martes, 27 de julio de 2021

Descubriendo el encanto histórico de Catia

 


Todos los lugares tienen encantos que a veces permanecen ocultos. Catia es uno de estos sitios, con una historia desconocida para muchos, pero de una riqueza impresionante que le da sentido a cada uno de sus rincones. Catia puede parecer descuidada, muchas veces hasta sucia y siempre llena de buhoneros, pero también posee algo que atrapa, una especie de magia que resulta difícil de explicar.  

Parroquia Sucre del Municipio Libertador

La formación de esta parroquia es relativamente nueva, ya que sucede en 1936 bajo la presidencia de Eleazar López Contreras. Anteriormente, desde 1750 hasta 1778 todo el territorio perteneció a la Parroquia Altagracia, y luego a Catedral hasta 1936. Los catienses habían propuesto en 1853 la creación de una parroquia llamada Catia, pero nunca fue aprobado hasta 1936 y en esta oportunidad le dieron el nombre de Parroquia Sucre.

Por lo tanto, decir Parroquia Sucre o Catia es lo mismo, no es que Catia sea parte de la Parroquia Sucre, sino que Catia es otra forma de llamar a la Parroquia Sucre. La extensión de Catia es inmensa: mide 59,3 kilómetros cuadrados y sólo es superada en cuanto a este parámetro por la Parroquia Macarao con 131,4 kilómetros cuadrados. También es la más poblada del Municipio Libertador, con 363.617 habitantes que representan el 17% del total. 

Catia se divide en 18 zonas:

1.      Nueva Caracas

2.      Los Flores

3.      Magallanes

4.      Caribe

5.      Propatria

6.      La Silsa

7.      Alta Vista

8.      Gramovén

9.      Los Frailes

10.  Ruperto Lugo

11.  Cuartel

12.  Blandín

13.  Casalta

14.  Isaías Medina

15.  Lomas de Urdaneta

16.  Tacagua

17.  El Limón

18.  Ciudad Caribia

Adicionalmente, hasta el año 1966, que es cuando se crea la Parroquia 23 de Enero, también este sector formaba parte de Catia.

Algunos datos históricos

De acuerdo a excavaciones arqueológicas se sabe que en el territorio que hoy es conocido como Catia ya existían pobladores hace aproximadamente 1.500 años, los cuales eran indígenas de la etnia Caribe. Respecto al nombre, no existe ningún sustento para la tesis de que haya existido un cacique llamado Catia. El vocablo katia significa viento en lengua Caribe, por lo que es probable que éste sea el origen. 

Catia se fue poblando muy lentamente. En 1929 se considera la idea de urbanizarla, pero es a partir de la década de 1930, cuando empiezan a llegar los españoles, portugueses e italianos, que se inicia el desarrollo económico y poblacional. Ya para los años de 1940 era un importante centro de actividades industriales y comerciales que generaban mucha riqueza.

El contexto geográfico de Catia define en gran medida a los catienses. En esta parroquia han existido lugares emblemáticos para la historia de Caracas que ya no están, aunque muchos aún perduran. Por otra parte, permanecen algunos aspectos sociológicos relevantes.

Laguna de Catia


Esta laguna existió desde tiempos muy antiguos. Se alimentaba de la Quebrada Caroata a su paso para desembocar en el río Guaire y se calcula que para el año 1916 su extensión era de aproximadamente 487.500 kilómetros cuadrados. Luego fue mermando y en 1940, cuando se decidió secarla, tenía cerca de 1.500 kilómetros cuadrados. En cuanto a su profundidad, dicen que siempre estuvo alrededor de los 12 metros.

La Laguna de Catia fue un sitio para el disfrute de toda Caracas, ya que muchos llegaban en tranvía y pasaban un lindo día alquilando lanchas para remar. Merendaban al aire libre y después se tomaban un trago en alguno de los bares aledaños, mientras miraban caer la tarde.  Uno de estos lugares muy recordado es el bar “La Pulmonía”, donde se degustaba un sabroso cuba libre o cualquier otra bebida escuchando a un prestigioso pianista que allí tocaba, lo cual tiene su final en los años de 1940.

El Bulevar de Catia y sus plazas

El Bulevar de Catia es una alameda que antes era la Avenida España, por lo cual también se le conoce como Bulevar España. Este paseo ancho y arbolado, que fue inaugurado en el año 1983 en el contexto de las obras del Metro de Caracas, mide aproximadamente un kilómetro y une la Plaza Sucre con la Plaza Pérez Bonalde, atravesando de norte a sur todo el sector llamado Nueva Caracas, cuyos límites son: Avenida Sucre al norte; Avenida Principal de la Silsa al sur; calle Colombia al este; y calle Argentina al oeste.


La Plaza Sucre, que da inicio al bulevar en el sentido norte-sur, fue inaugurada por Juan Vicente Gómez en el año 1928, en honor a su hermano asesinado a puñaladas en 1923 mientras dormía en su cuarto de Miraflores. Por tal motivo, su nombre original fue Plaza Juancho Gómez hasta el año 1936. Después de morir el dictador es cuando toma el nombre actual y se  sustituye el busto de Juancho por una estatua ecuestre de Antonio José de Sucre. 

En el sentido contrario, de sur a norte, el bulevar se inicia un poco antes de la Plaza Pérez Bonalde. Esta plaza, cuando el bulevar era la Avenida España, primero se llamó “Plaza Cataluña” y luego “Plaza Las Orquídeas”. Fue en 1946, bajo la presidencia de Rómulo Betancourt durante el trienio adeco, que se decide honrar a uno de los más brillantes poetas venezolanos: Juan Antonio Pérez Bonalde (1846-1892), autor del famoso poema “Vuelta a la Patria”.  

Por cierto, la Plaza Bonalde tiene una historia muy relacionada con la caída del gomecismo, la cual refiere que en ella vivía Elías Sayago, responsable de la represión y las torturas durante los últimos años de la dictadura y al que le saquearon la casa en febrero de 1936.

Mercado Principal

Este mercado se encuentra más o menos a la mitad del Bulevar de Catia, aunque un poco más cerca de Pérez Bonalde. Fue estrenado en 1954 y se construyó utilizando las columnas, rejas y fachada del Mercado de San Jacinto, que fue demolido el año anterior para ampliar la actual Plaza El Venezolano. Existen discrepancias con su fecha de inauguración y antigüedad, debido a que antes existió en el mismo lugar otro mercado que era conocido como Mercado Municipal de Catia.



Por su original y hermosa arquitectura, el Mercado Principal de Catia fue declarado monumento nacional en 1994. Cuenta con diez pasillos, que poseen 260 puestos distribuidos entre dos grandes naves separadas por una galería central, donde se puede conseguir una gran variedad de productos de todo tipo. Existen montones de alternativas para comprar lo que sea. Todo de primerísima calidad y vendido con la mayor simpatía.

Parque del Oeste

El Parque del Oeste, que se localiza justo a la salida de la estación del metro llamada Gato Negro, se inaugura en el año 1983 con el nombre de Parque Recreacional Jóvito Villalba. En esa época sólo tenía 14 hectáreas, que habían correspondido a un estadio y a los amplios terrenos de la escuela Miguel Antonio Caro, la cual quedó dentro del parque. Igualmente, por este lugar pasaba el Ferrocarril Caracas-La Guaira, que funcionó hasta 1951 y cuya estación central se ubicaba en Caño Amarillo.

Posteriormente, en el año 2007, luego de ampliar el parque a 46 hectáreas tomando parte de los terrenos que habían pertenecido al Retén de Catia, se reinaugura con el nombre de Parque Recreacional Alí Primera. Este espacio, que constituye un pulmón natural importante para la zona por sus extensas áreas verdes, cuenta con una laguna artificial, caminerías, canchas, anfiteatro, concha acústica, cafetería y quioscos. Además, dentro del parque se encuentran el Museo Jacobo Borges y la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen

Museo Jacobo Borges

Jacobo Borges (1931), que no nació en Catia pero vivió aquí desde que era muy pequeño, es considerado uno de los mayores exponentes de la plástica venezolana y su trayectoria como dibujante, pintor y cineasta ha sido reconocida a través de numerosos premios nacionales e internacionales. El museo que lleva su nombre fue fundado en 1986 y se ubica dentro del Parque del Oeste Alí Primera.



El Museo Jacobo Borges (MUJEBO) desde el año 2011 es sede de la Universidad Nacional Experimental de las Artes (UNEARTE), la cual asumió la dirección del museo. A partir de esta fecha, lo que era una galería y un centro cultural para los pobladores de Catia, se convirtió en un lugar donde se imparten clases y se exponen las piezas de los estudiantes destacados.

Este evento originó que una colección de más de 200 valiosísimas piezas, tanto de Borges como de otros artistas nacionales y extranjeros, que antes se podía apreciar en el MUJEBO, pasaran a la Galería de Arte Nacional (GAN), lo cual significó una pérdida muy importante tanto para los que fueron trabajadores del museo como para la comunidad de Catia.

Iglesia de Nuestra Señora del Carmen

Esta iglesia, que se ubica dentro del Parque del Oeste Alí Primera, no fue la primera que se erigió en Catia, de hecho su estructura tiene un corte bastante moderno. Sin embargo, sí fue la primera advocación de la Virgen María, a la que antes se rindió culto a través de una pequeña ermita levantada alrededor del año 1845, la cual se ubicaba a pocos metros de donde hoy está el templo. Por aquella época Catia sólo tenía unas pocas casas dispersas, habitadas por menos de 600 personas. 



En 1845 se construyó una carretera que comunicaba a Catia con La Guaira, siguiendo la ruta del antiguo Camino de Catia que comenzaba en la actual Avenida Sucre. Debido a lo riesgoso que resultaba transitar por la vía, se levantó una ermita a la Virgen del Carmen que es la patrona de los viajeros. Posteriormente, en 1936, en el sitio se construyó una iglesia, pero en 1975, cuando empiezan los movimientos de tierra para el metro, se derriba y se sustituye por la actual, que se inaugura en 1983.

Cines de Catia

En Catia existieron muchos cines famosos y de los mejores de Caracas. La avenida Sucre y la Avenida España (hoy Bulevar de Catia) eran reconocidas por la cantidad de salas cinematográficas grandes, lujosas y cómodas que había. De ellas, sólo sobrevive el Teatro Catia, que fue recuperado en el año 2012.

Entre los cines de Catia que recuerdan una época no tan lejana se pueden mencionar: Teatro Bolívar, Teatro Catia, Teatro Venezuela, Miraflores, Para Ti, Lídice, Los Flores, Méjico, Esmeralda, Variedades, España y Pérez Bonalde. También, en una época ya más moderna estuvo el Cinemalago en el Centro Comercial Lago, que fue bautizado popularmente como Cinemalandro.

Entre ellos, vale la pena entrar un poco más en el detalle de lo que fue el Teatro Bolívar, así como en la historia del actual Teatro Catia.

Teatro Bolívar

Estaba ubicado en la Avenida Sucre, en el lugar que posteriormente fue el Bazar Caracas y más tarde sede de damnificados, quienes hicieron mini viviendas separando los espacios con paredes de cartón piedra. Luego, ya en tiempos más recientes, el sitio se convirtió en una galería de comercios informales.



Este cine estuvo funcionando desde 1929 hasta 1973 y es particularmente famoso porque se consideraba una de las mejores salas del país.  Aquí hizo su aparición el cine sonoro y además era muy concurrido porque se presentaban en vivo los mejores artistas internacionales que venían de gira a Venezuela.

Teatro Catia

Este teatro, actualmente de apariencia muy moderna tanto en su fachada como internamente, y que tiene un aforo de 886 butacas, está localizado frente a la Plaza Sucre. Fue inaugurado en el año 1940 con la exhibición de la película Espérame (1933), mejor conocida como “Andanzas de un criollo en España”, donde actuaba Carlos Gardel y que tuvo muchísimas semanas consecutivas de éxito. 

 


Posteriormente, a partir de los años 80 el teatro cayó en el total abandono y se convirtió en un centro para el comercio informal, hasta que fue rescatado en 2012. Actualmente es un lugar icónico en cuanto a la presentación de importantes espectáculos teatrales y musicales, y adicionalmente es patrimonio cultural de Catia.

Hospitales

Catia cuenta con dos hospitales que son famosos, ya que casi siempre, y no precisamente por buenas noticias, han estado en la palestra pública. Estos son el Hospital Dr. Ricardo Baquero González (apodado Periférico de Catia) y el Hospital General Dr. José Gregorio Hernández (mejor conocido como Hospital de Los Magallanes de Catia).

Hospital Periférico de Catia

Este hospital está ubicado en la calle El Yunque de Los Flores de Catia. Fue inaugurado en 1951 y creado bajo la concepción de servir como puesto de socorro o para emergencias, ya que para la fecha existían pocos que pudieran ofrecer este servicio. Según información de los doctores, la mayoría de los pacientes que acuden al hospital lo hacen por accidentes de tránsito, o por heridas de armas blancas o de fuego, aunque también se realizan cirugías programadas.

De acuerdo a noticias de este año 2021, sólo están funcionando dos quirófanos de los seis que tiene el hospital; la dieta de los pacientes es básicamente arroz y granos; las paredes y los pisos están mugrientos y no hay con qué limpiarlos; existen problemas de iluminación; las neveras del banco de sangre están dañadas desde el año 2015; no hay ningún ascensor operativo; de las 83 camas disponibles sólo 16 están en condiciones aceptables; y la morgue no funciona.  

Hospital Los Magallanes de Catia

El hospital de Los Magallanes de Catia se ubica sobre los terrenos donde estaba anteriormente la laguna y está situado en la avenida La Laguna del sector conocido como Los Magallanes. Su construcción se inició en el año 1968, bajo la presidencia de Raúl Leoni, y se inauguró en 1973 cuando ya Rafael Caldera era presidente. Cuenta con nueve pisos, siete ascensores, aproximadamente 550 camas y seis pabellones. Estuvo dotado de los equipos más sofisticados para la época en que se estrenó.



Fue concebido como hospital tipo IV, lo cual quiere decir: con más de 300 camas; ubicado en una población de más de 100 mil habitantes y con influencia superior a un millón; en capacidad de realizar cirugías de toda índole; con dependencias para terapia intensiva, farmacia, morgue y todos los servicios de alimentación e higiene; y que ofrezca todas las especialidades médicas así como exámenes y estudios de cualquier tipo.

La situación del este hospital no es mejor que la del Periférico de Catia y denuncian: basura acumulada en todas las áreas; cucarachas y zancudos que pululan por doquier; no funcionan los ascensores y por ende hay que suspender las cirugías; problemas de luz y agua; baños en mal estado y presencia de aguas negras; equipos médicos dañados; sólo 50 camas operativas; y falta de cloro e insumos para la limpieza y desinfección.

Cárceles

Aunque actualmente en Catia no hay ninguna cárcel, existieron dos que fueron tristemente célebres y que forman parte inseparable de la historia de la parroquia. Éstas fueron: la Cárcel Modelo y el Retén de Catia.

Cárcel Modelo

Estuvo ubicada en los terrenos que hoy ocupan el estacionamiento y los talleres del metro, frente a la estación Propatria. El proyecto surge durante el gobierno de Eleazar López Contreras con la intención de dignificar el sistema penitenciario y la cárcel se inaugura en el año 1941 durante la presidencia de Isaías Medina Angarita.

El plan para la creación de este recinto carcelario dio también lugar al decreto de López Contreras para el nacimiento de la Urbanización Propatria, con la construcción de viviendas populares a cargo del Banco Obrero, donde se hicieron más de 400 casas durante el período 1939-1940. Posteriormente, a finales de la década de 1940, se comienza la construcción de los bloques de cuatro pisos.

La Cárcel Modelo fue planificada para albergar a 362 presos en celdas individuales, los cuales contaban con un taller para la fabricación de muebles que les permitía su manutención, así como con una caja de ahorros y una cooperativa. Por otra parte, el recinto penitenciario tenía una sala de teatro donde se exhibían películas y amplios espacios para el deporte.

Durante el gobierno de Pérez Jiménez esta fue una de las prisiones que recibió mayor cantidad de políticos. Se habilitó un área especial para los mismos que fue bautizada como “el pabellón rojo” y, adicionalmente, los reos le pusieron nombre a los espacios, tomando el pasillo principal el apodo de “Gran Avenida”.

La cárcel se fue deteriorando y cuando fue demolida en 1983 para permitir las construcciones del Metro de Caracas ya era un lugar con más de 1.000 presos hacinados y famélicos, donde reinaba el maltrato general y el irrespeto hacia los familiares, apareciendo también los "pranes" y la “ley del chuzo”.

Retén de Catia

El Retén de Catia fue una de las cárceles más terribles del país, tanto así que en Caracas era conocida como “el monstruo del oeste”. Fue inaugurada en el año 1966 durante el gobierno de Raúl Leoni y demolida en 1997 cuando Rafael Caldera era presidente. Estaba ubicada en los terrenos que posteriormente fueron destinados a la ampliación del Parque del Oeste Alí Primera y a la construcción de la Universidad Experimental de la Seguridad (UNES).

La cárcel fue diseñada para una capacidad máxima de 750 presos distribuidos en tres torres, pero la población llegó hasta más de 3.000, lo que ocasionó un hacinamiento terrible. Hay testimonios acerca de que las violaciones eran constantes y también de que los presos, a falta de baño, hacían sus necesidades fisiológicas en el suelo, ante la presencia de los compañeros. Igualmente, el tráfico de drogas y armas era parte de la cotidianidad del penal.



Es famoso el episodio conocido como “la masacre del Retén de Catia” que sucedió el 27 de noviembre de 1992 mientras se desarrollaba el conato de golpe de Estado. La versión oficial al respecto es que los presos intentaron escapar asesinando a un custodio que cuidaba la garita 4 y disparando contra los otros, por lo cual tuvo que intervenir la Guardia Nacional. El gobierno declaró una cifra de 63 reos fallecidos, pero los cálculos extraoficiales se acercan a los 200.

Lo sucedido en este evento fue llevado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), perteneciente a la Organización de Estado Americanos (OEA), por los familiares de los presos masacrados, la cual se pronunció en el año 2006 y emitió una sentencia contra Venezuela por no haber realizado las debidas averiguaciones para castigar a los culpables.

Los brujos de Catia

Catia siempre ha sido famosa por sus brujos, yerbateros y curanderos, muchos de los cuales tienen gran prestigio y son recomendados por quienes han recibido sus servicios. Hasta hace no mucho tiempo trabajaba en el Mercado Principal un yerbatero muy reconocido por sus habilidades para curar la culebrilla. Todo el mundo dice que este señor fue muy profesional y serio. Luego de que murió, atiende la hija quien heredó todos sus conocimientos.   

Pero hay muchos otros personajes registrados en los anales de la historia catiense, que se recuerdan especialmente por haber sido acusados ante las autoridades. Igualmente, existieron y existen muchos santeros devotos de la “corte malandra”, ya que Ismaelito fue apuñaleado en el 23 de Enero cuando esta zona era parte de la Parroquia Sucre.

Una mujer célebre es Benilde Ramos, vecina de Los Magallanes, que adivinaba con el tabaco y en 1944 fue denunciada por la cantidad de humo pestilente que salía de su casa; los periodistas la entrevistaron y ella declaró que era por el fogón donde cocinaba. También hubo otro curandero, llamado Nicolás Porras, que vivía en la Cortada de Catia, quien estuvo detenido en 1943 debido a que casi mata a una clienta al aplicarle electricidad. Según su teoría, éste era el remedio para todos los males.

Y se cuenta una historia muy graciosa, sobre un señor llamado Juan Aparicio, que en los años 50 se mudó para el sector La Laguna y allí se reunía con otros a realizar prácticas esotéricas mediante la ouija. Sólo se le presentaban espíritus cachondos, hasta que un día descubrió la causa: al lado de su casa quedaba el popular burdel Caricari.

La “vida alegre” catiense

Otra razón por la que Catia se hizo famosa fue por sus "damas de la noche", que acudieron en masa provenientes tanto del país como del extranjero, ante el gran desarrollo comercial y económico del sector. En los años 40 se ponen de moda los cabarets y night clubs donde se bailaba desenfrenadamente el mambo, que aparte de ser muy sensual permitía diferentes tipos de deslices. Pero, sobre todo, dicen que Catia es la precursora del invento de los bares con rocola, donde en la parte de atrás se escondían puertas disimuladas y los clientes desaparecían por un rato.

Igualmente, comenzaron a pulular los prostíbulos. Su lista es larguísima, como no existe respecto a ninguna otra parroquia de la ciudad. Entre ellos destacan: La Cueva del Humo, La Casa de la Gata, El Caricari, Villa de Lourdes, La Mata de Plátano, El Mantecón, El Puente y El Canario. En estos lugares siempre había una madama que cobraba y cuentan los usuarios que el tiempo era medido de forma estricta. Si se demoraban, la madama les tocaba la puerta de la habitación y les gritaba cosas soeces.

Dicen que los hijos de aquellos dueños de negocios relacionados con el sexo prefirieron dedicarse a otro tipo de actividad comercial de menor riesgo y se inclinaron por las licorerías, por lo cual los bares mampara casi se extinguieron. Igualmente, luego apareció Internet, de modo que las "mujeres de la vida alegre" generalmente ya no están en los burdeles, sino que se anuncian en la web. Y estos cambios a muchos les producen nostalgia.

De esta época relacionada con la “vida loca”, cuyo estilo se mantuvo aproximadamente hasta los años de 1980, los catienses también guardan el recuerdo de personajes imborrables, como es el caso de Mariotta, dueña de un reconocido lupanar, que de vieja perdió la razón y deambulaba por la Avenida España vestida de negro. También rememoran al “médico asesino”, seudónimo de Ricardo Carvajal, quien preparaba una guarapita especial que se asociaba al preámbulo, antes de desaparecer por la puerta oculta del bar.

Luego de investigar sobre los lugares emblemáticos de Catia, apreciamos mucho mejor toda la riqueza cultural oculta en esta zona del oeste de Caracas, que probablemente mucha gente no se atreve a visitar. Sin embargo, es una gratísima experiencia recorrer el bulevar de plaza a plaza y entrar al mercado, o caminar por el Parque del Oeste. Seguramente más de uno se sorprendería al comprobarlo.  

Referencias:

CCS. (s. f.). Parque del Oeste (Alí Primera). http://guiaccs.com/obras/parque-del-oeste-ali-primera/

 

Ciudad CCS. (2021, 15 julio). LA CARAQUEÑIDAD | ¿Dónde están los cines de la avenida Sucre de Catia? http://ciudadccs.info/2021/07/15/la-caraquenidad-donde-estan-los-cines-de-la-avenida-sucre-de-catia/

 

Crespo, C. (s. f.). Mujabo: el desmontaje de un museo. https://iamvenezuela.com/2015/04/mujabo-el-desmontaje-de-un-museo/

 

De Sousa, I. (s. f.). Historia de Catia. https://loscomunales.wordpress.com/2015/10/13/historia-de-catia/

 

Épale. (2020, 14 agosto). http://epaleccs.info/anecdotas-del-cine-en-catia-2/

 

Épale. (2021, 4 junio). En Catia cada quien carga con su santo propio (1). http://epaleccs.info/en-catia-cada-quien-carga-con-su-santo-propio-1/

 

Galería Freites. (s. f.). JACOBO BORGES. https://galeriafreites.com/artistas/borges-jacobo/

 

Impacto Venezuela. (2021, 26 febrero). PERIFÉRICO DE CATIA: atraso, suciedad y abandono. https://impactovenezuela.com/periferico-de-catia-atraso-suciedad-abandono/

 

La Cereza Dulce. (s. f.). La Masacre del Reten de Catia. http://www.lacerezadulce.com/2020/08/articulo-la-masacre-del-reten-de-catia.html


domingo, 25 de julio de 2021

El Cuartel San Carlos y sus espectaculares fugas

 



El Cuartel San Carlos, ubicado entre las esquinas Dos Pilitas y Cuartel, en la Parroquia Altagracia y a pocos metros del Panteón Nacional, fue declarado monumento histórico nacional en el año 1986 durante la presidencia de Jaime Lusinchi. En paralelo existió un decreto presidencial para convertirlo en el Museo Nacional de Historia, que lamentablemente y por diversas causas no se ejecutó.  

Esta estructura fue planificada en el año 1787 y se estrenó en 1791. Posteriormente el cuartel se vino abajo casi en su totalidad debido al terremoto del 26 de marzo de 1812 y fue restaurado y vuelto a inaugurar en 1884, pero resultó seriamente afectado nuevamente a raíz del sismo del  29 de octubre de 1900.

Aparte de su valor histórico y su atractivo arquitectónico, el Cuartel San Carlos está considerado como un sitio arqueológico de gran importancia y adicionalmente es famoso por dos impresionantes fugas de presos políticos.  
  

El antiguo barrio de La Trinidad 


El Cuartel San Carlos se construye al norte de Caracas, en una zona ubicada en los arrabales de la ciudad que era conocida como la sabana de La Trinidad, la cual estuvo bastante despoblada hasta 1784, cuando se comienza a repartir un número significativo de solares para hacer casas. Este mismo año se estrena el Puente Carlos III sobre el Río Catuche con su actual estructura de piedra, que era necesario a los fines de acarrear los materiales necesarios para la obra del cuartel. 

Un año antes se había consagrado la iglesia de la Santísima Trinidad, hoy Panteón Nacional, ubicada a más o menos 125 metros al este del Cuartel San Carlos, y en 1776 se había inaugurado el Puente de la Santísima Trinidad, imprescindible para permitir el paso de los feligreses. 

La construcción del templo estuvo a cargo del pardo Juan Domingo Infante, quien murió en 1780 luego de dedicar cuarenta años de su vida a la obra y fue enterrado debajo del altar mayor.  Dejó una creación hermosa y de gran envergadura. Según testimonio del obispo Mariano Martí en 1772, la iglesia tenía tres naves, quince altares y dos torres campanarios. 

A raíz del terremoto del 26 de marzo de 1812 el templo quedó totalmente destruido y temporalmente se construyó una pequeña ermita, hasta que se logró volver a levantarlo y para 1874 ya estaba casi listo, pero entonces el presidente Antonio Guzmán Blanco decretó que fuera destinado a Panteón Nacional. 

A partir del año 1750 Caracas comienza a crecer, por lo que se crean tres nuevas parroquias: Altagracia, Candelaria y San Pablo (convertida en Santa Teresa en 1874). Entonces la ciudad capital pasó a tener cuatro parroquias,  incluyendo Catedral que data del año 1636. 

Estas parroquias serán las encargadas de levantar censos poblacionales en cada una de sus jurisdicciones y es a partir de esta data que se conoce que, para 1766, la población urbana total de Caracas ascendía a 15.498 habitantes, los cuales estaban ubicados en 2.675 viviendas, con una densidad de 5,79 de habitantes por vivienda. 

Por otra parte, en el momento que la ciudad comienza a extenderse más allá de los contornos originales, se hace necesario la estricta vigilancia de los núcleos alejados. Por tal razón, en 1779 se divide la ciudad en ocho áreas y se crea el cargo de alcalde de barrio, ya que se consideraba que los arrabales eran sitios idóneos para el escondite de los esclavos escapados y de los malhechores. Adicionalmente, estos ilustres alcaldes vigilarían las casas donde vivían “mujeres livianas” y se hacían “bailes disolutos” que atentaban contra la moral y las buenas costumbres. 

La Sabana de La Trinidad era uno de esos lugares considerados peligrosos.  Se situaba entre la Quebrada de La Trinidad y la Quebrada de Catuche (muy cerca de La Pastora), limitando al norte con el Cerro El Ávila y al sur con el puente de La Trinidad. Este barrio perteneció a la Parroquia de La Candelaria hasta el año 1792, cuando sus habitantes emiten una solicitud para que pasara a formar parte de la Parroquia Altagracia, ya que era geográficamente más lógico. 





Historia y estructura del Cuartel San Carlos 


Este monumento histórico, que también se llamó Cuartel de Batallón de Infantería Veterana y Cuartel de La Trinidad, fue inaugurado en el año 1791 y se concibió como defensa de Caracas ante posibles invasiones inglesas o incursiones de piratas. Estaba ubicado en la parte más alta de la ciudad, sobre una colina natural, desde donde en aquellos años se divisaba hacia el sur todo el Valle de Caracas, así como hacia el noroeste la vía que llegaba hasta la Puerta de Caracas y luego tomaba el Camino de los Españoles

Su diseño es totalmente cuadrado, con 100 metros de lado y la puerta principal en el centro de la cara que mira hacia el sur. Internamente tiene un gran patio central y dos niveles para aposentos, dependencias y calabozos. Los muros son de piedra y poseen más de un metro de grosor. En cada una de sus esquinas se ubican las garitas de vigilancia, y hace años contaba con un gran cañón que llamaban “la cochina”, el cual se encargaba de anunciar el año nuevo, hasta que en 1910 se abrió la Academia Militar en el sector de La Planicie (hoy Cuartel de la Montaña). 

El proyecto del cuartel incluía un hospital, que nunca se llegó a construir, así como una gran alameda que pasaba por el sur, que sí aparece en los planos antiguos. Fue una obra impresionante para su época, tanto por su sobriedad y elegancia como por sus dimensiones, ya que podía alojar a 2.000 hombres con todas las comodidades. Durante el gobierno del General Cipriano Castro éste fue el lugar donde se concentraba su legión de honor, conocida como la Guardia Negra, cuya función principal era el resguardo del Presidente. 




La estructura fue totalmente destruida en el movimiento telúrico del año 1812. Luego se vuelve a inaugurar en 1884 a los fines de acantonar las tropas y también como escuela de artillería, pero nuevamente el fuerte sismo ocurrido el 29 de octubre de 1900, conocido como Terremoto de San Narciso, volvió a dañar severamente el cuartel y fue necesaria otra remodelación. En este momento se aprovechó para ampliar algunos espacios y construir nuevas áreas. 

El hecho de que se haya reconstruido tantas veces otorga una gran riqueza arqueológica al lugar. Se han hecho excavaciones encontrándose variados objetos de interés como botellas de licor y de perfumes, peines, bacinillas, botones, vasijas, frascos de medicina y monedas de diferentes tipos, entre muchas otras cosas. 

Igualmente se ha descubierto el suelo original, que era empedrado, así como paredes pintadas con grafitis, tuberías y otros elementos, que han permitido determinar las características de cada una de sus épocas en cuanto a hábitos del personal militar, así como sobre los presos y la morfología del recinto. 

El San Carlos fue protagonista de varios movimientos militares sucedidos en el siglo XX, tales como el alzamiento del 7 de abril de 1928 contra la dictadura de Juan Vicente Gómez, que fue abortado por Eleazar López Contreras, y el Golpe de Estado contra Isaías Medina Angarita el 18 de octubre de 1945, mediante el cual fue derrocado. 

Por otra parte, desde principios del siglo pasado, el cuartel y sus alrededores entraron en un franco deterioro, lo cual fue reseñado por el brillante médico y bacteriólogo Rafael Pino Pou (1880-1936) alumno de los ilustres doctores Luis Razetti y José Gregorio Hernández. En su tesis doctoral, titulada “Sobre Higiene Militar”, Pino Pou destacaba que el San Carlos se había tornado en un importante foco de enfermedades, por ser un poderoso centro de atracción para una gran cantidad de prostitutas y tugurios de mala muerte que hacían vida en sus contornos. 

Durante los años 60 el Cuartel San Carlos se convirtió en uno de los principales sitios de reclusión para presos militares y políticos. De esta época se tiene su descripción más reciente como recinto carcelario y se sabe que los privados de libertad estaban divididos por sectores. 

Los parlamentarios ocupaban “la pajarera”, llamada así por tratarse de buhardillas en el nivel superior. También existían otras zonas apodadas “la nevera” y la “cueva del humo”. Los militares se ubicaban en un sector denominado F1 y los políticos  en otro llamado F2. Luego había otras áreas para guerrilleros y también estaban las típicas celdas de castigo conocidas como “tigritos”, con una dimensión de 1,5 x 1,1 metros. 

Los últimos hombres que estuvieron en esta prisión fueron los militares y civiles que participaron en los intentos de golpes de Estado ocurridos el 4 de febrero y 27 de noviembre de 1992, quienes permanecieron en el Cuartel San Carlos hasta el año 1994, cuando fueron trasladados a otros centros o indultados por el presidente Rafael Caldera. 

Dos fugas espectaculares 


Las evasiones de los presos, sin importar de qué tipo sean, siempre representan acontecimientos que causan conmoción y se siguen con gran interés. Escapar de una cárcel no es cosa fácil y se requiere de mucha inteligencia, planificación, astucia y valentía, por lo cual este tipo de proezas suelen ser admiradas. En el caso del Cuartel San Carlos ocurrieron dos fugas apoteósicas durante el siglo pasado: la primera el 5 de febrero de 1967 y la segunda el 18 de enero de 1975.

5 de febrero de 1967


En esta oportunidad se fugan del Cuartel San Carlos tres famosos políticos venezolanos: Pompeyo Márquez, Teodoro Petkoff y Guillermo García Ponce, a través de un túnel construido desde afuera hacia adentro, que midió 60 metros de largo y tardó tres años en estar listo, ya que por varios motivos se paralizó en diversas ocasiones. El protagonista principal de la historia, aparte de los evadidos, fue el conocido como “Simón el árabe”, quien nació en Siria y llegó  a Venezuela en el año 1956, para después de la fuga desaparecer del país. 

En 1964 ya estaban presos Pompeyo y Guillermo, apareciendo Teodoro un poco después. Inicialmente este último no estaba incluido en el plan de huida, pero era tanta su osadía y sus ideas permanentes para escaparse, que tuvieron que hacerlo partícipe para no poner en riesgo el proyecto que cuidadosamente se llevaba a cabo en cuanto a la elaboración del túnel, donde había mucha gente involucrada.
 
Simón tuvo como misión alquilar un local y montar un abasto en las casas que se ubican frente a la parte posterior del cuartel, ya que apenas cruzando una estrecha calle se localizaba el sector F2 donde estaba la celda de Pompeyo,  a la que posteriormente Guillermo y Teodoro lograron que los trasladaran, ya que sus respectivas zonas de reclusión eran otras. 




Aunque los sectores estaban separados, y a pesar de que el cuartel era celosamente custodiado por una guardia de aproximadamente 300 hombres que hacían inspecciones permanentemente a los calabozos y estaban todo el tiempo atentos, los presos lograron una vía de comunicación a través de un tubo de desagüe por donde hablaban y que denominaban “el teléfono”. 

La primera parte del plan consistió en que Simón se ganara la confianza del vecindario y sobre todo de los custodios del penal, a lo cual destinó medio año. Durante todos estos meses y también en el transcurso de la construcción, el sirio obsequiaba bebidas y sándwiches a los militares, vendía todo a precio muy conveniente y además fiaba, por lo que pronto fue considerado un buen amigo. 

La entrada del túnel se ubicaba en un local anexo al abasto, que “el árabe” había alquilado para estacionar su auto, en el cual a diario sacaba la tierra escondida en sacos y cajas que simulaban ser de verduras. En este mismo carro, que era una camioneta Chevrolet de la época, salieron ocultos bajo cajas de cartón los escapados, siendo posteriormente encontrada abandonada en San Bernardino. 

Dentro del túnel excavaban dos hombres, que cambiaron a lo largo del tiempo por motivos de salud. Para evitar sospechas, ya que el abasto era muy frecuentado por los militares, había una luz dentro del subterráneo que se ponía roja cuando Simón apretaba el botón correspondiente. Por otra parte, en las horas de trabajo, cuando la galería subterránea se iba acercando a la celda y se hacía ruido, los presos tecleaban con fuerza una vieja máquina de escribir. 

Luego de muchas vicisitudes y estando a punto de ser descubiertos, el domingo 5 de febrero de 1967 se abrió el hueco final en la celda. Era un día de carnaval y los presos del sector F1 armaron un tremendo escándalo festivo para distraer a los guardias y “tapar” el sonido. Y cuando el carro se alejaba con los fugitivos rumbo a La Pastora, el sirio, luego de saludar amistosamente a los militares, les dijo que se iba a celebrar el carnaval y que si regresaba temprano les traería una botella de ron.
 

18 de enero de 1975


En esta fecha se escapó del Cuartel San Carlos un grupo de 23 guerrilleros entre los que había dos mujeres. Mayormente pertenecían al movimiento Bandera Roja y la operación se denominó “Jesús Márquez Finol”. El túnel midió 44,70 metros y se construyó desde adentro hacia afuera, escondiendo toda la tierra en el techo del sector donde se ubicaban los presos.  

Otra diferencia con respecto a la fuga de 1967 consistió en el sentido del pasadizo subterráneo, que se dirigió hacia el este del cuartel y no hacia el norte como en el caso anterior. Los reos orientaron la excavación hacia la casa del músico flautista y saxofonista Víctor Cuica, quien estaba totalmente ajeno a que ese día emergerían 23 guerrilleros del suelo de una de las habitaciones de su casa y que la misma sería tomada por el movimiento armado. 

El líder del proyecto en cuanto a la construcción fue Héctor Vivas, sobrino del reconocido arquitecto Fruto Vivas. El joven había caído preso en el año 1974 cuando cursaba estudios de arquitectura y consiguió que el túnel estuviera listo en aproximadamente cuatro meses según narran quienes participaron en el hecho.

También cuentan que inicialmente habían planificado escaparse por el techo del cuartel pero les resultó imposible ya que justamente comenzaron unas remodelaciones. Entonces Héctor Vivas, que estaba detenido en un sector diferente, para lograr ser trasladado a donde estaban los de Bandera Roja tuvo que fingir una pelea a muerte con un compañero. 

Ese 18 de enero era la final del Béisbol Profesional y se enfrentaban los Leones del Caracas y Magallanes en el Estadio Universitario, lo que permitió disimular la huida, ya que los gritos y el volumen de los aparatos de televisión y radio opacaron el ruido facilitando la operación. 

A las 6:45 p.m. un grupo de hombres, que conformaban el soporte externo de los fugados, tocó la puerta de la familia Cuica y se identificó como agentes de la DIM para que los dejaran entrar. Como no se conocía por qué parte de la vivienda saldrían los presos, fue necesario el uso de estetoscopios para, una vez detectado de dónde venía el ruido, cortar la losa y abrir un hueco. 

Posteriormente, todos abordaron diferentes vehículos que los esperaban y se desaparecieron del mapa. La familia Cuica fue culpada y detenida, las embajadas fueron cercadas para impedir que los fugitivos pidieran asilo, y muchas casas de Caracas fueron allanadas aquella noche. 

Como se puede observar, el Cuartel San Carlos guarda muchas y variadísimas historias de todos los tiempos. En la actualidad su pared norte luce muy deteriorada y la zona está bastante abandonada. Sin embargo vale la pena admirar su estructura, ya que es una de las construcciones más antiguas y representativas de Caracas. 

Referencias:

Bernardo Núñez, E. (2004). La ciudad de los techos rojos. Caracas, Venezuela: Monte Ávila Editores Latinoamericana.

 

Blondet, J. (s. f.). ESPACIO PÚBLICO E ILUSTRACIÓN EN LA CARACAS DEL SIGLO XVIII. https://trienal.fau.ucv.ve/2008/documentos/hp/HP-22.pdf

 

Crónicas de Tánatos. (s. f.). La fuga del cuartel San Carlos. https://cronicasdeltanato.wordpress.com/la-fuga-del-cuartel-san-carlos/

 

El Nacional. (2019, 23 noviembre). El cuartel San Carlos y su antigua explanada que pasó a convertirse en antro de suciedades, pocilga de atracción de prostitutas y prisión política. https://www.elnacional.com/papel-literario/el-cuartel-san-carlos-y-su-antigua-explanada-que-paso-a-convertirse-en-antro-de-suciedades-pocilga-de-atraccion-de-prostitutas-y-prision-politica/

 

Flores, M. (2007). Cuartel San Carlos, yacimiento veterano. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2321930

 

Salazar, R. (2012, noviembre). CARACAS, 1753–1810 MORFOLOGÍA Y FUNCIONES URBANAS DESDE LA COTIDIANIDAD. http://saber.ucv.ve/bitstream/123456789/4101/1/T026800006385-0-Completo_Salazar-000.pdf

 

Sistema de Información Patrimonial. (s. f.). Patrimonio Cultural de Venezuela. http://rpc-venezuela.gob.ve/rpc/portal/contenidos/ver.php?id=85

 

Venezuela de Antaño. (2009, 26 mayo). Parroquias San Juan, Santa Teresa y Santa Rosalía. Caracas. http://venelib-antao.blogspot.com/2009/05/historia-de-las-parroquias-san-juan_26.html

 


lunes, 5 de julio de 2021

Pedro Estrada, protagonista de la Seguridad Nacional y terror de la Cárcel Modelo

 


La Seguridad Nacional fue creada en 1938 durante el gobierno de Eleazar López Contreras como un cuerpo policial de investigación. Igualmente, en este período fue concebida la Cárcel Modelo con el objetivo de darle una nueva dimensión al régimen penitenciario, aunque fue inaugurada por Isaías Medina Angarita. 

Sin embargo, la Cárcel Modelo se convirtió en un recinto carcelario para el terror bajo el patrocinio del esbirro más tristemente famoso de Marcos Pérez Jiménez, pasando por ella los más reconocidos intelectuales y políticos del siglo XX. 

Es interesante revisar algunos datos acerca de esta nefasta época, así como sobre Pedro Estrada y su misteriosa residencia donde fue rodada la película –por cierto de terror- más taquillera del cine venezolano. 

La Cárcel Modelo

 
Estaba ubicada en los terrenos que hoy ocupan los patios y talleres del Metro de Caracas en Propatria y fue demolida el 9 de noviembre de 1983 para seguir con la construcción del nuevo medio de locomoción inaugurado el 2 de enero del mismo año por Luis Herrera Campins. 

La cárcel se encontraba justo frente a la estación del Metro de Propatria y contaba con 362 celdas, que era la capacidad de detenidos proyectada, así como con amplios espacios para el deporte, talleres y hasta una sala de teatro para los reclusos. 

Con el tiempo se fue saturando y, cuando fue demolida, era un centro penitenciario como los que existen en la actualidad: lleno de presos hacinados y famélicos, cruel, sucio, maloliente, peligroso y, en resumen, una escuela formadora de delincuentes. 
 
Pedro Estrada fue el primer director de la Cárcel Modelo, lo cual sucede durante el gobierno de Isaías Medina Angarita, ocupando el cargo hasta el 18 de octubre de 1945, cuando el Presidente es derrocado por Carlos Delgado Chalbaud y Marcos Pérez Jiménez en conjunto con Acción Democrática. Entonces parte exiliado para Estados Unidos y regresa en 1949. 

El 24 de noviembre de 1948 nuevamente Pérez Jiménez y  Carlos Delgado Chalbaud dan otro golpe, esta vez a Rómulo Gallegos, terminando así sus buenas relaciones con los adecos. En esta oportunidad la Cárcel Modelo se llena de presos políticos, ya que allí fueron a parar todos los integrantes del gabinete, saliendo luego muchos de ellos al exilio. 

Durante el período de la dictadura (Noviembre 1948-Enero 1958) por la Modelo pasaron numerosos intelectuales y políticos. Entre los más conocidos se pueden mencionar a: José Vicente Abreu (autor de la novela “Se llamaba SN”), Vicente Gerbasi, Leonardo Ruíz Pineda, Alberto Carnevali, Simón Alberto Consalvi, Ramón J. Velázquez, Raúl Leoni, Jaime Lusinchi, Rafael Caldera y Luis Herrera Campins, entre muchísimos otros.  

Por lo general las terribles e innombrables torturas a las que eran sometidos muchos presos políticos no se aplicaban en la cárcel, sino que eran llevados a los sótanos de la Seguridad Nacional, desde donde luego los devolvían irreconocibles y hecho harapos, por lo que estar allí detenido era como una ruleta rusa. No se sabía a quién le iba a tocar el martirio y los esbirros eran como los vampiros que necesitan sangre para vivir.
 
Por cierto que Pérez Jiménez estuvo preso en la Cárcel Modelo, pero por muy poco tiempo. En 1963 fue extraditado desde Estados Unidos, donde vivía, pero ya había cumplido gran parte de la condena en el país norteamericano. Por acuerdos internacionales sólo se le pudo acusar de peculado, y había sido sentenciado a 4 años, un mes y quince días en el año 1958. 
 
En la Modelo fue alojado con todas las comodidades, recibía visitas de sus familiares y amigos, y engordó todos los kilos que había perdido en la cárcel de Estados Unidos ya que su madre y su esposa se encargaban de llevarle toda la comida que quería. Cuando salió se marchó para Madrid, donde murió en el año 2001.

Quién fue Pedro Estrada Albornoz




Este peligroso individuo, llamado “Don Pedro” por sus partidarios, y “el chacal de Guiria” debido a su naturaleza sanguinaria y a su gentilicio por sus adversarios, nació en el año 1906 en el estado Sucre. Estuvo involucrado en la expedición del Falke, que comandó Román Delgado Chalbaud, teniendo como misión apoyar desde tierra, por lo que fue aprensado y luego tuvo que irse a Trinidad, donde aprendió un perfecto inglés. 

A la muerte de Juan Vicente Gómez es recomendado por un amigo para trabajar en Maracay como Jefe de Policía. Su primera misión fue contener a las turbas enardecidas que querían saquear las casas de los gomecistas, lo cual logró con bastante éxito. 

Posteriormente en Caracas pasa a ocupar varios cargos de confianza en los gobiernos de Eleazar López Contreras e Isaías Medina Angarita, entre ellos los de Segundo Comandante de la Policía de Caracas y Jefe Civil de Catedral, aprovechando para armar importantes redes de espionaje político. 

Por haber estado involucrado en la invasión de Román Delgado Chalbaud era de la confianza de su hijo Carlos, presidente de la Junta de Gobierno luego del golpe de Estado a Rómulo Gallegos, por lo cual, cuando regresa a Caracas en 1949, luego de haber estado exiliado en  Estados Unidos a consecuencia del derrocamiento de Medina Angarita, es nombrado Agregado de la Embajada de Venezuela en Washington, con la misión de espiar a los opositores. 

En el año 1951 es llamado a Caracas para ejercer las funciones de Director de la Seguridad Nacional, debido a que Jorge Maldonado Parilli había sido depuesto de su rol por no controlar adecuadamente las actividades subversivas. Adicionalmente, un importante preso político de la Cárcel Modelo –Alberto Carnevali- había logrado fugarse del Puesto de Socorro de la esquina de Salas, a donde había sido trasladado para ser atendido médicamente. 

Una vez que Estrada toma posesión de su cargo comienzan los peores años de tortura, para lo cual entrenó a un destacado grupo de colaboradores, compuesto por personajes como: Miguel Silvio Sanz (“el negro”), “el indio Borges”, “el loco Hernández”, “Torrecito” y “Barretico”, entre otros. Adicionalmente, cuentan las víctimas que el mismo Estrada participaba en las torturas, para lo cual acostumbraba a vestirse con un frac. 

Pedro Estrada estaba casado con Mercedes Mujica, con quien tuvo dos hijos: Lolita y Pedro. Pero en Nueva York había conocido a Alicia Parés Urdaneta y estaba enamorado de ella, por lo que se quería divorciar y le interpone una demanda a su esposa. Entonces Mercedes contrata a Rafael Caldera como abogado, quien intenta evitar el divorcio por todos los medios posibles. 

Cuenta la historia que una madrugada, como a las 2:30 a.m., explotó una granada en la ventana del cuarto donde dormía el Dr. Caldera con su esposa Alicia Pietri y su hijo pequeño de apenas unos meses, en la Quinta Puntofijo de Sabana Grande. Cuando muchos años más tarde Estrada fue entrevistado, alegó que algún subalterno lo había hecho sin su autorización. 

Finalmente Estrada logra divorciarse para casarse con Alicia Parés. Las mujeres de los ministros de la época comentaban que ésta era la esposa más bella y elegante de todo el gabinete. Con ella vivió en una hermosa y misteriosa casa en El Paraíso.
 

Dirección de Seguridad Nacional 





Pedro Estrada fue Director de la Seguridad Nacional desde el 31 de agosto de 1951 hasta el 10 de enero de 1958. Durante este período más de 850 dirigentes de partidos políticos de oposición, escritores,  militares y sacerdotes, fueron enviados a la Cárcel Modelo y a los campos de concentración llamados Guasina  (Delta Amacuro) y El Dorado (plena selva del estado Bolívar). 

Adicionalmente, en su haber se cuenta más de un centenar de desparecidos, y varios asesinatos probados como los casos de Cástor Nieves Ríos, Leonardo Ruíz Pineda, Antonio Pinto Salinas y Alberto Carnevali (por falta de atención médica). Adicionalmente, era un régimen de terror por los allanamientos imprevistos a cualquier casa donde sospecharan mínimamente de algo, e incluso para intimidar. 

El cargo de Estrada era más importante que el de cualquier ministro, ya que a diario daba parte directamente a Pérez Jiménez de todas las situaciones y actividades, y adicionalmente creó un aparato de inteligencia para vigilar a los oficiales de las Fuerzas Armadas, pasando por encima de las instituciones naturales para tal fin. 

Tanto en lo civil como en lo militar sus redes de espionaje estaban basadas en “chivatos” pagados, que se infiltraban en cualquier movimiento, así como en las confesiones obtenidas durante las horrorosas sesiones de tortura, de las cuales existieron innumerables testimonios una vez que cae la dictadura, como por ejemplo los de Enrique Planchart, Octavio Lepage, Teodoro Petkoff y José Agustín Catalá.
 
Desde el año 1949 y hasta 1953 la Dirección de Inteligencia Nacional tuvo su sede en la Segunda Avenida de los Samanes cruce con la Avenida Principal de El Paraíso, justo donde hoy se encuentra la Clínica Popular, pero el edificio de la SN fue demolido. 

Luego, a partir de 1953, se muda para el lugar donde actualmente se encuentra el hotel Alba Caracas, en la avenida México, que fue el antiguo hotel Caracas Hilton expropiado por el gobierno de Hugo Chávez en 2007.

La Seguridad Nacional se ubicaba en otro edificio más antiguo, que perteneció a la primera sede de la compañía petrolera Creole, construido en unos terrenos que antes habían pertenecido a una hacienda. Generalmente las torturas se realizaban en áreas acondicionadas de estas instalaciones, pero también existían otras locaciones. 

La Quinta Castillete




Esta casa, que se ubica frente al Complejo Deportivo de Naciones Unidas en El Paraíso, fue residencia de Pedro Estrada en la década de 1950 y hoy es patrimonio cultural. En ella se filmó la película “La casa del fin de los tiempos” que se estrenó en el año 2013, para la cual no se cambió absolutamente nada: ni la decoración, ni los pasadizos, ni el ático.
 
Los actores y el resto de personal, así como los trabajadores que se quedaban de noche cuidando los equipos, vivían aterrados y cuentan que iban de tres en tres al baño, ya que se escuchaban voces y gritos, y los objetos se movían solos. También narran que muchas tomas del largometraje tuvieron que ser filmadas varias veces, porque aparecían sombras que sólo las cámaras podían captar.

Esta casa tiene una vieja historia en los que muchos encuentran explicación. Al parecer perteneció primero a unos masones ingleses, y luego de Estrada, según comentan los vecinos, a una familia italiana, época en la cual hubo un asesinato. Actualmente es la sede de la Federación de Trabajadores del Sector Público. 

Dicen que esta edificación de tres plantas fue levantada entre los años 1930 y 1940, pero luego, en la década de 1950 (seguramente cuando ya pertenecía a Estrada) se le agregaron otros elementos tales como columnas toscanas y bóvedas, así como espejos de agua, que mezclados con los más antiguos logran un efecto ecléctico único. 

Final de la pesadilla




La Nochevieja de 1957 se reúne en Miraflores la crema y nata del gobierno. Todos los ministros aparecen con sus esposas lujosamente ataviadas, Pérez Jiménez da su acostumbrado discurso, esta vez defendiendo los números del fallido plebiscito del 15 de diciembre, y brindan con champagne. Unas horas más tarde, apenas amaneciendo, se manifiesta una rebelión militar de la Fuerza Aérea Venezolana, la cual es controlada pero deja un importante precedente para los días venideros.

Poco tiempo después los jefes militares le exigen al dictador que saque del país a Pedro Estrada y éste parte, el 10 de enero, con su esposa y las dos hijas para República Dominicana. Adicionalmente, el 21 de enero se declara una huelga de prensa y al día siguiente otra general con la gente en la calle. 

Finalmente, la noche del 22 de enero se reúne el alto mando militar y acuerda pedir la renuncia a Pérez Jiménez e instaurar una junta de gobierno, por lo que el dictador sale en la madrugada del 23 de enero desde el Aeropuerto La Carlota hacia República Dominicana en la Vaca Sagrada. 

Nadie ha dormido la noche del 22 de enero, porque todo el mundo sabe o sospecha lo que va a suceder. Apenas se confirma que Pérez Jiménez se ha marchado, un pueblo enardecido se va para la Seguridad Nacional y lincha a muchos de los torturadores en medio de un total desorden y un gran tiroteo donde hay varios muertos, pero la rabia reprimida puede más que el miedo. 

En cuanto a Estrada, poco tiempo después se va para Miami temiendo ser extraditado, pero allí es avisado de que el gobierno venezolano está haciendo gestiones para traerlo al país y que pague sus crímenes, por lo cual parte para Francia dejando a Alicia en estado avanzado de embarazo. De hecho, al poco tiempo de la partida de Estrada nace su hija Carolina.

Finalmente se reúnen todos en París y el gobierno francés le otorga asilo por considerarlo útil para organizar la policía política en ese país, motivo por el cual no puede ser reclamado por Venezuela.  

Como conclusión, resulta oportuno resaltar que el 31 de diciembre de 1957 Pérez Jiménez sabía que la situación era difícil y que había mucho descontento, pero pensaba que lo tenía todo bajo control y que nunca iba a ocurrir un desenlace como el sucedido. La primera moraleja es que, como dice la canción de Héctor Lavoe, “todo tiene su final” y puede pasar en el momento menos esperado. La segunda es que los torturadores, cuando les llega la hora y pierden el poder, no tienen lugar para esconderse.

Referencias:

ADN Venezolano. (2017, 28 agosto). Tres historias de casas embrujadas que debes conocer. https://adnvenezolano.wordpress.com/2017/08/28/tres-historias-de-casas-embrujadas-que-debes-conocer/

 

Correo del Orinoco. (2020, 22 enero). La hora final de los ”enconchados” de la dictadura de Pérez Jiménez. http://www.correodelorinoco.gob.ve/la-hora-final-de-los-enconchados-de-la-dictadura-de-perez-jimenez/

 

IAM Venezuela. (s. f.). Quinta Castillete. https://iamvenezuela.com/2016/02/quinta-castillete/

 

Ramírez, M. (2021, 12 mayo). El miedo que nos enseñó la Seguridad Nacional. A propósito del 23 de enero. https://www.fundacionciev.com/el-miedo-que-nos-enseno-la-seguridad-nacional-a-proposito-del-23-de-enero/

 

Rodríguez, M. (2018, 22 enero). 12 DATOS PARA RECORDAR EL 23 DE ENERO DE 1958. https://elucabista.com/2018/01/22/12-datos-historicos-recordar-23-enero-1958/

 

Sánchez, A. (2019, 23 febrero). Pedro Estrada y sus dos caras: un sabueso y un galán. https://www.elnacional.com/papel-literario/pedro-estrada-sus-dos-caras-sabueso-galan_271763/

 

Socorro, M. (2020, 23 enero). La última fiesta del dictador Marcos Pérez Jiménez. https://elestimulo.com/climax/adios-presidente/



miércoles, 19 de mayo de 2021

El yerbatero Telmo Romero y los locos de Caracas

 

Asilo de Enajenados de Los Teques

En la historia de la psiquiatría del país existe un peculiar, y por cierto muy nefasto personaje, que dirigió el destino de una gran cantidad de internados en el Asilo de Enajenados de los Teques, la primera institución creada especialmente para atender a los dementes por Antonio Guzmán Blanco en el año 1876. 

Telmo aplicó terribles tratamientos para la supuesta cura de los locos, y quedó registrado en los anales de la historia que logró la recuperación de un grupo importante de ellos. Fue hombre de la total confianza del Presidente Joaquín Crespo; escribió un exitoso libro, ocupó cargos importantes, y casi llega ser Rector de la Universidad Central de Venezuela.
 

Qué es la locura 


No está muy claro de dónde proviene el término “loco” y existen varias teorías al respecto. Por un lado está la que afirma que su origen es “elocus”, cuyo significado en latín es somnoliento, insomne o lunático, ya que en la antigüedad se creía que la luna y los astros eran causas determinantes de la demencia. También se piensa que puede derivar del verbo latín “loqui”, que significa charlar en demasía, y de él nace “soliloquio” lo que equivale a “hablar solo”. 


En cualquiera de los dos casos, hasta finales del siglo XIX “locura” implicaba la transgresión de las normas sociales, así como mostrar conductas atípicas. Esto era interpretado como consecuencia de enajenación mental o pérdida de la razón,  no importando el tipo de trastorno mental que el individuo padeciera, puesto que los mismos no estaban clasificados, aunque médicos destacados hicieron importantes aportes al respecto incluso desde el siglo XI. 

Por otra parte, la palabra “manicomio” proviene del griego: mani = manía y comio = komion (lugar donde cuidan), por lo que este vocablo se traduciría como: lugar donde se encargan de los locos. Pero éste viene a ser un término de uso relativamente moderno, ya que es a partir del año 1700, en la época de la Ilustración, que se empieza a concebir la psiquiatría como una nueva disciplina en el campo de la medicina y se comienza a utilizar esta palabra para los sitios de reclusión. 

Pero durante muchos siglos siguieron predominando las ideas medievales acerca de que la locura correspondía a una posesión demoníaca, o en última instancia a un castigo divino por los pecados cometidos.  Los locos iban a parar a las cárceles, junto con los mendigos y los malhechores, aunque las clases pudientes construían habitaciones alejadas para el aislamiento de los enajenados, o los mandaban a los conventos donde eran encerrados en celdas. 

La locura en Venezuela


Durante la Colonia, en Venezuela los locos corrieron idéntica suerte en cuanto a su reclusión en cárceles o conventos, lo que se prolongó hasta ya muy avanzado el siglo XIX. Es en 1862 cuando por primera vez se legisla sobre la materia de la locura, con la emisión de un decreto de José Antonio Páez estableciendo que: “El demente no puede ser privado de su libertad personal, sino cuando se teme que se dañe a sí mismo, o cause peligro o incomodidad a otros. Ni encerrado, ni atado, sino momentáneamente, mediante autorización judicial para cualquiera de estas medidas.” 

Luego, en el año 1873, Antonio Guzmán Blanco saca otra regulación determinando que: “Cuando el loco hubiere ejecutado un hecho que equivalga a delito grave, el Tribunal decretará su reclusión en uno de los hospitales o establecimientos destinados a esta clase de enfermos, del cual no podrá salir sin previa autorización del mismo Tribunal”. 

En Caracas, el primer sitio para la estadía de los locos fue un área especial dentro de la Casa de Beneficencia, ubicada en la Plaza San Jacinto, en lo que anteriormente había sido el Convento de los Dominicos

Convento de San Jacinto en 1857


Posteriormente, en 1876, Guzmán Blanco inaugura el nefasto Asilo de Enajenados de Los Teques, al lado del cual las cárceles hubieran sido un paraíso, especialmente durante el período 1884-1886 en que Telmo Romero fue su Director, aunque muchos estaban convencidos de que Telmo era un sabio. El sitio se ubicaba justamente donde hoy se encuentra la Plaza Guaicaipuro de Los Teques, por lo que los restos de la casa quedaron sepultados debajo de la misma. 

Quién fue Telmo Romero 


Este personaje, que ni siquiera era médico, había nacido en San Antonio del Táchira en el año 1846. Fue comerciante en la frontera colombiana y, según decía, vivió mucho tiempo en La Guajira aprendiendo los secretos de los piaches wayúu. Escribió un libro de 200 páginas que lo hizo famoso, cuya publicación sufragó con su propio dinero y se agotó en poco tiempo. En dicha obra, titulada “El Bien General” (1883), se encontraban muchas recetas para quitar todos los males. Murió en 1887, casualmente de tuberculosis, una enfermedad que se jactaba de curar. 


Telmo Romero


Cuentan que su cercanía con el Presidente Joaquín Crespo se debía a que sanó a uno de sus 12 hijos, y también a que Crespo era hijo de un brujo del pequeño pueblo del estado Aragua donde nació. Lo cierto es que para 1883 ya Telmo Romero era Director del Hospital de Lázaros (leprosos) de Caracas, y luego, de forma simultánea, a partir de 1884, del Asilo de Enajenados de Los Teques. Salió de estos cargos cuando Antonio Guzmán Blanco se volvió a encargar de la Presidencia en 1886.

El famoso yerbatero de Los Teques hizo pingüe negocio con Crespo en la Presidencia. Se compró la “Farmacia La Indiana”, ubicada en la Esquina de Las Madrices; en su contrato de trabajo negoció una sustanciosa prima especial de dinero por cada loco que curara; y además se le concedía la exclusividad en la elaboración de todas las fórmulas medicinales que administrara a los pacientes. Por otra parte, tenía la total libertad para aplicar los procedimientos que considerara adecuados a los fines de que los locos “sanaran” rápidamente. 

Cuando Telmo llegó al Asilo se encontró con 81 internados, asegurando que en menos de un año tendría a por lo menos 20 curados. Lo cierto es que así parece haber sucedido, lo cual fue ratificado por profesores de la Universidad Central que fueron a constatarlo. En la tercera edición de su libro aparecen todos los recuperados retratados, y Telmo comenta sobre los casos, entre los que se encuentra uno que siempre estaba amarrado, e incluso con grillos y esposas mató a un compañero, así como otro maníaco que escuchaba voces amenazándolo de muerte.  

Esta sanación podría interpretarse como una falsa maniobra, aunque el testimonio del que era el guardián del asilo cuando llegó el nuevo Director, apoya la tesis de la curación. Lo cierto es que Telmo Romero seguía ganando fama y se comentaba que pronto llegaría a ser Rector de la Universidad o por lo menos Decano de la Facultad de Medicina. 

Por esta razón, los estudiantes se dedican a pedir de casa en casa que les donen los libros de Telmo y, el 10 de marzo de 1886, con motivo del centenario del nacimiento de José María Vargas, hacen una gran pira en la universidad y queman todos los textos. Además, no contentos con eso, se llegan hasta la Esquina de Las Madrices y destrozan la farmacia del yerbatero. 

El Asilo de Enajenados de Los Teques 


La casa donde estaba ubicado el asilo era bastante larga, aunque no muy ancha, con techo bajo de tejas. En su fachada tenía ventanas de balaústres y algunos tragaluces, y en la parte posterior había un pequeño jardín, bautizado como Plaza Crespo, al que salían los locos no violentos a tomar el sol. 

En aquella época ni siquiera existía el electroshok y los únicos tratamientos permitidos eran las mangueras de agua fría y caliente. Por otra parte, estaba expresamente prohibido poner grillos o esposas, aceptándose la camisa de fuerza como único recurso para inmovilizar, pero ésta no era la norma que seguía Telmo. 

Una investigación que se llevó a cabo poco tiempo después de la partida de Telmo, y que está publicada en un Boletín de la Academia Nacional de la Historia, puso al descubierto todas las barbaridades cometidas por este yerbatero.
 
Entre ellas: sacar los dientes a los pacientes sin anestesia cuando se alteraban, para inmovilizarlos con el dolor; aplicar hierros calientes en la piel; cortar el pelo a rape, abrir una herida en la cabeza y ponerlos a sangrar bajo el agua hasta dejarlos medio muertos; y clavar el cráneo con agujas de acero, porque había leído que éste era un remedio eficaz.

Los habitantes de las casas aledañas narraban que no podían dormir por los gritos de terror que salían del asilo durante toda la noche. Luego, cuando Telmo fue despedido, el lugar quedó en total abandono y los locos se escapaban muertos de hambre, mugrientos y casi desnudos, sembrando el pánico en todo el vecindario que, por una parte querían socorrer a los pobres desamparados, y por la otra sentían mucho temor de ser atacados.
 
Pero también hay otro Boletín de la Academia Nacional de la Historia que cuenta el testimonio de Miguel Wenceslao Castro, quien tenía cuatro años como guardián cuando llegó Telmo y habla de los pacientes que fueron recuperados; incluso dice que se comenzó a ver la mejoría al poco tiempo de llegar el yerbatero. 

Los pacientes curados por Telmo Romero 


Cabe pensar que es posible que ambas versiones sean ciertas: que sanaran los menos graves o más dóciles y que se hayan aplicado los terribles tratamientos a los más reticentes, o también que los locos se hayan curado para salir de aquel infierno. El señor Miguel Castro hace la siguiente descripción de los internos que se curaron:

  1. Cayetano Sagal: Padecía de furia con permanente insomnio.
  2. Pío Nono Álvarez: Era pacífico. Se creía inmensamente rico y dictaba leyes.
  3. José Ignacio Pérez: Maníaco furioso, oía voces que lo amenazaban.
  4. José de Jesús Laviera: Nunca hablaba, siempre estaba ensimismado y deseaba morir.
  5. Andrés Antonio Lovera: Enajenado sin furia, con la mirada extraviada y se negaba a comer.
  6. Ignacio Correa: Era pacífico pero enfurecía fácilmente y se paseaba continuamente.
  7. Agustín Vileda: Loco furioso, amenazaba a todo el que se le acercara. Estuvo con grillos.
  8. Manuel Castro: Vivía sumido en una profunda tristeza y no comía.
  9. J. C. Golis: Loco furioso, rompía todo y jamás dormía. Estuvo encadenado.
  10. Jesús M. Rachadell: Furioso, hablaba disparates y no podía ser contrariado. Estuvo esposado.
  11. Juan Alonzo: Demencia completa, comía gusanos y vivía desnudo.
  12. Visitación Reyes: Total delirio, manifestaba deseos de matar e intentó escaparse. Estuvo con grillos.
  13. Gerónimo Blanco: Tenía el sueño de hacer largos viajes con muchos soldados. Conversaba con el mar y con la luna.
  14. Clemente Rodríguez: Hablaba de religión y de política. Se paseaba por una línea que dibujó en el patio.
  15. Ignacio Antuna: Furia terrible, idea constante de hacer daño. Estando con grillos y esposas, logró coger un pedazo de tabla y mató a otro enajenado.
  16. Estanislao Rodríguez: Manifestaba deseos de matar y de robar. Su conversación versaba siempre sobre asesinatos. Estuvo muchos días con grillos y esposas.
  17. Manuel Santana: Se creía predicador, hablando siempre con gritos y vociferaciones. Nunca dormía e ignoraba su nombre. 
  18. Gregoria Linares: Pacífica pero jamás dormía y se negaba a comer.
  19. Isabel Seijas: Se creía santa y era insolente. 
  20. Paulina Cartay: Nadie se le podía acercar, porque pensaba que esto la deshonraba.  Aborrecía su familia. 

En el año 1890 se encargó temporalmente de la Presidencia de la República el Dr. Guillermo Tell Villegas Pulido y subió hasta Los Teques para supervisar el lugar, encontrando una escena dantesca. Narró que había muchos pacientes amarrados y engrillados, que la mayoría de las habitaciones tenía el suelo de tierra, y que la pestilencia, entre las necesidades que hacían los locos en todas partes y su falta de aseo, era insoportable. Además, todos estaban famélicos y harapientos. Inmediatamente tomó medidas para mejorar las condiciones y se dio a la tarea de buscar un sitio idóneo en Caracas para traerlos.

El Asilo de Enajenados de Caracas, el Manicomio y el Psiquiátrico 


Para el año 1892, Villegas Pulido ya ha conseguido acondicionar un sitio que le han cedido para instalar el Asilo de Enajenados de Caracas. Se trata del antiguo hospital militar, ubicado en la Planicie de Catia, cuya estructura ya no existe. Así que, el 17 de septiembre de ese año, contrata un tren exclusivo para que viajen todos los locos desde Los Teques hasta Caracas, junto a los enfermeros y un grupo de militares que garantizan la seguridad. Es de imaginar que ese paseo fue sumamente disfrutado por el grupo de 30 pacientes que, para la fecha, quedaban en el asilo. 

Las condiciones de vida de los internados mejoraron notoriamente desde ese año, aunque aún con bastantes carencias y limitaciones. El nuevo local tenía algunos problemas de agua, no había un drenaje adecuado de las cloacas y no contaba con un laboratorio. Por todas estas condiciones, y porque ya venían con muchos problemas, empezaron a padecer de sarna, paludismo, tifus y amebiasis. El hospital da un vuelco importante cuando José Francisco Torrealba –conocido como “el sabio Torrealba”- es nombrado Director en 1924.

Pasan los años, mientras se va construyendo la nueva sede en el sector de Lídice en La Pastora, el cual tomará el nombre de Manicomio por las instalaciones del hospital, que luego se llamará Hospital Municipal Psiquiátrico y finalmente Hospital Psiquiátrico de Caracas. Se mudan desde Catia, en 1938, a las modernas instalaciones diseñadas por los arquitectos Carlos Raúl Villanueva y Herman Blasser. En este nuevo local se profesionaliza la atención a los pacientes, y hasta tienen talleres para la terapia ocupacional, un grupo de teatro y un salón de belleza. 

Hospital Psiquiátrico de Caracas 


Mientras tanto, se han graduado médicos que serán decisivos para el desarrollo de la Psiquiatría en Venezuela, como por ejemplo el Dr. Francisco Herrara Luque, entre muchos otros. No aún como psiquiatras, puesto que la  cátedra se funda en el año de 1940, tomando como escuela de prácticas al Hospital Psiquiátrico de Caracas. Éste fue un centro de atención de avanzada, contando con hospitalización, consultas externas, emergencia, servicios de psicología, recuperación del alcoholismo y drogas, modernas cocinas, un gran comedor, amplios espacios para la recreación, capilla y un restaurante. 

Lamentablemente, las noticias de los últimos años no han sido muy buenas. El hospital se ha deteriorado considerablemente en todas sus instalaciones y servicios: falta el agua y frecuentemente de luz; clausura de los sanitarios; camas y colchones totalmente inservibles; una casi nula alimentación para los pacientes; y falta de sedantes que los obliga a volver a estar amarrados a una cama o encerrados en un pequeño cuarto tipo celda. 

Referencias:

ABC Internacional - Jorge Benezra. (2019, 3 agosto). El Psiquiátrico de Caracas aterra. https://www.abc.es/internacional/abci-psiquiatrico-caracas-aterra-201908030133_noticia.html

 Andara, C. (2015, 20 noviembre). Andanzas y aventuras del brujo, yerbatero y curandero Telmo Romero. https://issuu.com/mcandara/docs/banh_366. https://issuu.com/mcandara/docs/banh_366

De Oliveira, C. (s. f.). La historia de la psiquiatría en Venezuela. https://vitae.ucv.ve/pdfs/VITAE_2079.pdf. https://vitae.ucv.ve/pdfs/VITAE_2079.pdf

Fundación Arquitectura y Ciudad. (2018, 29 noviembre). 1938• HOSPITAL MUNICIPAL PSIQUIÁTRICO, LÍDICEhttps://fundaayc.wordpress.com/2018/11/29/1938%E2%80%A2-hospital-municipal-psiquiatrico-lidice/

Marietán, H. (2004, octubre). Historia de la psiquiatría. https://alcmeon.com.ar/11/44/08_marietan.htm#:~:text=J.,la%20paranoia%20y%20la%20depresi%C3%B3n



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