miércoles, 23 de septiembre de 2020

Totalitarismo: cuatro famosos que cambiaron al mundo

 


 

 


En la Europa de la primera mitad del siglo XX se manifestaron movimientos políticos que desembocaron en gobiernos totalitarios, los cuales cambiaron el devenir histórico, tanto del continente europeo como del mundo.

 ¿Cómo hombres de carne y hueso pudieron imponerse, dominar a las masas e instaurar regímenes que inspiraron terror? ¿Existe alguna predisposición  humana que lo haya permitido? Es un interesante fenómeno que  ha sido analizado. 

Muchos años después de haber desaparecido los líderes políticos que protagonizaron los acontecimientos iniciados  con el triunfo de la Revolución de Octubre de 1917 en Rusia, seguidos de célebres dictaduras y la Segunda Guerra Mundial, aún existen múltiples heridas abiertas por los terribles sucesos acaecidos en este período.

Igualmente, todavía hay personas que se declaran  fieles partidarias de las ideas de los hombres claves de esta parte de la historia, que minimizan o tratan de obviar ciertos episodios de la misma. 

Mucho se ha escrito sobre los penosos capítulos vividos por millones de seres humanos, víctimas de la represión generada por los regímenes que se impusieron; menos sobre cuáles fueron las ideas y los móviles que impulsaron a los protagonistas de  los eventos.  

 

 

INDICE DE CONTENIDO

1.     Ideas y paradigmas.

1.1.      Johann Gottfried Herder.

1.2.      Georg Wilhelm Friedrich Hegel.

1.3.      Charles Robert Darwin.

1.4.      Karl Heinrich Marx.

1.5.      Giovanni Gentile.

 2.     Conceptos y símbolos de los principales partidos.

2.1.      Comunismo.

2.2.      Fascismo.

2.3.      Nazismo. 

3.     Psicología del dictador.

3.1      Psicoanalistas: Sigmund Freud.

3.2      Neurólogos:     Seth David Norrholm.

3.3      El arquetipo:    Carl Jung. 

4.     Vidas y perfiles de los dictadores famosos.

4.1.      Vladimir Ilich Uliánov (Lenin).

4.2.      Iósif Vissariónovich Dzhugashvili (Stalin).

4.3.      Benito Amilcare Andrea Mussolini.

4.4.      Adolf Hitler. 

5.     Control de Masas:     Gustave Le Bon.

 6.     Miedo a la libertad:   Erich Fromm. 

 

 

1.    Ideas y paradigmas.

          “Las ideas no son responsables de lo que los

              hombres hacen con ellas”.  

                     Werner Karl Heinsenberg (1901-1976)

Uno de los pensadores que mayormente constituyó la base  para el fundamento teórico de los movimientos políticos, que a partir del año 1917 desembocaron en regímenes totalitarios,  fue Hegel. Los postulados de este filósofo sirvieron de sustento, tanto para la teoría de Karl Marx, como para el fascismo de Benito Mussolini.

Por otra parte, Giovanni Gentile es un filósofo neo-hegeliano poco conocido; sin embargo fue de gran relevancia para la concepción del fascismo ya que,  junto a Benito Mussolini, concibió la doctrina de este movimiento. 

Igualmente, los conceptos de Herder, así como las investigaciones llevadas a cabo por Charles Darwin, que originaron su teoría de la evolución, fueron importantes insumos para que el nazismo tuviera un respaldo filosófico y científico en cuanto a su pensamiento de que existía una raza superior.

1.1.      Johann Gottfried Herder (1744-1803)


Herder fue el filósofo, teólogo y crítico literario de origen polaco que se interesó por primera vez en estudiar la relación de la especie humana con su medio natural, por lo cual se le considera el padre de la antropología.

Postuló que el desarrollo dependía del medio ambiente pero, una vez que la etnia había adquirido sus particularidades, éstas permanecían fijas e inmutables. En base a ello, llegó a la conclusión de que existían diferentes razas y que cada una de ellas tenía su propio ideal de vida.

Para Herder, el centro privilegiado de progreso era Europa, por sus condiciones climáticas y geográficas, y sólo en este continente el hombre era un ser verdaderamente histórico, mientras que del resto del mundo provenían culturas estáticas que nunca contribuirían con el avance de la civilización.

1.2.      Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831)       


   

Hegel fue un filósofo idealista alemán que desarrolló una original teoría acerca del progreso de la Historia,  considerando que la evolución de la especie humana no dependía de la naturaleza, sino de la voluntad del hombre y de sus pensamientos.

Por lo tanto,  según Hegel, el estudio de la Historia no era tanto conocer los acontecimientos que sucedieron a causa de la acción de los hombres, sino comprender lo que ellos pensaban y por qué lo hicieron, lo que se constituyó en una nueva disciplina denominada Filosofía de la Historia.

Pero lo más relevante de sus ideas, utilizado igualmente  por el marxismo y por el fascismo, fue su concepto de la dialéctica: relación que se establece entre las mentes pensantes y los eventos de la realidad, donde cada etapa depende de la solución a las contradicciones de las circunstancias anteriores.

 1.3.      Charles Robert Darwin (1809-1882)

 


Darwin, biólogo naturalista y geólogo inglés,  es el autor de la obra: “El origen de las especies por medio de la selección natural, o la preservación de las razas preferidas en la lucha por la vida” (1859), cuyo título completo ya se explica por sí mismo. Esta obra  es conocida como “El origen de la especies”.

Charles Darwin viajó durante cinco años consecutivos a bordo del Beagle y llegó a muchas conclusiones importantes para la época, siendo una de ellas que cada especie reproduce a más individuos de los que pueden subsistir, lo que ocasiona una lucha por los recursos donde sólo sobreviven los más fuertes. 

Los postulados de Darwin fueron adaptados por varios teóricos al campo de lo social, concluyendo que existían razas superiores que eran las que debían perdurar.

1.4.   Karl Heinrich Marx (1818-1883)



Marx  nació en un reino alemán conocido como Prusia. Pertenecía a una familia judía pudiente y  su abuelo paterno era rabino. Fue filósofo y sociólogo. Sus teorías más importantes fueron desarrolladas en Inglaterra, donde conoció a Friedrich Engels (1820-1895) quien le aportó los conocimientos de economía.

Marx criticó fuertemente a Hegel, que era idealista, pero adaptó el concepto de la dialéctica al materialismo, considerando que todo lo que mueve al hombre son las contradicciones de índole económica. Lo espiritual es secundario y las ideas van a surgir a consecuencia del orden social, no al contrario.  

Otras de las fuentes con las que Marx nutre su filosofía son los preceptos revolucionarios franceses, así como el modo de producción de las sociedades primitivas y  los movimientos comunales que se habían originado en Inglaterra en el año 1649 con la irrupción de los “diggers”.

Estos últimos, conocidos también como “cavadores”, habían proclamado un estilo de subsistencia donde todos trabajaban y luego el producto del esfuerzo mancomunado era repartido según la necesidad de cada quien.

Se dice que esta visión de los “diggers” inspiró a todas las corrientes de vida comunal durante los siglos posteriores, incluyendo al movimiento Hippie de la década de 1960.

1.5.   Giovanni Gentile (1875-1944)



Gentile fue un filósofo, educador y político italiano, que concibió, junto a Benito Mussolini, la doctrina del fascismo, basada en gran parte  en la dialéctica de Hegel. En este caso, la contradicción a ser resuelta era la referente a la individualidad versus el rol del Estado.

 Para Gentile, el hombre no es nada fuera de la sociedad, ya que la naturaleza representa un aislamiento que lo amenaza y contra la que en soledad no tiene defensa, por lo tanto en ella el individuo no es libre ni tiene derechos.

 La Nación es lo que engrandece al ser humano, pero ésta requiere de disciplina, por lo que hay que someterse a su autoridad y obedecer las leyes, lo cual constituye la verdadera liberación y conducción al concepto de humanidad.

 2.    Conceptos y símbolos de los principales partidos

 El símbolo  es  un  signo  que  establece una relación

  de identidad con una realidad, generalmente abstracta,

  a la que evoca o representa, y que trasciende al objeto

  simbolizado”.

                       Spanish Oxford Living Dictionaries

 2.1. Comunismo


La hoz y el martillo. Símbolo del comunismo

 

Comunismo proviene de comuna, comunal, lo que es común a todos, y su concepción, según la teoría marxista, se remonta a los tiempos  primitivos, en los cuales no existía la propiedad privada.

Así mismo, el comunismo está relacionado con los movimientos comunales que se sucedieron en Inglaterra en el siglo XVII y con algunas utopías posteriores que visualizaban a la sociedad como una gran comunidad donde todos los bienes se distribuían equitativamente.

El concepto de comunismo existe mucho antes de que apareciera Marx como ideólogo, pero más tarde fue sinónimo de marxismo ya que todos los partidos comunistas adoptaron la línea de pensamiento de Marx y Engels.

A partir de la revolución rusa de 1917, el símbolo más importante del comunismo es una hoz y un martillo que se sobreponen para indicar la unión de los trabajadores del campo con los obreros. Siempre se utiliza un fondo rojo, que es indicativo de rebelión y proviene de los radicales –jacobinos- de la Revolución Francesa (1789-1799).  

Por otra parte, existe un saludo que identifica a los comunistas, el cual consiste en alzar el puño y que se remonta a tiempos muy antiguos; se asume que el mismo se origina en la región de Mesopotamia donde significaba resistencia.

Contrariamente a lo que mucha gente piensa, los comunistas levantan el puño de la mano derecha, no el de la izquierda que es alzado por los socialistas, trotskistas e independentistas.

2.2. Fascismo

 


Fasces romano. Símbolo del fascismo

 

El fascismo es el movimiento social y político que se origina en Italia a partir de la fundación, en el año 1921, del Partido Nacional Fascista por parte de Benito Mussolini. Su nombre deriva de la palabra fascio y ésta de fascis, que significa haz o manojo y que al mismo tiempo es el símbolo del fascismo.

 El fascio proviene del tiempo de los romanos y era un racimo de veinte varas de olmo o abedul unidas con un lazo de cuero rojo, que representaban a los  veinte pueblos que conformaban el Imperio.

 Mussolini se propone “asegurar la grandeza moral y material del pueblo italiano”; niega la lucha de clases e implementa una política paternalista destinada a proteger a toda la Nación, conciliando las necesidades  de los trabajadores con el interés de los empresarios.

 La idea era que los dueños de las empresas pudieran generar mayores ingresos y que los asalariados ganaran lo necesario para llevar una vida digna, lo que se lograba mediante  una fuerte disciplina y obediencia absoluta al Estado, ya que éste garantizaba la justicia social.

El saludo fascista también está inspirado en la antigua Roma, cuando se usaba, a modo de reverencia, extender el brazo derecho con la palma de la mano hacia abajo. Posteriormente se populariza en Italia, en el año 1919, a través de un grupo nacionalista, y luego Mussolini lo adopta como forma oficial de saludar y demostrar la adhesión a su partido.

 2.3. Nazismo


 

Esvástica. Símbolo del nazismo

 

Nazismo significa nacionalsocialismo en forma resumida. Es un movimiento fundado en el año 1920 con el nombre de Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, del que Hitler fue líder a partir de 1921, y cuyo programa, que constaba de veinticinco puntos, resultaba atractivo para un importante porcentaje de las clases populares y medias alemanas.

Entre los aspectos más relevantes que se proponía el nazismo estaban los siguientes: a) unificación de la “Gran Alemania”; b) el Estado garantizaría el bienestar de todos; c) educación y salud gratuita; c) pensiones dignas para los jubilados; d) reforma agraria con la expropiación de terrenos de utilidad pública; e) sólo los miembros de la raza aria podían considerarse ciudadanos y los no-ciudadanos debían ser expulsados.

La esvástica es el símbolo nazi más importante, siendo adoptado por Hitler desde los inicios de su partido, aunque ya estaba en uso por parte de algunos grupos nacionalistas que tenían peculiaridades místicas: la esvástica posee significado religioso para ciertas culturas antiguas.

En la región de Mesopotamia fueron halladas piezas del período neolítico  con la figura de la esvástica. Igualmente, este símbolo, conocido también como cruz gamada,  se encuentra en las iglesias románicas y góticas. 

Por otra parte, la palabra esvástica en sánscrito significa “bienestar”, “buen auspicio” o “prosperidad”.

Respecto al saludo nazi, también se popularizó el brazo extendido con la palma de la mano hacia abajo a la usanza romana y fascista, pero en este caso se acompañaba de la frase “Heil Hitler” (salve Hitler) pronunciada de forma enfática y en tono alto de voz. 

3.    Psicología del dictador

 

Pintura de John William Waterhouse sobre el mito de Narciso

 

Estudiar la personalidad de los dictadores  ha sido de gran interés, especialmente para la psiquiatría, ya que aunque cada uno de ellos tiene sus  particularidades en cuanto a carácter y cultura, reflejan muchas características comunes.

El rasgo más importante que todos los estudiosos destacan es un exacerbado narcisismo: los dictadores consideran que son personas muy importantes, con cualidades especiales, que necesariamente deben inspirar en los demás la misma admiración que ellos sienten hacia sí mismos.

Los psiquiatras  coinciden en que el narcisismo es un trastorno de la personalidad, que implica conductas típicas tales como el odio irracional hacia quienes no concuerdan con las ideas de quienes lo padecen, lo que los convierte en seres vengativos.

Así mismo, los narcisistas evidencian falta de empatía para poder entender los sentimientos de otros y un miedo irracional hacia posibles traiciones por parte de elementos de su entorno.

No está muy claro de donde proviene el trastorno narcisista y se alegan posibles causas que van, desde conflictos emocionales no superados, hasta deficiencias en el funcionamiento del cerebro. En general, se considera que la conducta de los dictadores oscila entre la neurosis y la psicosis.

A consecuencia del narcisismo, en todas las dictaduras se practica el culto a la personalidad, para lo cual son necesarias estructuras que incluyen la contratación de “influencers”, un fuerte aparato propagandístico, múltiples eventos masivos, y repetición continua del mismo discurso por parte de todos los que conforman el gobierno, alabando siempre al jefe.

Se trata de reforzar el mesianismo del líder, que aparece como el salvador de la patria, y sin cuya presencia todo se iría a pique. Siendo importante resaltar que estos “héroes” generalmente aparecen cuando existen condiciones difíciles o inestables en un país, las cuales aprovechan.

Según los estudiosos, otros indicativos comunes de las dictaduras son la definición de algún enemigo importante al que hay que combatir en unidad, así como un pronunciado culto hacia los valores tradicionales y/o nacionalistas, y una importante dosis de represión.

Esta represión,  aunque dependiendo del tipo de proceso, se manifiesta con mayor fuerza al principio, para eliminar a los enemigos. Luego amaina, en relación al control logrado,  y posteriormente se vuelve a incrementar en la medida que los  dictadores van perdiendo popularidad.

Algo interesante que también aducen ciertos psiquiatras es que no todos los dictadores pretenden serlo desde un principio, sino que poseen cierta tendencia en la estructura de su personalidad  y,  cuando se dan cuenta del poder que han logrado, el cerebro reptil se apodera de su mente. 

3.1.      Psicoanalistas:

 

Sigmund Freud (1856-1939)


Para Freud, todas las neurosis y psicopatías que se desarrollan en los hombres son producto de problemas no resueltos durante la niñez. En este sentido agrega que, aunque los elementos que causaron la perturbación ya no existan, el adulto los conserva en el inconsciente. 

Suele suceder que el individuo mantiene reprimido por largo tiempo su trauma, pero por alguna circunstancia imprevista el mismo se desborda, se apodera de la personalidad  y el sujeto pasa a ejercer una especie de venganza contra la vida.

Indica Freud que los dictadores presentan frecuentemente esta condición, desarrollando patrones paranoides de conducta, que los hace violentos e impulsivos. Así mismo,  pueden mentir con gran facilidad pero es porque en realidad se mienten a sí mismos.

Otra característica resaltante en los individuos paranoides es que son proclives a inventarse historias de complot, en las que creen firmemente, por lo que no tienen reparos en asesinar a los que consideran enemigos.

3.2.      Neurólogos:  


 Seth D. Norrholm (1973)


El  Dr. Norrholm es un médico psiquiatra y neurólogo de la universidad Emory en Atlanta (EE.UU), que ha estudiado el cerebro de pacientes psicópatas, llegando a la conclusión de que los mismos presentan daños en la región del lóbulo frontal: la zona encargada de dominar los impulsos agresivos.

En estos casos, la amígdala del lóbulo temporal, que es el lugar donde se producen emociones como el miedo y la rabia, se apodera de los patrones de comportamiento del sujeto, haciendo que éste pierda su capacidad de tener bajo control aspectos de tipo moral.

No existe certeza acerca de por qué sucede este fenómeno, pudiendo deberse a problemas genéticos o también a conflictos emocionales importantes, pero es definitivo que alguien con baja actividad en el lóbulo frontal del cerebro está predispuesto a comportamientos psicopáticos.

Según las observaciones de Norrholm, estos individuos son personas que proyectan  mucha energía y que reflejan una gran confianza en sí mismos, al tiempo que poseen una gran ambición de poder y son mentirosos profesionales, los cuales son  rasgos típicos de los dictadores.

3.3.       El arquetipo:  

 

Carl Jung (1875-1961)

 

Jung, de origen psicoanalista y que fue alumno de Freud, divide la mente humana en tres niveles: a) el área consciente, donde procesamos los conocimientos; b) el inconsciente personal donde se  registran las impresiones; c) el inconsciente colectivo que contiene nuestra memoria como especie humana y se remonta a millones de años.

Este famoso psiquiatra  nos habla de los arquetipos como aquel modelo que está grabado en el inconsciente colectivo y que, a través del viaje de la vida, se le va revelando a cada individuo. Uno de los arquetipos es el del héroe, equivalente al líder.

El líder, como el héroe, es un salvador que en algún momento de su existencia recibe una especie de llamada sobrenatural, la cual lo hace arrojarse a la hazaña para la que se siente predestinado. El inconsciente del héroe lo arrastra a una batalla donde debe derrotar, a costa de lo que sea, las fuerzas que según su razonamiento representan al mal.

Cada héroe nace según las circunstancias específicas de la época y el lugar, y siempre cambia el destino. A esta categoría de hombres pertenecen los líderes históricos.

En el caso de los dictadores que se analizan, el arquetipo de héroe  estaría mayormente  presente en los “creadores”: Lenin, Mussolini y Hitler; no tanto en Stalin que simplemente aprovechó el legado del primero.


4.  Vidas y perfiles de los dictadores famosos.

              “El totalitarismo no puede renunciar a la violencia.

                Si lo hiciera, perecería. La eterna ininterrumpida

               violencia, directa o enmascarada, es  la  base  del

               totalitarismo”

                              Vasili Grossman (1905-1964)

4.1.      Vladimir Ilich Uliánov (Lenin 1870-1924)

 



Vladimir Ilich, apodado Lenin que quiere decir: “el que pertenece al río Lena”, fue un abogado y político ruso que descendía de una familia de clase alta, ya que su padre era integrante de la pequeña nobleza y ejercía un cargo burocrático en la época zarista.

Lenin fue un joven común y corriente, religioso y amante de la literatura clásica, hasta que, cuando contaba con dieciséis años, un hecho terrible marcó su vida: su hermano mayor fue condenado a muerte por el régimen del zar, ya que se implicó en un grupo revolucionario.

Es obvio que este evento definió el futuro de Lenin, así como el de Rusia, e hizo nacer la semilla que treinta y dos años más tarde provocó la ejecución de la familia Romanov.

A partir de la muerte de su hermano, Lenin también se une a los grupos revoltosos y se involucra con el pensamiento de de Karl Marx, especialmente a través de “El Capital”, para en el año 1917 ser el líder de la Revolución Bolchevique.  

Los bolcheviques, que quiere decir “miembros de la mayoría”, eran los partidarios del ala radical del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, tal cual los jacobinos franceses.  Los lemas de la Revolución de Octubre fueron: “paz, pan y tierra” y “todo el poder para los soviets”.

Los soviets eran las asambleas de obreros, campesinos y soldados que dieron el nombre a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas –URSS por sus siglas- fundada por Lenin a finales de 1922 y  de la que fue el primer jefe, pero por poco tiempo ya que muere de un accidente cardiovascular dos años más tarde.

Lenin inició un activo plan hacia la industrialización de Rusia. De las personas que estuvieron cerca de él, y que dejaron sus testimonios, se recoge que era un individuo muy educado y de mente brillante; pero también que  tenía  episodios  de furia y era fanático e intransigente con sus ideas.  

Así mismo, estos allegados dejaron constancia de que, aunque apenas ganada la revolución fueron eliminados físicamente muchos adversarios, Lenin no tenía instintos sádicos, sino que ejecutar a los contrarios al régimen fue más bien una medida profiláctica y ejemplarizante: “un mal necesario justificado por un fin superior”. Al respecto se habló del “terror rojo”.

Lenin consideraba que había llegado al poder para cambiar el mundo, ya que la lucha de clases y la concepción marxista se debían extender por todo el planeta, mediante la difusión de estas ideas con el apoyo de la URSS a los movimientos obreros de todos los países.

 

4.2.      Iósif Vissariónovich Dzugashvili (Stalin 1878-1953)

 



Stalin significa “hecho de acero” y es el sobrenombre con que se conoce al sucesor de Lenin. Fue Secretario General del Partido Comunista de la URSS desde el año 1922 hasta poco antes de su muerte.

Se sabe que este líder tuvo una desafortunada niñez, ya que su familia era de muy escasos recursos y adicionalmente su padre, borracho y de carácter violento, acostumbraba a maltratar tanto a la madre como a él: único hijo, ya que dos hermanos habían muerto a corta edad.

Según sus biógrafos, Stalin fue delicado de salud desde pequeño. A los doce años es atropellado por un carruaje que lo deja ligeramente cojo para toda la vida  y los traumas familiares le hacen desarrollar la personalidad áspera y huraña por la que siempre fue distinguido.

Después de cumplir con sus estudios básicos ingresa a un seminario de religión católica ortodoxa, ya que no tenía recursos económicos para aspirar a otra carrera, pero  se vincula a movimientos revolucionarios por lo que es expulsado al poco tiempo.

A partir de este momento se dedica de lleno a la militancia política y su vida transcurre entre la cárcel, el destierro y la clandestinidad, hasta que estalla la revolución.  De aquella época de lucha  proviene su apodo,  que le fue dado por su personalidad implacable y su carácter rígido y frío.

Según se cuenta, Stalin, a pesar de no ser una persona estudiada, fue un tipo muy inteligente, gran estratega y especialmente hábil manipulador; cualidades que supo utilizar al máximo para obtener el poder rápidamente, lo que incluso sorprendió a Lenin.

Parece ser que la gran maniobra de Stalin consistió en aprovechar los dos últimos años de la vida de Lenin, durante los que éste último estuvo debilitado de salud, para obtener ventajas del cargo que ostentaba: se rodeó de individuos que le eran fieles de forma personal, generalmente debido a favores que habían recibido. 

Dicen que Lenin, antes de morir, recomendó apartar del Partido a  aquel  personaje “brusco” y de no muy buen proceder, que se había hecho del poder a través de métodos no muy ortodoxos. 

El estalinismo es famoso por los gulag o campos de trabajo forzado, donde se enviaron a muchos disidentes para ser “re-educados”, lo que en la práctica significó una condena a muerte porque pocos lograron sobrevivir.  

Stalin fue el creador de la KGB, que se convirtió en el cuerpo secreto de espionaje más poderoso del mundo, absolutamente fiel a Stalin hasta el accidente cardiovascular que ocasionó su muerte.

Este líder promovió el culto al trabajo, lo que propició un rápido crecimiento económico y desarrollo industrial, pero a costa de exigencias desmedidas hacia los trabajadores y pago de sueldos muy bajos, lo que también trajo mucha pobreza.

Trotski, quien lo conoció bastante, escribió que Stalin tenía tendencias al sadismo, y que para él era igual de enemigo el que adversara al régimen como a su persona, a los que sistemáticamente eliminaba con rigor. 

 4.3.      Benito Amilcare Andrea Mussolini (1883-1945)

 



Mussolini, periodista, conocido político y militar, nació en el seno de una familia trabajadora italiana. Su padre, que era socialista, le dio el nombre de Benito en honor a Benito Juárez, líder de procedencia indígena que se considera el padre de la Nación mexicana.

Al parecer, Benito Mussolini tenía una personalidad problemática, ya que lo expulsaron dos veces de sus centros de estudio por motivos de fuertes peleas con los compañeros de clase. También fue militante del Partido Socialista Italiano desde los diecisiete años hasta que, por discrepancias ideológicas, fue separado del mismo en 1914.

Supo capitalizar el miedo hacia el régimen que se había implementado  en  Rusia, así como el descontento reinante en Italia debido a los problemas económicos derivados de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), que se manifestaban mediante muchas huelgas de trabajadores y campesinos.

En  1919  crea un grupo revoltoso denominado “camisas negras”, que se encarga de agredir a los enemigos -principalmente comunistas y socialistas- con el que da un golpe de Estado al parlamento en 1922.  

El rey apoya a Mussolini y más bien lo invita a tomar el mando, asignándole luego el cargo de Jefe de Gobierno y cambiando las leyes para que sólo el monarca lo pudiera suspender de sus funciones.

Sin embargo, el propio soberano,  cuando en el año 1943 se percata de los problemas que Mussolini le ha traído a Italia y el peligro inminente de  mantenerlo en el poder, lo destituye y lo  manda a la cárcel. 

Lo primero que hace Mussolini al asumir su cargo de gobierno, en el año 1922, es abolir  todos los  partidos políticos, instaurar la censura de prensa y decretar la pena de muerte para quienes atentaran contra la estabilidad del Estado.

Mussolini se hacía llamar “el Duce” –el guía- y se veía a sí mismo como heredero del Imperio Romano, al que debía restablecer, en principio mediante el dominio absoluto del mar Mediterráneo.

El fascismo de Benito Mussolini fue combatido por las potencias aliadas durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), especialmente porque Italia era un país amigo de Alemania, con la que había firmado el “Pacto de Acero” en 1939.

Luego de que el rey de Italia lo encarcela en 1943, Mussolini es liberado por los paracaidistas alemanes. Después de la derrota del nazismo huye hacia el norte disfrazado, pero es descubierto y fusilado. Posteriormente su cadáver es exhibido en una plaza con la cabeza para abajo.

4.4.      Adolf Hitler (1889-1945)

 



Hitler nació en Austria, en un hogar de clase media. Su padre,  que según coinciden diversos investigadores  tenía ascendencia judía,  era asiduo al alcohol y acostumbraba a maltratar físicamente a la familia; especialmente mediante despiadadas sesiones de azotes.

Adolf quería ser pintor, lo que contrariaba a su progenitor que pretendía que fuera agente de aduanas como él. Pero no tuvo mucho éxito en sus aspiraciones, ya que fue rechazado al intentar ingresar en dos ocasiones a escuelas de arte, lo que hizo que se sintiera un fracasado durante bastantes años.

Es en 1914, año en que comienza la Primera Guerra Mundial y se enrola en el ejército, cuando su vida da un giro radical; comienza a ganar prestigio y a ascender en posiciones, pero esto sólo le va a durar hasta el año 1818 en que Alemania termina derrotada.

Alemania no solamente es vencida, sino que las potencias aliadas la hacen asumir la responsabilidad de la contienda, lo que a través de la firma del Tratado de Versalles en 1919 la obliga a pagar tributos, ceder territorios y eliminar su ejército, constituyendo una humillación para los alemanes.

En este momento se potencia el odio de Hitler hacia los judíos, que a decir de los psicoanalistas  es la expresión de una venganza personal hacia la memoria de su padre, de origen judío, del que su madre y él recibieron tantos maltratos: Alemania era la madre mancillada y los judíos el verdugo.

Ciertamente en Alemania existía aversión hacia aquellos que no pertenecieran a la raza aria, pero no en la magnitud que Hitler la proyectó hacia los judíos, llegando a culparlos de la pérdida de la guerra. Inventa la frase: “puñalada por la espalda”, mediante lo que significaba que judíos y comunistas se habían aliado con los ejércitos enemigos.

En 1920 Hitler se une al Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, del cual se convierte en líder absoluto al año siguiente, al tiempo que crea sus escuadrones llamados “camisas pardas”, en los que participa personalmente para atacar a sus principales enemigos: judíos y marxistas.

Con estas “camisas pardas” promueve un golpe de Estado en 1923, pero no tiene éxito; es arrestado y posteriormente condenado a cumplir cinco años de cárcel, aunque antes del año es amnistiado. Durante este tiempo de prisión concibe su famosa obra “Mi Lucha”.

En esta obra, Hitler dice que la creación del idioma esperanto es un complot judío para dominar al mundo y acabar con la raza aria, así como expresa sus ambiciones de ganar territorios de Europa para Alemania.

Igualmente, se visualiza a sí mismo como el “súper hombre” descrito por Nietzsche en “Así hablaba Zaratustra” y se considera predestinado para liberar al mundo de los dos principales males: el judaísmo y el comunismo.

Cuando Hitler sale de la cárcel se dedica a impulsar  su partido, presentándosele en 1930 una extraordinaria oportunidad: Alemania atravesaba una terrible crisis, producto de las cargas que le imponían el Tratado de Versalles, aunado esto a la “Gran Depresión” de 1929; entonces Hitler aprovecha para predicar con fuerza sus ideas políticas y económicas que prometían la solución.

Luego, a través de hábiles artimañas, logra que lo nombren canciller en 1933 y posteriormente, al morir el presidente en 1934, se autoproclama “Fuhrer” o Jefe.

Comienza entonces un exitoso plan de recuperación económica, así como una cruenta persecución a los judíos, gitanos, comunistas y homosexuales. Con ellos, especialmente con los judíos, comienzan a llenarse los campos de concentración, colmados de terrores y millones de muertos. De paso, Hitler aprovecha para también  eliminar a los oponentes de su propio partido.

En el año 1939  al “Fuhrer” se le ocurre invadir Polonia, para así dar inicio a sus  planes de expansión, que se prolongan con notoriedad durante los siguientes seis años.

A consecuencia de ello, también en 1939, comienza el conflicto que representa la mayor cantidad de muertes en la historia: la Segunda Guerra Mundial, que termina en 1945 con la toma de Alemania por parte de las potencias aliadas.

El desenlace es por todos conocidos: Hitler se suicida, junto a su esposa Eva Braun, para evitar ser capturado; pero antes de hacerlo ordena que los cadáveres sean incinerados, para no sufrir el final de Mussolini, cuyo cuerpo sin vida había sido exhibido en una plaza pública con la cabeza para abajo.  

5.  Control de masas



 Gustave Le Bon (1841-1931)

 

Le Bon fue un médico francés que se dedicó al estudio de la sociología, especialmente en lo referente al comportamiento de las masas. Publicó un reconocido texto titulado: “Psicología de las masas” (1895), del que se dice que Hitler tomó muchas ideas, y seguramente también muchos otros.

Este investigador escribió que una masa no es una multitud, ya que el concepto de masa, en cuanto a conglomerado humano, reúne ciertas condiciones que se logran a través de algunos mecanismos y presenta características particulares.

Dice el autor de esta teoría, que las masas se sienten invencibles y se van contagiando de forma inconsciente con las ideas colectivas, de una forma casi hipnótica, lo que permite su manipulación y anula su individualidad. De hecho, sucede que una persona posiblemente nunca haría “motu propio” lo que impulsa en masa.

La ideología de una masa se construye sobre las emociones y es necesario aglutinar a los individuos a partir de un evento lo suficientemente significativo, que generalmente es una crisis o una amenaza y que incluso puede ser “fabricado”.  El producto es la creación de una mente colectiva, una especie de rebaño que necesita de un amo.

Pero no son los hechos objetivos los que finalmente compactan a la masa, sino la forma como son comunicados para que sea posible la internalización de la ideología: discurso, palabras, reforzamiento acerca de quién es el  enemigo, gestos, consignas, uso de símbolos y efectos especiales, que deben producir fuertes emociones en la audiencia.

Las masas se inclinan hacia el poder, no hacia la debilidad; por lo tanto es importante que el líder refleje una personalidad fuerte y carismática. Es necesario que logre un estado de fascinación general, cual encantador de serpientes, para que los individuos pierdan su capacidad de razonamiento individual.

Una vez que se ha conseguido el objetivo de anular la reflexión personal, en la masa se desarrolla un tipo de sentimiento religioso que no tolera discusiones acerca de la doctrina inculcada: “de esta forma la simpatía hacia el líder se convierte en adoración y las antipatías en odio”.

6.  Miedo a la libertad

Erich Fromm (1900-1980)

 

Erich Fromm es un psicoanalista, psicólogo social y filósofo de origen alemán. A través de una de sus principales obras: “El miedo a la libertad”,  sustenta que todos los individuos están condicionados por la crianza, la religión y la sociedad, para ser obedientes y no pensar por sí mismos.

Históricamente, desde el comienzo de las civilizaciones e incluso antes,  el hombre ha estado sujeto a normas sociales que se imponen desde afuera y que deben ser cumplidas sin cuestionamientos.

Por otra parte, el ser humano tiene temor a afrontar la vida desde su propia perspectiva,  porque  pensar diferente implica siempre un riesgo y es más seguro seguir la corriente, evadiendo así responsabilidades.

Este último aspecto fue especialmente resaltado por  los filósofos de la Ilustración, con su famosa frase: “sapere aude” o “atrévete a usar tu propia razón”,  como exhortación a que los hombres ejercieran su autonomía.

Otra  faceta importante del problema,  es que  una de las grandes necesidades del individuo de la especie humana es ser reconocido socialmente y sentir que pertenece  al grupo: el miedo a la exclusión hace que no esté dispuesto a pagar el precio de ser un “perro azul” y tiende a plegarse a lo que piensa la mayoría. 

Se podría concluir entonces que el miedo a la libertad no depende de una época, nacionalidad o circunstancia específica, sino que es inherente a la humanidad; nace con la especie  y se propaga con cada persona. Sería, siguiendo a Jung, parte de la memoria colectiva.

Por lo tanto, cualquier sociedad, sin importar el grado de desarrollo que haya logrado,  está  en peligro de que llegue un “iluminado” y se apodere de las masas.   

Referencias:

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 -Eurasia 1945. Benito Mussolini. Recuperado el 20/04/2019 de https://www.eurasia1945.com/protagonistas/personajes/benito-mussolini/

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 -Sánchez, E. (2018). Gustave Le Bon y la psicología de masas. Recuperado el 01/05/2019 de https://lamenteesmaravillosa.com/gustave-le-bon-y-la-psicologia-de-las-masas/

 -Sebestyen, V. (2017). Lenin el dictador. Letras Libres. Recuperado el 26/04/2019 de https://www.letraslibres.com/espana-mexico/revista/lenin-el-dictador

-Wikipedia. Iósif Stalin. Recuperado el 4/5/2019 de https://es.wikipedia.org/wiki/I%C3%B3sif_Stalin

 -Wikipedia. Mi Lucha. Recuperado el 6/5/2019 de https://es.wikipedia.org/wiki/Mi_lucha

domingo, 6 de septiembre de 2020

Caracas ha muerto



 

En busca de nuestra identidad: ¿Cómo somos los venezolanos?

 

    

Hoy en día, debido a la cantidad de personas que han emigrado, de las cuales todos tenemos hijos, sobrinos, primos, amigos o vecinos cercanos, nos hemos convertidos en “encuestólogos” profesionales y permanentemente estamos indagando acerca de cómo nuestros emigrantes ven a los países que los han acogido y cómo comparan a sus nacionales con los venezolanos. En general añoran nuestra cercanía y calidez, y la forma como se relaciona la gente en nuestro país.

Pero no es necesario salir de Venezuela para tener una percepción positiva sobre cómo somos. A diario vemos cómo una gran cantidad de personas se adhiere y colabora con causas nobles, o cómo frecuentemente se le toca la puerta al vecino para llevarle un plato de comida porque se sabe que la está pasando mal. Sin embargo, en los datos que hemos podido recopilar acerca de cómo se percibe el venezolano no se aprecia esta solidaridad.

Pero ¿Cómo es en realidad el venezolano actual? ¿Acaso existe un nuevo venezolano que aún no se refleja en los estudios? Las respuestas a estas preguntas quizás vendrán con el tiempo. Mientras tanto, revisar algunas investigaciones existentes sobre el tema resulta sumamente enriquecedor y ayuda a que entendamos mejor este contexto presente en el que mayoritariamente andamos un poco perdidos.

Siglo XVIII: hospitalario, culto, religioso, formal, envidioso y presumido

 La Caracas del siglo XVIII fue distinguida con diferentes apelativos que describen las impresiones que de ella recibieron sus visitantes: la ciudad de los techos rojos, la ciudad de la eterna primavera, la sultana del Ávila, y dos que especialmente aluden al perfil del caraqueño de la Colonia: Caracas la gentil y la Caracas cordial, en honor  al carácter hospitalario de sus pobladores, aspecto resaltado por todos los que la conocieron en aquel entonces.

En su Crónica de Caracas (2002), Arístides Rojas (1826-1894) refiere lo que escribieron acerca de Caracas viajeros ilustres tales como el Conde de Segur, intelectual perteneciente a la nobleza francesa que visitó la ciudad en el año 1783, así como el famoso geógrafo Alexander von Humboldt que lo hiciera en el año 1799, tiempos en los que el Valle de Caracas sólo contaba con cerca de 30.000 habitantes, distribuidos entre las parroquias Catedral, San Pablo, Altagracia y Candelaria, de los cuales aproximadamente una tercera parte  eran blancos.

El Conde de Segur, en sus memorias relativas a Caracas, hace mención a las mujeres hermosas, vestidas a la moda, coquetas y alegres pero a la vez recatadas, que sentían especial vocación por la música y el baile, mientras que los hombres, de acuerdo a su apreciación, eran “algo taciturnos y serios”. Por su parte, Humboldt destaca la afición de los pobladores de esta ciudad por la literatura y las bellas artes; especialmente por la música que, según dijo, lograba eliminar las barreras entre las clases sociales. 

En esta etapa de la Colonia todas las distracciones giraban en torno a lo religioso: procesiones, velorios, entierros, misas y rosarios. También lo concerniente a lo social estaba delimitado por normas y protocolos muy estrictos, que nadie se atrevía a transgredir para no caer en boca de las distinguidas familias. Al respecto, algunos críticos de la época, especialmente eclesiásticos, afirmaron que, bajo el fervor por lo sagrado, la educación y la amabilidad, se escondía una fuerte dosis de envidia y un gran espíritu de competencia en cuanto a presumir quien tenía las mejores joyas,  los mejores trajes, o las últimas novedades traídas de Europa. 

Es importante recordar que la Capitanía General de Venezuela fue fundada en 1777 con las provincias: Venezuela o Caracas, Nueva Andalucía o Cumaná, Maracaibo, Guayana, Margarita y Trinidad. Existen diferentes estimaciones en cuanto a la población de este territorio; según el Intendente de Caracas Francisco de Saavedra,  para el año 1787 la Capitanía General de Venezuela contaba con 493.000 habitantes, de los cuales casi el 70% se encontraba en la provincia de Caracas, cuya capital era la única ciudad con una densidad de población significativa. 

Siglo XIX: emprendedor, negligente, egoísta, individualista e intrépido  

Existen diversos testimonios respecto a la percepción del venezolano en el siglo XIX. Uno de ellos está expresado por Simón Bolívar (1783-1830) en su Discurso de Angostura (1819), cuando advierte que el  venezolano ama la Patria, pero no a sus leyes debido a lo nefastas que éstas habían sido. También, en su recomendación sobre el Poder Moral, describe los defectos que según él aquejaban a los habitantes de Venezuela, entre los que menciona: la corrupción, la negligencia, el egoísmo y la ingratitud. Todas estas cualidades negativas, según Bolívar (1819), se debían al sometimiento político, social y religioso de la Colonia.

Por otra parte, Montero (1984) hace referencia a las opiniones de Fermín Toro (1806-1865) que calificaba al venezolano como individualista, según él ocasionado esto por el aislamiento físico en medio de una naturaleza pródiga que no lo obligaba a luchar en sociedad para lograr su sustento. Igualmente, Montero, en su libro Ideología, alineación e identidad nacional, publicado en la fecha ya señalada, menciona las opiniones del diplomático y escritor español Mariano Torrentes (1792-1856) que en su obra Historia de la Revolución Hispanoamericana describía a los hombres de Caracas como intrépidos, viciosos, intrigantes y sagaces, aunque emprendedores.

El siglo XIX, tal como lo explicara Salcedo-Bastardo (1926-2005), fue una centuria  de terror para la historia de Venezuela. Este autor destaca las luchas de poderes, el caudillismo, la corrupción, los gobiernos retrógrados, la Guerra de Independencia, luego la Guerra Federal que fue el gran engaño a las mayorías desposeídas, además de numerosos alzamientos y matanzas; todo lo cual, unido a los terremotos y las terribles enfermedades como la viruela, el paludismo y el cólera, mermó significativamente a la población.  

Según Salcedo- Bastardo, Venezuela en el siglo XIX se debatió de una forma casi continua entre “la tiranía y el caos”  y “la decadencia fue una constante”, lo que fue causa primordial del “deterioro de la estructura espiritual de Venezuela” (Torres, 2005).

Año 1976: alegre, inteligente, hospitalario, irresponsable, flojo y poco honesto

Los primeros estudios sobre la autopercepción del venezolano, que fueron el origen de diversas investigaciones posteriores, comienzan en la década de los 70 del siglo pasado y son realizados por José Miguel Salazar (1931-2001), Doctor en Psicología por la Universidad de Londres y que posteriormente fue fundador de las cátedras de Psicología Social y Psicología Experimental de la Escuela de Psicología de la Universidad Central de Venezuela. Las investigaciones de este insigne psicólogo estuvieron dirigidas a determinar la autopercepción del venezolano de forma comparativa con otros países.

De ellas, la que se puede tomar como más significativa por el tamaño de su muestra fue la del año 1976, realizada en Caracas con 600 personas elegidas al azar, tomando en consideración la representatividad en cuanto a zonas, nivel socioeconómico, edades y sexos. Se trataba de determinar cómo se percibía el venezolano en comparación a otros países que fueron elegidos en base a un análisis previo, los cuales fueron: Estados Unidos, Inglaterra, España, Argentina y Colombia. Los resultados de este trabajo los encontramos en el libro de Montero (1984) y sólo una parte  está expresada numéricamente, privando los hallazgos y conclusiones. 

El estudio de Salazar consistía en un cuestionario, con una escala del 1 al 7, a través de la cual se calificaba a los países y a sus ciudadanos en base a dos tipos de dimensiones. Por una parte a los países como tal, donde las variables eran: organizado, sin libertad, con muchas bellezas naturales, democrático, atrasado, inculto, rico, donde se cumplen las leyes; y por la otra a los naturales de estos países, considerando las siguientes características: ahorrativo, hospitalario, inteligente, alegre, explotador, tracalero, irresponsable y flojo.   

En lo que respecta a Estados Unidos, Inglaterra y España, los resultados fueron los siguientes:

-84% consideró que Estados Unidos era un país más positivo que Venezuela.

-59% consideró que Inglaterra era un país más positivo que Venezuela.

-53% consideró que España era un país más positivo que Venezuela.

En cuanto a los países de América Latina la opinión fue:

-52% prefirió a Venezuela sobre Argentina.

-68% prefirió a Venezuela sobre Colombia.

Por otra parte, los venezolanos se autodefinieron como: los más irresponsables, flojos y menos  ahorrativos, así como poco honestos; aunque los más alegres, hospitalarios, poco explotadores y muy inteligentes.

La conclusión final sobre el perfil del venezolano en este estudio es descrito como: “gente irresponsable, poco dedicada al trabajo, que vive alegremente compartiendo con otros el fruto de su inteligencia y deshonestidad” (Montero, 1984, p. 103).

Año 1984: hospitalario, generoso, igualitario, indiferente, fatalista y violento

Maritza Montero (1941) es Licenciada en Psicología por la Universidad Central de Venezuela y posteriormente obtuvo su doctorado de Sociología en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de la Universidad de París. En el año 1984 publicó un interesante estudio sobre el perfil del venezolano, que se basó en el análisis de 117 textos de diferentes autores a partir del año 1890 y hasta 1982, incluyendo discursos, artículos de periódicos, ensayos y libros de historia contentivos de análisis sociológicos.

En esta investigación, según describe Montero (1984), se detectaron diversas posturas de acuerdo al período histórico, que fueron descritas como: 1890-1900 pseudopositivo, 1901-1935 explícitamente negativo, 1936-1982 implícitamente negativo. Estos periodos son explicados detalladamente por la mencionada psicóloga de acuerdo a las diferentes circunstancias sociales, económicas, políticas y educativas. Los resultados, de acuerdo a las tendencias positivas o negativas, se resumen de la siguiente manera:

Las apreciaciones negativas que resaltan son: a) pasividad: relativa a insensibilidad e indiferencia; b) falta de perseverancia o de esfuerzo sostenido; c) autoritarismo: concerniente al sometimiento a los que ejercen el dominio, fascinación por las figuras poderosas y afán de mando; d) fatalismo: fundamentado en que el destino o el azar son superiores a cualquier esfuerzo; e) emotividad: opuesta a la racionalidad y capacidad de análisis lógico; f) violencia: expresada como intrepidez, agresividad y falta de control; g) carencia de sentido histórico y desconocimiento del pasado.

Por otra parte, las consideraciones positivas se concentran en tres variables: a) generosidad, hospitalidad, perdón y olvido de las ofensas; b) coraje: entendido como la valentía para llevar a cabo empresas arriesgadas sin sentir temor; c) igualitarismo: en cuanto a considerar que en Venezuela no existen diferencias sociales o de cualquier otra índole, tolerancia hacia otras formas de pensar y rebeldía ante las injusticias. Estas cualidades se observaron, aunque expresadas de forma distinta, a lo largo de la línea del tiempo analizado, dondequiera que aparecía una apreciación positiva del gentilicio venezolano.

Concatenando el predominio de las diferentes posiciones con la historia, tenemos que el período 1890-1900 corresponde principalmente a la presidencia de Antonio Guzmán Blanco, que se caracterizó por importantes avances en modernización, infraestructuras y educación, mientras que la etapa 1901-1935 está marcada por las dictaduras de Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez, y el tiempo que transcurre entre 1936 y 1982 contempla los años de democracia, con el paréntesis de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez desde el golpe a Rómulo Gallegos en 1948 y hasta su finalización en 1958.

Año 1992: creativo, con sentido del humor,  esperanzado, pantallero, conchupante y corrupto

En el último decenio del siglo XX tuvo bastante resonancia el libro Autoestima del Venezolano (1992) de Manuel Barroso, un examen sociológico de Venezuela inspirado en el histórico estallido social conocido como el Caracazo del 27 de febrero de 1989. El autor hace una revisión a fondo  de la situación política y social de aquellos años en los que se observaba un marcado deterioro de las instituciones. Como se sabe, las causas del Caracazo han sido posteriormente analizadas bajo otra óptica y con otros elementos de juicio.

Manuel Barroso (1930), quien ha escrito varios libros muy conocidos,  es un ex jesuita que recibió su doctorado en Psicología en la Universidad Loyola de Chicago y, tal como lo declara en una entrevista publicada en El Nacional en el año 2013, su mencionada obra no está basada en ningún estudio  cuantitativo. Según dice, los insumos provienen de las consultas con sus pacientes, así como de escuchar a la gente en las comunidades y durante los talleres que dictaba. Su experiencia acumulada le hizo llegar a la conclusión de que en Venezuela existía un 80% de marginalidad, que consistía en una forma de ser y de pensar.   

Los rasgos negativos que según el autor sobresalen en el venezolano son: a) no tener una conciencia clara acerca de quién es; b) afán de sobresalir utilizando sobre todo elementos familiares de su pasado en cuanto a lo importante que eran sus padres o sus abuelos; c) amiguismo, compadrazgo y conchupancia, que se convierten en palanca para el logro de sus metas; d) facilismo para resolver con el menor esfuerzo posible; e) corrupción, obligado por el sistema, ya que de otra manera no es posible solucionar los problemas; d) comodidad e indiferencia, que le impiden protestar ante las injusticias para no arriesgarse.

Como cualidades positivas Barroso (1992) destaca: a) creatividad para innovar e inventar productos y servicios; b)  posesión de recursos emocionales que le permiten sobrevivir en medio de las condiciones más adversas; c) sentido del humor para ver el lado gracioso de las cosas liberando así tensiones; d) fe en que algo bueno le va a pasar, como por ejemplo ganar el 5 y 6 o la lotería; e) inquieto y soñador, ya que siempre está haciendo planes para el futuro; f) esperanza hacia el porvenir, que nunca se pierde por aquello de que: “no hay mal que dure mil años ni cuerpo que lo resista” (Barroso, 1992, p. 20).

En la mencionada obra, el autor resalta la carencia de líderes verdaderos, privando en los pseudolíderes lo acomodaticio y el oportunismo que los hace cambiar de posición camaleónicamente. Igualmente, analiza las razones que subyacen a su visión en cuanto a la forma de ser del venezolano, así como refleja una magnífica fotografía de lo que era la sociedad de los años 80 del siglo XX, y realiza una profunda crítica a lo que denominó “caudillismo democrático” y “democracia en crisis”.

 Barroso (1992) alega que históricamente nunca se resolvieron los problemas sociales fundamentales: alimentación, salud, servicios, educación de calidad y seguridad jurídica, y que todos los avances sociales se encontraban únicamente en los discursos.  Según su opinión, estos factores hicieron que se acumulara una gran rabia e impotencia en la población, las cuales  estallaron el 27 de febrero de 1989.

Año 2011: agradecido, amable, creativo, engreído, impulsivo y rencoroso   

En una publicación de la revista Debates IESA correspondiente al 2011, se hace referencia al  resultado de una investigación a cargo de la Universidad Metropolitana junto a la Sociedad Venezolana de Psicología Positiva que, para ese momento, había logrado reunir más de 2.000 muestras a través de diferentes trabajos de grados y postgrados.

María Elena Garassinni, Magíster en Psicología del Desarrollo, Doctora en Psicología y Educación, y Directora de la Escuela de Psicología de la Universidad Metropolitana, fue la coordinadora del estudio y es la persona entrevistada en la mencionada publicación, donde se detallan los pormenores del trabajo realizado.

La investigación estuvo basada en la línea de pensamiento del psicólogo estadounidense Martin Seligman (1945), pionero de la Psicología Positiva, quien define la existencia de 24 fortalezas que se agrupan en 6 virtudes universales: amor, valor, justicia, templanza, sabiduría y trascendencia.

La profesora Garassinni alega que las 6 virtudes anteriormente citadas son características que tienden a resaltar  más en algunas personas que en otras, pero igualmente se pueden generalizar en cuanto a la definición de un perfil nacional de acuerdo a las percepciones colectivas.

En este sentido, según el estudio, las cualidades positivas más resaltantes del venezolano son: la gratitud, la amabilidad, el sentido de justicia, capacidad para el amor, y creatividad para afrontar las vicisitudes; mientras que las negativas que ocupan los primeros lugares son: falta de prudencia, poca capacidad de perdonar, carencia de humildad (engreimiento) y bajo autocontrol.

Garassinni concluye que las características resaltantes en el plano positivo constituyen el núcleo de una persona que establece vínculos emocionales con los demás. Por otra parte, otros análisis referentes a este mismo estudio determinan que el venezolano es un individuo “esperanzado pasivo”, es decir, que anhela cambios pero no los acciona, e igualmente que posee poca motivación al logro, lo cual implica poco ímpetu para luchar y vencer los obstáculos en pro de alcanzar un objetivo. 

Año 2013: versátil, creativo, inteligente, impersistente, intolerante, desmemoriado y egocéntrico

El psiquiatra y comunicador Roberto De Vríes (1950-2017) fue el creador de un cuestionario denominado UbicaTest, que estuvo aplicando en muestras representativas de las cinco principales ciudades del país a partir del año 1982. El instrumento en referencia constaba de 26 variables a través de las cuales era posible apreciar los aspectos resaltantes en la autopercepción del venezolano, tanto en lo que respecta a los elementos positivos como a los negativos, y su histórico permitió detectar cambios.

Sus últimos estudios contienen conclusiones sumamente interesantes en cuanto a las modificaciones que tuvo la forma de percibirse en el venezolano; a decir de De Vríes, ocasionados fundamentalmente por la situación política, económica y social, así como a un envejecimiento de la población venezolana que, entre otras razones de índole natural como es la reducción en la tasa de natalidad, también obedece a la emigración de una gran cantidad de jóvenes hacia otras latitudes.

Según las investigaciones, a partir del año 2013 se comienza a ver un giro importante en cuanto a que, después de 20 años durante los cuales resaltaban como atributos positivos el ser simpático, atractivo y dotado de liderazgo, los rasgos que comenzaron a privar fueron la versatilidad o adaptabilidad, la inteligencia para buscar soluciones económicas ante la problemática del país, y la iniciativa para llevarlas a la práctica, lo que va en línea con la profusión de emprendimientos que se han venido sucediendo.

Por otra parte, los atributos negativos de mayor relevancia en este estudio de 2013 fueron: a) mala memoria: entendida como dificultad para tomar aprendizajes del pasado; b) falta de perseverancia: que se refleja en el abandono más o menos rápido de los proyectos iniciados si se ponen difíciles; c) poca tolerancia para aceptar las diferencias de pensamiento. Respecto a esta última debilidad, De Vríes comenta que llama especialmente la atención el hecho de que, en los estudios anteriores, el ser tolerante sobresalía como uno de los primeros ocho aspectos positivos del venezolano.

De acuerdo al análisis de los últimos resultados obtenidos, De Vríes concluyó que existe un nuevo venezolano más egocéntrico y preocupado por resolver sus problemas personales, en desmedro de su actitud gregaria, que fue una característica positiva importante durante muchos años. Adicionalmente, en una entrevista publicada por la revista Analítica en el año 2015, el reconocido psiquiatra afirmó que el venezolano se mantenía  en modo de supervivencia, lo  cual le  había hecho perder su capacidad de amar y de sentir emociones, así como también se observaba una merma de valores y de autoestima.

Año 2014: alegre, amistoso, perezoso, trabajador/luchador y bello

En el año 2014, el Centro de Estudios del Desarrollo (Cendes) de la Universidad Central de Venezuela, liderado por la profesora Yorelis Acosta, Magíster en Psicología Social, desarrolla una investigación en línea con los estudios iniciados por  José Miguel Salázar en la década de los 70 del siglo pasado. La muestra constó de 637 entrevistas, realizadas  en Caracas a través de 100 estudiantes que fueron los primeros encuestados y luego se encargaron de recoger información en personas de otros ámbitos con diferentes edades y niveles de instrucción.

Según describe Acosta (2014) esta investigación formaba parte de un proyecto mancomunado entre siete países: Argentina, Brasil, Colombia, Chile, México, Perú y Venezuela, con la intención de verificar las percepciones agrupadas acerca de los pobladores de cada uno de ellos, para lo cual la encuesta se dividía en dos secciones: a) cada participante calificaba a los ciudadanos de los países, incluyendo el propio, con los cinco adjetivos que libremente se le ocurrían; b) se presentaban cinco pares de adjetivos dicotómicos con una escala del 1 al 7: bueno-malo, agradable-desagradable, atractivo-no atractivo, confiable-no confiable, amado-odiado.

No nos ha sido posible ubicar los resultados del estudio completo, ni información de otros países, así como tampoco la tabulación para Venezuela de la última parte; es de suponer que la segunda sección estaba destinada a medirse de forma consolidada. Los únicos resultados que aparecen publicados se refieren a la calificación libre de cómo se perciben los venezolanos, siendo importante resaltar que las respuestas se agrupan considerando el adjetivo similar utilizado que logra mayor puntuación. Los datos obtenidos fueron los siguientes:

-Alegres (incluye bromistas, rumberos, sociables, etc.)  29,67%

-Amistosos (incluye amables, simpáticos, solidarios, etc.) 23,09%

-Flojos (incluye impuntuales, conformistas, cómodos, irresponsables, etc.) 20,41%

-Trabajadores / luchadores (incluye emprendedores, creativos, inteligentes, etc.) 11,99%

-Bellos (incluye atractivos, deseables, etc.) 4,55%

La investigación concluye que los rasgos más sobresalientes se refieren a factores de interacción social y sólo  uno (trabajador/luchador) representa individualidad y competitividad, lo que indica que el venezolano es un ser gregario y altamente dependiente del entorno. Por otra parte, si sumamos los dos primeros ítems tenemos un 52,76% de valoración altamente positiva en cuanto a la sociabilidad y afectividad.

Este estudio del año 2014 es el último sobre el que hemos podido averiguar, siendo altamente deseable que se produjera alguna otra medición respecto a la autopercepción del venezolano, ya que en los últimos seis años muchas cosas han sucedido.

Conclusiones

Las conclusiones más relevantes a que hemos llegado al estudiar el histórico de estudios sobre el venezolano se pueden resumir en los puntos siguientes.

Las principales cualidades positivas que predominan son:

-Hospitalario y amable: se refleja durante la Colonia y luego en los estudios de Salazar (1976), Montero (1984), Garassinni (2011) y Acosta (2014).

-Alegre y sociable: se observa en el período colonial y posteriormente en las investigaciones de Salazar (1976), Barroso: sentido de humor (1992) y Acosta (2014), donde es la característica predominante.

-Emprendedor, creativo, inteligente: es la única cualidad positiva resaltada en el siglo XIX y también está presente en las conclusiones de Barroso (1992), Garassini (2011) y De Vríes (2013).

Las cualidades negativas que resaltan son:

-Negligente, flojo, no persistente: está presente en el siglo XIX y en las investigaciones de Salazar (1976), Montero (1984), Barroso (1992), Garassini (2011), De Vríes (2013) y Acosta (2014).

-Presumido, engreído, egocéntrico: se refleja en la Colonia, así como en el siglo XIX y en las investigaciones de Barroso (1992), Garassinni (2011) y De Vríes (2013).

-Impulsivo, intrépido, violento, falto de control: se encuentra con mucho énfasis en el siglo XIX, así como en los estudios de Montero (1984)  y  Garassinni (2011) y, por otra parte, es una característica que han resaltado varios psiquiatras, sociólogos  e historiadores.

En la investigación de Montero (1984) aparece la tolerancia como una de las virtudes más importantes del venezolano, lo que luego De Vríes también resalta como característica que persistía en sus estudios anteriores al año 2013. Ya en el año 2011, en las conclusiones de Garassinni (2011) se destaca la poca capacidad de perdonar de los venezolanos, lo que parece indicar,  y que por otra parte se puede observar fácilmente, una importante pérdida de tolerancia.

Llama la atención las diferencias tan notorias entre los resultados de dos estudios muy cercanos entre sí, sin que haya algún evento histórico particular que lo determine: De Vríes en el año 2013 y Acosta en el 2014. Esto podría deberse a que De Vríes utiliza un cuestionario cerrado mientras que Acosta deja volar la imaginación de los encuestados. Igualmente, una causa también podría ser que el primer estudio incluye cinco ciudades del país mientras que el segundo es únicamente en Caracas.

En cuanto a lo concerniente al presente trabajo, el mismo no pretende llegar a definiciones ni concluir sobre las cualidades y defectos del venezolano, sino que persigue procurar una reflexión e invitar al análisis sobre la materia.

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Lo conocido y lo secreto de Marcos Pérez Jiménez

Marcos Pérez Jiménez en 1952   Marcos Pérez Jiménez no escribió ninguna autobiografía, pero fueron muchas las entrevistas que concedió cuand...