en la Plaza Mayor si estaba de acuerdo con su gobierno, a lo que la gente respondió negativamente siguiendo una seña del Padre José Cortés de Madariaga que estaba ubicado atrás del gobernador. Era 19 de abril y esta fecha se celebra como el día de la Declaración de la Independencia.

Luego del terremoto del 26 de marzo de 1812, en el que la Cárcel Real y el Ayuntamiento se convirtieron en ruinas, el sitio fue reconstruido en el año 1830 por el entonces Presidente José Antonio Páez. A partir de esta fecha ha tenido diferentes fines: Cuartel de Milicias (1830), Palacio de Gobierno (1842), Residencia Presidencial (1877), Alta Corte de Casación y sede de la Gobernación de Caracas (1904) y Ministerio de Relaciones Exteriores (desde 1912).

La Casa Amarilla es especialmente recordada por la época en que los andinos tomaron el poder el 22 de octubre del año 1899, una vez que triunfa la Revolución Liberal Restauradora al mando de Cipriano Castro, conocido también como “el cabito”. Lo que era una bella y cuidada edificación que había servido de Palacio de Gobierno y Residencia Presidencial, se transforma en un campamento militar sucio, con todos los pasillos llenos de catres y soldados deambulando por doquier. Aunque esto dura poco tiempo, ya que al tomar el Cabito posesión del lugar el lujo comienza a manifestarse de una forma nunca antes vista.

Dicen que esta mansión se convirtió en un palacio encantado, con miles de lámparas fastuosas, flores y fuentes por todas partes. Además se daban grandes fiestas, donde a diario se derrochaba el champagne y Cipriano bailaba desenfrenadamente con su levita gris y un gorrito, lo que le valió el mote de  “bailarín eléctrico”. Dentro de estos guateques además se incluían derrapes del maníaco sexual Cipriano Castro, e incluso violaciones a púberes. También dicen que se abrió una puerta secreta en la Casa Amarilla, por donde entraban las jóvenes cuidadosamente seleccionadas para complacer al Cabito. 

Una anécdota muy famosa que pasó a la historia fue lo sucedido el 29 de octubre de 1900, cuando a las 4:42 de la mañana la tierra tembló fuertemente en Caracas en el evento que se conoce como Terremoto de San Narciso, y Cipriano Castro se lanzó desde un balcón de la Casa Amarilla en pijama y con un paraguas abierto a modo de paracaídas. El accidente no pasó de fuertes magulladuras, así como la fractura de un pie, y por supuesto la burla de la gente. Pero a raíz de este suceso se decidió mudar la residencia presidencial para Miraflores, ya que había sido construida sobre bases antisísmicas.

Existen muchas otras historias acerca de la Casa Amarilla, algunas de ellas con evidencias, como los huesos, cadenas, grillos e instrumentos de tortura que se encontraron en las excavaciones, y otras que no se sabe si son ciertas, como el rumor de que Juancho Gómez se robó un cuadro valiosísimo, o sobre el fantasma que allí habita.


Teatro Principal

En el ángulo noroeste de la esquina se encuentra el Teatro Principal, justamente en el lugar donde estuvo el fortín que le da su nombre. Este teatro, de acuerdo a lo registrado por diferentes  fuentes, fue diseñado por el arquitecto Gustavo Wallis e inaugurado el 18 de abril de 1931. Sin embargo, el cronista Francisco Moya asegura que fue construido por una familia de apellido Arismendi a principios de siglo.

Es probable entonces que en 1931 se hayan reformado las instalaciones antiguas, implementando las nuevas características que se describen como: tres niveles, estilo neoclásico con art déco, balcón delantero, capacidad para 760 personas y paredes acústicas. Por otra parte, según dicen, ésta fue la primera construcción con estructura metálica del país. El Principal fue un teatro de primera categoría, en el cual se presentó Gardel cuando estuvo en Venezuela en mayo de 1935, un mes antes de morir en el accidente aéreo de Medellín.


Teatro Principal 

El Teatro Principal llevaba 21 años abandonado cuando fue refaccionado por la Alcaldía y reinaugurado en el año 2011. Había sido renovado en el año 1953, perdiendo parte de su estilo arte déco inicial, y a partir de 1990 se había convertido en una sala de cine mexicano. En el proceso de refacción se hicieron excavaciones y se encontraron evidencias de que el fortín estuvo en ese lugar, según la datación del acueducto, las cerámicas y los enseres de cocina encontrados. Adicionalmente, se descubrieron unas escaleras que conducían a un sótano tapiado.

Durante el tiempo que estuvo sin funcionar, el teatro fue invadido y sufrió un fuerte incendio que terminó de destruir lo que quedaba adentro, aunque su fachada afortunadamente se salvó y fue recuperada, quedando tal cual era la original de 1931. En la actualidad cuenta con tres niveles, igual que antes, y 710 butacas distribuidas entre patio, primer balcón y segundo balcón, además de un amplio vestíbulo y un ascensor, siendo una de las obras arquitectónicas más llamativas de los contornos de la Plaza Bolívar.

Palacio de Gobierno del Distrito Capital

En cuanto al Palacio de Gobierno del Distrito Capital, que es otra de las construcciones más hermosas de los alrededores, a través de la narración de Moya descubrimos que el edificio, aunque estuvo terminado en 1935, no fue inaugurado ese año. Igualmente, en la obra del mencionado autor se reseña lo que había en la cuadra de La Torre a Principal antes de que se levantara el Palacio de Gobierno.

Existió un fabuloso hotel de tres niveles frente a la Plaza Bolívar, con un hermoso patio central y llamativas escaleras. Primero se llamó Gran Hotel Venezuela y cerró en 1906, para luego tomar el nombre de Hotel Klindt hasta 1920, y finalmente, hasta poco antes de ser demolido en 1927, fue conocido como Hotel Washington. Este último tenía habitaciones únicamente en el tercer nivel y el resto de las instalaciones estaba ocupado por oficinas y negocios, entre los que se encontraban elegantes y concurridas cafeterías y cervecerías.

La fachada del mencionado hotel llegaba hasta un poco antes de finalizar la manzana, y a continuación estaba la oficina de correos que había fundado Cipriano Castro, frente al Teatro Principal y Diagonal a la Casa Amarilla, que viene siendo el sitio donde existió el primer cabildo y la primera cárcel, y donde vivió el famoso gobernador Sancho de Alquiza. En este lugar es donde ahora se encuentra el Palacio de Gobierno del Distrito Capital, que tiene tres niveles y es del mismo estilo que el Teatro Principal -una mezcla de neoclásico con art déco- y también fue diseñado por Gustavo Wallis. 

Eustoquio Gómez, primo de Juan Vicente, fue asesinado en el edificio de la Gobernación del entonces Distrito Federal, justamente a finales de 1935, al poco tiempo de fallecer el Benemérito. Aspiraba a sucederlo como dictador, lo cual habría sido nefasto. Lo cierto es que las Fuerzas Armadas y el Congreso se apuraron para nombrar a Eleazar López Contreras, quien toma los hilos del poder rápidamente poniendo en cargos clave a gente de su confianza, entre quienes se encontraba el nuevo Gobernador del Distrito Federal llamado Félix Galavís.

El día 21 de diciembre de 1935, cuatro días después de haber muerto Juan Vicente Gómez, se presenta Eustoquio, con actitud violenta, en la Gobernación de Caracas. Va acompañado de su hermano y de su yerno, e irrumpe en la oficina del nuevo gobernador quien le pide que abandone el lugar, ante lo cual el primo del difunto se enfurece más. Por este motivo, hay un forcejeo entre ambos y Eustoquio recibe un tiro fulminante. Previamente, López Contreras, que ya estaba al tanto de la desagradable visita, había llamado por teléfono desde Miraflores dando órdenes de detener a Eustoquio.

El primo de Juan Vicente Gómez era un tipo realmente peligroso y tenía en su haber varios crímenes, incluyendo el del gobernador Mata Illas. De acuerdo a informaciones posteriores según testigos presenciales, se supo que Eustoquio había sacado su revólver, por lo que Galavís se abalanzó sobre él para quitárselo y el arma se disparó. Pasado algún tiempo, el hijo del difunto declaró que su padre simplemente había pasado por la Gobernación con la intención de saludar.


Palacio de la Gobernación de Caracas

Luego de investigar sobre una de las esquinas más históricas de Caracas, resulta provocativo sentarse en un banco de la Plaza Bolívar y retroceder en el tiempo, mientras se van mirando detenidamente cada uno de los monumentos y sus detalles, y se recorren las pisadas de todos los que frecuentaron estos lugares.

 

Referencias:

 

Durand, G., & González, A. (2002). Caracas en 25 escenas. Caracas, Venezuela: Editorial Fundarte, Alcaldía de Caracas.

 

El Troudi, H. (2021, 19 julio). Historias y Anécdotas de la Casa Amarilla. https://haimaneltroudi.com/historias-y-anecdotas-de-la-casa-amarilla/

 

Gómez Grillo, E. (s. f.). Penas, penales y penitencias. https://bibliofep.fundacionempresaspolar.org/media/1280140/vsxx_l3_7_convivencia_y_controversias_6_t.pdf

 

Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores. (2016, 7 septiembre). Casa Amarilla Antonio José de Sucre, puerta de Venezuela a los países del mundo. http://www.mppre.gob.ve/2016/09/07/casa-amarilla-antonio-jose-de-sucre-puerta-de-venezuela-a-los-paises-del-mundo/

 

Moya, F. (2011). La Caracas que conocí. Caracas, Venezuela: Fundación Editorial El perro y la rana.

 

Rivero Oramas, R. (1967). Historia de Caracas. Caracas, Venezuela: Editorial K-Listo.

 

Travieso, C. (2001). Las esquinas de Caracas. Caracas, Venezuela: Los libros de El Nacional.

 

Villamizar, H. (2008, junio). Discursos y prácticas del encierro punitivo en la ciudad de Caracas a finales de la época colonial (1780–1810). http://saber.ucv.ve/bitstream/123456789/2430/1/Tesis%20Hernando%20Villamizar.pdf



 





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